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Pérdida por Smile Gazerock

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Notas del fanfic:

Bueno, hace muuuucho que tenía esta idea en mi mente pero por falta de tiempo no podía escribir, espero que sea de su agrado y que disfruten de la lectura :3

Mi corazón latía de forma errática, sentía como un nudo se formaba en mi garganta impidiendo la entrada de aire y –además- que alguna palabra escapará de mi boca, aquella imagen se repetía en mi mente haciendo que mis ojos se llenaran de agua y mis manos temblaran. Fue recién que me percaté, en ese instante me di cuenta que literalmente, la había cagado.

 

 

Hace un par de días había decidido salir a caminar para despejar mi mente y lograr pensar de una manera más tranquila, pero no me sirvió en lo absoluto y al final me encontré entrando a un bar. Tomé varias copas y sin darme cuenta una mujer de hermosas curvas se acercó a mí, sólo un par de palabras y unas cuantas caricias calientes fueron suficientes para mí. Pagué lo que había consumido y llevé a la chica a mi departamento.

 

 

Apenas cerré la puerta comencé a besar a la mujer a tocar sus pechos, sin embargo a mi mente  venía una imagen completamente distinta, una piel más suave, delicada y blanca, un pecho más plano del que tenía frente a mis ojos, por lo que con cierta fiereza llevé a aquella mujer a mi habitación despojándola de toda ropa. Cuando estuvo desnuda la lancé a la cama y comencé a besarla, nuevamente a mi mente llegó otros labios más abultados y suaves, el beso se sintió frío, a pesar de que tenía experiencia prefería los labios inexpertos de la persona que inundaba mi mente. Con fuerza comencé a acariciar las piernas de aquella mujer, no pude ser suave con aquella chica, en verdad me encontraba desquitando toda mi frustración en aquella fémina, la que parecía disfrutar de mis bruscas caricias por los altos gemidos que emitía, gemidos bastante molestos a comparación de los melódicos que se rememoraban en mi cabeza.

 

 

Continúe de la misma manera hasta que la mujer que tenía abajo me pidió con un tono lleno de lujuria que entrará en ella, yo no dude en acceder a su pedido y la penetré salvajemente, nuevamente la sensación era muy distinta, pero eso no me detuvo. Lo único que logró que mi furia, que mi frustración, se apagará fue un suave suspiro de impresión que salió de una tercera persona. Giré mi cabeza de forma violenta y allí lo vi, en el marco de la puerta con sus ojos abiertos, las lágrimas asomándose y un ictus de tristeza extrema. En ese momento sentí como mi corazón se rompió en cientos de pedazos, un suave «lo siento» se escapó de sus labios para luego salir corriendo de aquel lugar. Permanecí un par de minutos en la misma posición, en un estado profundo de shock, hasta que la voz de aquella mujer diciéndome que continuáramos, me sacó de mi letargo. Otra vez mi rostro se encontró frente al de ella y con el ceño fruncido salí de ella y le ordené que se fuera. Ni siquiera me quedé allí para escuchar sus reclamos indignados, aquello no me importaba en lo absoluto. Me encerré en el baño y me di una ducha para quitar su aroma –que ahora se me antojaba bastante asqueroso y empalagoso- de mi cuerpo.

 

 

En aquel instante no pensé en seguirlo ¿qué le podría decir?, él lo había visto, me había follado a una mujer, no había manera de rebatirlo y dudaba que me creyera, lo más seguro era que en aquellos momentos me odiaba más  de lo que ya lo hacía. Salí del baño con el agua goteando, observé mi habitación hecha un asco por lo que fruncí mis labios. Mi vista recorrió todo el lugar hasta que di de lleno con la puerta y en el suelo me encontré con una bolsa, que seguramente él  la había llevado y olvidado luego de verme en aquella situación. Tomé con cuidado la bolsa y en ese momento me percaté de que mis manos temblaban cuál gelatina, abrí la bolsa y me encontré con una serie de ingredientes. ¿Quería que nos reconciliáramos? Aquella pregunta asaltó mi mente y la verdad no sabía qué hacer. Me quedé como un idiota viendo la bolsa durante demasiado tiempo, porque no tuve la valentía de seguirlo, porque era un maldito cobarde y no quería escuchar de sus labios cuánto me odiaba. Así que preferí quedarme allí pensando, recordando viejos momentos, como por ejemplo la primera vez que lo vi. 

 

 

Recuerdo perfectamente que aquel era un día lluvioso, la chica con la que estaba -no era nada serio- había decidido que aquello que "teníamos" se había acabado, y lo digo de esta manera porque considero que el sólo tener sexo desenfrenado no puede significar una relación de novios, porque nosotros no hablábamos, lo único que escuchaba salir de su boca eran gemidos y aquello era lo único que me interesaba, ni siquiera conocía a la chica. Es posible que ella se encontraba de cierta manera muy atraída a mí, porque debo admitir que antes que empezáramos este jueguito, sentía constantemente su mirada sobre mi persona de una manera demasiado profunda y, probablemente, pensó que lo nuestro era algo que tenía futuro, tal vez ella pensó que yo pude estar enamorado de ella, mas estaba muy equivocada. Pero eso ya no importaba, aquel día ella se decidió a dejar el juego que ella misma decidió empezar y la verdad es que a mí no me interesaba mucho. En el bar pedí un trago algo suave, no quería emborracharme, después de todo siempre que lo hacía terminaba en la cama con alguna mujer y la verdad es que me estaba cansando un poco, me iba a tomar un receso de mis actividades. 

 

 

Estaba sentado tranquilamente, observando el contenido del vaso moverse según yo movía mi muñeca, cuando la intensidad de las luces  bajaron, fruncí el ceño y mis labios porque no pude ver con total claridad -de por sí mi vista es pésima-, pensaba reclamar, sin embargo cuando mi boca se abrió una luz brillante llamó mi  atención. Moví mi cabeza y mi rostro dio de lleno con la figura de un hombre algo bajo que se encontraba sentado en una especie de banquillo sobre un diminuto escenario. Su figura era iluminada y un velo de misterio lo adornaba, tuve  la sensación de querer acercarme a él, algo me llamó, no tengo claro que fue pero quería estar más cerca de esa persona. Se acomodó de mejor manera en aquel banquillo que -a simple vista- a mí se me hacía muy molesto, pronunció algo inentendible para mí y luego comenzó a tocar la guitarra que se encontraba posada en su regazo, y de la cual yo no me había percatado hasta ese momento.

 

 

Una suave melodía comenzó a inundar el lugar, haciendo que los pocos que no se habían volteado a mirarlo lo hicieran ahora. Pronto una profunda y melodiosa voz salió de aquel ser y yo simplemente me sentí en el paraíso. Aquella voz era hermosa, bellísima, el tono era grave y profundo, encantaba con aquella melódica voz, era tranquila y me calmaba. Me enfoqué en su rostro y me sorprendí al ver que expresaba lo que las letras decían. Él no se limitaba a cantar, sino que interpretaba la letra desde el fondo de su corazón. Ahora más que nunca quería conocerlo, hablarle y quizás ser amigos.

 

 

Continúe escuchando sus canciones, deleitándome con su talento, hasta que en un momento lo escuché presentar la que era su última canción, una melodía de por si triste que logró estremecer mi corazón. En un momento dado de aquella, él levantó su mirada la dirigió a un punto muerto sin mirar a absolutamente nadie y continuó tocando, luego hizo un fino movimiento, casi imperceptible, y su mirada chocó con la mía. Un escalofrío se apoderó de mi columna vertebral y no pude quitar mi vista de la suya, pero él sí lo hizo. La música se detuvo y todos los presentes se levantaron para aplaudir la presentación, yo me encontraba aún conmocionado, así que me limité a aplaudir sentado con una media sonrisa. Aquel hombre dio una reverencia y desapareció del escenario por lo que no pude evitar sentirme algo decepcionado, quería escuchar por más tiempo su voz. Continué bebiendo poco a poco  mientras que observaba al barman haciendo diversas maniobras para la fabricación de cocteles, entonces sentí cómo una persona se sentaba junto a mí y por mera curiosidad giré mi rostro sorprendiéndome con quien me encontré allí.

 

 

—Hola— me saludó con su grave voz y una suave sonrisa en sus labios —lo de siempre por favor— le dijo al barman que no tardó mucho en dejar un vaso frente él.

 

 

—Hola— saludé de vuelta sintiéndome casi al mismo instante estúpido así que rápidamente agregué –tienes una bella voz—

 

 

—Muchas gracias— dijo con suavidad –me llamo Takanori, pero me dicen Ruki— se presentó dejándome sorprendido.

 

 

—Un gusto Ruki, yo me llamo Yutaka pero tú puedes decirme Kai.

 

 

—Kai, me gusta— dijo con suavidad, con aquella voz que me estaba capturando — ¿qué fue lo que más te gustó de mi presentación para tenerte tan absorto? — preguntó con una diminuta sonrisa logrando que me sonrojase, se había dado cuenta que lo miraba y no lo culpo después de todo mi mirada había sido muy profunda.

 

 

—Tu voz, es profunda, melodiosa sin duda muy bella, además debo confesar que adoro cómo interpretas las canciones— le dije mirándolo profundamente mientras que una sonrisa se hacía paso en mis labios al ver lo nervioso que lo había puesto —y además, hay algo en ti que llamó mi atención, sin duda quería conocerte.

 

 

—En aquello último estamos de acuerdo- dijo con una tenue sonrisa –cuando te observé en medio de la presentación había algo diferente en ti— expuso dejándome impresionado.

 

 

—Me encantaría conocerte mejor Ruki—  solté sin más, sin siquiera pensarlo, sin mediar las palabras sólo dije lo que quería decir.

 

 

Observé claramente la manera en que cambiaba la expresión de su rostro, cómo pasaba de la tranquilidad a la sorpresa, me miró por un par de minutos con sus ojos abiertos extremadamente y luego giró su rostro con rapidez logrando que una sensación de desazón se instalara en mi pecho. Tal vez había ido demasiado rápido y no debía haberle dicho aquello, llevé mi mano a mis cabellos para peinarlos y con cierto nerviosismo comencé a acomodar las palabras en mi mente para así disculparme con él, cuando su voz me dejó gratamente sorprendido.

 

 

—A mí también me gustaría conocerte más. Ten aquí está mi número, me tengo que ir ahora, así que lamento que no podamos seguir hablando, adiós Kai— se despidió con suavidad y de manera rápida, para salir del lugar de igual forma con su mirada baja.

 

 

Yo me quedé helado en mi lugar observando el lugar por dónde Takanori había desaparecido. Simplemente no pude definir las sensaciones que en esos momentos me embargaban, ni siquiera pude creer que me había dejado su número, es decir,  ¿es normal darle un número a un extraño del que con suerte sabes su nombre? Normalmente hacer eso sería una locura, pero yo no pude evitar sentirme feliz del acto de locura que hizo Takanori. Con extremada cautela tomé el trozo de papel entre mis manos y una sonrisa enorme se hizo en mi rostro, saqué mi celular e inmediatamente agregué el número de Takanori. Volví a guardar mi celular –sin que la sonrisa desapareciera- y cuando alcé mi mirada me encontré con un vaso lleno frente a mis ojos sorprendido y con algo de duda, busqué con mi mirada al barman y me dijo con una sonrisa «la casa invita» yo sólo respondí con una sonrisa y me dispuse a beber el contenido mientras que no pude evitar pensar que sería una excelente idea frecuentar este bar.

 

 

Salí de aquel bar y me encontré con el hermoso cielo nocturno. Cómo nunca antes lo había hecho, comencé a observar las estrellas, las cuales brillaban con intensidad, debido a la reciente lluvia el cielo se encontraba ahora despejado y me permitían observar el verdadero brillo de la noche. La sonrisa se amplió más y sin dudarlo pensé que esa noche había sido la más especial que había tenido en la vida, ni siquiera la noche en la que la chica que me gustaba se declaró ni cuando tuve sexo por primera vez se comparaban a esta. Despegué mi mirada del cielo y me dirigí a mi departamento. Había terminado de darme una ducha y me encontraba solamente en bóxer, mientras que con una toalla secaba mis mojados cabellos. Me senté en la cama y observé el celular en mis manos, debatiéndome entre llamar o no a Ruki, hasta que finalmente decidí hacerlo.

 

 

—Hola— contestó con duda.

 

 

—Hola Ruki, soy Kai— respondí con cierto nerviosismo, no sabía si estaba haciendo bien al llamarlo.

 

 

—No pensé que me llamarías ahora.

 

 

—Es para que sepas que es mi número­— solté la primera excusa barata que vino a mi mente.

 

 

—Ya veo, entonces en cuanto pueda agregaré tu número.

 

 

—Genial. Buenas noches Ruki.

 

 

—Buenas noches Kai— y tras responderme finalizó la llamada.

 

 

La suave y grave voz de él diciendo lo anterior y pronunciando mi nombre me dejó feliz, sin embargo, mi estado de ánimo cambió inmediatamente cuando recordé toda la conversación anterior.  ¿Acaso era un imbécil?, di la peor excusa posible por llamarlo y sin duda aquella fue la charla más corta que jamás había tenido en la vida. Me recosté en la cama y miré el techo sobre mí, sin nada más que hacer. Un suspiro se escapó de mis labios antes de sentir cómo un fuerte calor comenzaba a extenderse por mis mejillas como reacción a la vergüenza que en aquellos momentos me había invadido. Sin lugar a duda si me lo proponía era capaz de ser el ser más idiota que habitaba la faz de la tierra y, lamentablemente, lo había descubierto de la peor manera posible.

 

 

Continuaba lamentándome cuando el sonido del celular me trajo de vuelta a la realidad. Tenía cierta duda, era extraño que alguien me enviara un mensaje a estas horas. Aún desganado por mi fallida conversación anterior abrí el mensaje sin ver el destinatario y mi sorpresa fue aún mayor. Takanori me había escrito, me deseaba una buena noche y me invitaba a verlo cantar esta próxima semana. La sonrisa se abrió paso en mi rostro sin siquiera yo darme cuenta y respondí inmediatamente de forma afirmativa, la respuesta no tardó en llegar un simple «descansa y duerme bien» que me hizo sonreír aún más. Teclee una respuesta y la envíe para luego vestirme y dirigirme a la cama algo más calmado. Parecía que él no pensaba que yo era un idiota, o al menos aquello no le importaba, lo que me relajó lo suficiente para cerrar mis ojos y caer en un profundo sueño.

 

 

Al día siguiente, cuando me encontraba almorzando, fui interrumpido por la llamada de Ruki, le contesté y no tardamos mucho en entablar una conversación, de esta manera me enteré de muchas cosas, sus bandas favoritas, sueños frustrados, entre otras cosas,  y para mi sorpresa Takanori le encantaba hablar, yo también era así, sin embargo él me ganaba sin lugar a dudas. Lamentablemente la hora del almuerzo terminó, le dije que debía irme y el respondió que no había problema, un adiós salió de los labios de ambos y terminó la llamada. Algo más relajado volví al trabajo, estaba feliz y se me notaba en todo el rostro porque todos mis compañeros me miraban con una sonrisa insinuante en sus labios cuando me preguntaban qué había ocurrido.

 

 

A pesar de hablar con él, el aire misterioso que le rodeaba desde el primer instante que lo observé no había desaparecido, inclusive cuando hablaba conmigo un tono misterioso y seductor se asomaba en su voz, era tan inquietante que me pregunté varias veces si aquello era real o simplemente producto de mi mente.

 

 

La semana transcurrió tranquila, en los horarios de almuerzo llamaba a Ruki y hablaba siempre con él, sin falta, luego cuando llegaba a casa después del trabajo hablábamos mediante mensajes. Finalmente llegó el día en que iría a verlo otra vez a aquel bar. Llegué un par de minutos antes de que Ruki cantara y me senté –al igual que la vez anterior- en la barra, el barman de aquella vez me miró asombrado para luego saludarme con una pequeña sonrisa, le pedí un trago cualquiera y me dispuse a esperar paciente a que Ruki hiciera acto de presencia en el pequeño escenario, sin embargo una chica bastante hermosa se acercó a mí, para ser más precisos se había acercado para coquetear conmigo. Intenté alejarla, porque la verdad no estaba de humor para hacer nada, pero la chica era increíblemente testaruda y no se iba, por suerte el barman me ayudó y alejó a la chica de una manera no tan amable, por lo que se fue echando humos, yo me limité a soltar una carcajada por el comportamiento irracional e infantil de la chica, carcajada que fue acompañada por la propia del barman. Nuevamente las luces bajaron la intensidad y yo sentí cómo mi estómago se apretaba y una ansiedad invadía mi ser por completo, estaba expectante observando fijamente hasta que apareció.

 

 

Su figura se abrió paso en aquel escenario, para mi sorpresa estaba vistiendo una tenida más formal, tenía el cabello recogido de un lado –dejando a la vista su cuello-, mientras que el otro permanecía suelto, por lo cual se veía endemoniadamente sensual. Mojó sus labios con su lengua y los acercó al micrófono para presentarse y dar a conocer el nombre de su primera canción. Su voz no tardó en inundar todo el lugar sorprendiendo a la mayoría de los allí presentes, sólo éramos algunos pocos quienes conocíamos desde antes el talento y la perfecta voz de Ruki.

 

 

Lo miré en cada instante intentando no perderme en ninguna de sus expresiones, la verdad es que al verlo divertirse de aquella manera me incitaba a volver a tocar la batería, me daban ganas de continuar con aquel sueño que había dejado tirado cuando era un adolescente, porque mi madre había enfermado y necesitaba que alguien la cuidara, necesitaba un ingreso mensual y fijo, no la nada que ganaba cuando había empezado con una pseudobanda. Inconscientemente había comenzado a golpear mis muslos con mis palmas siguiendo el ritmo de la canción, como si la batería estuviese allí, por un momento cerré los ojos y la imaginé, pero al instante volví a la realidad y cuando dirigí mi mirada a Takanori, éste se encontraba viéndome fijamente, su mirada era profunda, sin duda abrumadora por lo que me vi en la obligación de girar mi rostro con el fin de evitarla. Cuando sentí que la sensación abrumadora desaparecía giré mi rostro y Ruki me había dejado de ver, por lo que pude continuar observándolo como si me tratase de un acosador.

 

 

Nuevamente la última canción fue increíble y en cuanto la terminó todos los que allí se encontraban se levantaron en una ovación. En menos de lo esperado Ruki se había sentado junto a mí y me había vuelto a observar fijamente de aquella manera abrumadora. Pude sentir sus ojos escudriñando en el lugar más recóndito de mí ser, lo sentía capaz de ver mi alma y adivinar mis sentimientos y pensamientos, por eso nuevamente había rehuido su mirada, sin embargo aún era posible para mí sentir su vista sobre mi cuerpo.

 

 

— ¿Qu…Quieres decirme algo? — le pregunté cuando me vi incapaz de soportar más.

 

 

—Sí, la verdad es que quiero preguntarte algo— respondió observándome con la misma intensidad — ¿tocabas la batería?

 

 

—Sí— respondí escuetamente mientras observaba mi vaso el cual tenía un poco de licor todavía.

 

 

— ¡Lo sabía! — dijo de la nada asustándome, por lo que casi tiro el vaso –Cuando te vi con los ojos cerrados y golpeando tus muslos esa idea cruzó mi mente, pero tenía mis dudas.

 

 

Yo me limité a girar mi mirada a un costado sin saber qué  decir, se había formado un silencio, pensaba que el tema había quedado en nada, que no se volvería a hablar y que pronto Takanori iniciaría la conversación hablando de algún cliente en su trabajo de medio tiempo, pero aquello no sucedió.

 

 

—Me encantaría hacer un dúo contigo— soltó de la nada —ya sabes, mientras toco la guitarra y canto tú tocas la batería.

 

 

—Lamentablemente no creo que sea posible— le dije rápidamente y con algo de amargura.

 

 

— ¿Por qué? — me preguntó contrariado mientras que su ceño se fruncía de manera leve.

 

 

—El tocar batería era un sueño del pasado, cuando aún era adolescente y no se cumplió, desde entonces no he vuelto a tocar ningún solo tambor, en simples palabras apesto tocando.

 

 

— ¿Alguien que te escuchó alguna vez te dijo que tocabas mal?

 

 

—No.

 

 

—Entonces, ¿por qué lo dices? — me preguntó observándome fijamente poniéndome nervioso otra vez. 

 

 

—Ya he perdido la práctica y la verdad no era tan bueno.

 

 

—Quiero escuchar como tocas, yo decidiré si eres bueno o no.

 

 

—No te lo aconsejo, además no tengo una batería— y en aquello mentí de la peor forma posible, porque sí tenía una batería, pero no quería por nada del mundo que Takanori me escuchara.

 

 

—Eso no es problema— me dijo sonriente —aquí hay una.

 

 

—Lo siento, no puedo tocar frente a tanta gente.

 

 

—Podemos esperar a que todos se vallan— me dijo con una sonrisa zorruna para luego observar al barman — ¿no es así? — preguntó con un tono inocente a lo que el barman asintió con una sonrisa cómplice.

 

 

Recuerdo que tras decir lo anterior Ruki continuó hablando, pero yo ya no lo escuchaba en lo absoluto.  Tenía terror, no quería seguir en ese lugar, simplemente quería huir, el pánico comenzó a inundarme y pronto me encontré con el ceño completamente fruncido y desviando mi mirada de él.  Debía salir de aquel lugar, estaba realmente desesperado hasta que sentí el frío contacto de un vaso chocar contra mi mejilla. Elevé mi mirada con cierta sorpresa y me topé con el rostro enfadado del barman,  algo confundido giré mi rostro y ahí estaba la respuesta el rostro de Ruki se notaba triste y compungido. Nuevamente caí en desesperación y al parecer me volví más estúpido.

 

 

r13;R…Ruki— llamé con temor, pero él ni siquiera volteó r13;Ruki, tal vez me comporté como un imbécil, la verdad es que no lo recuerdo estaba demasiado concentrado pensando en otras cosas que no me di cuenta, de verdad lo lamento.

 

 

Esperé con una paciencia que no tenía a que me diera una respuesta, la cual nunca llegó. Lo observé fijamente, sin embargo él continuaba ignorándome. Un suspiro salió de mis labios, pensaba levantarme e irme de aquel lugar, después de todo no tenía sentido seguir allí si no estaba hablando con Ruki. 

 

 

r13;Lo siento, también fue mi culpa— dijo  con suavidad r13;pero a cambio quiero que toques algo en la batería.

 

 

Yo no pude hacer nada más que asentir derrotado. Continuamos con la conversación y de vez en cuando el barman acotaba algo. En aquel momento me había sentido tan tranquilo que había olvidado que tenía que tocar la batería. 

 

 

r13;Estaré feliz y dispuesto a escucharte.

 

 

Contemplé a Ruki por unos segundos, estaba pensando en decir alguna excusa y evitar tocar la batería, pero al ver la mirada brillante e ilusionada no lo pude hacer.  Con un paso demasiado calmo me dirigí al pequeño escenario. A medida que me acercaba sentía mi pulso acelerarse, mi corazón golpeaba con tanta violencia mi pecho que temía que se saliera, me encontraba tan abstraído que no me percaté en qué momento una enorme sonrisa se abrió paso en mi rostro. Me senté en el banquillo y acomodé algunas cosas, tomé las baquetas que se encontraban a un costado y me dispuse a probar la batería. 

 

 

Pronto cambié el ritmo y comencé a tocar verdaderamente. Hacía mucho tiempo que no tenía aquel tipo de sensaciones, la adrenalina, la pasión, pero principalmente la felicidad que me invadía. Ni siquiera me interesaba cómo tocara, tampoco me importaba lo que Takanori pensara, porque por ese instante sólo existía yo y la batería frente a mí. Continué hasta que sentí mis músculos comenzaron a doler debido a la casi nula actividad física que realizaba, por lo anterior comencé a disminuir el ritmo hasta que di por acabada la melodía.

 

 

Un suspiro se escapó de mis labios, luego moví mi cabeza de un lado a otro, intentando liberar la tensión que se había acumulado sin siquiera yo darme cuenta. Observé por unos segundos más la batería y luego me levanté, fue entonces que recordé que tenía un par de espectadores que se limitaban a observarme sin decirme absolutamente nada. No había ninguna reacción en su rostro que me permitiera adivinar que pensaban, así que no pude evitar pensar lo peor, que había tocado de manera horrible.

 

 

—Emmm yo… lo sien….

 

 

— ¡Eso fue fantástico! — exclamaron ambos con extrema felicidad y una emoción desbordante, dejándome asombrado.

 

 

— ¿De verdad les gustó? — me atreví a preguntar con cierta duda.

 

 

—Por supuesto, eres increíble Kai— me halagó Takanori con una enorme sonrisa en su rostro.

 

 

—Gracias.

 

 

—Podríamos tocar juntos— comentó nuevamente lleno de emoción

 

 

—Podríamos intentarlo, sin embargo no creo que mi habilidad sea suficiente.

 

 

—Pero si no quieres presentarte en el escenario podrían juntarse en el apartamento de Ruki y tocar juntos— comentó el barman con una sonrisa bailando sobre sus labios —ya saben, para divertirse y no encontrarse siempre aquí.

 

 

—Aquella fue una excelente idea— halagó Takanori lleno de emoción mientras que yo no tenía claro que responder, me había gustado tocar la batería y pensándolo bien, tocar en compañía de él sería sin duda increíblemente más divertido — ¿qué opinas tú?

 

 

—Creo que es una fantástica idea y si a ti no te incomoda me encantaría hacerlo.

 

 

—Bien entonces está decidido.

 

 

Conversamos por unos segundos más en la compañía del barman, hasta que decidimos retirarnos producto de la avanzada hora. En compañía de Ruki pasaba los momentos más amenos, no pasaron muchos días cuando nos encontramos tocando en su departamento. El hogar de Matsumoto era digno de él, la decoración era en extremo moderna, primaba el orden y los colores blancos negros y rojos, en aquel momento pude sentir una especie de calidez, me sentía calmado. Conocí a la mascota de Ruki, un perro extremadamente tierno que se había pegado a mí ante la incredulidad de su dueño, quien me recalcaba una y otra vez lo extraño que era que se acercara a extraños.

 

 

Takanori se hizo -a mi parecer en aquel momento- un enorme espacio en mi vida de la nada, siempre hablaba con él, me dirigía a su departamento siempre que podía y si era el caso contrario era él quien se dirigía a mí departamento. Pero no sólo nos conformábamos con lo anterior, también salíamos a comer o nos dirigíamos a ver alguna película.

 

 

La cercanía de él se hizo tan constante para mí, que se me era extraño cuando no estaba junto a mí. Y de un momento a otro me encontré siendo presentado como el mejor amigo de Takanori en aquel bar donde siempre cantaba, lo cual me llenaba de orgullo y emoción.

 

 

No puedo precisar el momento en el que me percaté que Takanori me atraía, incluso es posible que desde un primer instante, desde la primera vez que posé mi mirada en su silueta, me gustó. Sólo soy capaz de recordar que su piel se me antojaba cada vez más sensual y tenía una enorme curiosidad de sentirla, adoraba aquellas camisetas holgadas que dejaban ver parte de su pecho y clavícula cuando se inclinaba, así fue cómo comenzó.

 

 

Si bien sentía una atracción por Ruki, la sensación en sí era muy distinta a las veces anteriores en las que me había sentido atraído por alguna mujer. La mayor parte del tiempo, me encontraba avergonzado por pensar solamente en besar sus labios mientras que me hablaba, también el nerviosismo me atacaba con frecuencia cuando la distancia entre nuestros cuerpos se acortaba y mi torpeza aumentaba siempre que veía su rostro sonriente. Me había convertido en un completo desastre, y lo peor era que se notaba demasiado, era obvio que Takanori lo había notado, sin embargo no decía absolutamente nada logrando aumentar mi nerviosismo.

 

 

Los días transcurrían y yo sentía que en cualquier momento iba a explotar, estaba seguro que terminaría gritándole mis sentimientos a Ruki, y finalmente algo así sucedió. Me encontraba en el bar que se había convertido en mi favorito, bebiendo una y otra vez, porque Takanori no había sido capaz de ir y me encontraba sumido en un estado de depresión.

 

 

Bebí grandes cantidades de alcohol como hace tiempo no lo hacía, sentía una leve sensación de mareo, la cual estaba seguro que se acrecentaría si es que me levantaba, por esta razón no quería levantarme, sin embargo no es como si pudiese quedarme toda la noche sentado allí.  Fue en el momento en el que decidí levantarme cuando sentí una mano tocar con suavidad mi hombro, me giré con cierto cuidado y me sorprendí al ver a Takanori allí frente a mí, mi sorpresa fue tal que pensé que me encontraba alucinando y frente a mi estado etílico ésta idea cobró un mayor sentido.

 

 

-Hola Kai- me saludó con una suave voz, observé con tanta nitidez el movimiento que producían sus labios, que no fui capaz de aguantarlo y me lancé a sus labios. 

 

 

En ese preciso instante mi mente se desconectó, yo sólo era capaz de sentir los suaves, cálidos y carnosos labios de Takanori chocar contra los míos. Una sensación sublime embargó mi ser y de la nada me encontré adicto a aquellos labios. Sin lugar a dudas nunca antes me había sentido de tal manera, ni siquiera era capaz de expresar mediante palabras el cómo me sentía, era una experiencia completamente nueva y agradable, que lamentablemente tuvo que terminar para ser capaces de recuperar el aire que se nos fue arrebatado por el otro. 

 

 

Tras haber finalizado el contacto de lo único que fui consciente fue de la huida rápida de Matsumoto, ni siquiera me dedicó una palabra de amor o de odio, ni siquiera percibí un abrazo u una bofetada, él simplemente huyó, se alejó de mí lo más rápido que le permitían sus piernas. Mientras que yo me quedé helado en mi lugar hasta que el barman me golpeó con cierta suavidad en mi cabeza y me facilitó un vaso con alcohol, no me dijo absolutamente nada y yo no fui capaz de percatarme de su expresión. Permanecí un par de minutos más en la misma posición sin probar una sola gota de aquel vaso, para luego levantarme con cierta rapidez y salir de aquel lugar.

 

 

No me percaté de cómo llegué a mi departamento, fue como si me hubiese trasladado en un simple pestañeo, y tampoco me di cuenta cuando me quedé dormido, todo porque mi mente continuaba pensando en Ruki. Al día siguiente me desperté con un fuerte dolor de cabeza, me quedé dormido con la fantasía de que podría olvidar todo lo que había ocurrido, sin embargo recordaba todo perfectamente, de una manera tan nítida  que llegaba a ser aterrador. Por un momento había pensado que todo se trataba de un ilusión porque me encontraba borracho, pero la sensación de los labios de Takanori y los recuerdos eran lo suficientemente reales como para convencerme de que lo anterior era imposible.

 

 

Recuerdo que la mayor parte de ese día la pasé observando el móvil pensando en cientos de maneras para disculparme con Takanori. La angustia era demasiada y sentía que todo lo que podría salir de mi boca sería en vano, que Takanori no me escucharía, que la repulsión, que el odio sería muchísimo más fuerte. Sin voluntad y derrotado por mi propia mente decidí irme a dormir.

 

 

Al despertarme al día siguiente la culpa había aumentado y el odio hacia mí mismo por mi cobardía también. Después de pensarlo por unos cuantos minutos me decidí enfrentar a Takanori. Había sido yo el que lo había besado de la nada, por lo que debía ser yo quien debiese presentarse y dar una explicación de lo ocurrido, por lo que finalmente decidí ir a hablar con él. Estuve fuera de su departamento durante horas, pareciendo un verdadero psicópata, no atreviéndome a tocar la puerta, sus vecinos no habían salido muchas veces por lo que mi presencia en aquel pasillo aún no era notada por nadie como sospechosa.

 

 

Con una confianza, de la cual carecía, golpee la puerta de Takanori deteniéndome inmediatamente tras percatarme de lo que había hecho, retrocedí unos pasos y mi expresión  se transformó completamente cuando me percaté de cómo la puerta era abierta lentamente. Sólo fueron unos segundos que para mí fueron eternos, y entonces apareció la confundida mirada de Ruki, que se transformó en una sorprendida tras toparse con mi figura.

 

 

r13;H…Hola.

 

 

r13;Emmm…

 

 

La confusión en su rostro era más que notable, estaba claro que se sentía incómodo en esta situación, pero ya no había nada que yo pudiera hacer, ya me encontraba allí y no pensaba irme de aquel lugar hasta hablar con él.

 

 

r13; ¿Puedo entrar?r13; pregunté con cierto temor en mi voz.

 

 

r13;Mmm…r13; lo pensó por unos segundos sin observarme directamente hasta que respondió r13;Está bien.

 

 

Me adentré con cuidado a aquel lugar y el miedo de no volver a estar allí nunca más, el miedo de perder a Ruki para siempre, se volvió a  apoderar de mí, pero nuevamente me recordé que ya no había marcha atrás.

 

 

r13;Taka…

 

 

r13; ¿Quieres agua?

 

 

r13;Está bienr13; esperé un par de segundos hasta que Takanori me facilitó el vaso r13;Necesito hablar.

 

 

r13;Lo sé r13;respondió sin siquiera observarme.

 

 

r13;Primero quería disculparme contigo no debí haber hecho eso, pero no me encuentro arrepentido. Taka, si te besé no fue por un mero impulso o porque me encontrara borracho, lo cierto es que me cierto atraído por ti, me gustas. No sé a qué punto llegan mis sentimientos a ti pero…

 

 

r13; ¿Puedo créete Kai?, ¿Es posible para mí creer que alguien heterosexual de la nada se convierta en homosexual?

 

 

r13;Sé que debe ser difícil, y que tal vez no me creas, pero es cierto. Además no me considero homosexual, es más bien, ¡Rukisexual! r13; dejé escapar una suave risa antes de continuar r13;Esto es sólo porque se trata de ti Taka.

 

 

r13; ¿Acaso eres idiota? r13; preguntó con un notable sonrojo.

 

 

r13;Es posible, no lo descarto. Ruki, seré un idiota, sin embargo tengo claro que siento algo por ti y eso era lo que quería decirte.

 

 

r13; ¿Quieres intentarlo?

 

 

r13;Perdón, no te escuché.

 

 

r13; ¡¿Quieres intentarlo maldito idiota?! r13;

 

 

En cuanto escuché salir esas palabras de su boca, sentí un sonrojo apoderarse de mi rostro y mi mente quedar en blanco. Nunca me esperé esa respuesta, y sin poder evitarlo me lancé a los labios de Takanori para devorarlos con ternura. Me mantuve en aquel contacto un par de minutos, mientras que acariciaba su mejilla, para luego separarme.

 

 

r13;Me encantaríar13; le respondí con una enorme sonrisa observando su sonrojado rostro.

 

 

r13;Idiota.

 

 

Aquella faceta algo aniñada y caprichosa había salido pocas veces desde que conocí a Takanori, y siendo sincero me fascinaba, porque tenía la certeza que era una de las pocas personas que era consciente de ese lado de Ruki, lo cual lograba hacerme sentir especial.

 

 

Y ese fue el punto de inicio de nuestra relación amorosa yo me encontraba feliz, aunque nos peleábamos, nunca había sido algo serio y para mí continuaba siendo algo hermoso. La primera vez que hicimos el amor fue sin duda esplendida, la piel, las expresiones de Takanori quedaron grabadas a fuego en mi cuerpo y mente.

 

 

El sudor que cubría todo su cuerpo. El rostro de Takanori se encontraba increíblemente sonrojado al igual que el mío, su respiración comenzaba a hacerse más pesada y su mirada adquiría de a poco un brillo lujurioso que me incitaba a tomarlo. Comencé a dar tiernos besos en sus mejillas mientras que con mis manos acariciaba su cuello y pecho con parsimonia. Comencé a recorrer el cuello de Taka con mis labios sacándole suaves suspiros mientras que mis manos no se quedaban tranquilas y recorrían todo el cuerpo que se encontraba bajo mío, mi boca bajó finalmente hasta su pecho donde me entretuve besando, lamiendo y succionando sus pezones, escuchando con mucho deleite los quejidos y gemidos que salían desde su boca. Desde ahí continué bajando dándome un gruñido de enojo en cuanto dejé mi tarea, para luego escuchar un gemido alto cuando mordí su cadera, mis labios se pasearon por toda su pelvis recordando cada rincón de esa blanca piel, no quería detenerme a pesar de que llevaba largos minutos recorriendo su anatomía, sin embargo su voz me paró.

 

 

r13;Kai, detente.

 

 

r13; ¿Qué pasa? ¿Te hice daño? ¿Lo estoy haciendo mal? Si no quieres continuar...

 

 

r13; ¡Kai! r13; me llamó con tono de reproche r13;escúchame, no puedo ser el único disfrutando, así que permíteme demostrarte mi amor.

 

 

De pronto -sin que siquiera yo me diese cuenta- Ruki se ubicó sobre mí, invirtiendo las posiciones y mirándome con un notorio brillo de lujuria se acercó a mi cuello y el sólo sentir su respiración me hizo soltar un quejido, lo que logró que la sonrisa en su rostro se ampliara aún más. Comenzó a besar y morder mi cuello de una forma tan placentera, que se me fue inevitable es soltar pequeños gruñidos.

 

 

r13;No es justor13; gimió Takanori mientras que se separaba de mi pecho y se sentaba sobre mis caderas.

 

 

r13; ¿Qué no es justo?

 

 

r13;Si comienzas a gruñir así me lo haces muy difícil, si continúas así no podré acariciarte apropiadamente y sólo haces que quiera ser tomado por ti lo antes posible.

 

 

r13;Está bien, entonces intentaré no gruñir tanto ante tus placenteras caricias.

 

 

r13;Y ahora me sonríes de manera seductorar13; me dijo con una enorme sonrisa para luego besar mis labios de una manera apasionada y lujuriosa.

 

 

Así Ruki continuó con sus caricias por todo mi pecho, logrando que la lujuria aumentará más y más con cada roce que él me brindaba, estuvimos así unos minutos hasta que se deshizo de mis pantalones y mis bóxer emitiendo un gemido de sorpresa.

 

 

r13;Mierda.

 

 

r13; ¿Qué pasa? r13; volví a preguntar exaltado.

 

 

r13;Nunca me dijiste que la tenías tan grander13; me comentó para luego morderse su labio inferior, pero yo sólo me limite a soltar una carcajada r13;hey no te rías.

 

 

r13;Tú nunca lo preguntaste.

 

 

r13;De haberlo sabido te hubiese hecho caer en mis redes mucho antes.

 

 

Una suave risa escapó de mis labios ante lo dicho por Ruki, y es que él no sabía que desde el primer momento en que dejó ver su silueta frente a mis ojos, yo caí totalmente rendido ante él y aquella aura misteriosa que le rodeaba, pero no era el momento propicio para revelarle aquel hecho –que para mí era un pequeño e importante secreto-, porque en ese momento yo pensaba que tendríamos toda una eternidad para confiarnos nuestros secretos y temores.

 

 

r13;Takar13; lo llamé con suavidad y sensualidad, logrando que temblara sobre mí r13;ya no aguanto más.

 

 

r13;Eres tan injusto, pero yo tampoco aguanto.

 

 

Recosté nuevamente a Takanori sobre la cama, sin dejar de observar en ningún momento sus bellos ojos. Tomé el lubricante que se encontraba cercano a la cama junto a un condón, pero cuando lo iba a abrir Ruki negó con un suave sonrojo, logrando que mi corazón saltara, dejé el preservativo a un lado para luego acercarme a su frente y depositar un tierno beso en ésta. Tomé el lubricante y lo unte en tres de mis dedos, -con mucho cuidado y algo de temor- los acerqué a la entrada de Takanori e introduje el primero de manera lenta, observé cómo la expresión de Takanori se tensaba, pero de igual manera continué moviendo mi dedo en el interior de Ruki lentamente, cuando pude mover mi dedo con mayor facilidad me atreví a introducir el segundo, la expresión de Takanori se volvió a desfigurar en una de molestia, realice más movimientos y adentré un tercer -y último- dedo, esta vez un quejido de incomodidad salió de sus labios, por lo que me detuve inmediatamente, sin embargo continué al ver si mirada, moví mis dedos con suavidad para luego hacerlo con algo más de fuerza, fue entonces que de la nada un gemido sonoro se escapó de sus labios.

 

 

r13; ¡Kai! r13; gritó con suavidad luego de ese gemido.

 

 

r13;Mmr13; sólo sonreí incitándole a que continuara.

 

 

r13;Por favor hazlo.

 

 

r13;Por supuesto.

 

 

Masajee un poco más su entrada para luego sacar mis dedos. Dejé que el lubricante cubriera mi pene, para luego ubicarme entre las piernas de Ruki, lo miré directamente a los ojos y lo penetre con lentitud, no quería dañarlo, su rostro reflejaba dolor, pero yo necesitaba entrar completamente en aquel lugar tan estrecho. Mordí mis labios evitando que un gruñido se escapara.

 

 

r13;Si te hice daño podemos parar aquí.

 

 

r13;No, sólo deja que me acostumbre.

 

 

Sonreí con suavidad al verlo, se veía tan tierno que -sin poder evitarlo- me lancé a sus labios para besarlo con suavidad, mis manos comenzaron a pasearse por cuerpo con suavidad y ternura. Temía el dañarlo, por lo que mis caricias eran increíblemente suaves y delicadas. Pronto suspiros de placer comenzaron a llegar a mis oídos y quedé fascinado tras escucharlos, continué con mis caricias motivado por aquellos dulces sonidos hasta que la exquisita voz de Takanori me saco de mi embelesamiento.

 

 

r13;Kai, muévete por favor.

 

 

No esperé más y comencé a mover mis caderas contra las de Taka con suavidad, -para no dañarlo- e inmediatamente me encontré soltando gruñidos los que fueron acompañados por los quejidos de Ruki. Poco a poco la expresión de quien era mi novio comenzó a borrar toda pista de dolor, para dejar una mueca de placer pleno, por lo que con una sonrisa socarrona en mis labios me aventuré a aumentar la velocidad de mis caderas.

 

 

Escuchaba mi nombre salir de los labios de Takanori entre gemidos, al igual que yo lo hacía con el suyo propio, el movimiento de caderas ya era errático y estábamos a instantes de llegar al clímax. Con suavidad me acerqué al rostro de Ruki y lo besé con pasión mientras que mis manos no se quedaban tranquilas y recorrían todo su cuerpo. Palabras inentendibles, frases a medias, jadeos y gemidos, hasta que finalmente en un alto gemido nombramos al otro antes de corrernos.

 

 

r13;Eso fue maravilloso Yuta.

 

 

r13;Yo también lo creo mi pequeño Taka. Ahora deberíamos descansar.

 

 

r13; ¡No!, yo quiero otra ronda.

 

 

r13;Está bien, pero después no me pidas que me detenga, porque sabes que no lo podré hacer.

 

 

r13;Esa es la idea.

 

 

 Lamentablemente ciertos fantasmas del pasado comenzaron a perseguirme y el miedo de sentirme enamorado y atado a alguien estaba haciéndose presente, las peleas comenzaron a aumentar, la intensidad de estas también y de la nada me encontré gritándole palabras hirientes a Takanori en nuestra última pelea, la cual recuerdo perfectamente.

 

 

r13; ¡No entiendo por qué mierda estás tan jodidamente enojado Kai, lo único que te pedí fue que me ayudaras con las bolsas, no te besé ni siquiera intenté tomar nuestras manos!

 

 

r13; ¡Por supuesto que no lo entiendes, después de todo nunca lo haces!

 

 

r13;Por eso te lo pregunto, estoy cansado de las peleas sin fundamentos.

 

 

r13;Puede que para ti no tenga fundamento, pero para mí sí lo tienen.

 

 

r13; ¿Entonces por qué no me explicas?

 

 

r13;No lo entenderías.

 

 

r13; ¿Por qué piensas que no lo entendería?

 

 

r13;Porque a diferencia de ti yo no soy homosexual Ruki, no estoy acostumbrado a esta mierda, a nada, no me cabe en la cabeza aún, que encuentres hermoso o perfecto el despertarte junto a mí o que adores que tome tu mano cómo si te fueses a perder o cómo si fueras frágil, ¡No eres una mujer!

 

 

Y con eso había tocado una fibra importante para Takanori, recuerdo que un día finalmente abrió su corazón y me explicó lo difícil que había sido para él el decirle a sus padres que era homosexual, así como también me contó lo desastroso que habían sido sus primeros novios quienes no dejaban de compararlo con una mujer.

 

 

r13; ¡LO SÉ, LO SÉ MEJOR QUE NADIE YUTAKA, CRÉEME, LO TENGO CLARO, SÉ QUE NO SOY UNA MUJER, SÉ QUE SOY UN HOMBRE A QUIEN LE ATREN OTROS HOMBRES Y SÉ QUE PARA UNAS PERSONAS ESO ES ALGO ENFERMO Y REPUGNANTE Y QUE NO LO ENTIENDEN, PERO PENSABA QUE TÚ YA LO ENTENDÍAS, QUE SABÍAS QUE QUERÍA AFERRARME A TU MANO PORQUE TEMO QUE TE ALEJES DE MÍ, PORQUE SIEMPRE ESTA EL MIEDO DE DESPERTARME Y NO ENCONTRARTE A MI LADO, POR ESO EL VERTE ALLÍ ME ALEGRA! ¡PORQUE A PESAR DE QUE EL MIEDO SIEMPRE ESTÁ ALLÍ LOS MOMENTOS FELICES QUE PASO A TU LADO SON MEJORES, PERO AL PARECER ME EQUIVOQUÉ NUEVAMENTE!

 

 

r13;Taka…

 

 

r13; ¡FUERA DE MI CASA TANABE!

 

 

Fue lo último que me dijo con su mirada en alto y las lágrimas agolpándose en sus ojos luchando por salir y bañar sus sonrojadas mejillas. Yo en aquel momento me encontraba cegado por mi miedo, lo único que quería era alejarme de Takanori y no lo hice de la mejor manera, siempre tendía a alejar a las personas que se encontraban a mi alrededor de la misma manera, dañándolos, aunque no quería dañar a Ruki, finalmente lo había hecho, había traído de vuelta un recuerdo doloroso para él, lo había vuelto a dañar, solamente porque temía enamorarme y ser herido.

 

 

Y así es como nuevamente nos remontamos al inicio, donde la había cagado y lo sabía, tenía claro que en este instante ya no merecía la pena salir en busca de Takanori y eso solo lograba que la ira que sentía hacia mí aumentara. Había perdido mi única oportunidad, de la peor manera posible.  Restregué con fuerza mis manos en mi rostro para limpiar las lágrimas y bajar en algo mi frustración, lo cual evidentemente no me sirvió en lo absoluto, por lo que comencé a golpear todo lo que se encontraba a mí alrededor. Detuve mis golpes y me mantuve apoyado en la pared, sintiendo como mi interior se destrozaba con su lejanía.

 

 

De eso ya han pasado tres meses y decidí tomar la peor acción y la más cobarde, desaparecer completamente de la vida de Takanori, muy tarde me di cuenta de mis sentimientos por Takanori, ya lo había dañado. Esa última discusión era algo que ni yo mismo me podría perdonar, no podría ver nuevamente a Takanori y lo sabía, como también sabía que, si es que seguía viviendo cerca de él no lo podría evitar y lo buscaría, así que resolví irme de mi departamento y volver con mi familia, escapando de la realidad y de mis sentimientos.

 

 

Notas finales:

Espero que les gustara, perdón por las faltas ortográficas, si tienen alguna pregunta o lo que sea pueden hacerla a través de los comentarios. Me encantaría saber su opinión sobre esto c:  Un abarazo y un beso, cuídense.

Bye <3


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