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La erre es de reemplazo por NaranjaMorada

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Notas del fanfic:

Batman y todos sus personajes pertenecen enteramente a DC Cómics y son usados aquí con meros fines de entretenimiento, fangirleo, y algo de drama.

Notas del capitulo:

¡Hola! Vuelvo con otro fic de mi pareja favorita de la serie (Bruce/Jason), en este caso una viñeta que estaba trabajando desde hace bastante tiempo pero que hoy apenas vio la luz del sol XD ¡espero les guste!

No era la primera vez que él y Jason se encontraban, y tomando en cuenta su mala fortuna, tampoco sería la última: Debía acostumbrarse. Entonces, ¿por qué cada que sus miradas se topaban por alguna indeseable casualidad, sentía como algo en su interior se retorcía hasta lacerarle las entrañas?


Estaba seguro de que lo odiaba. Odiaba a ese muchacho con cara de niño bonito y actitudes de sabelotodo que lo único que hacía era realizar preguntas, quedarse en silencio un momento para analizar la situación y luego dar una solución que casi siempre era acertada (y maldita fuera su suerte, el muy desgraciado prácticamente jamás se equivocaba. ¿Tan inteligente era?). También odiaba que le hubiese robado el color del uniforme, ya que no creía que fuera una simple casualidad que ambos hubiesen optado por lucir el rojo… ¡Él lo había escogido primero! ¡Él y sólo él!


Pero, la verdad ante todo, había un motivo más especial del porqué de su odio. Y era la forma en la que Bruce lo miraba, la sonrisa pequeña que le dedicaba de cuando en cuando. La manera en que asentía con la cabeza cuando el menor hablaba, el apretón cariñoso que le daba en el hombro… La manera orgullosa en que se dirigía a él como hijo.


Red Robin, Tim Drake o Tim Wayne para Bruce. Red Robin, Tim Drake, o el maldito enano bastardo que el imbécil de Bruce consiguió para reemplazarme, para Jason. Incluso pensar en él le provocaba nauseas. ¿Cómo podía llamar a ese sentimiento, aparte de odio? ¿Celos, quizá? No. No podían ser y más todavía, no deseaba que lo fueran.


Tim Drake fue el Robin que llegó después de él, después de su muerte. Bruce le comentó, en una noche de confesiones en la soledad de la Baticueva y auspiciada por un par de botellas de whisky, que había dudado mucho en aceptarlo como su aprendiz:


—Tenía miedo, ¿entiendes? Miedo de volver a fallarle a alguien. Miedo de cometer los mismos errores que cometí con Dick, contigo… No sé por qué accedí, pero él me descubrió. Supo quién era yo. Y no tuve alternativa.


—Oh, por supuesto que la tenías. Pudiste haberlo convencido, silenciado... ¡Algo!


Ante aquella afirmación Bruce se limitó a sonreírle, una sonrisa diminuta como diciéndole que no, que estaba equivocado en decir aquello, muy equivocado. Dio un sorbo al alcohol, pasando la lengua por su labio superior antes de responder.


—Pero necesitaba un compañero.


Y ante esa respuesta, Jason no había dicho más. Nada, salvo permanecer en silencio mirando el contenido de la copa de whisky como si fuera la cosa más interesante del mundo. Bruce lo imitó y aquella velada que debía ser de diversión y, muy probablemente, sexo, se volvió sombría y terminó en cuanto Jason se incorporó de su asiento y se largó del lugar dando un sonoro portazo.


Lejos, en su escondite, se dedicó a fumar y a pensar. Sabía bien que Bruce jamás se atrevería a tocar a Tim, a él si lo veía como un hijo al que cuidar y no al que follar como lo eran él y Grayson. Sin contar que en un par de ocasiones había sido testigo de la forma demasiado cercana en que el chico de rojo se dirigía al joven clon de Superman, un tipo de mezclilla y playera negra con una enorme ese en el pecho. Sonrió de lado, ¿Sería que el único hetero en esa mansión era Alfred?


Sin embargo, sus pensamientos no tardaron en regresar al punto de partida: La animadversión que aquel chico le provocaba. Animadversión que había sido causada por el idiota de Bruce y su maldito fetiche de tener cerca a preadolescentes con buen trasero. Aquella frase de “necesitaba a un compañero” era tan sólo la excusa perfecta.


“Tenía miedo de cometer los mismos errores…”


—Pero lo hiciste, mierda. Lo hiciste —farfulló Jason apagando el cigarrillo en el cenicero. Porque por mucho que de verdad quisiera a Bruce, de lo seguro que se sentía al admitir (para sí mismo, claro) que daría su vida por él si se lo pidiera o de continuar a su lado incluso después de la muerte, no era más que una herramienta. Había sido el reemplazo de Grayson, era lógico que él también fuese reemplazable… Entonces, ¿por qué le seguía doliendo?


Jason encendió un nuevo cigarrillo y supo que esa herida causada por el murciélago tardaría mucho en cicatrizar o sencillamente, no lo haría jamás.

Notas finales:

Sí, tenía ganas de algo un tanto triste, ando de humor para eso (?) como siempre, espero les haya gustado y de ser posible, dejen algún comentario. ¡Gracias por leer y larga vida al BruJay! <3


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