Eran amigos, cada uno con 21 años bien cumplidos, ellos eran simples compañeros de departamento, cada uno pagaba la mitad, se repartían los labores, lo hacían con la naturalidad que consiguieron generar entre ellos durante 15 años de amistad. Decir que se conocían de toda la vida era cierto.
Pero igual era una mentira...
Nunca llegas a conocer a alguien totalmente, durante esos 15 años Sasuke nunca llegó a conocerlo jamás, si tan solo se hubiera molestando en hacerlo seguramente ya ni siquiera seguirían siendo amigos, o en el mejor de los casos, estarían juntos siendo MÁS que amigos.
Una posibilidad que se había ido al carajo esa misma noche.
Naruto sentía que no le pedía mucho a la vida, vamos, de hecho no le pedía nada, siempre había recibido con una sonrisa hasta los golpes más duros con los brazos abiertos, como la muerte de sus padres o la carta de rechazo que recibió de la universidad a la que tanto había deseado entrar. Nunca se quejó de nada, no se quejó de las miradas de lástima que todos tenían pintadas en el rostro cuando lo veían pasar después de que la noticia de que los grandes empresarios Namikaze murieran en un terrible accidente de auto llegó incluso hasta los barrios bajos de Japón, tampoco se quejó cuando tuvo que ir a otra universidad asistiendo por primera vez desde que conocía a Sasuke a escuelas diferentes.
Y antes de eso podía decir que el Uchihay él eran inseparables. Después de todo tenían el mismo círculo de amigos, lo que equivalía a salir juntos y ESTAR juntos todo el tiempo. Ahora, desde que habían comenzaron la universidad desde dos años atrás las cosas habían cambiado. Sasuke tenía sus propios amigos, salía con ellos, quedaba para estudiar con ellos, hacía todo con ellos y él... él ya era historia pasada.
Al principio quería pasarlo por alto. Pero después el olor de pizza, hamburguesas o cualquier comida chatarra por las noches de los viernes y el sonido de una película reproduciendo en la sala lo empezaron a molestar, luego fue difícil ignorar las risas que llegaban desde la habitación de al lado o el desorden descomunal que la orde de amigos dejaba a su paso. Llas cosas pasaban y pasaban, hasta que simplemente no pudo evitar echarse a llorar cuando se dio cuenta lo silenciosa y sola que era su vida sin el mayor de los dos.
-Tienes que decirle- Le dijeron una vez. Y lo hizo, le dijo a Sasuke que lo quería, que le gustaba, ¿Y para qué? ¿Para recibir una sonrisa burlona y comentarios bromistas que solo le hirieron más? Después de su confesión el idiota seguía como si nada, a veces incluso, si llegaba a hablarle mientras estaba con alguna de sus amistades, sin importar si era una emergencia, lo callaba y decía.
-Sé que te gusto pero necesito mi espacio, cariño. Largo -
Y si, Sasuke no lo conocía lo suficientemente bien porque aunque pasó por alto cada una de sus palabras hirientes y sus evidentes ganas de ponerlo en ridículo frente a Suigetsu, Karin o Juugo, quienes conformaban su pequeño pero significativo círculo de amigos, llegó un momento en que Naruto no pudo más, simplemente no pude serguir ignorando lo que estaba sucediendo frente a él. No señor, Uzumaki Naruto había llegado a su límite.
Si Sasuke hubiera llegado a conocerlo bien hubiera tomado en serio sus palabras, no hubiera jugado con sus sentimientos y nunca se hubiera aprovechado o reído de él, simplemente lo hubiera rechazado y aunque ahora la idea era tonta, también le hubiera gustado que el pelinegro hubiese llegado a considerar que fuesen parejas. Pero no. Sasuke había hecho todo lo contrario, había agotado su paciencia, había jugado con él, había pensado que podía utilizarlo por el simple hecho de estar enamorado.
Y Naruto podía permitir encontrar ropa regada en la entrada del departamento, podía permitirse aguantar las ganas de llorar cuando interrumpía una sesión de sexo en la sala o en la cocina después de llegar de su trabajo de medio tiempo, podía permitirle a Sasuke hacer el escándalo que quisiera en su habitación aunque los gemidos y jadeos de él y de la persona en turno llegaran hasta la propia, provocando así que tuviera que poner música lo suficientemente alta no solo para acallar los sonidos eróticos que le llegaban sino también sus propios sollozos y lamentos.
Naruto le permitía hacer muchas cosas, pero eso no iba a dejarlo pasar.
Sasuke cruzó los límites. Ese lugar era el único que no debía ni había querido compartir nunca con el pelinegro, era el sitio que lo había abrigado en noches de soledad, su cama había sido la única que lo abrazaba con las mantas cuando se decía que todo dolería menos si tan solo pudiera sacarse al Uchiha de la cabeza, joder, era SU habitación.
Y ahora ahí estaba, parado frente a su puerta a punto de abrirla cuando de repente reparó en los gemidos y jadeos que salían de un lugar que se suponía le pertenecía a él y a nadie más.
Después de unos segundos en estado de shock Naruto reaccionó y abrió la puerta, encontrándose con Sasuke y la mujer/jovencita/o lo que fuera dándose el lote en su cama. En ese momento los ojos negros de Sasuke se dirigieron a los suyos y Naruto pudo captar la sorpresa, el nerviosismo y el leve toque de burla en ellos.
-Pensé que no llegarías hasta mañana -Y se suponía que así iba a ser, Shikamaru había invitado a Naruto a su casa después de haber estudiado toda la tarde en casa de Kiba, el menor envió un mensaje a su compañero de departamento para avisar que no iría sabiendo de ante mano el verdadero sentido de la invitación... Al final no pudo hacer nada, llegaron a besarse un par de veces y hasta ahí. Naruto no podía, por más que quería sacarse a Sasuke de la cabeza no era fácil, no era algo que podía hacer de un momento a otro, aun así Shikamaru le dijo que no se daría por vencido, que él estaría esperándolo.
¿Por qué no podía enamorarse de alguien como Nara?
Shikamaru y él se conocían desde cinco años atrás, era menor el tiempo comparado con el que conocía a Sasuke y aun así Shikamaru SI lo conocía muy bien. Pensando en el castaño, Naruto ignoró a Sasuke, la chica al sentirse descubiertos se fue avergonzada, dejando a un Sasuke desnudo enrollado en sus sábanas y mirando a Naruto con diversión.
El menor tomó una maleta y metió tanta ropa como pudo al considerar que solo la aventaba sin consideración, Sasuke quiso llamar su atención al notar esto, pero fue nuevamente ignorado, Naruto cerró la maleta, fue a su tocador, miró dos fotos que estaban pegadas al espejo, tomó la más grande, la cual era de Sasuke y él y la rompió, luego tomó la otra, la cual era de sus padres y de él y la guardó.
-¿Por qué hiciste eso? ¿Qué... qué estás haciendo? -Naruto ignoró el tono levemente desesperado de su amigo, tomó lo que pudo y decidió regresar al día siguiente por lo demás, cerró la maleta y, antes de irse, miró a Sasuke sin reparar que había empezado a llorar desde que había roto aquella foto en dos.
-Mis sentimientos no son un juego, YO no soy un juguete -Sasuke quiso decir algo, Naruto lo calló antes de que pudiera articular alguna palabra -Estoy harto de ti, ya no puedo seguir engañándome, me mudo -Y sin decir palabra alguna, se dio media vuelta y salió con la intensión de ir con Shikamaru, quería pensar que podría darle alojamiento algunos días o tal vez aceptarlo como compañero de departamento aunque aquello donde vivía Shikamaru fuera una casa, una que le pertenecía al Nara desde que sus padres habían construido otra en Tokio, lugar donde vivían desde tres años atrás.
Una parte de él sonrió, pensando en lo bueno que sería el cambio que ahora iba a tomar su vida, pensando en lo bueno que iba a ser Shikamaru para él.
Por otro lado Sasuke se quedó paralizado mirando la puerta abierta para segundos después escuchar la puerta principal cerrarse para nunca ser abierta de nuevo por Naruto.
La había jodido, pero ya era demasiado tarde para sus arrepentimientos. Esa noche Sasuke se quedó sentado en la cama de Naruto, pensando en lo que había pasado, pensando en el amor que había desaprovechado, dándose cuenta que había perdido a la única persona que había llegado a significar algo en su vida, regañándose así mismo por tener miedo a enamorarse, por no querer aceptar los sentimientos que tenía hacía Naruto, llegando a burlarse de él sin querer, aprovechándose aunque por dentro no hubiese sido su intensión.
El silencio del departamento le dijo que ya nada podía hacer, lo había perdido y ahora era él quien lloraba por Naruto y no al revés...