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Ojos Amatistas Rivalshipping por LizzieVidal

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Notas del fanfic:

Ni Yu-Gi-Oh! ni ninguno de sus personajes me pertenecen, estos son propiedad del gran maestro Kazaki Takahashi♥, yo solo los uso para mis locas ideas. :3

Notas del capitulo:

Ni Yu-Gi-Oh! ni ninguno de sus personajes me pertenecen, estos son propiedad del gran maestro Kazaki Takahashi♥, yo solo los uso para mis locas ideas. :3

¡Hola chicos! Una vez más traigo un fic de la serie "Érase una vez en la Psique de Lizzie♥" me encanta, me encanta, me encanta *-* espero que les guste el Rival de hoy, a mi me gustó *¬* 

PD: Pasen a darle like a mi página en Facebook https://www.facebook.com/LizzieVidal0809/ Para estar más en contacto con ustedes mis queridos lectores♥, También pueden pasarse a mi cuenta de Wattpad https://www.wattpad.com/user/LizzieVidal, por allá también publico estás historias :3 

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"Y todo se resume en mirarte a los ojos, sonreír, y olvidarme del mundo a mi alrededor".


 


—Esta empresa es la más importante y la más seria de todo Japón, así que necesitamos solamente a los mejores, si alguno no se siente capaz de estar en este lugar les pido que se marchen de una vez -Escuché mencionar a mi recepcionista, los nuevos aspirantes a ser mi asistente personal no se habían hecho esperar desde el día anterior que se había hecho el anuncio -Señor Kaiba, estaba preparando a los candidatos para que pasen con el señor Roland para su entrevista de trabajo -Mencionó percatándose de mi presencia en el lugar.


—Buenos días señor Kaiba -Mencionaron a coro los aspirantes, haciendo una reverencia.


Di una vista rápida a todos, grises, sin chiste, seguramente todos unos incompetentes como la mayoría de las personas que me rodeaban, sin embargo mis ojos azules se detuvieron como si el mundo dependiera de ello en un chico en especial, se veía muy joven para aplicar al puesto, no era tan alto, digamos que tenía una estatura promedio, su cabello se dividía en tres tonos, unos bellos mechones rubios enmarcaban su dulce rostro que se veía muy tierno, seguía un color negro brillante que subía para terminar en punta con un color purpura, su nívea piel se veía suave y tersa, pero lo que especialmente me llamó la atención de él fue que era poseedor de unos hermosos, grandes y cautivantes ojos amatistas.


—No. Yo les realizaré la entrevista -Mencioné seguro dejando a mi recepcionista algo extrañada, alguna vez había dado la orden de que las entrevistas las hiciera Roland y esta vez yo estaba diciendo que las haría, era extraño tal vez, pero todos saben que ante mis palabras nadie puede decir nada -Haz que pasen a mi oficina -Mencioné dándome la vuelta para regresar al lugar indicado.


—Como usted diga señor -Mencionó asintiendo.


Caminé rápidamente hasta mi oficina, me senté tras mi fino escritorio en mi silla de piel reclinable y esperé por los ineptos que pasarían a la entrevista, quien diría que eso lo haría solo para poder estar un poco más cerca del chico de los ojos amatistas que me había cautivado.


Después de unos segundos se escuchó que tocaron la puerta.


—Adelante -Mencioné acomodándome en mi silla.


—Bue... Buenos días señor Kaiba mi... mi nombre es Nosaka Tomoe-Mencionó nerviosamente un chico alto de cabello negro semi largo, de anteojos, este portaba un traje azul claro y tenía fachada de tonto.


—Solo te haré tres preguntas sencillas -Mencioné fríamente, el chico ante mí asintió, ni siquiera tomo asiento, no era necesario, serían preguntas rápidas.


—¿Por qué quieres formar parte de Kaiba Corp? -Pregunté mirándolo fijamente, mi fría mirada azul estaba helándole el cuerpo, podía notarlo.


—Por, pues... Sería un gran honor se... Señor, siempre eh soñado trabajar para usted.


—¿Te sientes apto para el puesto? -Mencioné recargándome en la silla mirando su nerviosismo.


—Pues... -Mencionó dubitativo, simplemente no me serviría para nada con esa forma de ser.


—Es todo -Mencioné cerrado los ojos pesadamente -Siguiente.


—Pero.... Se...


—Eh dicho que es todo -Mencioné lo más frío que pude.


—Si... se... Señor -Mencionó saliendo de mi oficina rápidamente.


Ese solo era el inicio de la ronda de incompetentes que seguía, nadie daba la talla para el puesto, al pasar una media hora me sentí fastidiado, recargué mi cabeza en el respaldo y me aflojé un poco la corbata, estaba a punto de mandar al diablo todo, pero no quería haber aguantado tantos idiotas por nada, quería ver a ese chico.


Posteriormente a unos quince minutos fue el turno de ese chico, mi espera había terminado, podía sentirme levemente feliz.


—Buenos días señor Kaiba, Mi nombre es Mutou Yugi -Mencionó con su preciosa y melodiosa voz, sonriéndome, sus ojos amatistas se encontraron irremediablemente con mis ojos azules, sentí como un brillo rápido pasó antes sus ojos y pude sentir que pasó lo mismo con los míos.


—Buenos días -Mencioné embelesado, se llamaba Yugi... Sin duda tenía un nombre muy hermoso, perfecto para él -Siéntese por favor -Mencioné indicándole la silla frente a mí.


—Muchas gracias –Mencionó asintiendo mientras mantenía una sincera sonrisa en sus labios y una actitud positiva.


—Bien, comenzaremos con las preguntas -Mencioné tomando el dichoso formato de entrevista, sé que con los demás no lo había ocupado, pero esta vez solo era una trampa para saber todo lo que quería saber de él.


—Con todo gusto -Mencionó sonriéndome dulcemente, su sonrisa hizo que un tonto sonrojo surcara por mis mejillas, así que desvié mi vista a los papeles que mantenía entre mis manos.


Le realicé las típicas preguntas de siempre en las entrevistas, su edad por ejemplo, me impresioné al saber que solo era un par de años menor que yo, se había graduado de la Universidad de Tokio con honores en la facultad de economía, vivía solamente con su abuelo quien atendía una tienda de juegos en el centro de la ciudad y su estado civil era soltero, para mi buena fortuna, sin duda alguna ya no iba a ser necesario que pasara nadie más, era obvio que a quien quería a mi lado como mi asistente era a él, a Yugi.


Después de los quince minutos que duró la entrevista le realicé las preguntas más importantes, solo para terminar correctamente con el formato de entrevista, sus respuestas fueron perfectas, no se podía esperar menos de alguien tan inteligente como él.


—Eso es todo -Mencioné satisfecho con el resultado, él tenía todo, era hermoso y muy inteligente también -¿Cuándo estaría dispuesto a comenzar a trabajar? -Cuestionó mirándolo fijamente a los ojos, estos temblaron levemente y un precioso brillo se implantó en ellos.


—¿De verdad me gané el empleo? -Cuestionó emocionado.


—Se ha ganado mucho más que eso -Mencioné en voz baja -Si, así que dígame cuando -Mencioné restándole importancia a mis palabras.


—Ahora mismo si es posible -Mencionó feliz, yo sonreí ladinamente al escucharlo, al parecer no me había equivocarlo al elegirlo, y como mi asistente tampoco.


—Muy bien, avisaré a Kazumi que no necesitaré continuar las entrevistas, espéreme aquí -Mencioné levantándome de mi lugar.


—Señor Kaiba, yo era el último aspirante -Mencionó apenado.


—Ya veo -Mencioné mirándolo -Si lo hubieran hecho pasar primero no hubiera tenido que soportar tantos mediocres incompetentes -Mencioné fastidiado.


—Supongo que dejaron lo mejor para lo último y no es por presumir -Mencionó sonriendo sinceramente.


—Eso parece -Mencioné sonriendo ladinamente.


El día pasó rápido entre las presentaciones con todos los integrantes de mi empresa y entre la capacitación impartida especialmente por mí para enseñarle todo lo que debía realizar como mi asistente, entre ello, el proceso de los viajes a otros países por cuestiones de negocios.


El primer día que lo tendría a mi lado, el primer día de todo lo que restaba de mi vida, sí, porque yo lo quería así, porque cuando un Kaiba pone la mirada en alguien ni Ra mismo bajando del cielo puede impedir que se haga lo que deseo.


Las semanas fueron pasando, cada día trataba de tener a Yugi mucho más cerca de mí, inclusive habíamos comenzado a tutearnos, aunque él era un poco reservado en ese aspecto y seguía refiriéndose a mí con respeto, con mucho trabajo logré que solo me llamara por mi nombre, claro solo dentro de mi oficina, delante de todos los demás seguía siendo el señor Kaiba o esas cosas.


Cada día me iba dando cuenta de que la forma de ser tan espontanea de Yugi era perfecta, además su inteligencia era algo que sobresalía en él, aunque este no lo quisiera, se había ganado mi admiración, era realmente eficiente en su trabajo, cada día era un placer para mí mirar sus inigualables joyas amatistas.


El primer lunes por la mañana al mes de que Yugi entrara a trabajar como mi asistente, este me comunico que había salido de improvisto un viaje a Dubái, uno de los empresarios más ricos del lugar quería asociarse conmigo, yo realmente no necesitaba de ninguna asociación, pero ese se escuchaba como una buena excusa para llevar a Yugi conmigo


—¿Entonces le agendo una cita? -Cuestionó tomando su libreta donde apuntaba todas mis órdenes y un lapicero.


—Sí, agenda una cita para él este viernes por la mañana, saldremos el jueves en la noche -Mencioné sin más.


—¿Este viernes? -Cuestionó impresionado.


—Sí, ¿por qué?, ¿hay algo más en la agenda? -Cuestioné intrigado, vi su mirada un poco decaída, acaso se vería con alguien ese día, él sabía que debía ir conmigo a cada viaje que saliera cuando se trataba de alguna negociación.


—No, no hay nada -Mencionó sonriéndome débilmente -Prepararé todo para el viernes, con su permiso -Mencionó retirándose de mi presencia saliendo de mi oficina.


No había entendido a qué iba su actitud, sus ojos amatistas se habían apagado, el brillo singular de ellos había sido nublado por algo que no entendía, me sentí frustrado, tal vez estaba comenzando a verse con alguien y el viernes se volverían a ver, solo de pensar en esa posibilidad un gran enojo me llenó por completo así que decidí salir de la oficina para tomar aire.


Al salir vi a un par de secretarias cuchicheando, estuve a punto de reprenderlas, hasta que escuché algo que me llamó la atención.


—Sí, es el viernes -Mencionó una de las secretarias.


—¿Crees que debamos darle un regalo?


—No lo sé, ¿qué podríamos regalarle?


—Se trata del joven Yugi, yo digo que cualquier cosa esta bien para él, es una persona sencilla que es fácil hacer feliz con pequeños detalles -Mencionó una chica con mirada embelesada.


—Sí, pero no se cumple años todos los días, debería ser un buen regalo -Escuché rebatir a la otra con el ceño fruncido cruzándose de brazos.


Gracias al par de chismosas ahora comprendía el estado de mi Yugi, seguramente estaba triste por no poder pasar ese día con su abuelo, tal como él me había dicho que solo lo tenía a él.


—Hmmph -Hice un sonido para que ese par se diera cuenta de mi presencia.


—Señor Kaiba buenos días -Mencionaron a coro regresando a sus lugares, yo solo quité mi mirada de ellas, al menos habían hecho algo bueno sin sí siquiera saberlo.


Ahora entendía todo, pensé en ser bueno y cambiar el viaje para el sábado, pero no me iba a perder la oportunidad de pasar el cumpleaños de Yugi con él.


Antes de terminar el día Yugi ingresó nuevamente a mi oficina.


—Seto, todo está listo para su viaje -Mencionó sonriendo más sinceramente.


—Eso me da gusto -Mencioné sin despegar la vista de los papeles que estaba firmando en ese momento.


—Bueno, era todo lo que tenía que decirle con su permiso -Mencionó haciendo una reverencia, yo asentí sin verlo.


Tal vez parecía todo un idiota con él, pero me mantenía pensando en lo que habían dicho las secretarias, yo tenía que darle un regalo a Yugi de la magnitud de él, no podía regalarle cualquier cosa y es que si lo pensaba todo parecía poco para él.


Hice una lista mental de lo que podría regalarle, pero todo era una tontería, ni siquiera el diamante más caro del mundo parecía ser digno de él.


Pensé mucho esa noche, cuando llegué a casa fui recibido amorosamente por mi hermanito Moki, este quería pasar todo el tiempo que fuera posible conmigo ya que le molestaba cada que salía de viaje porque no podía llevarlo y no verme un solo día lo hacía ponerse un poco triste.


—Hermano -Mencionó abrazándome alegremente en cuanto entre a la casa.


—Hola Moki -Mencioné revolviendo sus cabellos azabaches dejando mi maletín a un lado.


—Cenarás conmigo ¿verdad? -Cuestionó feliz.


—Claro, ve a lavarte las manos, yo haré lo mismo y enseguida nos vemos en el comedor -Mencioné sonriéndole.


—Como tú digas hermano -Mencionó yendo a hacer lo pedido, mi pequeño hermano era un buen niño, adorable y listo, esperaba que cuando Yugi fuera por fin mío ambos pudieran llevarse bien.


Me dirigí a lavarme las manos y posteriormente bajé al comedor, en este ya se encontraba Moki esperándome.


—Vaya que eres rápido -Mencioné en burla.


—Soy tan rápido como Flash, no... inclusive más rápido que él -Mencionó feliz.


—Pongo eso es duda -Mencioné divertido, Moki solo sonrió sinceramente.


Mientras la cena terminaba seguía pensando en el regalo perfecto para Yugi, pero mi cabeza parecía estarse burlando de mí, ni toda mi materia gris servía para pensar en un simple regalo, solo podía pensar que mis neuronas estaban haciendo alguna especie de huelga y por eso no hacían la sinapsis necesaria para obtener una buena idea.


—Hermano... ¿puedo saber que te preocupa? -Cuestionó mi hermanito sacándome de mis pensamientos.


—Nada grave Moki -Mencioné moviendo un poco mi cuello para desestresarme.


—Te conozco muy bien para saber que eso o es verdad -Mencionó mirándome fijamente.


—De acuerdo, me atrapaste -Mencioné con una ligera sonrisa -Estoy pensando en que regalarle a alguien especial, pero a pesar de todo no puedo pensar en algo digno de esa persona -Revelé algo apenado, si, apenado, aunque eso no fuera nada común en mí.


—MMM ¿qué tan especial? -Cuestionó poniendo una sonrisa pícara.


—Mucho... -Mencioné al instante.


—Me da gusto que te guste alguien hermano -Mencionó feliz -Espero conocerlo pronto.


—Yo aún no sé si me corresponde -Mencioné haciendo una leve mueca.


—Estaría loco o loca si no le corresponde a un Kaiba -Mencionó dándole una gran mordida a su tarta de manzana que estaba comiendo como postre, yo solo sonreí ante su comentario.


—Tal vez, por eso necesito un buen regalo -Mencioné sonriendo.


—Deberías darle algo para que te recuerde siempre que lo vea -Mencionó feliz -Algo así como el collar de carta que tenemos donde dentro está tu foto.


—Esa no es una mala idea -Mencioné pensando, por fin mis neuronas estaban dejando de haraganear y estaban comenzando a brindarme ideas -Gracias Moki -Mencioné feliz.


—De nada hermano -Mencionó sonriéndome cálidamente.


Al terminar completamente la cena subí a mi habitación, me di una ducha y me dispuse a descansar, al siguiente día tendría que recorrer una larga lista de lugares en busca del regalo perfecto.


Los días fueron pasando, y ya estábamos a jueves, el viaje sería esta noche y estaba algo ansioso, tenía el regalo preparado, y también había ordenado que hicieran un pastel de cumpleaños especial y una buena cena en el jet privado para festejarle a Yugi, aunque solo seríamos los dos quería que fuera algo especial para él.


Ni siquiera se había hecho gran cosa en el día, solo estaba esperando con ansias la noche, esta noche Yugi sería mi pareja, tenía que serlo, todo lo había preparado con ese propósito.


Pasadas las nueve de la noche Yugi apareció en mi oficina indicándome que el jet estaba listo y que solo era cuestión de abordar, yo asentí y me dirigí con él a la terraza de Kaiba Corp para iniciar el vuelo, ¿qué tan raro era tener una plataforma para transportes aéreos en el techo?, para mí era normal.


—¿Te sientes bien Yugi? -Cuestioné mirándolo fijamente antes de abordar.


—Es la primera vez que viajaré en avión -Mencionó apenado, por un momento pensé que seguí triste por lo de su cumpleaños.


—No te preocupes, lo más difícil es el despegue lo demás es interesante -Mencioné sonriéndole ladinamente.


—Está bien -El oji-amatista mencionó asintió sonriéndome cálidamente.


El vuelo iba a arribar, dentro del jet me había sentado junto a Yugi, este había ocupado el asiento de la ventana y yo el del pasillo, al estar a punto del despegue vi cómo aferró sus manos a los reposa brazos de su asiento.


—Tranquilo -Mencioné poniendo mi mano izquierda sobre su mano derecha, este se relajó al leve contacto con la mía.


—Gracias -Mencionó sonriéndome nervioso.


Mientras el jet despegaba aferré mi mano a la de Yugi, quería que se sintiera protegido y a salvo conmigo a su lado, su semblante se mantenía más clamado, daba gracias a Ra por eso.


Cuando por fin estuvimos en el aire todo se sintió más relajado, Yugi soltó un hondo suspiro, yo solo sonreí al verlo.


—Vez, no pasó nada -Mencioné sonriéndole.


—Solo porque estabas a mi lado -Mencionó sonriéndome tiernamente, ese comentario provocó que aumentaran los latidos de mi corazón.


Mientras las horas pasaban trataba de distraer mi mente en otras cosas, tenía que pensar en algo para no brincara los labios de mi bello oji-amatista, quería hacer las cosas bien con él.


Cuando por fin iban a dar las doce vi el rostro adormilado de Yugi, se veía tan tierno, realmente ese chico había capturado totalmente mi corazón, levanté el reposabrazos para hacer que se acomodara mejor en caso de no querer despertar, sin embargo, procuraría que eso no pasara.


—Yugi... -Mencioné suavemente tratando de evitar que se durmiera recargado en la ventana.


—¿Pasa algo Seto? -Cuestionó con su dulce voz adormilada, al escucharlo pronunciar mi voz con ese encantador tono me di cuenta de lo maravilloso que sería despertar cada día con él a mí lado para poder disfrutar de algo como eso toda mi vida.


—Son las doce -Mencioné mirando mi reloj -Feliz cumpleaños -Mencioné depositando un suave beso en su frente.


—¿Cómo te enteraste? -Cuestionó impresionado mientras su cara se sonrojaba completamente.


—Un parajito me lo dijo -Mencioné sonriendo, aunque eso fuera una mentira, no me lo había dicho ningún parajito, lo había escuchado de un par de cotorras.


—Pues... Muchas gracias -Mencionó sonriendo apenado.


—No agradezcas nada, por cierto... preparé algo para ti -Mencioné sonriéndole, en eso hice que trajeran su pastel y también una botella de un buen vino, debíamos festejar bien su cumpleaños.


—Es demasiado, gracias Seto -Mencionó encantado en cuanto terminaron de arreglar todo para que celebráramos.


—Nada es demasiado para ti Yugi -Mencioné sonriéndole cálidamente.


—Cómo podría evitar enamorarme de ti con este tipo de cosas -Escuché que pronunció esas palabras débilmente bajando su rostro, mi corazón comenzó a latir increíblemente rápido, ¿había escuchado bien?


—Yugi... -Mencioné mirándolo fijamente con mis orbes temblando levemente de la impresión.


—Te amo Seto -Mencionó levantando su rostro para mirarme, sus bellos orbes amatistas brillaban dulcemente y estaban dilatados, seguramente estaba a punto de llorar, solo que no podía identificar si de tristeza o de felicidad.


—Yo también te amo Yugi -Mencioné atrayéndolo a mí para besarlo tiernamente volviendo el beso poco a poco en uno mucho más pasional, las cristalinas lágrimas de Yugi bajaron finalmente, los labios de él eran un sueño, por fin sus labios eran míos, no... él era completamente mío, ahora lo sabía.


—Esto me parece un sueño -Mencionó al separarnos con sus mejillas sonrojadas, sus ojos ya no lloraban y un de brillante hilo de saliva unía nuestros labios.


—A mí también, Yugi desde ahora eres mío, ni creas que te voy a dejar escapar de mí -Mencioné abrazándolo posesivamente, el pasó sus brazos tras mi cuello mirándome fijamente a los ojos.


—No escaparía, ya estoy perdido en ese mar -Mencionó mirando mis ojos, yo sonreí orgulloso juntando nuestros labios una vez más, estaba muy enamorado de ese chico.


—Eso espero -Mencioné al separarnos -Por cierto, tengo algo para ti -Mencioné buscando dentro de mi gabardina una pequeña caja de regalo.


—Seto... no te hubieras molestado -Mencionó emocionado.


—No es ninguna molestia -Mencioné besando nuevamente sus labios, para luego dejarlo ver su regalo -Ábrelo -Ordené enseguida, él asintió sacando de la caja una cadena de platino con el dije de una "S" -Es para que me recuerdes cada día -Mencioné sonriéndole.


—Yo ya te recuerdo y te pienso cada día, pero es hermosa, muchas gracias -Mencionó acercándose a mis labios para depositar un nuevo y dulce beso -Gracias por todo esto Seto, eres increíble -Mencionó al abandonar mis labios juntando nuestras frentes.


—Yugi, tengo que hacer las cosas bien contigo para que no creas que solo estoy jugando o algo así, así que... ¿quieres ser mi novio? -Cuestioné algo apenado, jamás en mi vida había hecho tal cosa por alguien a pesar de haber salido con varias personas.


—Sí, sí, mil veces sí. Te amo Seto -Mencionó feliz abrazándome con fuerza.


—Me haces tan feliz Mi Yugi -Mencioné sonriendo correspondiendo su abrazo fuertemente.


Me sentí realmente feliz, Yugi por fin era mío tal como lo había querido, quien diría que unos ojos amatistas llegarían a cautivarme tanto, estaba torpe e irremediablemente enamorado de él y así lo sería para toda mi vida, de eso no tenía alguna duda, solo tenía que voltear y ver nuevamente sus ojos amatistas para sentir como iba enamorándome de él una vez más, mi dulce Yugi y yo seguimos celebrando su cumpleaños, el primero de muchos que pasaríamos juntos y también de muchos que posteriormente se convertirían en nuestros aniversarios.


----Fin----


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Notas finales:

Si, ya me hice fan de hacer fics de shippings random *-* es que asdfghjklñ son bonitos ¡Ra! *-* Bueno, yo me voy, espero que les haya gustado, nos leemos pronto en otra loca historia, hasta luego n.n 

 


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