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“Lo único que sé es que te amo, y eso, no hay fuerza, ni ley que lo pueda mover, eso es sagrado”
Una historia, lo que suele pasar siempre… no sé qué es lo que busca la gente, no sé en qué carajos les afecta ver a las personas felices…
Sé que en parte es mi culpa por no haberle dicho a mi luz sobre mi pasado, de no haberle contado como era, pero entiendo también que eso es el pasado, ya no soy como antes era y no volveré a ser como fui.
También lo conozco a él y sé que suele meterse muchas ideas dentro de esa bella cabecita de cabellos tricolor cuando algo lo entristece, sé perfectamente que es muy sensible y que su gran corazón puede romperse con facilidad ante cualquier cosa, por eso siempre trato de cuidarlo de todo, siempre trato de que lo que pase no le afecte, hago mil intentos para que siempre este bien.
Pero sabía que llegaría el día en el que alguien de mi pasado apareciera y le hablaría sobre como fui.
Hoy salí con mi lindo Yugi a dar una vuelta en la plaza de Domino, esa es una de las cosas que más me agradan hacer, siempre que salimos solemos ir a jugar videojuegos ya que a mi pequeño le encantan, yo adoro ver la preciosa sonrisa que aparece fugazmente en su rostro y se queda para la posteridad en mi cabeza, también amo ver sus bellos ojitos destellando de emoción al ver cuando yo estoy jugando bien algún de los juegos en los que él no es tan bueno como él quisiera.
Hoy habíamos decidido ir a jugar un poco, después iríamos al cine y posteriormente pasaríamos a cenar hamburguesas ya que son sus favoritas, después podríamos regresar a nuestro departamento, ya teníamos viviendo medio año juntos, en todo ese tiempo su bella luz me había ayudado a cambiar demasiado, aún recuerdo cuando él llegó a mi vida y me cautivó con esa forma de ser tan diferente a la de los demás, era de esas personas que conoces y sientes ganas de proteger por siempre, sin darme cuenta el tiempo fue pasando y sin más me fui enamorando de la bondad de su corazón y la pureza de su alma, antes de él yo había sido un maldito que solía salir con la persona que se le pusiera enfrente sin importarle los sentimientos de esta, total para mí solo era diversión para una noche, al día siguiente conocería a alguien más y así sucesivamente, no tenía motivos para engancharme con alguna persona, hasta que él apareció…
Conocí a mi bello Yugi hace dos años, en una fiesta que había organizado mi hermano menor en honor a mi graduación de la universidad, Yugi es el mejor amigo de él, el nombre de mi hermano es Ryo.
Aún recuerdo cuando llegué a la fiesta -Ya que me habían sacado de mi casa en todo el día para que fuera sorpresa- y lo primero que pude divisar entre la multitud fue un chico de piel blanca como la nieve, cabello dividido entre tres colores que combinaban perfectamente bien y poseedor de un par de ojos amatistas que destacaban de entre todos los demás, me acerqué poco a poco a él hasta que lo invité a bailar y él aceptó gustoso, en ese momento pensé que sería una persona más, pero pude identificar rápidamente lo especial que era, lo hermoso que era tanto por dentro como por fuera…
Pasaron muchos meses en los que fuimos simplemente amigos hasta que aceptó ser mi novio, Ryo no había tenido problema con eso, él adoraba a Yugi y que yo lo hiciera su cuñado era lo mejor que podía pasar según las palabras de mi hermanito.
Después de mucho tiempo decidimos vivir juntos, para mí eso era una gran alegría, pero la alegría no siempre es duradera y hoy lo comprobé.
Mi pequeño y yo fuimos a jugar un rato en la sección de juegos de la plaza como habíamos planeado inicialmente, habíamos estado un gran rato disfrutando, pero… Justo cuando estábamos por retirarnos de ese lugar divise a mis dos ex mejores amigos de la facultad, digo ex porque esos idiotas eran en parte uno de los factores principales por los que yo era un desgraciado y como había decidido cambiar había decidido alejarme también de la gente tóxica, ellos dos, por ejemplo.
—¡Bakura cuanto tiempo sin verte! -Exclamó el imbécil de Atem pasando su brazo izquierdo por arriba de mis hombros, yo lo quite rápidamente.
—Atem… Malik -Mencioné fastidiado, gran momento para volver.
—Pero… ¿qué es esto? ¿Tú nueva conquista? -Cuestionó Malik irónicamente arqueando una ceja refiriéndose a Yu.
—¿Nueva conquista? -Cuestionó mi pequeño extrañado.
—Él es mi novio, idiota -Mencioné tomando a Yugi por la cadera posesivamente.
—Vaya, si es una dulzura -Mencionó Atem con coquetería, yo bufé fastidiado.
—¿Cuál es tu nombre pequeño? -Cuestionó Malik sonriéndole de una forma que me disgustaba, de la misma forma que solía sonreírle a los que él decía que serían los siguientes en su lista.
—Yugi Mutuo -Mencionó mi lindo pequeño con su dulce voz.
—Pero si todo lo que eres es lindo -Mencionó Atem encantado con MI Yugi.
—Tengo suerte, ¿no? -Cuestioné irónicamente mirando mal al par de idiotas frente a nosotros.
—Mucha -Dijeron a coro ambos.
—Bien, hace mucho que no te veíamos, nosotros vamos a comer hamburguesas, ¿van con nosotros? -Cuestionó Malik sonriendo ladinamente, acercándose a Yugi.
—No sería mala idea ir con tus amigos -Mencionó mi pequeño sonriendo enormemente, yo solo solté un hondo suspiro y terminé cediendo, no podía negarle nada al ver su hermosa sonrisa.
—Está bien iremos -Mencioné frustrado, sabía que no saldría nada bueno de ver a ese par de idiotas y así fue.
Caminamos dentro de la plaza y nos dirigimos al Burger World del lugar, entramos y nos sentamos en una mesa alejada de la entrada, obviamente no dejé que esos idiotas se acercaran a mi pequeño así que me senté en medio de Mi Yugi y de Atem, y Malik se sentó del otro lado de este.
Pedimos la comida y esperamos un rato, yo trataba de evitar lo más que podía el tema del pasado, pero no sabía si esos tontos dejarían las cosas en su lugar.
Después de que trajeran la comida estuvimos conviviendo bien, hasta que mi pequeño tuvo sed, como ninguna camarera se acercaba por nuestra mese decidí ir personalmente para traerle algo… Gran error.
—¿Solo quieres eso pequeño? -Cuestioné sonriéndole cálidamente.
—Sí, solo eso amor -Respondió poniéndome su mejor sonrisa, yo asentí y me dirigí hacía la sección de caja para pedirlo.
Habré tardado…no sé, unos diez minutos, tempo suficiente para darle oportunidad a esos idiotas de que arruinaran todo, cuando regresé con su bebida mi dulce Yu ya no estaba.
—¿Y Yugi? -Cuestioné extrañado.
—Se fue -Mencionó Atem jugando con la pajilla de su refresco como si nada hubiera pasado.
—Creo que no pensó que solo era uno más en la larga lista de Akefia Bakura -Mencionó Malik riendo sínicamente.
—¡Idiota, él no es uno más en mi lista! -Grité molesto.
—Ay por favor Bakura, te conocemos demasiado como para no saber que al rato vas a buscarte otro ó a otra -Mencionó Atem incrédulo de mis palabras con un tono de voz acido.
—Aunque ustedes, par de idiotas, no lo crean él es el único -Mencioné pegando con mis palmas en la mesa.
—Ja… ¿Cuánto más?, un mes, ¿y después?, volverás a buscarte otro que te satisfaga, eso es lo que harás cuando te hartes de ese chico -Mencionó Malik con burla.
—Está bien, es lindo y lo que tú quieras, pero no es tu estilo quedarte con uno solo ¿o me equivoco? -Cuestionó Atem riendo con altanería.
—¡Estúpido! Eso pudo haber sido en el pasado, pero cambié al dejar de juntarme con animales como ustedes, por fin y por primera vez tenía algo bueno y ustedes par de inútiles llegaron a arruinarme todo -Mencioné molesto, solo quería moler a golpes a esos dos.
—¿A quién quieres engañar Bakura? Es obvio que a nosotros dos no -Mencionó Malik con el ceño fruncido.
—¿Saben qué…? Me importa un carajo que no me crean, qué van a saber de algo estable dos imbéciles como ustedes que se la pasan detrás de faldas, pero cuando encuentren a la persona indicada se van a acordar de mi… Saben qué, solo espero no volvérmelos a topar ¡Par de idiotas! -Mencioné muy molesto dándome la vuelta para ir en busca de Yu antes de matar a ese par de imbéciles por su maldita indiscreción.
Mientras me dirigía a la salida pude escuchar las risas y burlas de los dos, pero no les di más importancia, lo importante, lo que realmente quería era encontrar a Yugi y explicarle las cosas.
Busqué por toda la plaza a mi pequeño, pero no lo encontré por ningún lado, cuando más frustrado y fastidiado me encontraba me paré y pensé un poco las cosas… no podía haber ido muy lejos o en todo caso… tenía que haberse ido a nuestro departamento.
Corrí como si mi vida dependiera de ello… -y la verdad lo era- hasta que llegué a nuestro departamento, busqué mis llaves en mi pantalón y entré rápidamente dirigiéndome a nuestra habitación, al tratar de abrirla me di cuenta que la puerta estaba cerrada desde adentro, no podía abrirla, no tenía llaves de esta.
Acerqué mi oído a la puerta y pude escuchar los sollozos de mi Yu… me sentí la peor escoria que podía haber pisado este mundo, nunca había hecho llorar a Yugi, nunca me lo hubiera permitido si no hubiera sido por ese par…
Intenté pensar en qué hacer para que me abriera la puerta, sin saber que hacer hable tras la puerta, solo esperaba que me respondiera.
—Amor… -Mencioné con voz baja, casi entrecortada, estaba muy enojado y triste por lo que había pasado -Yugi… ¿quieres abrirme? -Cuestioné recargándome en la puerta.
—¡Akefia lárgate de aquí! -Mencionó con su voz entre cortada y con un tono molesto -No puedo creer que me haya confiado de ti, ¿en qué demonios estaba pensando? -Cuestionó más para él mismo que para mí con ese tono lloroso inundando sus palabras.
—Amor debes escucharme, nada de lo que te dijeron esos idiotas… sigue siendo así -Mencioné dando fe y legalidad de las palabras de esos ineptos.
—¿O sea que es verdad? ¿Sabes qué?, ya no quiero saber nada de ti, es mejor que terminemos esto de una vez por todas -Mencionó molesto.
—Lo fue, Yugi por favor ábreme la puerta, necesito que lo hablemos, no se puede quedar esto así, no aceptaré que te deshagas de mí -Mencioné triste, solo quería que me escuchara.
—¿De que servirá?, ¿vas a confesarme que solo estabas jugando conmigo?, ¿qué solo te burlabas de mí? ¡No quiero escucharte! -Gritó molesto, podía seguir escuchando el sollozo que mantenía mientras hablaba.
—¡No estoy jugando contigo Yugi! -Mencioné frustrado -Nunca he jugado contigo, lo pude haber hecho anteriormente con otras personas, pero nunca contigo, por favor amor, escúchame, habré la puerta… -Pedí suplicante.
—Está bien, te abriré… -Mencionó suavemente, pude escuchar cuando se levantó de la cama y se dirigió a la puerta, en cuanto la abrió lo abracé fuertemente recargando mi rostro entre su cuello y su hombro comenzando a dejar caer mis lágrimas, podía sentir el calor de su cuerpo inundando mi ser, su suave aroma, podía sentir su dolor en mi alma, podía sentir como su corazón dolía por las palabras que había escuchado, podía saborear su amargo sufrimiento.
—Yugi te amo, solo quiero que sepas que lo único que sé es que te amo -Mencioné abrazándolo más fuerte a mí, poco a poco él fue correspondiendo mi abrazo, sentía sus delicados brazos rodear mi espalda mientras recargaba su cara en mi hombro, finas lágrimas de tristeza caían desde sus bellas joyas amatistas.
—¡Eres un tonto! ¿Cómo puedes decir esas palabras sin sentirlas?, ¿cómo puedes abrazarme tan cálidamente si no me amas? -Cuestionó frustrado sus duras palabras atravesaban mi alma como cuchillas, odiaba a Atem y a Malik por decirle cosas a Yugi que hicieran que pensara que no lo amaba.
—Puedo decirlas porque es verdad, porque estoy enamorado de ti Yugi, porque desde que te vi me cautivaste con tu lindura, porque con cada momento a tu lado, porque por el tiempo que pasamos juntos me fui enamorando de ti… -Mencioné mientras mis lágrimas caían desde mis orbes cafés, estaba muy mal en ese momento, solo quería que mi amado Yugi me creyera.
—No es lo que dijeron tus amigos -Mencionó separándose de mi para mirarme a los ojos.
—Yugi… -Mencioné con mis orbes temblando levemente -De acuerdo, te explicaré todo mencioné tomando su mano caminando hasta llegar a la cama, así hice que nos sentáramos en la orilla de esta -Quiero que me escuches amor, por favor escúchame bien, anota mentalmente cada detalle… -Mencioné soltando un suspiro, mi pequeño asintió -Es verdad lo que te dijeron de mí, es verdad que anduve de allá para acá, es verdad que estuve con muchas personas, es verdad que no me importaban los sentimientos de los demás y que solo eran “uno más en mi lista”, pero.. ¿sabes qué?, seré sincero… La primera ve que te vi, pensé que tú también serías una persona más, alguien del montón, sin embargo, durante mi fiesta de graduación, mientras más platicábamos en ese balcón, en esa noche estrellada donde apenas si se podía notar la belleza de una luna en cuarto creciente me di cuenta de lo especial que eras, de que no eres igual que el resto, tú tenías algo que te hacía y te hace ser único, en cuanto menos lo esperé me encontré enamorado de ti… Fue entonces cuando decidí cambiar, tú merecías ser amado, merecías ser protegido por siempre, nunca merecías llorar y mírate ahora llorando por un idiota como yo… -Mencioné bajando mi cabeza.
—Bakura… -Escuché que sus dulces labios pronunciaron débilmente mi nombre, en ese momento subí mi rostro para mirarlo.
—Te amo, sin más que decir -Mencioné mirando fijamente sus ojos amatistas, estos habían dejado de llover sus sentimientos.
—¿Es verdad todo lo que has dicho? -Cuestionó con sus ojos temblando levemente.
—Lo es, cada una de mis palabras son verdaderas, yo te amo y dudo que pueda volver a amar a alguien como te amo a ti… -Mencioné débilmente -Sé que tienes miedo a que te haga daño, sé que piensas que puedo volver a ser lo que fui, pero ya no volveré a ser como antes, sabes que es cierto porque puedes sentirlo, yo nunca te haría daño, en todo el tiempo que hemos estado juntos lo único que he procurado es que sonrías -Mencioné sintiendo como una ligera sonrisa aparecía en mi rostro.
—Eso es verdad -Mencionó seguramente pensando en todo lo que habíamos pasado hasta ese día -Sé que nunca me has lastimado -Mencionó tomando mi rostro entre sus delicadas manos, yo puse mis manos sobre las suyas -Yo también te amo Bakura -Mencionó sonriéndome débilmente -Perdóname por no confiar en ti y creer lo que me dijeron -Mencionó apenado.
—No, perdóname tú a mí por no haberte hablado de esto antes -Mencioné triste.
—Está bien, entonces estamos a mano -Mencionó sonriendo con una sonrisa un poco más alegre.
—No vamos a terminar ¿verdad? -Cuestioné temiendo que siguiera eso en marcha.
—Claro que no, nos amamos no hay razón para estar separados -Mencionó riendo débilmente.
—Es verdad -Mencioné abrazándolo a mí con fuerza haciendo que se sentara en mis piernas -Gracias por seguir a mi lado -Mencioné dándole un pequeño beso en la mejilla, mi pequeño pasó sus brazos tras mi cuello para jugar un poco con mi cabello.
—Gracias a ti por siempre cuidarme -Mencionó acercando su rostro al mío, sin pensarlo más junté nuestros labios en un dulce beso que se fue volviendo poco a poco un poco más demandante.
—Tú no vas a volver a llorar por lo que fue de mi vida -Mencioné al separar nuestros labios.
—Descuida amor, jamás cambiaría las lágrimas que derramé por no haber pasado todos mis momentos contigo -Mencionó sonriéndome sinceramente, su dulce sonrisa había regresado.
—Mi dulce pequeño -Mencioné feliz -No sé qué hice para merecerte -Mencioné recargando mi rostro en su pecho inhalando su dulce aroma.
—Amarme amor, eso hiciste -Mencionó feliz.
Nos quedamos unos momentos así, yo seguía disfrutando de la calidez de su cuerpo y en pequeños ratos los besos surcaban por nuestros rostros y las suaves caricias no se hacían esperar, daba gracias al cielo de que todo había terminado bien, habíamos pasado nuestra primer prueba, habíamos tenido nuestra primera pelea y también habíamos tenido nuestra primera reconciliación, de eso se trataba una relación de pareja, de saber afrontar las adversidad, y también ahora estaba más que seguro que todo lo que viniera lo íbamos a superar mi pequeño y yo, y mientras el tiempo fuera pasando el amor que nos teníamos seguiría creciendo cada día mucho más.
Al final lo que algún día había sido mi vida, después de haberlo sido todo sin alguna medida, las cosas ahora eran diferentes, ahora tenía una persona que me hacía mejor cada día con solo ponerme su bella sonrisa y así iba a seguir siendo siempre.