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Memorias Perdidas por Lawli Bemma

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Notas del fanfic:

Hola =D!!

He vuelto x3 esta vez con una historia más corta de lo normal ;v serán solo dos capitulos :3 

En las historias me gusta mucho jugar con las posibilidades físicas de los personajes :D por eso en este fic Kakarotto tiene el aspecto de súper sayajin :3 

Espero que les guste =D 

Notas del capitulo:

La verdad es que no se mucho acerca de F1 e-e así que en lo poco que puse espero que no hayan errores Cx también en lo de diagnosticos así que intenten no prestar mucha atención a los errores Dx

 

Los personajes son propiedad de Akira Toriyama y Toei.

 

Despertó incluso antes de que su alarma planeara sonar, se estiro aun recostado y desactivo la alarma, el solo pensamiento de que ese día su vitrina tendría un nuevo trofeo del primer lugar lo motivo a levantarse rápidamente y con muchas energías. Cambio sus ropas por unas deportivas y comenzó el día con su rutina de ejercicio, una buena ducha y por último un desayuno que para algunos sería el banquete para toda una familia. Subió a su auto y a comparación de cuando se encontraba en los circuitos manejo con cuidado y sumamente lento a su parecer; le encantaba cuando sentía la adrenalina recorrer todo su cuerpo en cuanto se sentaba en aquel asiento de cuero y estaba a punto de comenzar otra carrera.

Su sed de victoria era tal que salió de su propio mundo solo hasta el momento en que comenzaba a vestir su traje especial para la carrera, deslizaba lentamente la tela por su desnudo cuerpo, gozando de cada segundo a partir del momento en que subió el cierre y se encamino lentamente a su auto; de reojo comenzaba a mirar a los pobres desafortunados que competirían contra él y decidió ignorarlos completamente, después de todo ya habría tiempo suficiente para hacerlos polvo. Camino con suma confianza y superioridad frente a cada uno y aquello basto para que las cámaras comenzaran a enfocarlo y el público enloqueciera ante la llegada del *Príncipe*, los hombres silbaban animados y las mujeres gritaban o caían al suelo derretidas por su presencia tan imponente. Llego a su puesto y se quedo observando por un momento como terminaban de arreglar su auto, en su rostro creció una sonrisa ladina que desapareció casi al instante al saber lo que se venía, no era la primera vez que un insecto se creía que podía atreverse a retarlo y se sentía complacido de saber que tampoco sería la última. Se cruzo de brazos y espero a que el joven llegara hasta su puesto.

-¡Hola! Soy Goku- permaneció con la mirada al frente ignorando completamente al blondo que se había atrevido a hablarle y supo que sería el inicio de algo bueno cuando los demás participantes los miraban con curiosidad. Por su parte, el menor luchaba internamente por no salir corriendo, se encontraba acariciando su auto con cariño como si se tratara de otro ser vivo cuando vio al que todos apodaban *Príncipe*, inmediatamente perdió el aliento y no podía concentrarse en algo que no fueran sus profundas perlas negras, y casi al instante comenzó a fantasear con poder pasar su mano entre aquel cabello azabache en llama y sus pies lo llevaron hacia él en contra de su voluntad. Cada paso más cerca de él representaba más velocidad en sus latidos, se entusiasmo tanto que cuando fue ignorado completamente no supo que hacer y por un momento se quedo congelado, sus ánimos revivieron y se poso frente al más bajo, trago saliva al poder ver de cerca cada una de sus facciones y volvió a presentarse con un gran esfuerzo para reprimirse de morder su labio al notar como aquel traje delineaba su bien trabajado cuerpo y dejaba muy poco a la imaginación.

“¿Qué demonios quieres? Estoy ocupado”, se estremeció en cuanto aquella voz azoto sus sentidos y volvió a sonreír a pesar de que no había sido bien recibido –Conocerte por supuesto- ninguno de los dos podía creer lo que escuchaba, el menor no sabía de dónde sacaba el valor y el mayor no creía la tontería que acababa de escuchar, sonrió burlonamente y con un simple y suave empujón lo quito de su camino -¡Entonces te reto!- y ahí estaban de nuevo ese par de palabras, las había escuchado tantas veces juntas… y siempre terminaba restregando su premio en la cara de quien las pronunciara, te reto. Giro lentamente y comenzó a analizar de pies a cabeza al Son, nunca antes lo había visto y admitía que aquello le decepcionaba un poco cuando pensó que aquella debía ser su primera carrera importante –Si gano saldrás conmigo- el rubio casi se ahogaba con su propia saliva al ver como el Sayajin se acercaba a él hasta estar frente a frente.

“Te arrepentirás de esto idiota”, por un momento sintió que en sus pupilas dominaba el fuego y una pequeña parte de sí se arrepentía desde ese momento pero la otra gritaba de alegría al saber que tenía una posibilidad, correspondió a la sonrisa del más bajo y asintió cuando *cerro* el trato muy a su manera con un leve golpe en el pecho “Te haré polvo idiota”, se quedo embobado en aquel lugar hasta que la carrera estuvo a punto de comenzar; ambos se prepararon para una más en su historial y en ambos nació la creciente adrenalina que en cuestión de tiempo los dominaba por completo y sumergía en su propio mundo donde solo existían ellos y el circuito. En un principio todo era perfectamente rutinario para el Sayajin, había sido cuestión de tiempo para superar a cada uno e ir en primer lugar, ya podía imaginarse con un trofeo más y humillando al pobre que lo había retado; sin embargo, sintió en su espalda un extraño y desagradable frío recorrerlo cuando pudo ver a uno de sus costados al chico.

El público estaba enloquecido al presenciar cómo alguien era capaz de hacerle frente al príncipe, gritaban y se emocionaban más que nunca ante tal evento que jamás creyeron capaz, todo lo contrario a lo que el azabache sentía, por un momento se alegro de al fin tener un digno oponente, sin embargo la ira y cierto miedo lo consumía lentamente al ver que podría ser la primera vez que su historial se manchara. Ambos se dejaron llevar por la tensión y de un momento a otro la carrera fue cancelada y la bandera roja exhibida, el pánico creció en el publico cuando ambos autos salieron de control y se unieron en un accidente, rápidamente los demás competidores abandonaban el circuito, el personal de seguridad desalojaba a la gente, las cámaras intentaban capturar todo con sumo detalle y los paramédicos llegaban a la escena.

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Despertó debido a algún escándalo muy cerca suyo, lentamente abrió los ojos y apenas intentar moverse su torso fue invadido por un terrible dolor que rápidamente se extendió a su cabeza y conciencia, llegaron a su mente sus últimos momentos de lucidez cuando pudo ver a los bomberos llegar corriendo a la escena y rociar todo para prevenir algo peor, la gente comenzaba a alarmarse y desde ese momento se reprochaba su tontería al alcanzar a ver como entre varios paramédicos atendían al príncipe y lo subían a una camilla. Se levanto de golpe al pensar en él y fue corriendo a la puerta olvidándose de sus propias heridas y apenas logrando pararse cuando se dio cuenta de que el escándalo era provocado por una horda de periodistas, paparazzis y demás intentando entrar a su habitación o la de enfrente; supo inmediatamente que debía lograr llegar a esa habitación y debía ser vivo así que aspiro tranquilamente y espero a que la seguridad se encargara de despejar el pasillo.

Entro al baño de su habitación y se observo en el espejo, tenía varios golpes y cortadas pero nada más grave que el dolor en su dorso que estaría desnudo de no ser por las vendas, toco levemente el área e inmediatamente se arrepintió y abandono la tarea al sufrir de nuevo el dolor punzante; volvió a la puerta y observo por la ventanilla circular que el pasillo se encontraba despejado y vigilado a la distancia por un par de grandulones de traje que no permitían el paso más que a doctores con identificación. Lentamente abrió la puerta y se deslizo en completo silencio hasta la habitación de enfrente donde apenas divisar la figura inconsciente del Sayajin su corazón perdió el control. Se acerco rápidamente hasta la cama y al notar que el azabache estaba dormido le permitió a su rostro sonrosarse y a su cuerpo guiarlo hasta sentarse a un lado y tomarle una mano. Le encantaba poder ver de tan cerca al mayor y más aun poder tocarlo, le parecía que si era llamado príncipe no debía ser por un historial en las carreras o por su cantidad de trofeos.

Le parecía increíble lo pacífico que se veía dormido a comparación de lo temerario que lucía en los circuitos, miró por un largo rato hacia la puerta y cuando se convenció de que nadie entraría se acerco aun más al Sayajin hasta lograr hacer sus fantasías realidad y pasear su mano por sus azabaches cabellos e inevitablemente una sonrisa lo domino junto a nuevos y mayores deseos los cuales reprimió mordiendo la punta de su lengua y casi dejaba salir un grito cuando escucho un sonido profanar el silencio del momento. Se alarmo al pensar que el mayor despertaría por el ruido y se apresuro a buscar el origen hasta que encontró la maleta del Sayajin y extrajo el celular, sin pensarlo dos veces contesto a la llamada y lo primero que dejo salir fue un *¡Shhh!*, el pánico en su interior creció aun más cuando alguien contesto del otro lado de la línea “¿Vegeta?”, se dio un golpe en la frente y entro al cuarto de baño, cerrando la puerta y aun así habló en voz baja “¿¡Vegeta, estas bien?! Lo vi todo en televisión”, vio la pantalla del móvil con la esperanza de obtener alguna pista pero tan solo supo que quien estaba en la otra línea se llamaba Tarble.

-No… no soy Vegeta… pero el está bien- o al menos eso esperaba –Soy Kakarotto, un amigo-

“¿Un amigo o el idiota que lo reto?”, sintió sobre sí todo el peso de sus palabras y no supo qué más decir, “Bueno, debes sentirte afortunado, eres el primero que logra hacer que pierda un premio… no ganándole pero ya es un avance”, el tono del chico se suavizo y aquello relajo al Son que ya estaba planeando cómo huir del país.

-No era mi intención que esto pasara, jamás me atrevería a hacerle daño- en cada palabra expresaba su arrepentimiento y además el joven pudo notar algo más que culpa.

“… ¿Te gusta mi hermano?... amigo estas perdido”, el joven azabache comenzó a reír cuando un grito desesperado y contenido confirmo sus sospechas, “Bien… supongo que te lo puedo confiar, estoy fuera del país y mi única posibilidad de ir a ver a Vegeta es dentro de un mes… diviértete mientras llego ¿Quieres?”, una trampa para que no se diera a la fuga… o quizás en cuanto se terminara la llamada sería llevado a la cárcel por herir al tan afamado príncipe… no sabía lo que estaba ocurriendo pero tampoco le venía mal, sin dudar ni preguntar acepto la tarea y colgó la llamada. Se asomo lentamente a verificar que el mayor no hubiese despertado y cuando lo vio tan tranquilo como lo dejo volvió a sentarse a su lado. Verlo tan frágil le provocaba profundos deseos de quedarse a su lado para protegerlo de todo y se estremecía de tan solo pensar que pudiera estar al lado de alguien como él.

“… ¿Quién eres?”, abrió los ojos de más cuando se dio cuenta de que el azabache había despertado desde hacía ya un rato y él continuaba acariciando su cabello y tomándolo de la mano, se alejo de golpe y por un momento cerró los ojos, esperando algún grito o incluso un golpe pero ninguno de los dos se hizo presente, abrió los ojos y se topo con el par de perlas negras que antes lo habían hipnotizado sin embargo, esta vez no pudo ver autoridad o egocentrismo en ellas, la esencia de aquel príncipe se había perdido con el accidente y dejado en lugar un par de ojos azabaches que mostraban temor y desconcierto. ¿No lo recordaba?... quizás solo seguía adormilado, se acomodo en su asiento y permaneció mirándolo a los ojos para darle seguridad – ¡Soy Goku! ¿No me recuerdas?- el mayor permaneció mirando su figura por un largo rato que al Son le pareció eterno, lo analizaba y se concentraba pero se atemorizaba al notar que por más que se esforzara ni siquiera era capaz de recordar su propio nombre.

“No recuerdo ni quien soy”, su ceño se frunció cuando el menor le pregunto justo lo que acababa de decirle y su mirada mostraba fastidio, el menor se levanto inmediatamente y salió de la habitación en busca de algún doctor, decepcionándose cuando logro encontrar uno pero le había prohibido la entrada a la habitación del Sayajin mientras lo revisaba. Volvió a su propia habitación y vistió su camisa por encima de las vendas, guardo sus cosas y salió al pasillo a esperar a que el doctor saliera y le explicara lo que le ocurría al mayor. Paso tanto tiempo que decidió sentarse en el suelo para seguir esperando hasta que a lo lejos pudo ver cómo un hombre de traje mostraba su identificación a los guardias y éstos le permitían el paso, se puso de pie al saber que se trataba del representante de Vegeta y al mismo tiempo entristeció al pensar que el suyo si siquiera se había parado en aquel hospital.

Se miraron fijamente y ambos exigieron al médico una explicación en cuanto salió de la habitación, el doctor prefirió hablar primero a solas con el hombre de traje y Goku aprovecho aquel momento para entrar de nuevo con el Sayajin. Mostro su mejor sonrisa cuando el azabache lo miro entrar, nuevamente tomo asiento a su lado, lo observo detenidamente al notar que estaba bastante distraído, “¿Quién dices que eres?”, entristeció al escuchar aquello de nuevo y saber que en verdad no lo recordaba aunque si se detenía a pensarlo era mejor que no recordara que había sido su culpa en mayoría que estuviera ahora mismo en un hospital –Soy un buen amigo, Goku… - se detuvo al escuchar gritos en el pasillo que reconocía eran del médico y el hombre de traje, paso un momento cuando vio al hombre de bata entrar con el gesto bastante alterado y apenas tuvo el valor de preguntar lo que ocurría. Vio al hombre tomar su carpeta y comenzar a escribir muy rápido antes de que siquiera pensara en explicarle a alguno de los dos lo que estaba ocurriendo.

Finalmente dejo salir un suspiro y tomo asiento del otro lado de la camilla, acomodándose los lentes y mirando a ambos a los ojos –Debes sentirte terrible, has sufrido una fuerte conmoción cerebral es por eso que no recuerdas nada- Goku sabía que el hombre estaba explicando todo lo que Vegeta tenía pero no lograba entender al cien por ciento, rascaba su nuca cada vez hasta que el hombre parecía haber terminado, -Tu nombre es Vegeta Sayajin y eres el Príncipe de los Premios en Fórmula 1… o eso eras hasta un accidente que te trajo aquí- Kakarotto paso saliva al escucharlo decir aquello de forma tan fácil e incluso con un tono suave, vio como el Sayajin cada vez se llenaba de más dudas al igual que él pero no se atrevió a interrumpirlo –Lo peor de todo es que no podrás volver a correr hasta que estés completamente sano y eso a tu representante no le ha gustado… se ha marchado, lo lamento- por un largo rato siguió hablando, haciendo preguntas que Vegeta apenas y podía responder y también anotando en su carpeta, -Puede que la pérdida de memoria sea temporal, eso el tiempo lo dirá pero por el momento permanecerás aquí algunos días, al menos tres para que estés en condiciones de volver a casa- se levanto y miro al menor antes de buscarlo en su carpeta –Tú no estás tan grave, alguna costilla rota que con cuidados y descanso se cura así que vuelve a tu habitación-

No había sido capaz de entender la mayoría de los términos que el doctor había usado, pero le quedaba claro que Vegeta no podía recordar nada de su vida y aquello era su culpa, se estremeció y tomo su silla de forma que se acercaba aun más al mayor, mostrando que no estaba dispuesto a marcharse. Se prometió a sí mismo y a Vegeta aunque no se lo dijera que él se encargaría de enmendar sus errores, se quedaría al lado de Vegeta como tanto deseaba y como Tarble le había pedido hasta que estuviera bien y fuera capaz de perdonarlo si es que había alguna posibilidad; un par de ruegos bastaron para que el doctor cediera y le permitiera quedarse a su lado. -Sanar o recuperarse de una conmoción cerebral puede tardar de días a semanas o incluso meses en tu caso que ha sido grave. Usted puede estar irritable, tener problemas para concentrarse, no poder recordar cosas como ahora mismo, también podría tener dolores de cabeza, vértigo y visión borrosa. Estos problemas probablemente mejorarán de manera lenta y es posible que usted necesite recibir ayuda de la familia o los amigos para tomar decisiones importantes- dijo lo último mientras veía fijamente al rubio que no podía ocultar su sonrisa y se retiro para dejarlos descansar y continuar con su jornada, no sin antes darle instrucciones específicas de cómo debía cuidar de él y permitirle que descansara.

-Te llamas Vegeta Sayajin como dijo el doctor- comenzó a hablarle con una sonrisa y diciendo todo lo que sabía de él –Tienes un hermano… Tarble- comenzaba a ponerse nervioso al no saber qué más decirle después de un largo rato de hablar en el que en ningún momento el azabache hablo, se había limitado a mirarlo fijamente. Por un momento el menor se alarmo al ver el ceño fruncido del menor pero lo dejo pasar cuando éste le pidió que le hablara más sobre las carreras y así continuaron hablando hasta que ambos pares de ojos se cerraron por el cansancio.

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Habían pasado tres días ya, días en los que había conseguido entrar en la vida del Sayajin como tanto deseaba, se gano su confianza y se la había pasado a su lado esos tres días hasta que era corrido por una enfermera por las noches y ese día finalmente el doctor lo había mandado a casa por una buena ducha, claramente se había negado rotundamente a alejarse del mayor pero había aceptado cuando el médico le dijo que cuando volviera tendría que llevarse también al Sayajin y hacerse cargo de él como tanto había prometido al grado de conseguir que Tarble hablara con el doctor. Entusiasmado por la idea se marcho a casa y acato las ordenes del doctor para cuidar sus heridas, volvió al hospital reluciente y bastante decente a comparación de cómo se encontraba y cuando llego vio que estaban realizando una última revisión al Sayajin quien ya estaba demás irritado de tantos exámenes y revisiones, aprovecho el momento para tomar la maleta del mayor y buscar su identificación, suspiro aliviado y guardo en su chaqueta la identificación donde se especificaba la dirección de su vivienda y después de casi media hora de regaños e instrucciones del médico sobre cómo debía cuidar de Vegeta al fin pudieron marcharse.

Nadie había dicho nada a nadie sobre su abandono del hospital con el fin de que cuando pusiera un pie fuera del lugar no fuera arrasado por una nueva horda de paparazzis enloquecidos y lo habían conseguido, salieron a paso tranquilo hasta la avenida donde tomaron un taxi que los llevo hasta la entrada del penthouse en algunos minutos, después de todo ambos tenían prohibido acercarse a cualquier tipo de volante hasta que el médico se los autorizara. “¿En serio aquí vivo?”, el menor afirmo su pregunta con la esperanza de que la llave que abría la puerta del penthouse estuviera en la maleta de Vegeta que amablemente se había ofrecido a llevar y no pudo evitar gritar de emoción cuando una de las miles de llaves que tenía había sido la correcta. Lentamente fueron entrando y ambos dejaron ver su asombro por cada cosa y espacio del penthouse, “¿Por qué tengo la sensación de que es la primera vez que vienes, no eres amigo mío?”, sus ojos se abrieron de más por la pregunta y el miedo de ser descubierto –Bueno… siempre has sido algo reservado- trago saliva y se alivio cuando el azabache mayor no le dio más importancia al asunto y se dedico a seguir viendo la vivienda.

Juntos comenzaron un largo y tardado tour en el que ambos se detenían a observar cada cosa, el Sayajin por su parte se empeñaba en intentar recordar lo que había vivido en aquel sitio mientras veía detenidamente cada cosa y lugar; mientras el Son simplemente se entretenía con las mil y un curiosidades que había por doquier e intentando buscar alguna foto o algo que ayudara al príncipe a recordar y casi se resigna al no encontrar nada hasta que abrió una de las tantas puertas y se encontró con la mejor habitación hasta el momento, grito el nombre del mayor y salió corriendo en su búsqueda, lo encontró curioseando en la sala y lo llevo corriendo de la mano hasta la habitación que había encontrado; esta vez la sorpresa le gano al ceño fruncido cuando su vista se lleno de múltiples vitrinas con todos los premios que había ganado y cada uno pertenecían al primer lugar, extrañamente se lleno de cierto pánico y por un largo momento se quedo paralizado en la entrada de aquella sala de trofeos hasta que tomo valor y sin darse cuenta tomo con más fuerza la mano que no había soltado y lentamente fue entrando a la sala, el palpitar de ambos se aceleraba por distintas razones.

El Son sentía una extraña corriente recorrer su cuerpo desde el agarre del azabache hasta su pecho y terminando en un escalofrío, coloco en su rostro la sonrisa más dulce que podía y siguió al Sayajin mientras él también se deleitaba con cada vitrina, cada una estaba completamente pulcra y bien cuidada e incluso con una pequeña placa en la que venían los detalles de cada Gran Premio. “No puedo creer que todo esto sea mío”, el mayor no se dio cuenta de que había continuado tomado de la mano del menor hasta que sintió aun más fuerza en el agarre y se giro a mirarlo –Créelo, eres el Príncipe después de todo- no soltó la mano del menor cuando éste le señalo un muro al final de la habitación donde habían varias fotos de él mismo, muy por el contrario y aunque lo negara si le preguntaran, se sentía seguro con la presencia del menor a su lado así que correspondió la fuerza del agarre y se acerco a donde le había señalado; seguía incrédulo aun cuando podía verse en cada una cargando su trofeo y se enfurecía cuando a pesar de poner todo su empeño no lograba recordar ninguno de esos momentos y solo se soltó cuando sintió una fuerte punzada en su cabeza que lo obligo a encogerse y tomar su cabeza con ambas manos.

-Vámonos, no deberías esforzarte tanto, apenas te dejaron volver a casa- lo abrazo por la cintura y ayudo a caminar hasta salir de aquella sala; se sentía mareado y débil pero un gran orgullo en su interior lo obligo a soltarse del agarre y decir que él solo era capaz de andar, vio la sonrisa que su acto provoco en el menor y continuo el recorrido hasta llegar a su dormitorio, le invadieron unas ganas enormes de saltar a la cama y dormir hasta el siguiente día aunque aun fuera temprano pero la curiosidad volvió a ganarle a ambos e igualmente comenzaron a investigar la habitación, abrió su closet y mostro un gran disgusto cuando vio la ropa que ocupaba la mitad del espacio, “¿En serio visto así?” tomo con disgusto uno de los trajes que había y lo saco para mostrárselo al más alto quien comenzaba a ser consumido por el remordimiento de mentirle al mayor pero con tan solo recordar que si no lo hacía sería odiado decidía continuar –Pues… creo que ya no más por lo que veo- el mayor se complació con la respuesta sin notar los huecos de cada una de las respuestas que le daba dejaban y no resolvía bien sus dudas, se giro y con gran molestia tomo todos los trajes y los arrojo por la ventana, sin importarle donde quedaran.

Volvió a sobar sus sienes por el dolor e inmediatamente Goku lo llevo a la cama para que descansara cómo tantas veces le había dicho el médico –Te traeré algo para que comas y puedas tomar tu medicina- se levanto de nuevo y su ceño fruncido permaneció a pesar de que aquella acción había intensificado el mareo “No estoy muriendo”, camino un poco hasta abrir la única puerta que le faltaba y descubrió el baño “bajaré a comer después de una ducha” ambos sonrieron y en cuanto el Sayajin cerró la puerta el Son corrió a la cocina en busca de algo que pudiera cocinar y que quedara comestible. Se sentía culpable, pero bastaba con arrugar la notita que había en la comida ya preparada para robar el crédito de aquel manjar, se disculpo mentalmente con quien fuera que había preparado la comida y tiro la nota, basto con calentarlo un poco y poner lo necesario en la mesa. Aquella tarde la pasaron juntos en el comedor a pesar de que la cena se había terminado bastante rápido, el menor le contaba todo lo que sabía y respondía lo que podía.

Anocheció y el menor acompaño a la cama al mayor, en un principio había dejado que el Sayajin se recostara primero del lado que prefiriera y después él se había metido entre las sabanas junto a él con la intensión de bromear un poco, miro al más bajo junto a una sonrisa resplandeciente y se asombro al no ver enojo o disgusto en su rostro, simplemente lo vio removerse hasta estar cómodo y había apagado la luz de su lámpara. El dormitorio quedo en casi completa oscuridad, la luz de la luna lo torturaba al permitirle ver su silueta y temía que por el profundo silencio el mayor fuera capaz de escuchar sus latidos, “Kakarotto eres un idiota, si es por ti nunca voy a recordar nada”, se removió rápidamente entre las sabanas hasta lograr alcanzar la lámpara de su lado y la prendió, estaba a punto de soltarle mil perdones y excusas por las que le había estado mintiendo pero se detuvo al poder ver con ayuda de la luz el rostro sereno del azabache que solo estaba recostado boca arriba y con la cabeza recargada en sus brazos, “No me has hecho ningún ejercicio en todo el día”, un gran peso desapareció de su pecho y solo se disculpo una vez antes de reír nerviosamente.

-En verdad lo siento… bueno ¿Cómo te llamas?- se acomodo a su lado de la misma forma y espero por la respuesta “Vegeta Sayajin”, debía hacerle preguntas sobre sí mismo de vez en cuando para que fuera ejercitando su memoria –Bien, ¿Cuándo naciste y qué edad tienes?- paso un largo rato y el mayor no respondía, se giro a verlo y pensó que quizás ni siquiera lo había escuchado o prestado atención, lucía completamente distraído y no hacía más que mirar al techo “Olvídate de eso… es aburrido” se dio la vuelta hasta poder mirarlo de frente y se puso cómodo “Mejor háblame de ti”, el Son agradeció que solo estuviera la luz de la lámpara, de lo contrario el mayor lo hubiese visto sonrojarse hasta arder; dieron las dos de la mañana cuando el menor vio al Sayajin cerrar los ojos y no abrirlos otra vez, le había contado gran parte de su vida y también le contestaba cuando de vez en cuando algo le llamaba la atención, le enternecía ver su tranquilo gesto y antes de apagar la luz se dio nuevamente la oportunidad de acariciar su suave cabello de flama y esta vez… por primera vez, se atrevió a rosar sus labios suavemente con la frente del mayor.

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Habían sido unas largas y calurosas semanas, Kakarotto se había quedado a vivir con él para cuidarlo como era debido y poco a poco el Sayajin iba mejorando aunque no pudiera recordar más allá de su aburrida niñez, se ocupaba de limpiar cuando la sirvienta no estaba ya que iba solo una vez al día y sobre todo se encargaba de no dejar respirar al mayor, se la pasaba cada momento del día a su lado y más aun cuando noto que no le molestaba. En aquellas semanas había hecho tanto calor que por la noche apenas sobrevivían con el aire acondicionado y dormían apenas en calzoncillos, el blondo tenía que apagar las luces lo más rápido posible antes de no poder dominar sus deseos de lanzarse sobre el pequeño azabache que por si fuera poco también dormía destapado; diario apagaba las luces, corría a la cama y se hacía un ovillo con las sabanas a pesar de que se estuviera cocinando del calor, tardaba en dormir por ser invadido por las fantasías y los deseos de poseer al Príncipe que apenas recostarse caía profundamente dormido y al igual que las demás veces se daba la oportunidad de acariciar su rostro o incluso darle un leve beso antes de lograr dormir también.

Esta vez el Son se dejo caer en la cama apenas quedó en bóxer y se estiro por toda la cama cuando el aire acondicionado ya no podía hacer más para salvarlos, cerró los ojos cuando vio que el mayor entraba y escucho claramente cómo le avisaba que tomaría un baño, apenas abrir los ojos su rostro se fundió cuando pudo ver al Sayajin completamente desnudo y no le importo cuando escucho su risa burlona, no se quitaría la almohada del rostro hasta que escuchara que se había ido. “Que cobarde eres insecto”, apretó aun más la almohada contra su rostro cuando sintió el peso del cuerpo del más bajo encima y se estremeció al sentir el roce de sus desnudas pieles. El cuerpo le hormigueaba con los roces que el mayor provocaba y supo que debía librarse de él antes de que su hombría doliera “¿Qué sucede Kakarotto?” fácilmente y de un solo tirón el Sayajin le quito el cojín del rostro y se acerco hasta estar a solo milímetros de su rostro, “¿Me tienes miedo?” su aroma le impregnaba y nublaba los sentidos, se estremeció cuando pudo ver de nuevo la tenacidad y autoridad por la que lo llamaban el príncipe de los premios, perdió el control cuando la llama en los ojos del mayor lo encendió, no pudo resistirlo más y tomo al mayor por los brazos para que no huyera y por fin se unió en un beso demandante.

Lo tomo con más fuerza y giró hasta colocarse encima, no se esforzó en nada ya que el mayor ponía todo de su parte y se dejaba hacer, libero sus brazos y coloco sus manos a ambos lados, continuo devorando los labios del Sayajin hasta que un leve quejido por su parte los separo, su sexo rogaba por atención y el Sayajin se había tomado la molestia de atenderlo con suaves y muy lentas caricias por encima del bóxer, le escucho gruñir y fue devuelto a la boca del mayor por un tirón en el cuello. Correspondió de la misma forma la caricia al tiempo que sus lenguas desataban una guerra por dominar, hizo que abandonara su sexo para comenzar a rozar sus cuerpos, ambos miembros chocaban y se excitaban aun mas con el movimiento. Vegeta coloco las piernas a los costados del menor y con ayuda de sus pies fue retirando poco a poco la única y molesta prenda que conservaba Kakarotto, ahora el roce era directo y aquello encendía los deseos que el Son había estado guardando. El Sayajin se separo del beso y puso su mano en el perlado pecho del Son para detener su movimiento, el menor lo miro sin entender y volvió a posar en su rostro un gesto temerario “Ahora el calor es como el infierno” coloco con fuerza sus piernas a los costados del Son y los brazos en sus hombros.

“Quiero tomar un baño” el rubio comprendió y tomo con fuerza al mayor de los glúteos logrando robarle un gemido, rápidamente se levanto con Vegeta en sus brazos y se dirigió al cuarto de baño, lo dejo bajar para poder abrir la puerta de la ducha y llaves, por un momento soporto las caricias que el más bajo le hacía, besando con medido salvajismo sus pezones pero no resistió más en cuanto sintió cómo el Sayajin se atrevía a estrujar con fuerza su miembro. Tomo a Vegeta de los hombros y lo lanzo con brusquedad a la ducha sin importarle que el agua se sintiera helada al contacto con sus pieles, inmediatamente entro detrás de él y cerró la puerta antes de empotrarlo de cara a los azulejos y mantenerlo quieto tomándole ambas manos por las muñecas. El agua helada chocaba sin compasión contra ambos cuerpos pero era poco lo que podía hacer contra la sangre hirviente que transitaba en ambos, Kakarotto mordió varias veces el cuello del más bajo mientras continuaba restregando su erecto miembro, esta vez contra los glúteos del Príncipe lo que lograba sacarle varios jadeos al más bajo.

No pudo soportar más, con uno de sus pies abrió más las piernas del Sayajin para abrirse paso y volvió a tomarlo de las manos, esta vez entrelazando sus dedos en un fuerte agarre mientras poco a poco iba entrando en el mayor. Ambos cuerpos volvieron a sentir como la adrenalina corría por todo su cuerpo, incluso mil veces mejor que cuando estaban en un circuito; lentamente el rubio iba penetrando al mayor, deleitándose de los roncos gemidos que el príncipe le regalaba y de lo exquisita que era su entrada, aquello era algo que no era necesario ni apropiado preguntar además de que era obvio que el Sayajin no recordaría pero el Son estaba convencido de que aquella entrada tan estrecha era virgen y aquello le excitaba aun más al saber que era el primero.

Cuando por fin había entrado por completo permaneció inmóvil, esperando a que Vegeta se acostumbrara a la intromisión, mordiendo su labio para contenerse de embestir de una vez por todas al príncipe y gozar de tan delicioso placer como eran sus cálidas y apretadas paredes, por un muy corto momento paso por su mente que no se había puesto a pensar si el azabache tenía pareja, sin embargo todo pensamiento racional abandono su mente cuando el mayor comenzó a gemir cuando el mismo había comenzado a moverse lentamente. El Son se aproximo a morder el hombro del mayor para desahogar el placer y la desesperación mientras él también se movía lentamente, entrando y saliendo; nuevamente no podía esperar más, soltó una de las manos del azabache y bajo hasta tomar el miembro del príncipe que se retorció al sentir como el Son lo masturbaba sin piedad.

Cuando sintió que ya se desplazaba con facilidad dentro del mayor comenzó a moverse más rápido y cada vez con más brusquedad, le encantaba sentir como el mayor se estremecía de placer y gemía a todo pulmón sin importarle nada, una estocada especialmente profunda logro tocar un punto tan sensible en el Sayajin que le provoco el clímax, ambos comenzaron a jadear cuando su entrada se cerró aun más gracias al orgasmo y el rubio se recargo aun más en el mayor, susurrándole al oído para provocarlo aun más –Al parecer también en esto has terminado primero príncipe- aquella falta directo a su orgullo hizo que se separara de golpe y esta vez fuera él quien empotraba al rubio contra los fríos azulejos de espaldas, lo miro directamente a los ojos tan temerario como siempre había sido y susurro muy cerca de sus labios lo mismo que le había dicho antes de que comenzara la última carrera “Te arrepentirás de esto idiota”.

Sin más, el Sayajin bajo de golpe hasta la enorme y palpitante hombría del menor, comenzó a torturarlo con lentas lamidas por toda su extensión hasta que tomo con fuerza los glúteos del menor con ambas manos e introdujo todo su sexo en su boca, masajeaba con brusquedad aquellos glúteos mientras atendía su hombría, colocando en su rostro los gestos más sensuales y eróticos que podía logrando arrancar de la garganta del blondo fuertes gemidos que intentaban ahogarse antes de salir. Sus piernas comenzaban a hormiguear y temblar con cada succión que el mayor daba, sus manos viajaron hasta posarse en sus azabaches cabellos con la intención de guiarlo y a cambio recibió una fuerte nalgada que le hizo estremecerse al sentir como el dolor se convertía en una corriente eléctrica que viajaba por todo su cuerpo hasta terminar en su sexo.

Sintió rasguños en sus glúteos que seguramente dejarían marca y aun así continuo sin retirar las manos del húmedo cabello azabache, había comenzado a guiarlo y eso al Sayajin no le causaba gracia, el Son daría pelea tal cual lo haría en un circuito al igual que el príncipe quien supo que esta vez él ganaría cuando introdujo suavemente uno de sus dedos en la entrada del menor y éste se había retorcido del placer haciendo que dejara a un lado su miembro cada vez más duro; el Son miraba suplicante al mayor y este volvió a posar su orgullosa sonrisa antes de introducir el segundo dedo y gozar de los jadeos y gemidos que el blondo gritaba. Se movía rápidamente dentro de él, entrando y saliendo, haciendo círculos y también tijeras, ahora apenas dejando uno que otro beso o lamida en el sexo frente a él hasta que supo que sería el final y nuevamente engullo toda la extensión, recibiendo y bebiendo la semilla del Son.

Saco sus dedos del cuerpo que aun temblaba lentamente por tal orgasmo y subió hasta el rostro del menor mientras se relamía los labios y nuevamente lo miraba directo a los ojos, “Eso fue rápido” le dejo saber con un tono burlón mientras sonreía ampliamente, estuvo a punto de salir de la ducha cuando su cuerpo fue tomado con brusquedad y devuelto a la pared, se unieron en un beso cada vez más fogoso y esta vez rodeo la cadera del rubio con sus piernas. Aquella noche se hundieron en una nueva competencia de la cual no habría ganador y esperaban que tampoco un final hasta que ambos terminaron rendidos y sin poder continuar.

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Lentamente fue despertando, sin abrir los ojos se estiro en la cama y se pregunto con cierta gracia como habían sido capaces anoche de llegar a la cama, giro el rostro y abrió los ojos poco a poco, sonriendo al ver como el desnudo azabache continuaba durmiendo y sus ojos se abrieron de golpe perdiendo el sueño cuando escucho algo caerse justo frente a él, giro a ver de que se trataba y no pudo reprimir un grito cuando vio a un joven al pie de la cama, se sentó rápidamente y tapo su cuerpo y el del Sayajin que molesto por ser despertado de esa forma se removía en el colchón aun sin abrir los ojos.

Un par de ojos azabaches miraban con asombro al par de ojos celestes que solo mostraban pena, -¿Quién eres?- el joven reacciono saliendo del shock y se agacho a levantar el portafolio que había dejado caer en su ensimismamiento “¡Lo siento mucho, no debí entrar de esa forma tan grosera!”, el menor sacudió al azabache para terminar de despertarlo y lograr que se sentara y prestara atención al joven –Oye Vegeta ¿Lo conoces?- el ceño fruncido no hizo esperar “¿Tú estás estúpido?” el rubio recordó la memoria del mayor y soltó una leve risilla mientras rascaba su nuca. Ambos hombres en la cama miraban detenidamente al joven que lucía bastante nervioso hasta que éste comenzó a recitar mil disculpas mientras se marchaba apenado de la habitación.

Notas finales:

:3 qué tal? Espero que les haya gustado la primera parte =D 

Algun review >u<? critica, consejo con mucho gusto leo <3

Gracias por leer! <3

(^u^)7 saludos!~


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