~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
“La duda mi mente siente, si recibirás lo que hay en mí tan amorosamente”.
Hoy era el día, justamente hoy comenzaba la feria de Domino, desde que habían comenzado las clases se escuchaba las pláticas de todos mis compañeros encantados con la idea de ir en parejitas para disfrutar de la comida y también de las atracciones del lugar, yo estaba sentando en mi banca, la última de la fila a un lado de la ventana mirando como los pétalos de Sakura caían llenando la atmósfera de un bello tono rozado contrastado con la luz del sol, junto a una suave brisa cálida, y un bello aroma primaveral.
Estaba semiacostado en mis brazos que descansaban sobre la pelta mientras permanecía perdido entre mis pensamientos…
—El cielo tiene un lindo color -Pensé dirigiendo mi mirada al claro azul brillante en medio de las nubes y de los tonos rosados del confeti que creaban los pétalos de Sakura, realmente era una visión hermosa.
Además, que me importaba el día de hoy, yo no tenía a alguien especial para ir… mejor dicho, la persona especial para mí seguramente iría con otra persona…
—¿Qué te pasa aibou? -Cuestionó Yami llegando a mi lado.
—Nada Yami, solo tengo algo de sueño -Respondí sonriendo levemente.
—Qué locura. ¿no? -Cuestionó Ry-chan llegando junto a Yami.
—¿Qué? -Cuestioné extrañado.
—El hecho de la feria, todo el mundo está perdiendo la cabeza -Mencionó sonriendo dulcemente, yo asentí ante sus palabras.
—¿Tú también irás? -Cuestioné no queriendo saber su respuesta… La verdad es que lo único que quería saber es si iría con Bakura a la feria…
—Claro, Kura y yo hemos decidido ir hoy -Mencionó sonriendo emocionado.
—Ya veo… -Mencioné tratando de no sonar afligido.
¿Cómo podía ser tan mal amigo? Estaba enamorado del “Otro yo” de uno de mis mejores amigos, me sentía fatal por lo que sentía dentro de mi corazón, pero no es como que también pudiera hacer algo para evitarlo.
—¿Quisieran acompañarnos? -Cuestionó feliz.
—¿Acompañarlos? -Preguntamos Yami y yo a coro.
—Claro, ese sería genial -Mencionó el albino menor sonriendo, al mirar su sonrisa no pude evitar recordar la sonrisa de Bakura, era igual de sincera y hermosa, Bakura era demasiado lindo cuando lo quería y justamente a mí me había tocado ver esa faceta de él, he ahí el porqué de estar enamorado de ese yami.
—Me encantaría -Mencionó sonriendo débilmente, a la vez quería ir, pero tampoco quería ver a Ryo con Bakura, eso me lastimaría mi corazón… Era todo un cliché.
—Sí, yo también iré -Mencionó Yami feliz, yo volteé a verlo y le sonreí levemente, al menos estaría él ahí, no tenía por qué sentirme tan mal tercio.
—¡Genial! Los vemos en la entrada de la feria a las siete -Mencionó feliz, Yami y yo asentimos a sus palabras -Iré a ver a Kura, nos vemos al rato chicos -Mencionó antes de irse.
—Nos vemos Ry-chan -Mencioné sonriéndole.
—Hasta luego Ryo -Mencionó Yami imitando mi gesto.
Después de todos los planes hechos con Ry-chan ya no pude pensar en nada, estaba algo nervioso y algo ansioso, quería ver que tan cercanos eran Bakura y Ry-chan, pero… si veía que lo eran demasiado no sabía cómo me iba a sentir ante eso.
Mientras más pensaba las horas más rápidas se iban, sin darme cuenta las clases habían acabado, así que me dispuse a regresar a casa con Yami, comeríamos algo, nos arreglaríamos y después iríamos a encontrarnos con Bakura y Ry-chan.
En todo el tiempo que estábamos en la casa no había hablado de nada con Yami, o al menos no como habitualmente, solo me importaba alistar todo para verme bien y llamar la atención de Bakura, eso era lo único que me importaba.
Después de la comida Yami y yo estuvimos viendo tv un rato y después nos dispusimos a alistarnos, dejé que Yami se alistara primero en lo que fregaba los trastes que habíamos utilizado, a nosotros nos tocaba todo ya que el abuelo se había ido de vacaciones con su amigo Arthur y no regresaría en una semana.
—Estoy listo, aibou, puedes alistarte cuando quieras -Mencionó sonriéndome cálidamente legando al final de la escalera, yo volteé a verlo, se veía muy bien, traía puesta una camisa color vino con los dos primeros botones del pecho abierta, unos jeans azul oscuros y botines y sus inseparables muñequeras y accesorios para complementar su atuendo.
—Sí, gracias Yami -Mencioné terminando de hacer lo mío y después subí corriendo las escaleras, mi ropa ya estaba lista, solo era cuestión de ducharme y vestirme.
Subí rápidamente hasta mi habitación, volví a checar que todo estuviera perfectamente listo una vez más y posteriormente entré a la ducha, fue un baño rápido, tenía más ganas de salir de una vez al encuentro de los albinos que de otra cosa en este mundo.
Después de unos minutos salí del baño, sequé perfectamente mi cabello, agregué un poco de sílica de uva para darle brillo y un rico aroma, después me vestí, al final de tanto haber buscado un atuendo adecuado elegí un atuendo sencillo, pero elegante, una camisa de manga larga color lavanda, unos jeans de gabardina color arena y unos botines color negro, sin faltar mis accesorios claramente, me había colocado un collar de triqueta para la buena fortuna y protección, y claro, mis inseparables pulseras negras.
Cuando me encontré listo, me miré una vez más en el espejo, esperaba verme bien, solo quería que una persona pensara que me veía bien.
Cuando bajé a la sala para anunciar que estaba listo vi que Yami estaba hablando con alguien por teléfono, no entendía quién era, pero eso poco me importa.
—Sí, entiendo… Está bien, iré enseguida… No, está bien, no tengo problema, nos vemos Anzu -Escuché que mencionó finalizando la llamada.
—¿Pasa algo? -Cuestioné intrigado.
—Anzu me necesita, no sé qué es lo que quiere -Mencionó soltando un suspiro.
—Ya veo… -Mencioné entendiendo el asunto -De acuerdo, pues si te necesita ve a verla -Mencioné sonriéndole, en ese momento Yami me miró mejor, cosa que no había hecho.
—Aibou… Te ves muy bien… -Mencionó sorprendido al verme.
—Gracias -Sonreí de lado, eso significaba que Bakura tenía que pensar lo mismo al verme, me sentí feliz.
—De nada… -Mencionó sonriéndome dulcemente -Bueno… tengo las manos atadas, quiero ir contigo, pero Anzu… -Comenzó a decir débilmente.
—No hay problema, aún quedarán más días para ir -Mencioné sonriendo -Ve a verla si te necesita -Mencioné feliz.
—Gracias por entender -Mencionó sonriendo, yo asentí.
—Me adelantaré para ver a los chicos, nos vemos en la noche -Mencioné haciendo un ademán de despedida, Yami me correspondió y salí de la casa.
De camino a la feria los nervios y mi ímpetu habían regresado, solo quería llegar y ver a la persona que hacía latir mi corazón… a pesar de verlo junto a Ry-chan.
Al llegar a la entrada no vi a los albinos, miré la hora en mi celular y me di cuenta que faltaban diez para las siete, solté un hondo suspiro, aún me tocaba esperar.
—Que gran suspiro -Escuché decir a una voz que conocía perfectamente bien, era la misma voz que hacía estremecer a mi corazón.
—Bakura… -Mencioné girándome rápido para verlo, al voltear pude ver una gran sonrisa surcar su cara, vestía una camisa azul naval, unos jeans de gabardina blancos y zapatos color café claro a juego con el color de su cinturón, su cabello estaba levemente despeinado, justamente como me gustaba verlo, casi perdí el habla ante tan visión, me sentía más embelesado que de costumbre.
—Hola pequeño Yugi -Mencionó sonriéndome ladinamente, esa sonrisa, mataba por solo mirara esa sonrisa en sus labios.
—¿Y Ry-chan? -Cuestioné intentando sonar normal.
—Tuvo que ir a cuidar a su hermana, su madre salió de viaje así que le pidió a Ryo que fuera a cuidarla -Mencionó despreocupado.
—Entiendo -Mencioné recordando a Amane, la no tan pequeña hermana de Ryo.
—¿Y el faraóncete? -Cuestionó restándole importancia a su pregunta.
—Tuvo que ir a ayudar a Anzu -Mencioné sonriéndole.
—Que feo castigo de Ra, tener que ir a soportar a la cotorra -Mencionó riendo.
—Oye es mi amiga -Mencioné tratando de no reírme de su comentario, realmente mi amiga si parecía una cotorra por lo parlanchina que era y por sus ganas de siempre pregonar algo sobre la amistad.
—Deberías buscarte mejores amigos -Mencionó riendo, yo solo negué con una sonrisa en mis labios, tal vez él tenía razón -Bien… ¿Vamos o nos quedaremos aquí toda la noche? -Cuestionó sonriéndome.
—¿Solo los dos? -Cuestioné sintiendo como mi corazón comenzaba a aumentar sus latidos.
—Sí, claro si no te importa -Mencionó mirándome fijamente.
—Para nada -Mencioné tratando de ocultar mi nerviosismo.
—Bien, entonces vamos -Mencionó comenzando a caminar dentro de los terrenos de la feria, yo lo seguí y me puse a su lado, me sentía feliz de poder tener la oportunidad de estar a solas con él.
Recorrimos primeramente todo el lugar tratando de ver que es lo que había de bueno, entre todo encontramos un puesto de tiro al blanco, en ese lugar vi un pequeño conejo albino encantador, por alguna razón tonta me hizo pensar en Bakura, sonreí ante eso.
—¿Te gustó el conejo? -Cuestionó el albino de la nada.
—Ah... sí, pero no importa -Mencioné sonriendo.
—De acuerdo -Mencionó asintiendo -Señor un intento -Mencionó dirigiéndose al dependiente del lugar. Al primer intento había ganado el conejo que me había gustado.
—Vaya, eres bueno -Mencioné encantado.
—Solo un poco -Mencionó sonriendo con orgullo -Ten, esto es para ti -Mencionó entregándome el conejo, al verlo bien pensé que el cabello de Bakura parecía como si tuviera orejas de conejo, eso era lo que me había hecho pensar en Bakura al verlo…
—¿De verdad? -Cuestioné emocionado.
—Claro -Mencionó poniéndolo en mis manos -Espero te guste.
—¡Me encanta! -Mencioné feliz, eso me recordaría a él por siempre.
Seguimos recorriendo el lugar por mucho rato, después nos dirigimos a los vídeojuegos, habíamos jugado maquinitas en las que habíamos tenido un buen reto de The King Of Fighter, después habíamos jugado un poco de Hockey de mesa, había sido demasiado divertido.
También habíamos compartido un algodón de azúcar… de color morado porque ese era mi favorito y habíamos comido también fresas con crema, realmente estaba siendo una noche encantadora a su lado.
Cuando se estaba entrando la noche fuimos a sentarnos a una de las muchas bancas alrededor del kiosko, desde ese lugar se podía apreciar una preciosa luna llena, me sentía feliz solo con verla ahí, solo por tener a Bakura ahí conmigo, solo por ese simple momento.
—¿Quieres subirte a algún juego? -Cuestionó el albino mirando las atracciones del lugar ya que desde el kiosko se podía ver todo.
—Si -Mencioné feliz -Subámonos en ese -Dije señalando el juego al que le llamaban la nube.
—Perfecto, yo también pensaba en ese -Mencionó sonriendo emocionado, eso era algo raro en Bakura, estaba viendo una nueva faceta en él, me encantaba verlo reír así.
Nos dirigimos hasta el lugar y compramos las entradas para subir, una vez arriba nos colocaron los protectores y segundos después el juego comenzó, era divertido sentir como en el estómago se formaba un hueco al llegar hasta la cima y bajar de golpe, era divertido, el siguiente juego al que subimos fue al Himalaya, no cabe duda que los juegos de ese estilo eran mi tipo y el de Bakura también.
Después de subir a otros juegos más fuimos a cenar algo, había una gran gama de pizzerías y puestos de hamburguesas, había pensado obviamente en la segunda opción, pero esta vez haría algo diferente así que opte por decirle a Bakura que cenáramos pizza, él acepto sin problema así que nos dispusimos a entrar a uno de los lugares y pedir la cena.
Al terminar de cenar seguimos caminando por la feria hasta llegar a la orilla del río, la brisa nocturna era perfecta, nos sentamos en uno de los muelles a disfrutar del brillo de la luna y las estrellas.
—Gracias por el día de hoy -Mencioné en algún determinado momento, me sentía agradecido por todo.
—No agradezcas, fue divertido -Mencionó sonriendo -Si Ryo hubiera venido no hubiera subido a ningún juego, a él no le gustan esas cosas -Mencionó sonriéndome sinceramente.
—Si a Yami tampoco le agradan tanto -Mencioné sonriendo levemente -Bueno y ya que hablamos de los chicos, ¿qué tal todo con Ry-chan? -Cuestioné adentrándome en el tema que me importaba.
—¿Ryo? ¿Qué hay con él? -Cuestionó extrañado.
—No, nada importante, solo que tal van las cosas -Mencioné encogiéndome de hombros.
—Pues se podría decir que bien -Mencionó cruzándose de brazos -No mejor que tú y el faraóncete supongo -Mencionó desviando su mirada.
—Ya veo… -Mencioné cabizbajo.
—¿Y él ha intentado algo contigo? -Cuestionó tratándole de restar importancia a sus palabras.
—No, nunca ha intentado nada… además no me parecería que lo hiciera -Mencioné bajando mi rostro.
—¿Huh? ¿Y eso por qué? -Cuestionó impresionado.
—Ya hay alguien a quien quiero -Al decir eso sentí como un sonrojo fugaz apareció en mis mejillas.
—Oh entiendo -Mencionó sin más, después no dijo nada, sentí como mi corazón se hacía pedacitos dentro de mi pecho por seguir manteniendo mis sentimientos en secreto.
—Bakura… -Mencioné débilmente mientras sonreían acercándome a él sin que este lo notara.
—Man… -Comenzó a mencionar volteando a verme, yo sin esperar más junté nuestros labios en un dulce beso que se volvió más demandante mientras los segundos pasaban, sentía como el ímpetu del beso de Bakura se contrastaba con mis sentimientos, era un beso perfecto, y bueno, como no lo sería si estaba besando a la persona que mi alma quería -Yugi… -Mencionó débilmente regulando su respiración con mis mejillas sonrojadas mientras un pequeño hilo de saliva nos unía.
—Bakura… tú me gustas -Mencioné sin más, pude ver su mirada de sorpresa, este no dijo nada solo volvió a juntar nuestros labios en un apasionado beso, sentía como dentro de mi ser mi corazón hervía, me sentía sumamente feliz, me sentía querido.
—Tú también me gustas pequeño -Mencionó débilmente al volver a separar nuestros labios, sentí que todo lo podía al escucharlo, él, Bakura, el hombre de mi vida me correspondía, no podía explicar lo que estaba sintiendo.
Me abracé a Bakura fuertemente recargando mi pecho en su hombro disfrutando su dulce aroma a vainilla, amaba saberme correspondido.
—Pensé que querías a Ryo -Mencioné abrazándolo con más fuerza, no quería que todo fuera un sueño que acabaría en cualquier momento.
—Y yo que tú querías al idiota de Atem -Mencionó sonriendo -Solo por eso no te había dicho lo que sentía -Reveló abrazándome con fuerza a su cuerpo.
—Pero ahora estaremos juntos, ¿no? -Cuestioné ilusionado.
—Estaremos juntos solo si tú quieres -Mencionó separándome un poco de él para mirarme a los ojos, sus bellos ojos rasgados de color chocolate me miraban con dulzura, nunca pensé que la mirada de él pudiera ser tan cálida.
—Claro que quiero -Mencioné volviendo a besarlo con ímpetu, me sentía feliz de saber que ahora estaría junto a él, de que ahora seríamos por fin algo más.
—Desde ahora eres mi novio pequeño -Mencionó sonriendo ladinamente al separar nuestros labios.
—Soñé tanto este día -Mencioné emocionado.
—Yo también -Mencionó él sonriéndome, acomodándome para que descansara mi cabeza en su pecho mientras mirábamos el cielo.
Las cosas se habían dado solas, no podía creer que ahora sería novio de Bakura, me sentía feliz, ya luego les diríamos a Yami y Ryo, solo esperaba que lo entendieran, cuando se ama el corazón no distingue entre personas, solo comienza a sentir y yo no podía ni quería frenar mis sentimientos por Bakura y menos ahora que era correspondido por él.
----Fin----
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~