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CASTILLO NAMIKAZE por tsukinohana_chan

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Notas del fanfic:

holangas!!!! ya regrese 

bueno ni quien me recuerde jajaja

El Castillo Namikaze, creado hace setecientos años por el emperador Minato quien tenía un hijo del cual todos estaban enamorados.  Este era el joven Naruto, un chico de  irises añiles, cabello rubio rebelde, de piel trigueña y con unas extrañas marcas en las mejillas. Se decía que la pureza del joven cambiaba hasta el corazón más frio. Hay grandes leyendas sobre él que  cuentan como criminales, forajidos y perversos- las personas más peligrosas del mundo- habían cambiado para bien al besar sola y simplemente la mano del chico.

El emperador Namikaze se sentía muy orgulloso de su hijo, su reino pasó a ser en la historia el más tranquilo que pudiese haberse visto sobre la faz de la tierra. Así vivió por muchos años con la ayuda de su retoño, pensaba que el poder de su ternura y bondad serian un aliciente cuando el dejara este mundo.

Cierto año y cuando el joven Namikaze tenía la edad de casarse vinieron de todo el mundo las personas más importantes e imponentes de sus propios imperios, llevaban los tesoros más hermosos del mundo para el joven que se hallaba en ese castillo. Pero como todo en estas viejas historias, el joven Naruto se enamoró de su sirviente más leal, un joven casi de su misma edad llamado Uchiha Sasuke. La familia de este tenía un acuerdo de hacía más de mil años para servir y proteger a la familia Namikaze, por lo que la familia real no podía verlos como algo más que fieles sirvientes. El joven Namikaze lucho para vencer los sentimientos que le profesaba al hombre de azabaches cabellos, su padre se veía tan contento con la idea de casar a Naruto que la idea le cegó sin ver que su hijo sufría por cada rincón de aquel castillo.

Finalmente llego el día en que Naruto se casaría con la persona que había elegido su padre. Las sirvientas del castillo adornaron cada rincón de este, ese era el pedido del emperador Minato, lirios blancos adornando cada centímetro de su hogar, además las personas en todo su imperio debían portar un girasol que representaba la belleza y el nuevo reinado del rubio que se alzaría emperador al cumplirse la boda.

 Lo cierto es que esta historia de amor no termina ahí, ya que cierto azabache no dejaría por nada que la sonrisa de su rubio amo se perdiera por lo cual una hora antes de contraer nupcias el joven Naruto desapareció del castillo.

El emperador Minato no contenía su rabia, la boda tuvo que cancelarse. El futuro esposo del joven Namikaze lanzaba fuego por la boca, sirviente que se le atravesara quedaba calcinado por las soeces palabras que lanzaba a la que creía bola de incompetentes que cuidaban de su rubio prometido y del castillo Namikaze, y he ahí el momento en que recordó al sirviente azabache que no se desprendía de su ensoñación dorada.  Movió mar y tierra por encontrarlo y al no haberlo hecho lo denuncio ante el emperador quien tomó cartas en el asunto, por muchas semanas el azabache fue buscado por ser el secuestrador del futuro emperador de la tierra del tornado pero no hubo rastro de ellos hasta después de un mes en el que el azabache fue el único que regreso por su propio pie a encarar los cargos de los que se le culpaban.

-           Vengo en paz a entregarme- dijo frio y calmado frente al gran portón del castillo.

-           ¡Arréstenlo! – Grito ofuscado de odio el emperador, le parecía muy cínico de parte del joven azabache el venir hasta allí tan calmado y aún más el hecho de que su hijo no se hallaba con él.

Inmediatamente el joven azabache fue tomado preso y llevado al despacho del emperador el cual iba a darle clara sentencia de muerte, pero se calmó porque había muchas preguntas que tenía que hacerle al Uchiha. Los familiares de este ya lo habían renegado para que su apellido no quedara mal y al final no les intereso lo que pasara con el más joven sirviente del clan.

-           Dime dónde está mi hijo - Pidió el emperador sin gesto alguno.

-           Su hijo se encuentra bien, tiene mi palabra- Dijo solemne el azabache por lo cual el pobre emperador se encontró más frustrado.

-           Te ruego que me digas su paradero, por favor… – Minato Namikaze se encontraba hecho un mar de lágrimas.

-           Le pido que se calme emperador, tengo algo de qué hablar con usted.

-           Lo único que quiero es a mi hijo de vuelta.

El azabache bufo cansado ante los lloros de su majestad para continuar.

-           Ocurre que Naruto, perdón, más bien dicho el joven Namikaze no está aquí por una razón en particular, se ha enamorado y no es de quien tiene el honor de desposar su mano.

-           ¿Mi hijo? –Dijo en tono feliz el soberano - ¿Y de quien podría haberse enamorado? –Dijo pensando solo en las riquezas y el poder a las cuales atenerse al saber el nombre.

-           De mi… -Respondió cabizbajo.

-           ¿De ti?... – Quedo absorto en sus pensamientos y prosiguió.- Lo dudo, solo tratas de confundirme.

-           Esa es la verdad su eminencia, el joven Namikaze se confesó ante mí días antes de la boda, era obvio que no pudiese aceptarle por el trato que hay de sirviente a amo pero el joven se veía sumamente triste por lo que me rompió el corazón y tuve que huir con él para pensar que hacer.

-           Mientes

-           No he mentido nunca en mi vida

-           ¿Y entonces porque mi hijo no ha venido contigo?

-           Por qué me he dado cuenta de que también lo amo y es por eso que deseo protegerlo de un matrimonio que el no desea aun si mi vida depende de ello.

El emperador miraba confundido al azabache hasta que un guardia del castillo invadió la habitación cargando un joven en la espalda.

-           ¡Sasuke! - Grito el rubio Namikaze cayendo desde la espalda del guardia, al ser visto por el azabache deshizo fácilmente las cuerdas con las que le habían atado y lo abrazo fuertemente aunque no estaba en sus planes que el rubio viniese con el.

-           No deberías estar aquí Dobe…- Dijo triste el azabache.

-           ¡Hijo! - Grito el emperador corriendo a ver que se hallara bien, lo cierto es que traía una vestimenta muy extraña, una camisa blanca y pantalón negro apretado era un conjunto nada apropiado para el futuro emperador de las tierras del tornado.

Lo siguiente que hizo el emperador fue quitar de los brazos del azabache la figura rubia de la cual se hallaba dueño. Llamo a los guardias nuevamente y entre jalones y patadas se llevaron al azabache de ahí a su muerte.

-           ¡Basta, suéltenlo! ¡papá diles que lo suelten! – El joven rubio había salido de la habitación corriendo detrás de los guardias y tras este el emperador.

Cuando Namikaze Naruto se halló lo suficientemente cerca de Sasuke trato de tomar su mano pero los guardias, unos fortachones de dos metros siguieron su camino sin importarles nada.

-           ¿Papa?– Dijo comenzando a llorar el pequeño rubio mientras su padre avanzaba hasta él y le daba un abrazo.

-           ¡Suéltenlo! - Grito con poderosa voz el emperador.

El azabache fue liberado y dirigió su paso ante los dos rubios que lo veían, el menor se deshizo del agarre de su padre y se abalanzo a abrazarlo y el otro solo les veía expectante y pensativo.

-           Sasuke, te amo, te amo, te amo… - Grito desgarrándose las cuerdas vocales.

-           Naruto, mi dobe…Yo también te amo...

-           Lárgate de aquí – Dijo el emperador desvaneciendo el hermoso reencuentro.

-           ¡Papá!

-           Si te quedas el prometido de Naruto te matara, te lo puedo asegurar.

-           Naruto…-Dijo alejándolo de su cuerpo el azabache.

-           ¡Sasuke no!  te lo pido no  me dejes de nuevo… – Comenzó a llorar.

-           Lo hice porque quería afrontarme solo a esto- Se fundió nuevamente en un abrazo con el rubio y  susurro solamente para este.-Primero muerto antes que verte al lado de alguien que no ames

-Sasuke…


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