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Me destruyes por UkloveY

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Notas del fanfic:

Esto es un AU, por lo tanto no tienen kosei, ni nada por el estilo. 

Notas del capitulo:

¡Hola, hola!
Ahora les traigo un fic de Boku no Hero Academia, un anime que me encantó y me hizo emocionar hasta llorar. Así que mi lado fijoshi no podía quedarse atrás, y me ha surgido esta idea. Espero que les guste :D

 “¡Imbécil! ¿Acaso no sabes hacer nada bien?”, gritaba desde tempranas horas de la mañana, un joven de nombre Bakugo Katsuki, de veintidós años de edad, vivía con su pareja, a quién siempre estaba gritándole.

 

Midoriya Izuku, era su nombre, de su misma edad, más bajo de estatura, complexión delgada, ojos y cabello verdes. Habían sido compañeros desde primaria, sin mencionar que se conocían desde la infancia, por lo tanto se podía decir que llevaban toda su vida juntos, por lo que no era de extrañar que terminaran como pareja.

 

Pero a pesar de que parecía una historia perfecta, color de rosa, la realidad era otra... totalmente diferente. Bakugo trabajaba en una oficina, ganaba un salario decente y tras de eso se encontraba en la universidad, por el otro lado, Midoriya apenas había terminado la preparatoria, ya que cuando se graduaron comenzaron a vivir juntos.

 

Desde entonces el rubio, le prohibió trabajar, e incluso ingresar a la universidad, le había prometido mantenerlo. Le dijo que no era necesario que él hiciera esas cosas, que de todos modos iba a ser inútil. El peliverde cegado por el amor indescriptible e incomprensible que sentía por él, accedió.

 

Conforme el tiempo fue pasando el más bajo comenzó a sentir ansiedad por mínimo salir de la casa, vivían en el tercer piso de un apartamento que quedaba a unos veinte minutos de la empresa para la que trabajaba Bakugo.

 

A pesar de permanecer casi las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana, encerrado, solo, y sin nada que hacer, el peliverde tenía un amigo, llamado Iida, con quién siempre podía contar para lo que necesitara, pero con el pasar del tiempo tuvo que distanciarse de él, ya que Bakugo estallaba en celos, y esos celos se manifestaban en violentos golpes e insultos tan hirientes que podrían hacer que cualquiera muriese de depresión.

 

Pero lo que mantenía firme al peliverde, era el amor, él estaba tan enamorado, que ni los golpes, ni las palabras podrían romperlo. Por lo que sin más, perdió casi que todo contacto que tuviera con cualquier otra persona que no fuera “Kacchan”.

 

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“Vaya mierda de día” dijo el rubio en queja, quién llegaba de su trabajo, era usual encontrarlo de mal humor. “¿Qué pasó Kacchan? Si tienes algo de que hablar, yo puedo escucharte” preguntó el más bajo con un tono servicial. Al escuchar esto el contrario marcó aún más sus gestos de enojo.

 

Lo miró por unos segundos, “¿¡Para qué me preguntas, acaso quieres que me enfurezca!?” exhalando con fuerza, tomó una silla del comedor y se sentó, “estoy muy cansado, dame de comer para irme a dormir ya” ordenó.

 

“...P-Perdón, tienes razón, no debería preguntarte esas cosas...voy a hacer la comida” contestó cabizbajo el peliverde, él tan solo se preocupaba por su pareja, pero realmente nunca parecía importar su preocupación.

 

Mañana era el cumpleaños de Bakugo, y como Midoriya no sabía si éste iba a llegar temprano, decidió adelantarle su pastel. Se sentía un poco mal por como fue tratado antes, pero aún así quería asegurarse de ser el primero en darle una sorpresa. “Antes de darle de cenar, le cantaré cumpleaños” se dijo a sí mismo.

 

Entonces procedió a prepararlo, a encender las velas, y luego lo llevó hasta el comedor en donde Bakugo enfadado esperaba por su cena. “¡Feliz Cumpleaños Kacchan!” dijo con una enorme sonrisa y rubor que cubría hasta sus orejas.

 

Cuando el más alto se volteó, y miró la escena, se puso de pie y gritó “¿¡¡Qué diablos es esto!!? ¿¡¡Acaso eres imbécil!!? Te he dicho que no me interesa celebrar mi cumpleños, y aparte te dije que me hiceras la cena, no que me trajeras un pastel, de verdad que eres un completo inútil”.

 

Diciendo esto, Bakugo agarró al más bajo de sus muñecas, provocando que el pastel cayera al suelo, lo agarró con tanta fuerza que las lágrimas empezaron a caer por el rostro del más bajo. Por más que quería hablar, las palabras no salieron de sus labios.

 

El escenario que tenía ante sus ojos era doloroso, el suelo y paredes llenos del pastel que con tanto esfuerzo había preparado, sus muñecas marcadas por el violento agarre, sus rodillas empapadas de lágrimas , y un Bakugo enfadado saliendo del apartamento.

 

¿Por qué todo lo que él quería hacer siempre salía mal?, ¿Acaso no era capaz de hacer nada bien?. Se cuestionaba rutinariamente.

 

Los siguientes dos días el más alto no se apareció, el peliverde estaba tan preocupado que no había comido ni dormido nada, podía a simple vista notarse sus delgados brazos, sus secos labios y sus amplias ojeras.

 

Decidió salir del apartamento para dar una vuelta en los alrededores, pensado en si podría encontrar a su “Kacchan”, bajó con dificultad los tres pisos y se dispuso a caminar, más no logró avanzar mucho. Su cuerpo se sentía débil, más de lo usual, comenzó a ver borroso y a sentir mareos fuertes, hasta que cayó al suelo desmayado.

 

Cuando abrió sus ojos, el techo que se hallaba ante su vista le era familiar. “¿...I-Iida-kun?” preguntó con las escasas fuerzas que le quedaban.

 

Preocupado el peliazul se acercó “¡Midoriya!”, el más bajo había sido encontrado por Iida en medio de la calle, y como no viven muy lejos decidió traérselo para su casa,y lo puso en un futón a pesar de saber lo peligroso que era Bakugou. Su instinto protector no le permitía dejarlo de esa forma. Aunque se hubiesen distanciado un poco con el pasar del tiempo, el peliazul sabía que no era por culpa de Midoriya.

 

“¿Te encuentras bien?... Si te soy sincero luces muy mal...” hablaba Iida con una expresión dolorosa “Por cierto, hace poco unos policías te estaban buscando en tu apartamento, como los vi y les dije que te había llevado a mi casa me entregaron este papel, no lo he abierto porque es tuyo, así que toma” tomó el papel y se lo entregó al más bajo, “... creo que sé de que va el asunto, así que te recomiendo que primero decanses y comas un poco, podría caerte mal leer eso. Y como tu amigo no me gustaría verte peor”.

 

Al escuchar esto, el peliverde tomó el papel y un poco asustado procedió a abrirlo “Lo siento Iida-kun... pero creo que algo que trajo la policía, debe ser muy importante, así que lo leeré”, cuando sus ojos se posaron sobre las palabras escritas en esa hoja, su rostro se puso pálido.

 

“¿Qué sucede?” Preguntó Iida preocupado. “...Esto dice que alguien presentó una denuncia contra Kacchan, y que me solicitan en la Corte.... pero ¿por qué?” preguntó Midoriya, quién no comprendía lo evidente.

 

El peliazul miró hacía otra dirección “...¿En serio no lo sabes?” no podía creer que no entendiera la situación. “Alguien denunció a Bakugou por como te trata... posiblemente algún vecino tuyo”.

 

El más bajo seguía sin comprender la situación, no porque no pudiera, sino porque no quería “¿Pero qué dices? Si no pasa nada malo, es cierto que peleamos, pero todas las parejas pelean, realmente no entiendo...”.

 

“Midoriya... es cierto en parte lo que dices, pero, ustedes no pelean. Él simplemente te insulta, te agrede y te trata como una basura. Puedo notarlo con solo verte, una relación así no es sana, es tan evidente que al parecer un vecino denunció, por favor, deberías ir a la Corte y decir todo lo que te ha hecho, es por tu bien” le recomendó el más alto.

 

Agarrándose con ambas manos la cabeza, el peliverde comenzó a temblar “Estás equivocado Iida-kun, Kacchan se enoja mucho, pero es por mi culpa, porque soy muy torpe, yo lo amo y por eso quiero estar con él por siempre, así que no voy a decir nada que lo pueda perjudicar”.

 

“Midoriya... estás muy equivocado. Ten” dijo extendiendo una tarjeta “Este es el número de un psicólogo muy reconocido de por aquí, es joven como nosotros, pero es muy bueno. Tienes que ir a la Corte en dos días, así que te recomiendo que vayas a su consultorio, y si es por el dinero no te preocupes, te ayudaré en lo que necesites, sé que en algún momento podrás devolvérmelo” recomendó en preocupación.

 

Tomando la tarjeta con sus raspados dedos, se dispuso a leer “Todoroki Shouto... que nombre tan extraño” se dijo a sí mismo. “Claro tienes razón Iida-kun, iré mañana mismo” dijo con una sonrisa.

 

Pero a pesar de haber dicho esto, en realidad él no tenía la más mínima intención de asistir a donde un psicólogo, ya que estaba convencido de que no lo necesitaba.

Notas finales:

Aclaración: cuando en este fic hable de términos jurídicos, serán basados en los de mi país (tampoco es que van a pasar en la Corte xD) lo digo porque en todos los países varían estas cosas c:
Nos vemos en el próximo capítulo. Gracias por leer :D


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