Con Hyde siempre había un pero. Un pero para no contestarle las llamadas. Otro para no quedar a beber juntos. Uno para no invitarle a su Halloween party junto al resto de amigos. En fin, la lista era interminable.
Lo bueno, fue que Gackt no lo dejó ponerle uno a su relación, por mucho que lo intentó, Hyde se vio obligado a morderse la lengua y aceptar que se amaban. Punto.
-Pero yo quería ir a París.
Ah, Hyde. Hyde. HYDE.
-Londres es perfecto en esta época del año. Como dice la canción, “no hay un lugar como Londres”(*).
-Pero está frio y húmedo.
Gimoteó el castaño vocalista viendo con desagrado la famosa neblina que arropaba las calles londinense en días como aquellos en los que todos disfrutaban para ocultarse en una cálida cafetería leyendo algún clásico con una burbujeante taza de té.
Pero claro que Hyde se quejaría. Él prefería días soleados, calurosos, la excusa perfecta para empinar el codo y beberse unas cuantas Asahi.
-Creo que debes ser el primero que se queja por estár en Londres. -No me quejo, es una bonita ciudad, pero hoy no le veo el atractivo. Solamente hoy.
-Iremos a caminar junto al río, subiremos al Ojo de Londres, nos sacaremos fotos frente a los museos, que tengo todo preparado, eh.
-Pero…
-Hyde, por favor.
-¡Puede que hasta veamos a Harry Potter! Un grillo se escuchó de fondo.
El rostro de Hyde se desfiguró en una mueca antes de descojonarse de risa.
-Idiota.
-Todo lo que puedes hacer en París, lo puedes hacer en Londres. ¿Quieres comerte un croissant? ¡lo pedimos para llevar en los miles de cafés de esta ciudad! ¿Quieres darte una sobredosis de azúcar comiendo macaroons? Vamos a Ladurée, pero el de Harrods, y de paso hacemos compras. –sonrió el pelinegro, el otro rodando los ojos, vencido.-¿Y lo mejor? Que estamos juntos.
-Pero…
-¿Quieres que te hablen en francés? Yo te lo hablo,…mientras te saco gemidos.
-Oh,…-Hyde ladeó el rostro con una bonita sonrisa y una mirada coqueta.-Eso suena bien.
-Podemos follar mientras te hablo en francés, por mi no hay problema, Hyde.-se encogió de hombros Gackt, moviendo las cejas. -Supongo que hoy no nos vamos de turistas.
Alejándose de la ventana Hyde comenzó a desvestirse como si su ropa ardiese, las botas volando sobre la cabeza de Gackt, sacándole una sonrisa. El mayor se ató el cabello sobre la coronilla, listo para dar felaciones.
-Joder, qué suerte tengo de tenerte…-silbó, fijando la vista fijamente en esos abdominales y el tamaño entre las piernas del mas bajo.
-Desvístete, Gackt, no perdamos tiempo. ¡Tengo hambre!
-Tú siempre tienes hambre. Hyde chasqueó la lengua al ver la lentitud con la que se movía el menor, ¡aun tenia puesto los pantalones, joder!.
-¿Deberíamos pedir servicio a la habitación?
-Estúpido.
-Haz, haz la pregunta, Gacchan.
-¿Cuál?
-No te hagas, sabes a lo que me refiero.
-No lo sé. -¡En francés! La pregunta…la de la…canción, idiota.
-Oh,… does anybody really know what time it is? Adoro esa canción de Chicago.
-¡Sí, hora de follar, pendejo! Esa pregunta no, Gacchan, déjate de bromas.– le empujó a la cama, arrancándole los pantalones para meterse entre sus piernas, encajando sus manos a sus caderas cual gato.
-Adoro enojarte.
-Imbécil.
-Ahh,…- la boquita de Hyde cerrándose entorno a su húmedo miembro le dejó en blanco. La forma en la que sus manos subían y bajaban por su longitud, cómo acunaba sus testículos con ellas mientras succionaba su punta, su rosada y coqueta lengua subiendo y bajando por los costados, era lo que hacía a Hyde el gran amante que era.
-J-Joder…
-No te atrevas a correrte, Gacchan.-susurró mandonamente Hyde, besándole los muslos, sonriéndole con la mirada desde allí.
-Pero no me ahhh…
-Shh. Pero nada.
-Lo dice quien ahh ama los peros, qué irónico.
La garganta de Hyde le recibió como un hogar, húmeda y caliente, su respiración sobre su base causándole descargar eléctricas que recorrieron su espina y dieron ordenes a su lengua de pronunciar su nombre una y otra vez.
Cuando sus labios le abandonaron con un ultimo beso a su punta Gackt ya veía todo como una galaxia Hyde siendo la estrella más brillante en ella.
-¿Gacchan?
-¿Mh?
Le sintió acomodarse sobre su temblorosa y venosa erección rosada, sus nalgas cubriéndolas mientras comenzaba a dejarse caer en ella, causándolos gemir levemente, Hyde apoyando sus manitas sobre su pecho.
-La pregunta.
-Mhh,…-Hyde subiendo y bajando a contra luz le hizo arquearse y atrapar sus caderas, luego sus nalgas, y apretarlas. Tan suaves como los pétalos de las rosas inglesas que descansaban en el florero junto a ellos.-… Monsieur Hyde, voulez-vous coucher avec moi ce soir? (**)
-O-Oui.
En un giro, Gackt le tuvo abajo y atrapó su fino cuello con su mano, apretando lo suficiente para tenerle en un hilo, para hacerle sentir la delicada yema de sus dedos cerrándose y haciendo presión, cortándole el aire en un conteo silencioso, acercándose a su níveo cuello con sus labios para dejar una succión que les estremeció a ambos.
-Tu aimes ça? (***)
Esa pregunta se repitió una y otra y otra vez en el fondo del cráneo de Hyde hasta que gritó y se arqueó cada vertebra de su espalda sonando al quedar hecho un perfecto arco con cada rincón de su cuerpo contraído, en especial los dedos clavados en la ancha y arañada espalda del pelinegro.
-Je t’aime.- besó Gackt su mejilla, dejándose caer a su lado.-¿Quieres un té y luego nos vamos a pasear?
Ah, claro, Hyde siempre debía ser Hyde.
-Pero si no hemos terminado, amour. Londes seguirá ahí luego de que cojamos de nuevo. Ayons le sexe, Gacchan, ayons le sexe!! (****)
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español