Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Rivales por Yami Red eyes

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 

 

 

¿Logrará conquistarlo?

Notas del capitulo:

 

Yugioh no me pertece.

 

Saludos a todos, no es para molestar a nadie.

Tomenlo de la mejor manera.

 

ONE SHOT

 

Que comiencen los juegos del hambre, a no, digo, que comience la conquista xD

 

 

 

"En la guerra y en el amor, todo se vale"

 

 

La vida tiene una manera tan misteriosa y perfecta de demostrarte que vale la pena. A veces los eventos que vivimos no son los más gratos e inspiradores, pero siempre—cuando lo crees todo perdido—, te sorprende con algo inesperado.

Si dejas de sorprenderte de las cosas de la vida, entonces no eres más que un humano muerto en vida.

Y yo era de esos zombis vivientes.

Cuando era chico, nunca creí ser un magnetismo para chicos y chicas, inclusive pedófilos estaban tras de mí, pero yo como un inocente chiquillo, nunca lo noté.

Así pasé gran parte de mi vida, siendo acosado por quienes no me atraían y rezando cada día por ser escuchado para que la vida por fin me trajera al ser que pasaría el resto de mis días junto a mí. Yo prometía a los cielos ser el más fiel, el más cariñoso, el más amoroso y devoto; quién velaría y cuidaría de esa persona especial cada día, cada minuto, cada instante de su vida solo con el propósito de hacerla feliz.

Sí, a pesar de que tuve algunos amoríos, nadie me llenaba, nadie me convencía, nadie me motivaba, y quizás eso me llevó a ser cada vez una persona taciturna, solitaria, melancólica y sobre todo, difícil de conquistar.

No fue hasta que en los años de universidad conocí a una encantadora chica de cabellos rojos y esplendida figura. Ella y yo pasamos los días más bellos que pudiese imaginar, sentí que realmente me había enamorado de ella, de su figura, de su carácter tierno y explosivo, y su inteligencia.

Le propuse matrimonio, estaba muy emocionado ya que llevábamos un año de novios. Pero tristemente, ella me rechazó.

Tenía a alguien más.

Así fue que cerré mi corazón, eliminé todo rastro de “amor” que pudiera dañarme.

Sí, tuve otras parejas, pero nunca llegue a durar con ninguna, nunca más volví a abrirme con nadie, y el recuerdo de Akiza siempre me perseguiría.

Pero aun respiraba y seguí mi vida en la universidad, con normalidad, trataba de no pensar eneso, mi corazón estaba congelado.

 

—Hey Yusei, ¿Qué tal si vamos a una fiesta este viernes? —me habló mi amigo Crow, es un tipo simpático cuando llegas a congeniar con él, pero a primera impresión parecería que en cualquier momento te iría a quitar tus pertenencias.

—Lo siento. No creo poder ir, tengo que estudiar para un examen.

—Vamos, solo una hora y te regresas a estudiar.

—Sabes que eso no va a pasar. Si vamos reprobaré.

—Nah, yo te conozco Yusei, siempre apruebas, así es que no tienes de que preocuparte.

—Claro, apruebo porque estudio.

—Ah, ya te vas a poner delicado.

Crow siempre era así conmigo, siempre tan persistente. No recordó la última vez que me hizo ir a una fiesta de dos días y reprobamos todos los que asistimos. Fue muy difícil pasar los extraordinarios, no me volvería a caer de nuevo.

—Está bien, Crow. Dame la dirección y yo los alcanzaré.

—¡Así se habla! —tomé el papel que contenía dicha información y la guardé en mi bolcillo.

Lo sé, esto va directo al archivo muerto, es decir el bote de basura.

Ese viernes casi todos los estudiantes tenían planes de salir, fiestas, reuniones, conciertos, carreras de autos, la juventud es algo maravilloso; sin embargo, para mí no era algo que me emocionara.

Ya eran las cinco y media, no tenía ánimos de seguir en la biblioteca estudiando, la fiesta de Crow no era opción y dirigirme directo a mi hogar tampoco parecía ser muy atractivo. Así es que camine sin rumbo por las instalaciones de la Universidad, era como una mini ciudad que albergaba todas las especialidades, hasta que algo llamó mi atención.

En la facultad de Artes se llevaba a cabo una exposición de arte urbano, donde las pinturas exhibidas no parecían llamar la atención de los demás estudiantes, pero por extraño que pareciera, cautivó por completo mis sentidos.

Cada pincelada, cada diseño, cada técnica y expresión de arte, era simplemente sublime. Había cuadros tan exquisitos que bien podían competir con el arte de los famosos pintores de los siglos pasados.

Todo lo ahí plasmado me hizo sentir muchas emociones al mismo tiempo: tristeza, suspenso, alegría, pero sobre todo, y de lo que más abundaba, era felicidad.

Cuadros de parejas en arte barroco, algunos en técnicas surrealistas, modernos cuadros de extraños seres del espacio, de amores en representación de objetos. Mis ojos azules estaban embelesados, la melodía imaginaria de aquella exquisitez la podía escuchar en el susurro del silencio, en las aceleradas palpitaciones de mi corazón conmovido; mis ojos derramaron algunas lagrimitas debido a la sensación de “vida” y verdadero amor que estaba plasmado en cada detalle.

Yo estaba justamente admirando el cuadro de una pareja sentada sobre un gran columpio, ambos mirándose íntimamente en una expresión de puro amor, y la pregunta llegó a mi mente:

¿Por qué no tenía tanta audiencia estas obras maestras?

—¿Qué te parecen?

Debido a mi viaje en la belleza, no me di cuenta cuando había tenido más compañía. Fue que vi a un chico más bajo que yo, de ojos marrones y cabello castaño.

Dios, era otra obra maestra.

— Son realmente buenos.

—¿Tu crees? Creo que el artista es un amateur.

—No lo creo. —Volví a apreciar ese cuadro del columpio.

—¿Por qué lo dices?

—Es bien sabido que los artistas plasman lo que llevan adentro, es decir, en sus frágiles almas. Ellos comparten sus sentimientos al mundo, de esa forma, visual. Puedes aprender de un artista solo con enfocarte en su técnica; mira que tiernas son, pero a la vez son fuertes y apasionantes, dejan un ligero misticismo. Este artista—leí la firma del cuadro—Judai Yuki, es toda una belleza. Su alma, debe ser pura.

No quise hacer mucho escándalo en la forma en como ese chico me estaba mirando, parecía que yo había tocado un punto sensible en su interior. Sonrió y también admiró el cuadro frente a nosotros.

—Vaya viejo, dices cosas tan motivantes. El artista debe estar agradecido con lo que acabas de decir.

—Solo expreso lo que me hizo sentir. Míralas, es…es…no tengo la palabra adecuada.

Aquel chico me sonrió, sus leves ricillas hicieron que me contagiara y le devolviera el gesto de la misma forma, como si en verdad nos entendiéramos bien, aunque era la primera vez que nos veíamos.

—Entonces te deja sin palabras.

—Me dejó enamorado. Hace tanto que no tenía ese sentimiento; llegaba a pensar que ya tenía un corazón de piedra.

Su risa era cautivadora, era tan alegre, tan soltado de la vida. Todos sus gestos me parecían bellos.

—¿Te burlas?

—No, solo que se me hace gracioso lo que dices de tu corazón.

—¿Gracioso? ¿Por qué?

—Los corazones de piedra, no existen. Siempre tendrás algo que te haga sentir, así sea odio, pasión, amor o celos. El corazón simplemente no tiene sentido común y solo se deja llevar.

Me encantó, ese chico era un encanto.

—Soy Yusei Fudo. —estiré mi mano, deseaba sentir el contacto con su piel.

—Judai Yuki, es un gusto.

No sé cuándo fue la última vez que mi rostro se había puesto tan rojo que quemara mi piel, parpadee varias veces tratando de convencerme de lo que había dicho.

—Tú…tú eres…!Judai Yuki!

—Soy yo.

—¡El artista!

—Vamos viejo, no es para tanto. —se rascó la cabeza.

Tal vez para él no lo era, pero yo simplemente me había enamorado. El alma, la esencia, la pureza del artista; era genuino.

—Judai Yuki, es un placer.

 

Pasaron varios días en los que mi deseo de verlo me impulsaba a buscarlo en la facultad de arte, iba todos los días después de mi última clase, y siempre me recibía con una sonrisa.

—¡Yusei! Viejo, ven, mira mi nuevo cuadro.

Hermoso, realmente plasmaba tanta ternura en cada uno de ellos, aunque también tenía otros que parecían un caos. Je, Artistas.

—Siempre me sorprendes.

—Jeje, bueno, espero no decepcionarte.

—Eso nunca.

Y así sucedió, mi corazón de hielo se comenzó a descongelar con la calidez de ese chico de cabello castaño. Salimos varias veces fuera de la facultad, cenas, conciertos, exposiciones de arte en museos reconocidos, teatros, bares, fue un año lleno de alegrías y descubrimientos, ya que, nunca en mi vida había estado tan complementado con alguien, y menos con un hombre.

Sabía que lo que sentía, no era simple amistad.

 

Su exposición seguía en el salón de la Universidad pero con poca audiencia, aunque parecía no importarle mucho; yo quería que tuviera más apreciaciones, quería motivarlo como él me había motivado a mí, a sentir nuevamente, a vivir; por lo que me tomé la libertad de comentar su arte en un foro de la facultad por internet.

Quizás no había provocado una carambola de espectadores, pero si logré ver más curiosos por el lugar y eso me agradó mucho al escuchar los comentarios positivos para mi “musa”.

Ahora no era solo yo quién lo elogiaba, no me molestaba, aunque no puede evitar sentirme un tanto celoso, sobre todo, por dos chicos.

Ambos parecían ser más jóvenes que yo, uno era alto, (no tanto como yo) de tez blanca, ojos esmeralda y cabello turquesa, parecía ser muy firme y decidido. Otro era un chico más bajo, centímetros menos a Judai, de cabellera en dos colores,  rojo y verde en la copa, de tez pálida y ojos carmesí. Parecían haberse quedado pasmados con el arte de MI Judai, como yo lo hice en aquella ocasión.

—Impresionante. —escuché decir al peli turquesa maravillarse.

—Woow, exquisito. —el otro chico también vociferó su apreciación.

Fue grato saber que les encantaba, pero no lo fue tanto para mí cuando sus elogios ya no eran para el arte de MI Judai, más bien para el mismo artista.

—Johan Anderson.—vi como tocaba sus manos con las de MI Judai para presentarse.

—Mucho gusto, Judai Yuki. —mi amado tan simple y amigable como siempre.

—Es todo un honor, soy Yuya Sakaki. —ahora me retorcí de celos al mirar que el otro chico también lo saludaba de mano.

Un tic nervioso brincaba sobre mi ceja, tuve que meterme entre ese trío. Jalé un poco a MI Judai hacia mi pecho para que tomaran sus distancias aquellos desconocidos y mis orbes chispeantes azules les indicaron que me convertiría en una fiera si pensaban en tocarlo más.

Lo sabía, ellos también habían caído a sus pies, y quién no, Judai era tan carismático.

—Me alegra que les haya gustado. Ahora ya pueden irse. —no sé por qué dije eso, simplemente fue un impulso, un impulso por mis celos.

—Oh, que descortés, parece que a tu hermano no le agrada que tengas pretendientes.

Ese chico de cabellos bi color se estaba ganando un jalón de orejas.

—¡No soy su hermano! —le puse en claro.

—A perdón, tu padre.

—¡No soy su familiar!

Me había enojado, pero la risa de MI Judai y aquel peli turquesa evitaron que me exaltara. Si me descuidaba la retaguardia, Anderson podía provecharse.

—Gracias por haber venido. No saben lo mucho que aprecio sus valoraciones, de verdad me hacen sentir más ganas de pintar. —Mi Judai se rascó la cabeza, estaba complacido.

Nuestros rostros se enrojecieron cuando Judai nos guiñó un ojo, quedamos derretidos ante ese gesto inocente. Dios, que belleza era ese chico.

—Oye, Judai, ¿puedo invitarte a salir? —Yuya era algo aventado, lo noté por lo rápido en que casi se le declara. Pero no me iba a ganar, no le iba permitir arrebatármelo.

—Quisiera también, pedirte una salida. —cielos cuanta sutileza. Tenía que actuar rápido, o Johan también me ganaría.

—Judai y yo ya tenemos planes, así es que no tiene tiempo de...

—Sí por qué no. Vamos todos a la feria el sábado, sirve que nos conocemos.

Voy a morir. Judai era despistado, despistado, despistado, no se había dado cuenta de nuestras intenciones. Suspiré resignado por su respuesta estándar al interrumpirme, y su sonrisa ancha no me dejó objetar más.

Así que fuimos todos a la feria.

Johan estaba a un lado de él, Yuya del otro y yo trataba de metérmele a cualquiera de los dos.

Las atracciones eran vistosas en todos los ángulos, vi que Judai estaba más interesado por la comida, lo sé, conozco sus gustos, así es que fui a comprarle unos camarones empanizados para sorprenderlo; pero al volverme, ya Yuya le estaba dando un chocolate Poki desde su boca acercándose a la de él, por suerte Johan estaba ahí para hacerlo a un lado y llevárselo lejos.

Un momento, ...¡Se lo estaba llevando!

Corrí tras de ellos, Yuya hizo lo mismo. Se habían metido en la casa de los espejos, claramente trataban de despistarnos. Estúpido y gigantesco laberinto de espejos.

—¡Judai!

Johan y Judai estaban a solas, ¡a solas! Donde le tocara un pelo yo le partiría la cara. Pensaba miles de cosas: como que tocaba sus labios con su boca, que lo abrazaba, lo mimaba y ¡no era yo! La tortura de imaginarme a Judai decirle “acepto” no me dejaba pensar bien, me metí desesperado a buscarlo, a veces me estrellaba con los cristales debido a la rapidez.

Suspire aliviado cuando por fin lo vi, había retenido la respiración por la incertidumbre, pero solo había sido un momento de auto sadomasoquismo mío, ya que solo los encontré riéndose de sus reflejos y haciéndose bromas uno al otro.

Creo que Yuya sintió la misma molestia pues se había puesto unos googles que llevaba en la cabeza tapando sus ojos que expresaban seriedad, fue inteligente, se fue tras de mi y yo no me di cuenta.

No fue el único momento que me quisieron ganar, al menos yo ya me les había adelantado complaciendo a mi musa con los alimentos que le gustaban, pero fue una completa competencia.

Johan ganaba peluches para él, aunque Yuya y Yo intentamos ganar en el juego de tiro al blanco, siempre nos superó. Luego Yuya nos ganó en los juegos de aros, otros peluches para Judai; y yo… yo solo pude ganarle un pequeño llavero de kuriboh alado en las canicas, no había tenido suerte con ninguna otra atracción de destreza. Debo ponerme en forma.

A pesar de todo la pasamos bien. Creo que cualquiera es buen rival y no les veo malas intenciones hacia MI Judai, sin embargo, quiero poner en claro nuestro duelo.

Tomé la oportunidad cuando Judai se fue al baño y los tres quedamos solos.

—Muy bien, ¿Qué se traen con Judai ustedes dos?

El primero en contestarme había sido Yuya.

—Damas y caballeros, aquí comienza la riña. Yo quiero a Judai, me gusta.

—No tan rápido, también me gusta. —escuché la voz del otro chico.

—¡Pero yo llegue primero! Además lo acaban de conocer y no se trata de…

—¿Competir? —dijo Yuya. —En la guerra y en el amor todo se vale. Además, todavía no es tu novio y es libre para elegir.

—Sí. —ahora escuché al Anderson—Así es que no cantes victoria Yusei. Tendrá más tiempo de conocerlo, pero te aseguro que te ve como un buen amigo.

—¿Por qué lo dices?

—No se ve interés.

Justo en mi corazón Star, es decir, me había dado mucho que pensar. Era verdad que Judai estaba metido en su mundo, en su arte, pero nuestras salidas eran más que nada amistosas, sin afán de insinuarle otra cosa. Ya era momento de actuar y declararle todo lo que yo sentía hacia él.

 

Judai, te mire acercarte, parecía que casi flotabas hacia nosotros, eres tan especial, tan jodidamente especial; quisiera ser especial y ser perfecto para ti.

—Jud... —me interrumpieron.

—¡Vamos a la montaña rusa! —gritó Yuya. Johan solo lo animó.

Ellos no me dejarían hablar, cada uno te tomó de tus brazos y te guiaron alegremente hacia dicha atracción.

Mis ojos azules se tornaron en determinación, ya no podía seguir soportando estos celos. Me abalance hasta ellos, los aparté y te besé con todos mis sentimientos demostrados en ese gesto vehemente.

Y el universo colapsó, y la oscuridad fue iluminada con la belleza y el brillo de las estrellas, estrellas reflejadas en los ojos de Judai. Mi amado Judai.

Sé que estas desconcertado, sé que no debí haberlo hecho, sé que puede significar incluso el fin de nuestra amistad, pero yo…yo necesitaba demostrarte mis verdaderos sentimientos, y gane o pierda, no me arrepiento. Yo solo quiero que seas feliz, aunque no sea conmigo, pero debes saber lo que siento por ti.

—¡Yusei! —me miras con ojos confundidos. Lo otros quieren matarme, pero los ignoro, se han quedado paralizados.

Este momento pertenece a nosotros, solo a nosotros dos, gracias por regalármelo, gracias por no golpearme y alejarme por mi intromisión, pero realmente necesito saber  tu respuesta, la dictadora de la verdad, la detonadora de nuestro duelo..

 

Veo tus labios abrirse después de dejarte respirar, me preparo para el desenlace.

 

 —Yusei, yo...¡te amo! — lo dices entre una risita nerviosa; mis ojos azules estaban encantados. Y mis rivales paralizados, casi podía notar el aura morada con nubes negras arriba de ellos. 

Una sola palabra describe este momento: Felicidad.

Judai me has hecho el hombre más feliz sobre la tierra, nunca pensé encontrar tanto en una sola palabra, Felicidad.

 

Sonrío con tantos sentimientos en mi interior, todos en ese solo sentimiento, amor.

 

Vuelvo a vivir, vuelvo a ser feliz. Gracias Judai.

 

 —Judai, también yo.

 

 

 

Notas finales:

 

 

Espero no me mate nadie.

 

 

Así es que me representé como mi tercer fav de Yugioh: Yusei.

Judai esta representando a quién me dedicó el fic,  dark kirito <3<3

Mis rivales se identificaran solos xD 

 

Adoro, adoro a Judai yuki, mi segundo fav es Haou, aunque puedo asimilar que Haou y Jaden son el mismo, por lo que ambos quedan en el mismo primer lugar, segundo Joey  <3

 

Gracias por leer.

 

Hasta la próxima.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).