Desperté. Mi alrededor se veía completamente oscuro, no oía nada y creí por un instante que estaba sordo, intenté moverme y quedar en una posición más cómoda, pero me fue imposible. Sentía el metal frío que sostenían mis tobillos y muñecas. Intenté hablar pero casi me ahogo con mi saliva. ¿Qué carajos tengo en mi boca?
Una luz brillante roja inundó la habitación donde me encontraba, y me dejó reconocer una silueta de otra persona. Con miedo me intenté soltar de las cadenas, pero era inútil. Detrás de mí se oyó una puerta abrir, dejando entras un haz de luz que resplandeció cierta parte del rostro de aquella silueta.
Su rostro era serio, daba a entender que estaba sediento. Tenía un par de cadenas que conectaban su cuello con su... ¡¿Colmillos?! Era definitivo, algo malo iba a suceder.
Quien quiera que sea se acercó mi y habló bajito, con voz casi de ultratumba.
—Jongdae... —Me recorrió un escalofrío y tragué duro.— Es bueno verte de nuevo...
¿Nos conocemos? Quise preguntar, pero no pude. El chico rió y asintió con la cabeza.
—Así es, te vi en las audiciones para SM hace un mes.
Y ahora que lo detallaba, sí me era familiar, se parecía a cierto chico que audicionó y pasó, a diferencia mía que no lo logré. Pero según mis contactos el chico nunca llegó a encontrarse en el grupo de trainees, supuestamente estaba desaparecido. Además, tenía otro peinado y un color de ojos más normal, este chico los tiene muy rojizos.
—Sí, soy yo. Ese chico desaparecido. El mismo. Kim Minseok.
Volví a tragar saliva, la sonrisa macabra del chico se incrementó al presentarse.
A este punto me sentía perdido. Yo llegué a mi casa por la noche después de mi audición en JYP, donde sí me aceptaron, me dí una ducha, comí y me acosté a dormir. No hay nada más que haya hecho como para haber llegado a este lugar.
—No desesperes. No te haré daño. De hecho, disfrutarás lo que haré.
Él estiró su mano y temblé, toca la piel (que me di cuenta estaba desnuda) de mi hombro y bajó por el pecho hasta mis pezones adormecidos por estar retenidos con... pinzas. Grandioso, es un sádico sexy...
Espera, ¡¿dije sexy?! No puede ser...
—Mm~ Reaccionas bien, mira, —señaló a mi entrepierna.— Está levantándose...
Mordí aquella cosa de plástico que tenía en mi boca. No quería reaccionar de ese modo a sus palabras, pero joder, no podía hacer nada contra eso.
—Me gustan tus reacciones. Son lindas. —Acercó su rostro a mi cuello para darle un beso a este, las cadenas frías rozándome.— Las cositas que durmieron tus pezones te harán gritar... —Instintivamente, me eché hacia atrás.— Oh no, eso no.
Juro que creí haberme quedado sin cuerdas vocales. El grito de dolor y placer causados por la pinza que me quitó fue tan fuerte que me hizo ahogar en serio. El chico me miró con una sonrisa de lado y me quitó la mordaza.
—¿Porqué me haces esto? —Susurré cuando ya pude respirar bien.
—Para mostrarte que en el mundo hay cosas más interesantes que ir de audición en audición.
El beso fue incómodo, con las cadenas en medio, pero igual o mas de ardiente, con lengua de por medio. Ese beso fue lo que hizo que dejara de resistirme, y lo único que necesité para dejarme llevar.
Se separó de mi, yo maldiciendolo por lo bajito porque ¡Vamos! Por fin me dejo llevar y me suelta. Con mis ojos le seguí hasta una mesa a mi lado que no había visto, y bien idiota que soy para no haberla visto, y me sorprendí al ver esta llena de juguetes. Había unos cuantos vibradores, un látigo corto, una fusta y la pinza que me quitó junto a la mordaza que recién las colocó allí.
Sentí un escalofrío y su corriente se extendió hasta mi pene que se sintió aprisionado. ¿Desde cuando tenía un anillo allí? Poco me importó aquello cuando lo vi acercarse con un vibrador en forma de pastilla y la fusta. Los soltó en el piso y se sacó un trapo del bolsillo que me puso susurrando.
—No pienses, siente...
Me estremecí, y no podía decir donde se encontraba y chillé cuando algo húmedo se metió en mi ano salvajemente embistiendo. Minseok me estaba ensalivando con su lengua, en mi intento de removerme fue cuando me percaté de que estaba sentado en una especie de columpio.
¿Tan idiotizado estaba por el chico que ni de eso me di cuenta?
Sentí el vacio de aquella cosa húmeda en mi y grité por la sorpresa de algo más grande enterrándose en mi.
—¡Minseok!
—Shh, calma...
Me tranquilizó con su voz seductora en mi oído. El objeto frío entró por completo en mi y entonces las manos de Minseok volvieron a desaparecer.
—Aah~ Minseok... —Gemí cuando en mi interior el objeto empezó a vibrar.
—Linda reacción, tu pene parece estar de acuerdo. —Rió suave Minseok frente a mi rostro y mordió mi labio antesde separarse y hablar en alto.— Bien Jongdae, ahora te mostraré lo que nuestra familia puede hacer con el dolor y el placer. —Su mano agarró y masajeó mi trasero rápidamente y siguió hablando.— Los chicos de EXO somos diez por el momento, y pronto seremos once... Te marcaré once veces para dejarte en claro el número que representarás en nuestra familia.
—¡Ah!
Me dio cinco azotes rápidos, exactamente cinco, y brinqué en mi asiento en respuesta intentando encontrar algo contra lo que pudiera frotar mi erección. Mi grito fue agudo y esta vez quise que me volviera a colocar la mordaza.
—Bien, es buen comienzo.
Cuando ya había terminado de darme los once oí su risa bajita y dijo animado.
—Ahora solo falta integrarte.
—Minseok...
—¿Hmm?
—Quítame el anillo... Por favor...
—Oh cariño, lo siento, pero hasta que no te integres no puedes correrte. No te preocupes, no falta mucho.
Sus dedos se enterraron en mis caderas, algo duro rozó mi ano y chillé nervioso.
—¡Minseok, no!
—¡Jongdae, sí! —Bromeó y me penetró de una estocada.
Mierda, mierda y más mierda. Dolía como el propio infierno sin duda alguna pero cuando arremetió contra mi una vez entendí que me importaba poco el dolor, y que incluso podría quemarme en el infierno con tal de sentir más de esas.
Empezó con un ritmo salvaje, duro y enloquecedor. No podía parar de gemir ante cada vez que su pene daba contra mi próstata, maldición sí que era bueno. Sentí unas cuantas nalgadas y palabras obscenas de su parte como *Oh Jongdae, gimes como putita*, o *Eres tan caliente y estrecho, espero que nadie mas que yo vuelva a darte aquí dentro.*, y por ello empuñé mis manos y pies, mk erección dolía y no pude hacer mas nada que rogar.
—Minseok... Min... Dejame correrme... Ah~ Por favor~
—Jongdae, ya te dije que...
—Entonces intégrame de una maldita vez, por Dios~~...
Sus embestidas no pararon en ningún momento. Oí un par de cadenas de metal chocar entre ellas y luego una lengua pasó por mi cuello. Se las había quitado, las cadenas de los colmillos, y eso me dio a entender algo más que no pude plasmar en palabras cuando sus dientes se enterraron en mi piel.
—¡AAAHHH!
Grité horriblemente, mi sangre siendo drenada y a au vez un líquido entrando en mis venas y regándose por el resto de mi cuerpo. Las manos de Minseok me quitaron el anillo e instantáneamente me corrí fuertemente.
Cuando sus colmillos salieron de mi piel presionó algo suave contra la herida y con su otra mano me quitó el trapo de los ojos permitiendome ver como el rojo de la habitación se volvía azul.
—¿Qué está pasándome? ¿Porqué ahora veo azul?
—Es algo que tenemos en nuestras cualidades. Los ambientes a nuestro alrededor quedan en negativo y así solonos concentramos en nuestros objetivos, las personas. Aunque en EXO nos concentramos en aquellas que tienen un aura especial.
—Hmm... —Dormité, mierda, el efecto de la herida me estba dando, en cualquier momeno caería inconsciente.
—Sabes Jongdae que aunque te desmayes yo no voy a parar de follarte hasta correrme dentro de ti ¿no?
—Sí, lo supuse. –Mis ojos entrecerrandose. Minseok rió y me dio un beso corto antes de susurrar.
—Descansa Dae, y bienvenido a la familia.
...Un año más tarde...
El cuerpo del pequeño pelirrosa temblaba ante mi tacto. Había encontrado al doceavo y último miembro de nuestra familia y solo me faltaba integrarlo. A diferencia de Minseok que era un Switch, en cuestión a BDSM, yo era únicamente sumiso, así que no podía dejar a alguien más que no fuera Minseok que sea mi dominante; por ello tuve que hacerlo del modo más suave con Baekhyun.
Me quité la mascarilla que usaba para ocultar mis colmillos cuando ya estaba junto al cuello del bajito, y enterré mis dientes en su piel chupando de él y saboreando la sangre que se desbordaba de la abertura. Cuando sentí que era suficiente me alejé y le puse una gasa con agua oxigenada para no hacerle daño al último de los miembros y me separé.
Yo no había tenido sexo con Baekhyun, él quería, pero yo solo le masturbé su pene y, cuando estaba cegado por el placer (él), le metí la lengua hasta la garganta para enloquecerlo y poder integrarlo. Pfff, o sea, mi culito es únicamente de Minseok.
—Bienvenido a EXO, Byun Baekhyun.
—Eres un monstruo... —susurró intentando soltarse del agarre de las esposas a su cama. Reí suave y le piqué su nariz con un dedo.
—Corrección Baek...
En EXO somos doce. El primero y que nadie sabe como apareció fue Junmyeon, ue corrió la sangre por Kyungsoo, Jongin, Yifan y Yixing (siendo este último únicamente para Junmyeon. Kyungsoo corrió la sangre a Chanyeol, Jongin corrió a Sehun, Yifan corrió a Zitao y Luhan, y Luhan corrió hasta Minseok, corriendo este último a mi y yo a Baekhyun.
Cambiamos nuestros nombres en la sociedad, ahora eramos Suho, D.O, Kai, Kris, Lay, Chanyeol, Sehun, Tao, Luhan, Xiumin, Chen-yo- y Baekhyun. (En orden de nomenclatura en el párrafo anterior). Nos reconocimos entre nosotros porque, efectivamente, teníamos un aura de color dorado brillante que nos representaba. Habían otras familias que conocíamos, Shinee era de aura verdosa y BTS tenía aura plateada.
Nosotros los vampiros nos encontramos en paz, nada de guerras entre nosotros y los humanos. De hecho, la mayoría de los vampiros que quedan son humanos convertidos en vampiros, como yo. Y es que ser atrapado por vampiros no era tan malo después de todo, yo encontré a mi amor (Xiumin) gracias a que me convirtieron en uno, y jamás me arrepentiría de ello.
—...Somos monstruos.