«Capítulo 1: Magdalena de arandanos»
330 Madison Ave, New York.
7:10 a.m.
Los primeros rayos de luz solar se colaban por los impecables vidrios del local,un par de chicas con el uniforme a colores verde y negro acomodaban las mesas mientras detrás de mostrador un chico de cabello plateado se encargaba de la máquina del café.
– Pietro,llegaste temprano– comentó un chico castaño entrando al local.
–Y tú llegaste tarde otra vez,Scott–
– Lo lamento,tuve un problema de sábanas–
– ¿Cassie no quería levantarse?–
–Es la tercera vez está semana,creo que debo dejar de darle café por las noches–
Pietro soltó una risita divertida mientras negaba con la cabeza,la campanilla de la puerta sonó,anunciando la llegada del primer cliente de la mañana,un castaño de cabello rebelde,llevaba un pantalón de mezclilla,unos tenis y un saco,unos lentes que a conciencia del platinado lo hacían lucir más cool
– Buenos Días,señor Stark–
– Buenos Días,Pietro– sonrio el hombre –Lo de siempre–
–Enseguida–
Madison Ave,Nueva York.
7:50 a.m
–Natasha,no quiero ir a la junta– se quejó un rubio jugando con su celular.
– Sabía que no debías asociarte con Stark,ahora eres igual de irresponsable que él– murmuro la pelirroja a su lado
–Oye,Stark es buen sujeto,es gracioso y sabes que soy responsable es sólo que no se...tengo el presentimiento de que algo bueno me pasará–
–¡Por supuesto! Una reunión con los accionistas coreanos–
–Nah...eso no,algo más...personal–
–Clint,deja ya las supersticiones y...–
Una animada canción sonó,era el teléfono de Clint,el rubio levantó un dedo indicándole que esperara recibiendo un bufido de parte de su asistente y mejor amiga.
–Stark...¿Que hay?–
//Clint,amigo acabo de hacer un gran descubrimiento ¿En dónde estás?//
–Madison ¿Y tú?–
//¡Perfecto! Te veo en el Starbucks de siempre en 10 minutos//
–Chofer al 330 de Madison– ordenó
–¡Barton!– le regañó Natasha
–Ya ya...sólo diles que estoy enfermo o algo–
El lujoso auto se estacionó frente al Starbucks,Clint bajó y entró al lugar,buscando a su amigo con la mirada.
–¡Clint! Ven aquí ven aquí–
–Tony– saludó a su amigo que estaba sentado en uno de los sillones del lugar –¿Cuál fue tú "Gran descubrimiento"?– preguntó dibujando las comillas con sus dedos
–Tienes que probar ésta delicia– dijo señalando un plato vacío frente a él,Barton arqueó una ceja
–No gracias,no me gustan los platos– el castaño frunció el ceño y miró el plato
–Ay ya se acabó– hizo un puchero –vayamos por más– hizo el intento de levantarse pero una chica se sentó junto a él,Tony lo miró sonriendo y Clint hizo una mueca,la chica era demasiado vulgar para su gusto,sacudió la cabeza.
–¿Cómo dices que se llama la delicia?–
–Uh...son...Magdalenas de arandanos– habló Tony intentado no mirar a la chica que sutilmente se le ofrecia,en otros tiempos le hubiese encantado pero,Por Dios, ahora estaba comprometido
–Bien...Tony,sí Steve o Bucky se enteran de tus coqueteos van a matarte– dijo antes de dirigirse al mostrador en dónde estaba un chico de unos veintitantos,cabello plateado,físico escultural y a la vista de Clint, muy atractivo,demasiado atractivo
¿Por que no lo había visto antes?
–Buenos Días,bienvenido a Starbucks– le dijo amablemente el chico,podía distinguir un acento ruso en su hablar.
–Buenos Días,uhm...un helado caramel Macchiato y una Magdalena de arandanos– pidió sonriendo.
– ¿Su nombre? –
–Clint– le sonrio –¿Eres nuevo?–
El platinado frunció el ceño,por lo general los clientes nunca le hacían la plática,mucho menos un hombre tan bien parecido cómo lo era el tal Clint,el Clint que dirigía una de las más grandes compañías en Nueva York,si,ese tal Clint.
–Uhm...no de hecho llevó varios meses por aquí–
–¿Enserio? Nunca te había visto por aquí–
–Bueno no soy alguien a quién la gente le preste mucha atención–
¿Hablaba enserio? Era un Adonis,cualquiera le prestaria atención ¿Cuántos años tendría? Realmente esperaba que fuera mayor de edad.
–¿Cuál es tú nombre?– preguntó curioso
–Pietro Maximoff– se presentó extendiendo su mano,Clint la estrechó sonriendo,sintiendo al contacto una corriente muy placentera
–Clint Barton–
–Sí lo se,lo he visto en las noticias– dijo llenando su vaso con el café y colocando unos hielos en el
–Ya conociste al niño– habló Tony palmeando la espalda del rubio.
¿Niño? Pietro hizo una mueca y Clint también ¿Acaso Stark no veía el bastante bien trabajado cuerpo de aquél "niño"?
–Ya le dije que no soy un niño– se quejó el platinado poniendo una magdalena en el blanco plato
– ¿Cuántos años tienes?– bien no se pudo aguantar las ganas,debía saber sí era legal.
–24...pero creo que el señor Stark ya se siente demasiado viejo– soltó burlonamente.
¡Sí! Ya es mayor de edad.
– No,no,él ya está viejo– le corrigio Clint ganandose una carcajada del menor.
–¿Acaso ustedes dos están conspirando en mi contra?– preguntó Tony señalandolos,Pietro se encogio de hombros –Tú Barton eres igual de viejo que yo–
–¿De que hablas? No soy tan viejo–
–¿Ah no? Dime Pietro ¿Cuantos años le calculas?–
El de ojos azules examinó detalladamente a Clint,aprovechando para memorizar aquél rostro que sin duda le pareció fascinante.
–¿30?–
–36– dijo Clint sonriendole
–Ay por Darwin...soy más viejo que tú– se preocupó el castaño –Cómo sea tengo dos novios y cada uno de ellos es más sexy que ustedes dos juntos así que pueden pudrirse–
–No se cómo tomar eso–
–No te preocupes no eres el único– dijo Clint tomando su orden del mostrador,el celular de Tony comenzó a sonar con una canción de AC/DC.
–Es Natasha– dijo mirando la pantalla.
–El deber llama– dijo Clint rodando los ojos–¿Podrías ponermelo para llevar,niño?–
–¿Tú también?– cuestionó divertido –Ya,tú también estás acomplejado,anciano–
Tomó de nuevo la orden del rubio para ponerla en un contenedor plástico.
–¿Anciano? ¿Así son las cosas ahora?–
–Así son– le entregó una bolsa de papel
–¡Ya vámonos Clint!– apremio Tony tornando los dedos
–Bueno,un placer conocerte Pietro–
–Igualmente–
Tony y Clint salieron del local mientras Clint sacaba su magdalena para comerla en el camino.
– ¿Son mis alucinaciones o...te gustó el chico?– preguntó el castaño una vez que se subieron al auto
–Tus alucinaciones– mintio usando su café para camuflar la sonrisita estúpida que amenazaba con asomarse en su rostro
–Ajá...sí cómo no–
Clint se encogio de hombros,por supuesto que le había gustado el chico y no pensaba quedarse de brazos cruzados.No señor,Clint Barton iba a tener a ese niño a sus pies.