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All The Glitters por Tuki29

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Notas del fanfic:

No hay mucho que decir, sólo disfrutad del HopeMin. 

Notas del capitulo:

 

 ¡Primer cápitulo de esta historia! Quisiera ver qué tal les parece y si tiene o no aceptación. 

 

Pov JiMin


Jamás encajé con nadie a lo largo de mi vida, era algo así como el chico que se sienta en las esquinas de los salones y que prefiere comer solo durante los recesos. No me consideraba realmente apático, pero simplemente disfrutaba más de la soledad que de la compañía de otra persona. Quizás esto se debía a la crianza que me habían inculcado mis padres, quienes con mucha suerte recordaban mi nombre. ¿Qué más se podía esperar? Ambos eran personas de negocios importantes, quienes nunca debieron tener un hijo si realmente no podrían darle el amor y cariño que se necesita, pero ellos pensaban que con el dinero era suficiente para tapar todos los vacíos que existían en mi diario de vivir. Esto me afectó hasta mis doce si mi memoria no falla, dado que conforme pasaba el tiempo me acostumbré a comer solo, a dormir sin que nadie me arropara o saber que mis cumpleaños pasarían como un día común y corriente. Ahora, a mis diecisiete, ya es algo común. En oportunidades me pregunto si sería lo correcto buscar algún amigo en el salón, ¿pero para qué? Este es mi último año allí y nadie parece tener un espacio en su grupo para integrarme, pero tampoco es como si me importara mucho. ¿Tendré acaso un problema? Dicen que la vida de un adolescente es complicada, pero estoy comenzando a creer que la mía tiene más problemas de los que debería.

Era lunes por la mañana y mi alarma lo corroboraba con ese sonido que odiaba con todo mi ser. El clima en Seúl estaba realmente helado y claro, cómo no, estábamos en pleno invierno. Debo admitir que adoraba los días con tal semblante, pero extrañamente no quería salir. Podría hasta decir que estoy un tanto loco cuando volteo y escucho que mi cama ruega porque vuelva a recostarme, pero rehúso a dicha idea y me apunto a comer algo. No espero encontrarme a nadie al bajar en dirección a la primera planta, las empleadas posiblemente estén haciendo lo suyo y lo más seguro es que mi desayuno estará listo en la mesa de centro. Dicho y hecho. Tenía una variedad enorme de comida, pero solía preferir el cereal con leche, como todo chico a mi edad, supongo. Admito que tengo muchos lujos, pero intento que ello no se refleje en mi imagen. Las empleadas insisten que acepte el transporte que mis progenitores me ofrecen para ir al instituto, pero me niego rotundamente. Tengo mis pies en un excelente estado y no me matará caminar un par de kilómetros, es más, me relaja como nadie imagina. Ese dinero podrían invertirlo en algo más útil, no lo sé, podrían ir a un centro que les enseñara a cómo ser personas, no máquinas de trabajo.

Notifico la hora en mi móvil y me doy cuenta que debo dejar de perder el tiempo o llegaré tarde a mi primera clase. Subo las escaleras con prisa luego de haber acabado con mi no tan gran desayuno, buscando mi uniforme y tomando una ducha rápida. Me gustaba hacer las cosas con cierto desorden, algo así como llevar mi propio ritmo en la mañana. No tomaba mucho para terminar, claro estaba, pues en diez minutos ya estaba saliendo de la gran residencia Park, llevando la mochila en mis hombros y los auriculares conectados a mi celular, algo típico en mí al emprender marcha. Me despedí de las empleadas y me desearon un buen día, algo que me hizo pensar durante el camino. ¿Estaba bien que llevara las cosas de esa forma? No tenía historias que contar, no había nada interesante en mi historial, no podía alardear de la primera novia que tuve o de la primera vez que me alcoholicé con amigos. Solía escuchar que mis compañeros hablaban de muchísimas cosas en el salón, a lo que sentía un tanto de envidia por no poder ser como ellos. Una parte de mí añoraba por ser reconocido, por verme como un chico amable y alguien que entregue una buena compañía, pero no sabía de qué manera lograrlo, además tampoco me ponía el propósito dé, ¿qué sacaba siquiera pensando en ello? Negué un par de veces con la cabeza y seguí avanzando, notando que ya no quedaba demasiado para llegar.


Era un lunes por la mañana y creía que todo sería como siempre, pero quizás, sólo quizás, la vida me tendría un par de sorpresas preparadas. 

Notas finales:

¿Y? ¿Qué tal ha ido? Actualizaré seguido para que esto no demore tanto en acabar. Por lo pronto todavía no sé cuántos cápitulos tendrá, pero posiblemente sean unos cuántos. 


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