Jongdae y Junmyeon crecieron prácticamente juntos, y desde que tienen memoria fueron mejores amigos. En todo momento estaban juntos, ya sea jugando, haciendo tarea, o simplemente riendo de cualquier tontería. Fueron los confidentes de vida uno del otro.
Eran como el sol y la luna, la día y la noche, totalmente opuestos pero a la vez tan completos.
Su infancia transcurrió de esa manera, siempre sentados juntos, compartiendo el almuerzo en el receso, Jongdae metiéndolos en problemas y Junmyeon sacándolos de ellos. Los fines de semana lo pasaban uno en la casa de otro.
Se podrían decir que eran el Dúo perfecto, Junmyeon siempre estaba cuidando de Jongdae , de que otros no lo molestaran, o que no le pegaran los otros niños, él siempre estaba ahí para consolarlo o en el peor de los casos para defenderlo. Y Jongdae siempre estuvo ahí para para ahcer mas divertida la vida del otro, para hacerlos vivir cosas que por sí solo el otro nunca se hubiera atrevido a hacer.
Por qué a si eran las cosas, donde Jongdae era todo sonrisas y travesuras, Junmeyeon era seriedad y responsabilidad, mientras uno adoraba salir a jugar y perderse entre los árboles, el otro adoraba estudiar y leer bajo la luna. A si eran de diferente, pero a la vez era lo que los hacia permanecer juntos.
El tiempo paso y siempre tuvieron la fortuna de estar en el mismo salón, para hacerse compañía y hacer uno que otra travesura infantil, no pasar de rallar el pizarrón o no devolver una goma, pero llegado un momento, la vida pone trabas y es cuando empiezas a darte cuenta cuan valiosa es la compañía de una persona.
Para ellos ese momento se presentó cuando entraron a la media escuela básica superior, y por cosas del destino les toco en diferente curso, ellos no se sintieron atemorizados por separarse. Más de 10 años respaldaban su amistad.
-Jongdae no estés triste, ya veras, aun podrás venir a mi casa para que te ayude con la tarea, o yo podre ir a la tuya para jugar ese video juego que tantos espera – le dijo el chico de tez pálida a su amigo que se encontraba sentado bajo el árbol, triste por la situación.
- Es verdad Myeon, ni que viviéramos lejos, estamos a unos 10 pasos, y tal vez yo puedo hacer mas amigos para ti – comentó el de sonrisa gatuna
Después de eso por algunos meses a principios de curso, mantuvieron su promesa, Iban a colegio juntos y se regresaban juntos. Junmyeon ayudaba al otro en sus tarea y Jongdae le contaba la cantidad de personas de las que ya era amigo. Mientras que el otro solo se concentraba en estudiar.
La cosa que paso ninguno de los dos lo esperaba, pero tampoco se dieron cuenta, todo comenzó uno de tantos almuerzos que compartían, unos amigos de Jongdae lo habían invitado almorzar con ellos, el no se negó por supuesto pero tenia que avisarle al otro o en un mucho mejor caso invitarlo a sentarse con ellos, pero Junmeyon tenía otros planes, pues hace unos días había dado una prueba para poder ingresar al club de Bioquímica, un club muy importante si quería que en último año egresara con honores y una beca universitaria, y justo ese día le habían dado la noticia que había ingresado y que esperaban verlo en el receso para integrase a su compañeros, Junmyeon decir que estaba feliz era poco, no esperaba más que contarle a su mejor amigo de su logro y que a si pudieran ir los dos juntos a conocer el nuevo pasatiempo de uno de ellos.
Pero las cosas no salieron como ninguno lo planeo, pues cuando se encontraron como todos los recesos, discutieron del tema y decidieron que cada uno fuera hacer lo que tenían que hacer no sin antes.
-Prometo ir a festejar a tu casa al rato- dijo el chico sonriendo
- Claro, divierte con tus amigos, y diles que cuando pueda me sentare con ustedes. – le dijo despidiéndose
No había rencor en ninguna de las dos partes, pues era normal que los dos buscaran sus propios intereses, pero las cosas no quedaron ahí , pues esa tarde nunca llego como muchas otras, pues Jongdae lo había olvidado, ya que sus nuevos amigos lo habían invitado a jugar el nuevo video juego que tanto esperaba y simplemente olvido al otro. Por otra parte Junmyeon también olvido a Jongdae pues esa tarde se la pasó fascinado en el laboratorio de su nuevo club descubriendo nuevas personas que tenían por gustos los mismos.
Por la noche, lo único que llego por parte de ambos fue un mensaje de “lo siento, te lo compensare después” claro que ese después jamás llego, así como ese mensaje fue uno de los últimos que se enviaron.
El tiempo siguió, y las mañanas donde se iban juntos iban reduciendo, ya sea porque Jongdae entraba tarde, o porque Junmyeon tenía que llegar temprano por parte del club y de esta manera ya no se encontraban nunca. Sus almuerzos juntos murieron desde esa vez, ya que Jongdae encontraba más divertido hablar con sus nuevos amigos de cosas estúpidas y sin sentido, y Junmyeon prefería entrar en el laboratorio haciendo ciencia. Las tardes desaparecieron siendo sustituidas por fiestas por parte de Jongdae, y trabajos extras por parte de Junmyeon.
Ninguno se percató de la lejanía del otro, y llegaron a un punto donde eran completos extraños. Todo lo que habían compartido en algún tiempo, se encontraba muerto. El tiempo siguió su curso, y los dos extraños comenzaron a ser reconocidos en la escuela, claro por motivos diferentes.
Junmeyeon para su último año, era presidente del club de Bioquímica, y también era el presidente estudiantil, reconocido por siempre ocupar la primera posición de los exámenes, y permanecer en el cuadro de honor por cada semestre seguido. Era respetado por toda la comunidad estudiantil, por su esfuerzo y dedicación.
Por otro lado Jongdae, no se quedaba atrás, para su último año era el chico más popular de la escuela, reconocido por dar las mejores fiestas, y por su gran atractivo físico, porque si, a los dos le pego la pubertad de una manera sorprendente, haciéndolo unos jóvenes bien parecidos, pero mientras uno no le tomaba importancia, el otro lo usaba como método para poder acostarse con quien sea.
Porque eso era lo que Jongdae hacía, desde que tuvo nuevos amigos, le enseñaron hacer ciertas cosas y el aprendió con facilidad, convirtiéndose en un playboy y ganándose un estatus en la escuela.
Los dos siempre estuvieron cerca y a la vez tan lejos, en esos casi 3 años, no se habían hablado nunca y cuando se encontraban en los pasillos, simplemente se ignoraban. Motivo especifico no había, solo ya no se conocían.
Pero a veces la vida, solo quiere jugar contigo.