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Una y mil noches más. por Nayi-chan

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Notas del capitulo:

Este es mi primer fanfic en Amor Yaoi, aunque ya tengo la mitad escrito. Simplemente, espero que os guste el primer capítulo n.n

Ugh, qué agobio es esto de tener que correr todos los días a encerrarme al cuarto de baño. Es un clásico, que tenga que huir como un cobarde por miedo a que unos tipos no me hagan daño. Desde luego, soy un enclenque.

Mi nombre es Itachi Uchiha, tengo 15 años y me encuentro aquí, en el baño de los chicos, como casi todos los recreos. Llevo así desde que entré a este maldito instituto, todos los días son iguales al parecer. Me arrepiento del día que dije a mis padres que escogía este centro, todo porque venían los que yo creía mis amigos del colegio, ¡qué equivocado estaba! Esos nunca fueron mis amigos y aquí a nadie le importo.

Todo empezó cuando tenía unos 7 años. En ese entonces, tuvieron que cambiarme de colegio porque debíamos mudarnos, ya que mi padre consiguió trabajo en Japón y tuvimos que regresar a mi ciudad de origen, antes vivía en Tennessee. Los compañeros que tuve en los años que permanecimos allí fueron muy agradables, todos simpáticos y que daba gusto estar a su lado. Creía que sería igual en mi nuevo colegio... Creía.

Las niñas no me tomaron mucho en cuenta, aunque reconozco que fueron muy amables y me recibieron con mucha cortesía. No obstante... El problema estaba en los chicos, y todo por un estúpido rasgo que me ha llevado a una vida escolar muy negra desde entonces: Mi pelo.

Desde que decidí dejarme el pelo largo porque me gustaba cómo me quedaba, a nadie le importó hasta el primer día. Esos niñatos cogieron unas tijeras aprovechando que la profesora no estaba en la clase y me cortaron la pequeña coleta en la que llevaba recogida mi melena, dejándomelo corto nuevamente y haciéndome llorar. Me insultaron diciendo que era una niña si quería llevarlo así y me excluyeron con las chicas, mas en ese momento no me pareció mala idea por cómo me trataron nada más cruzar la puerta.

Esto en el instituto cambió, ya que la tortura se intensificó, más que nada porque los bastardos escogieron el mismo centro y todo volvió a ser un infierno... Mucho mayor al de la escuela primaria.

Aquí ni las chicas se juntaban a mí, me cortaron el pelo el primer día y me dejaron encerrado en un baño hasta el recreo que unos chicos algo feotes me ayudaron a salir. Todos los días me sentaba al final sin nadie a mi vera y todos cuchicheando y riendo por lo bajo. Los recreos casi siempre paso en el baño encerrado por miedo a que me vean y me persigan para hacerme daño. Siempre me escondo en la misma puerta, la cual está llena de insultos y dibujos obscenos o cualquier idiotez en mi contra, pero bueno, es mi puerta y casi siempre me mantengo allí dentro sólo, con las piernas abrazadas y la cabeza agachada, y obviamente, llorando y lamentándome una y otra vez.

No tengo el valor de decirles a mis padres por miedo a que terminen acosándome encontrando mi casa o algo. Siempre tomo un atajo que ninguno conoce para que no vean cómo me marcho y no averigüen dónde me encuentro. Los profesores ni se han molestado en denunciar esta conducta, siempre con tonterías de que están en la edad y esas mierdas... Lo odio, mejor dicho, me odio. No tengo los cojones de decirles a mis padres, los únicos que pueden ayudarme, y encima cuando les digo a los profesores ni se molestan en darme un poquito de ayuda. En serio, ¿qué tengo que hacer para que se me respete de una vez por todas?

El problema soy yo, está claro, sólo soy un pobre niño indefenso y a mis quince años, ya todo un hombre, no puedo ni por lo menos pedirles que me dejen, aunque no me hagan caso, pero mínimo digo algo, por lo menos siento que he sido capaz de encararles, aunque luego ignoren mis palabras, pero me puedo sentir orgulloso de mí... Y ni eso, me tiembla la voz y no me atrevo a alzar el puño, jamás les agredería físicamente. No valgo para nada, cualquiera se metería conmigo porque no logro defenderme aunque sea sólo decir ''déjame''.

Aún así, he conseguido ser valiente y mantener mi pelo largo por todo este tiempo desde el primer día en que me presenté y me lo cortaron. ¿Cómo no se dieron cuenta? Porque lo llevo oculto todo el tiempo, recogido en una coleta, aunque dudo que todos estén como tontos creyendo que realmente lo tengo corto, pero bueno, con llevarlo recogido y camuflarlo con cuello alto me basta, al menos algunos ni sospechan. De todos modos... No es de valiente, porque todo lo contrario, lo llevo escondido, pero por lo menos yo quiero creer que tengo algo de valor todavía, y eso se refleja en mi pelo.

Ahora que estoy sólo he aprovechado para soltármelo y jugar un poco con él. Me encanta lo largo que está ahora, ver mis dedos enredarse en los mechones oscuros y sentir su tacto sedoso, acariciar las puntas y enrollar un mechoncito corto en el dedo índice sin dejar de pasar la mano desde la raíz hasta el final. Sonrío con tristeza, dejando que las lágrimas manchen mi camiseta otra vez, esto en realidad es... El símbolo de mi cobardía. Y lo sé, y sé que soy un cobarde y que vivo del miedo incapaz de dejarlo suelto, pero... Quiero tener ese pensamiento de que valgo para algo, de que no soy un don nadie, aunque sea... Todo una ironía.

Mi madre siempre me dice lo mismo antes de salir de casa: ''Cielo, ¿por qué nunca te sueltas el pelo? Te sienta de maravilla, estás muy guapo''... Y ojalá tuviera la fuerza de voluntad de decirle el motivo por el que siempre lo llevo escondido, de porqué tengo que ir así siempre a la escuela, por qué sólo lo libero una vez me encuentro sólo con mi familia. Y hasta mi hermanito pequeño lo ha halagado, le quiero muchísimo, adoro oír su adorable risita cada vez que lo acaricia con ternura, él es uno de los motivos por el que sigo aguantando, es la persona más importante que tengo en este mundo.

Dentro de cinco minutos va a sonar la alarma y va siendo hora de que le diga adiós a pasar los dedos por mi lacio cabello. En los minutos restantes me pongo a contemplar mi alrededor, esos insultos de ''nenaza'' y dibujos con connotaciones sexuales hechos por esos payasos que decían ser mis amigos... Ni de coña, esta gente no es mi amiga, yo camino sólo por este infernal lugar.

Bueno, creo que no aburriré mucho a nadie por hoy. Será mejor que continúe con mi rutina de estar cabizbajo y aburrido en clases antes de que me echen la bronca y vuelva a ser el hazmerreír del resto. Más de lo que ya soy en todo el resto del tiempo...

Notas finales:

En fin, eso ha sido todo. Gracias por leer, un saludo :)


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