Lo doloroso es que mi vida siempre fue guerra, es todo lo que conozco, y aun así, la odio, es por eso que, muchas veces detesto la atitud patriótica de Steve y su deseo por "servir" en la guerra, y hoy, es uno de esos días en los que no estoy de humor, no por sentirme solo, no por estar desesperado por la estúpida guerra y por el tonto de Rogers diciendo una y otra vez lo mucho que quisiera ser parte de esta, sino que todo se remonta a aquel idiota, no de quien sea, no se quien se cree, pero se había llevado a mi chica, y eso no se le hace a James Buchanan Barnes.
-Bucky, Bucky- escuchaba la voz de Steve un poco ahogada, no se si era el o yo estaba tan hundido en mis pensamientos que lo escuchaba a kilómetros a pesar de encontrarse a mi lado.- Con un demonio Buck ¿¡Me estás escuchando!?- se sobre salto en su asiento, no le gustaba frecuentar bares como a mi, sobre todo porque solían exigirle alguna identificación debido a su aspecto físico.
-Si, si, lo hago, pero el problema es que hablas de lo mismo de siempre Steve- levante la voz tomando rápidamente el vaso de whisky, ladee la cabeza para mirar sobre mi hombro a mi amigo, el cual tenía una mueca de molestia.
-¿Por qué estás de mal humor?- me pregunto con el ceño fruncido, y supuse que mi cara expresaba lo mismo que la suya, suspiro cansado, me recargue con los codos en la barra y mire con el borde de los ojos a mi amigo, quien me miraba expectante.
-Un jodido pedante me quito a mi chica hoy- susurre con molestia al recordar aquel sujeto, con ese traje tan bien cuidado, al igual que su cabello castaño, y ese estúpido y ridículo bigote que solo hacia que me den más ganas de romperle la cara.
-¿A Dolores?- pregunto con un tono de intriga e ingenuidad que me causó verdadera gracia, haciéndome reír vagamente con su pregunta.
-No Steve, ya me dí por vencido con ella, a una simple muchacha cualquiera, que debe ser bastante fácil, para estar en bares por la mañana- suspire molesto una vez más.
-Entonces en que te molesta, Dolores fue la única chica por la que mostraste un poco de interés emocional, sino es ella, y no era importante, no tiene porque molestarte.
-Tu siempre con tus cosas de amor y blah blah- balbuceo vagamente acercando mi vaso al cantinero para que vierta más bebida en esta- ese no es el problema, el problema es que me humilló, yo estaba esta mañana ahí, tranquilamente con la muchacha, ya la tenia casi ganada, y ese idiota entro gritando y haciendo un escándalo, y todo los demás igual, lo vieron y se volvieron locos, un montón de sujetos lamé suelas solo porque se nota que desborda en dinero, y tomo a la chica que estaba conmigo, dijo dos palabras y se la llevó tomada de la cintura, y lo peor de todo es que me dijo "Lo siento campeón, será para la próxima" y me guiño el ojo! Puedes creerlo Rogers!? Me guiño el jodido ojo!- explique todo rápidamente y pregunte exasperadamente a mi amigo al sentir la rabia llenar mi cuerpo de tan sólo recordarlo, gesticulando agresivamente con las manos, y aun con la copa en una, mojando un poco la mesa.
-Hey! Tranquilo- murmuró Steve, tomando una servilleta y limpiando el desastre que deje en la mesa, yo solo proseguí a tomar seco lo que quedaba de whisky- aún creo que exageras- repitió mi pacífico amigo que siempre hablaba de unirse a la guerra, quien lo entendía. Rasque mi nuca en mueca de frustración, porque, realmente lo estaba. Quería que este poco tiempo en el que me sentía "libre" de compromisos fuera bueno, mucha fiesta, y chicas, pero cada día algo me salia mal, y sabía que me iban a reasignar en cualquier momento, o aun peor, mandarme a una misión más específica.
Necesitaba descansar, yo no estaba hecho para esto, hay algo que nunca le he dicho a nadie, y es porque simplemente no tengo las agallas, no me lo permito, sentir, es algo que no quiero volver a sufrir, y es que si fuera por mi, le daría todas mis ventajas físicas, y mis habilidades en la batalla a Rogers, y me quedaría con su cuerpo, con sus enfermedades, porque en verdad me duele seguir peleando por algo que no creo, algo que no quiero, pero aún más me duele pensar en que las personas a las que asesino tienen familia, son padres, hermanos, hijos, y lo peor es que todos los somos, claro, menos Steve y yo.
Nosotros solo nos tenemos el uno al otro, y creo que en realidad las únicas peleas que quiero llevar a cabo son aquellas para protegerlo, es como un niño pequeño, es el único a quien le he atribuido cariño en estos últimos años, ¿Por qué? No lo se, supongo que nos parecemos más de lo que el cree.
Caminábamos por las calles vacías de Brooklyn, era de noche, no muy tarde, pero las calles ya estaban un poco vacías, hablábamos de boberias, no quería que vuelva al tema de la guerra, porque comenzaría a preguntarme acerca de mis servicios y era algo que ni me gustaba compartir, o recordar.
Hay algo que nunca le dije a Rogers, y es que, cuando salí de Virginia, después de que asesinaron a mi padre, me uní a un grupo de hombres, por protección de aquellos que acabaron con mi papá, eran asesinos, eran espías, me enseñaron muchas cosas, no eran malos, pero si fríos, en ese tiempo aun era un niño, y después de un tiempo, volví a huir, no de ellos, sino del gobierno, me logre escabullir hasta Brooklyn, y luego lo conocí a él.
Nunca hice nada, en realidad ellos me cuidaban más que nada, pero con todo lo que aprendí, y al dejarme ver como el "protegido" de un pequeño peor efectivo, grupo de asesinos, no fue fácil ocultarme, y aun más cuando la guerra empeoró, el gobierno comenzó a enlistar a todo el que podía, y cuando me encontraron, les pareció una gran idea usarme de diferentes formas, claro que seria soldado, pero si me necesitaban como espía, pues porque no, o si se les antojaba que fuera asesino político, también les servía.
Todo bajo el chantaje de "culparme" de los asesinatos que, aquellos hombres con los que solía convivir, habían cometido. Esta claro porque no peleó con patriotismo, o porque no croe que la guerra y servir en ella sea algo hermoso, pero es algo que no compartiré con Steve, el tiene que ver la corrupción solo para combatir contra ella, además, sabia que nunca podría enlistarse, por más insistente que sea. Eso me dejaba bastante tranquilo, porque el es demasiado frágil, es valiente, no lo niego, pero por lo general los cobardes que les gusta sentirse poderosos son los que van al frente en la guerra.
Era una noche un poco fría y mi pequeño amigo se notaba temblando, me agradaba su compañía, pero a pesar de ello, y esto es algo que nunca se lo diría, de todas formas me sentía solo. O al menos, sentía un gran vacío en mi interior que crecía con cada acto de crueldad que yo mismo cometía.
Tal vez, después de todo, no soy tan buen amigo como Rogers cree.