Un día pacifico, a decir verdad. Nunca había visto tanto sol por estas calles de Londres. Normalmente son obscuras o llenas de niebla por estas fechas, pero hoy es una excepción. El sol ilumino mi pálida cara. Un nuevo día se aproximaba.
-Qué asco. –Dije entre pucheros levantándome con dificultad de la cama.
Sentí como todo el peso se me venía nuevamente en la espalda. Mi familia es una de las más ricas del lugar. Mi casa no es la excepción. Es una casa muy grande, grandes ventanales de color negro, los pasillos de recuadros de colores cafés y otoñales. Es una de las más antiguas pero a la vez remodelada. Mi cuarto consiste de paredes de color rojo vino con un retoque por debajo de estas de color café obscuro con diseños de cuadriculado. Con mis ojos clavados en la nada, mi piel es pálida, mis cabellos son de un color negro de forma alborotada del mismo color a mis ojos. Mi cara es algo fina y mi expresión antes era muy alegre, ahora prefiero ser nadie. Tuve muchos amigos en varios años, como Milk, mi exnovia que ahora me detesta con toda su alma. No la culpo. No le di lo que ella quería. Ahora gracias a ella, medio colegio me detesta. Me golpean, y llego con raspones, moretones a mi casa. Nadie me dice nada, es normal. En esta casa solo se escucha el sonido e la nada.
Mi padre se fue a la guerra para nunca regresar, mi madre se volvió una loca y se la llevaron a un “Manicomio”. Me he quedado solo con las mucamas, me han cuidado y criado como su hijo. Pero nada podrá remplazarla. Mis muñecas están con múltiples cicatrices y nuevos cortes que ahora me arden. Me las quede viendo un par de minutos como la sangre seguía brotando desde anoche que las hice.
Me levante pesadamente de la cama, mis piernas temblaban y mi fisionomía era algo fornida, a pesar de todo mantenía el buen ejercicio cuando me apetecía. Avance a paso lento a la puerta del baño, entre y cerré la puerta con seguro. Me mire al espejo a mi derecha, con el lavamanos negro debajo del espejo. Me mire la cara, dientes y pelo. Todo igual. Nada cambia. Jamás lo hace. Me retire mi camisa holgada de color blanco y mis boxers negros. Totalmente desnudo puse el ducho con agua tibia y me adentre totalmente en ella. Apoye mis manos en la pared de cerámica blanca y disfrute el agua caer por todo mi cuerpo.
Después de la ducha, me puse la camiseta manga larga de color negro y unos jeans rotos del mismo color, un tenis All Star Blanco con negro. Baje las escaleras con mi mochila hasta llegar al comedor, donde las mucamas ya me tenían el desayuno preparado. Comí unos huevos con tostada, Bacon, y un jugo de naranja. Comí lo más lento que pude, no quería llegar al colegio, al menos no hoy. Termine de comer ya algo tarde para el colegio. Tome las llaves que me dejaron en la mesa y me dirigí a la puerta.
-Que le vaya bien joven Goku. –Me dijo alegremente una de las mucamas.
-Gracias. –Le respondí sin emoción alguna.
-¿Quiere que le compremos algún aperitivo para la tarde en su regreso?
-No.... Bueno, sí. Un café negro y una dona francesa.
-Como ordene joven. Me dijo amablemente la mucama cerrando la gran puerta de mi mansión.
Baje las escaleras de la casa y empecé a caminar por las calles. Había tanta gente este día. ¿Se celebraba algo? No lo sabía, pero todos iban con una sonrisa en el rostro, claro todos menos yo. No tengo motivos para hacerlo, mucho menos para seguí así. Me empezó a entristecer, sentía como la vista se me nublaba. Para calmarme un poco, saque mi nuevo teléfono, el cual su ventana no ha llegado aquí y coloque mi canción favorita de “Memphis May Fire- Prove me Right” La tartamudeo por todo el camino al colegio. Una vez hay, me esperaba como siempre a la puerta uno de mis ya pocos amigos, Krillin. Ese pequeño pelo siempre me sacaba una sonrisa, no importaba el porqué.
-¡Hey, ya vino la palmera favorita de todos! –Me dijo alegremente mientras me daba un par de palmadas en la espalda.
-¡Hey! Hola esfera. –Dije mientras le frotaba la cabeza.
-Jajá, está bien. Vamos a la clase.
-Muy bien. Dijo con ahora una pequeña sonrisa en mi boca, mientras subíamos las escaleras de la escuela.
Se notó como drásticamente le ambiente cambio de sonrisas a miradas de odio calvadas en ambos. Detestaba eso, Un grupo de chicas paso a la par de nosotros, golpeándome “accidentalmente con el codo” otros nos empujaban entre así. Finalmente llegamos a la arte de arriba el colegio, donde ya nadie estaba ya que las clases empezaban en media hora.
-Y dime Goku ¿Ya decidiste a que club te vas a unir? –Me pregunto Krillin caminando con su gran y radiante sonría en su rostro.
-La verdad es que no. Pensaba en el de deporte pero hay muchos, y el de cocina... solo digamos que la última vez que intente cocinar agua, se terminó prendiendo fuego.
-¿Eso se puede? –Me pregunto deteniendo su paso. Yo solo me encogí de hombros, haciendo una ademan que no sabía. –Hm... ¿Qué tal el club de Ocultismo?
-¿Existe ese club? –Pregunto con algo de asombro.
-Claro esta como a dos puertas de nuestra aula. ¿Jamás lo habías visto?
-La verdad es que no le prestó atención a ellos.
-Te caerán bien, hay esta Trunks y Gohan, escuche que ocupan uno nuevo.
-Lo intentare. –Le respondí recobrando el paso, ya que escuche que la gente empezaba a subir.
Llegamos a la clase 33-12, la nuestra, entramos a la clase. El profesor no había llegado, su escritorio de caoba oscura estaba ocupado por uno de los brabucones del grado. Broly. Este estaba recostado en la silla del profesor con sus pies en el escritorio. Algunos otros estaban sentados en la mesa riendo a carcajadas.
-Ven, sentémonos en la parte de atrás. –Me dijo Krillin tomándome de mi camisa manga larga para jalarme hasta la parte de atrás del salón
En el pequeño tramo, voltee a ver el salón, había un grupo de chicas las cuales rodeaban a una, Milk... Su voz me da repulsión con tan solo pensarla. Sus labios rojos, ese maquillaje excedido y su ropa demasiado corta que parece puta. Me deje llevar por Krillin el cual me llevo a un asiento en la parte de atrás. El coloco su mochila en una de las sillas y yo en la de la par. Me senté y suspire hondo. Escondí aquellas marcas con las mangas largas de mi camisa y mire al frente.
Finalmente el maestro entro a la clase, todos lo saludamos con la típica reverencia. Nos volvimos a sentar. Las clases transcurrieron demasiado normales para mi gusto (Me da pereza escribir lo que paso jeje)
A la hora de salida, empecé a empacar mis clases e matemáticas y cívica, ya que el estúpido maestro nos dejó trabajo. Tome las demás clases para llevarlas al casillero, desgraciadamente en el camino, Milk me puso el pie haciendo que yo me cayera al suelo. Ella solo se burló de mí calvando su tacón en mi espalda para caminar por encima de mí. Ahora tenía un dolor punzante en mi espalda.
-Perra. –Susurre para levantarme con algo de dificultad.
Con gran suerte, me ayudaron Gohan y Trunks, los cuales recogieron mis libros y a mí.
-¿Estas bien Goku? –Me dijo Trunks acercándose con mis libros.
-Sí, solo me tropecé.
-¡Que estúpida! ¡Ella simplemente me saca de quicio! –Respondió Gohan ayudándome a levantar.
-Hey Goku! -Escuche a Milk reír como maniática, pensé que había pasado algo -¿Todo bien? –Me preguntaba Krillin, vaya que buenos amigos que tengo.
-Nada en especial. –Les respondí a los tres los cuales me miraban con una amplia sonrisa.
-¿Y bien? ¿Ya decidiste a que club iras? –Me volvió a cuestionar Krillin.
-No, todavía no.
-Hey, hoy tenemos nuestra sección en el Club de Ocultismo ¿Vas? –Me dijo Trunks.
-Me parece bien. –Respondí para que nos fuéramos de la clase a la sala de ocultismo.
Sin duda alguna, mí día a día se manifestaba así. Jamás creí que algo cambiaria.
CONTINUARA