El sol quemaba anunciando la llegada del verano. Era agradable, el sonido de los grillos, el anochecer incluso la respiración impregnada de humedad y calor. Kyoto empezaba a encender sus luces, y en medio de todo ese ambiente me encontraba yo, con las bolsas de la compra caídas a cada lado por la sorpresa y también estaba él, abrazado por una mujer adulta quien antes había sacado el monedero de su bolso para coger una cantidad maravillosa ( a mi parecer ) de dinero. El chico de la mirada fría no respondió hasta contar todo ( quiero recalcar sus increíbles dotes de actuación por la manera en la que cambió su expresión ) una vez acabado la miró y sonrió. Quería salir de aquel rincón. Se notaba a leguas que era prostitución, dios, encima el chico no aparentaba más de diecisiete años. ¿ Qué debería hacer ? ¿ Llamar a la policía ? ¿ Qué ? ¿ Eso iba a funcionar ? Se veía muy problemático. Me podría gritar o una vez libre me podría perseguir por arruinarle los planes.
¡¡ AAHHGG !!
No quiero volver a meter la pata y más en una situación como esta, pero estaría mal si dejo que ese chico siga con esto... ¿No? Es que no quiero que se enfaden conmigo.
Entre mi pánico interior no me había dado cuenta de que el chico me estaba mirando con cierta sorpresa. Cuando conectamos la mirada simplemente sonrió y llevo su dedo índice a sus labios mientras me daba la espalda y cogía del brazo a la mujer.
Sentí como subía la glucemia por la acción de los glucocorticoides, claro que antes habría segregado adrenalina y noradrenalina, como reacción a la escena. Mi pulso aumentó, tenía la cara roja y no me respondían los músculos.
Él era una persona muy atractiva. Tenía el pelo de un castaño oscuro que caía a mechones sobre su pálida piel. Su ropa estaba algo desgastada, sin embargo eso hacía que de alguna se viese más genial. Llevaba una camisa negra, vaqueros oscuros rasgados que se ajustaban de manera perfecta a sus largas y delgadas piernas. Sus ojos estaban delineados. Su labios se curvaban de manera casi mágica. Tenía un aura extraña e intimidante. Verdaderamente intimidante.
Se fue. Desparecieron lentamente de mi vista en aquella calle estrecha.
Cogí rápidamente la bici con las compras y salí a toda velocidad, sin embargo aún temblaba.
A duras penas llegué a casa. Me desplomé nada más cruzar la puerta de mi habitación. Se había hecho de noche, la temperatura había bajado, no había ruido en la gran mansión tradicional situada afueras de la ciudad, pero mi mente seguía hecha un desastre y el cuerpo un caos. No encendí las luces.
¿Él estará bien ahora? ¿La mujer le estará obligando a hacer cosas pervertidas? ¿Él se aprovechará de la soledad de ella? ¿Por qué estará haciendo eso? ¿Necesitará dinero o compañía? ¿Tendrá padres? ¿Pasarán de él? ¿Por qué estoy asustado y nervioso?
Me gustaría verle, hablar con él y analizarle. Era la primera vez que veía alguien así. Él parecía interesante.
¿Tendrá amigos?