Desde que era un niño había vivido en aquel lugar, no conocía a su madre ni a su hermano, al único integrante de su familia que conocía era su padre, el hombre que le dio la vida fue el culpable de su encierro en ese laboratorio.
Sasuke Uchiha sufría de una extraña condición, sus ojos no eran como los de los seres humanos, además de su color singular con solo una mirada podía causar sufrimiento , no había ser humano que lo hubiera mirado directamente los ojos y no hubiera encontrado el sufrimiento en ellos. Debido a un extraño gen que mutó en su cuerpo el pelinegro sufre de esa enfermedad que le da la capacidad que controlar la mente de sus adversarios y causarle un sufrimiento psicológico en ocasiones siendo él quien provocaba la muerte, en otras los obligaba involuntariamente a buscar la muerte con su propia mano.
Ese poder que había adquirido cada vez crecía más y los científicos del laboratorio no hallaban manera de controlarlo, la única manera que habían descubierto de no sufrir al mirarlo era cubriendo sus ojos con unas gafas con lunas totalmente oscuras e impenetrables especiales creadas en el mismo laboratorio.
La habitación de Sasuke era monitoreada diariamente las 24 horas del día, las paredes eran de concreto y una estaba echa de cristal blindado para evitar cualquier intento del joven de escapar. El cuarto contaba con conexiones que destilaban un gas sedante para que sea más fácil tomar muestras del chico sin que nadie muriera en el intento, además sería más fácil sacarlo de la habitación sedado para los diversos exámenes a los que era obligado diariamente.
La educación del chico era de un alto nivel académico para su edad, las clases eran computarizadas para que sus maestros no fueran victimas el "Sharingan" de Sasuke. Su alimentación era rica en todos los campos alimenticios, su habitación había sido construida para que tuviera comodidad de asearse cómodamente sin ninguna dificultad. Además, la iluminación había sido diseñada para que hubiera luz de día y por la noche oscuridad.
Siempre vestía de una camiseta negra y unos pantalones de pijama blancos, había días en que variaba a veces camisetas blancas o azules.
Se podía comunicar por un intercomunicador equipado en su habitación y le proyectaban imágenes en el cristal blindado.
Aquella noche una horrible pesadilla surco sus sueños y se levantó todo agitado, su corazón palpitaba rápidamente, tenía las mejillas un poco sonrojadas y el cabello pegado a la frente por el sudor. La habitación fue iluminada por una tenue luz.
— Sasuke, ¿estás bien? — esa voz la conocía muy bien, era de su padre, Fugako Uchiha
— Estoy bien — poco a poco fue calmando su respiración.
Había noches en que su padre se quedaba monitoreando por la noche, usualmente era para controlar su organismo después de haberle inyectado unas sustancias, ni siquiera sabía si lo hacia por su bienestar o por su trabajo. Otras noches y mayormente solían ser Suigetsu y Jugo quienes monitoreaban a Sasuke durante la noche.
En la sala de monitoreo Fugaku revisaba unos papeles siempre rotando la mirada entre los papeles y la habitación de Sasuke
— Deberías descansar un poco
El hombre se relajó un poco y miró directamente a los ojos de recién llegado, un rubio científico igual que trabajaba en el mismo laboratorio
— No hasta que repare lo que le ocasione a mi hijo
— ¿Aun no has hallado nada?
— No, y no es que Sasuke colabore mucho
— Tal vez no le has dado suficientes motivos, deberías decirle la verdad, contarle lo que en realidad pasó hace años, el entenderá y talvez no sea necesario hallar ninguna cura
— Eso no serviría, te imaginas lo que sucedería si se descontrola, acabaría matando a cientos de personas, es por eso que intento revertir el daño en sus ojos
Minato se sentó a su lado a disfrutar de una taza de café mientras muchos temas se conversación se fueron agregando a su dialogo
— Quince años… Sasuke cumplirá 15 años la semana que viene — miraba melancólico la imagen de su hijo plácidamente dormido que se proyectaba en una de las tantas pantallas que tenía enfrente — han pasado 9 años desde que Sasuke llego a este lugar y aún no he hallado la cura a su enfermedad, soy el peor de los padres
— No deberías ser tan duro contigo mismo, quisiste salvar la vida de tu hijo y eso hiciste
— ¿Salvarlo? Lo único que he hecho es arruinarle la existencia a Sasuke, fui yo quien inyecto ese gen en su sistema, todo lo que Sasuke ha pasado es mi culpa
— Has tratado de hallar la cura durante 9 años, no eres tan mal padre
— Si lo soy, lo que quiero es que mi hijo sea feliz y no he podido hacer eso
— Porque no lo llevas a casa para su cumpleaños, a Mikoto y a Itachi les gustara verlo, además Sasuke los conocería, ha preguntado mucho por ellos desde que se enteró que eres su padre
— No sé si sea buena idea, no quiero que les haga daño
— No lo hará, eres un buen padre Fugako, confía en él.
— Gracias, amigo — fueran las palabras de agradecimiento por el apoyo moral del que ha sido su colega durante muchos años, necesitaba que alguien le dijera aquello
— Por cierto, como esta Naruto, debe de estar muy grande
— Sí, acaba de cumplir de 10 —soltó una pequeña risita — No hay duda que le sacara canas verdes a Kushina cuando sea mayor
— ¿Le ha sacado el carácter explosivo a kushina verdad?
— ¿Y a quien más?
La conversación duro hasta casi el amanecer, recordando viejas cosas de su juventud. Y temas de ciencia que eran de interés para ambos.
Mientras tanto en los sueños de Sasuke, este se hallaba corriendo en un gran túnel desesperado por llegar a la salida, por más que corría no podía llegar a esa luz al final del túnel, la luz cada vez se hacía más lejana e iba haciéndose más pequeña. Antes de poder tocar la luz escuchó el grito de una mujer
- Sasuke!!!!
Y luego de ello volvió a despertar, ese sueño se estaba repitiendo cada vez más, era extraño, no entendía que significaba y lo peor es que no podía preguntárselo a nadie, no confiaba en nadie en ese lugar, nisiquiera en su padre.
****
Temprano en la mañana, en las instalaciones del laboratorio una visita inesperada causó el terror de todos, y no por tratarse de esa persona en específico sino por lo que acababa de hacer. Nadie se supo explicar como es que esa criatura dio a parar en un lugar así, con toda la seguridad del lugar era muy difícil imaginarse como pudo ser le tan fácil pasar por todos lados como si se tratara de su propia casa.
Las cosas pasaron tan rápido pero fue gracias aquello que se evitaron un par de meses de arduo trabajo de investigación.
*****
Unos pequeños toques hicieron que perdiera la ilación de su libro, sentado sobre su escritorio desvió la mirada hacia el lugar proveniente de aquellos sonidos.
Grande fue su sorpresa al encontrar aquel ser parado frente suyo, un niño de unos 10 años, rubio de ojos azules y unas marquitas en sus mejillas.
Por alguna razón no quiso hacerle daño, no sentía ningún peligro y mucho menos miedo en los ojos de ese infante.
— Hola
El mayor no dijo nada, sólo se le quedó viendo, sólo se preguntaba quien demonios era y que hacía ahí
— Me llamó Naruto — dijo con una gran sonrisa — ¿Cómo te llamas?
Lo examinó con la mirada y finalmente se levantó de su asiento y me acerco a él
— Sasuke
— ¿Sasuke? —se hizo el pensativo — tu nombre es muy lindo — terminó diciendo
Lo único que los separaba era esa pared de vidrio.
— Tus ojos son rojos, ¿Qué te pasó ?
— No lo sé
— Sasuke ¿Como entraste ahí ? ¿Yo también puedo entrar? — dijo mientras pegaba sus manos al cristal —Vamos a Jugar
— ¿Quieres jugar conmigo ?
En esos instantes una sensación de placer le inundó el pecho, no sabía explicarlo pero el simple ofrecimiento de ese pequeño lo hizo sentirse especial, sentía una sensación inquietante de sólo pensar en poder jugar con ese pequeño angelito, quería su compañía, por alguna razón lo quería más cerca. Pegó su mano al cristal y sus ojos dejaron de tener ese color carmesí y adquirieron un color más oscuro, se tornaron negros pero siguieron siendo los más bellos ojos negros que Naruto pudo haber visto y le regaló una sonrisa encantadora.
— ¿quieres ser mi amigo ? — dijo el más pequeño abriendo sus ojitos con una mirada tierna
Y de pronto una sonrisa se dibujó en sus labios, era la primera vez que sonreía. Sus miradas no se separaban, se miraban fijamente a los ojos y un brillito especial apareció en los ojos ahora negros de Sasuke. Pero la felicidad le duró muy poco, las alarmas empezaron a sonar con un ruido estremecedor
— ¿Qué esta pasando ? — dijo Naruto tapándose los oídos
— Son las alarmas de seguridad
Naruto empezó a mirar hacia todos lados desesperado, ese ruido le asustaba.
— Debemos salir de aquí
— No puedo salir de aquí — respondió con total calma y hasta se podría decir tristeza — Naruto no te vayas, quedate conmigo
De pronto un sujeto ingreso al lugar en donde estaban y tomó entre sus brazos a Naruto. Los ojos de Sasuke se tornaron nuevamente rojos y su mirada demostraba la furia que le causaba el hecho que se llevarán a Naruto
— ¡NARUTO!
Golpeaba y gritaba con total descontrol la pared de Cristal.
— ¡Regresenmelo!
Una voz se hizo presente desde el intercomunicador.
— Sasuke calmate
—¡Devuelvanlo! ¿PORQUE TE LLEVASTE A NARUTO?!
— Debes de calmarte
— ¡no me hables así! ¡Dejame salir de aqui!!!
De pronto empezo a sentir mucho sueño, todo se hizo borroso y callo dormido.
—Naruto...
Continuara*