Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Perfect life por hikari shindou

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 ¡¡Hola gente bonita!!
Bueno pues aquí les traigo otra historia. Espero y sea de su agrado.
Los personajes no me pertenecen, si no a su respectivo creador.  

¡¡Enjoy!!

 

Mi vida ha cambiado desmesuradamente, de ser un muy joven asesino experto –sin mencionar que era el jefe- a ser el compañero fiel del sujeto a que me encomendaron asesinar. Esa experiencia con mis compañeros de la organización de asesinos fue la que cambio mi vida. Tan solo iba a ser otro trabajo ¿Quién iba a imaginarse que ese tipo de personalidad despreocupada, amante de la diversión tuviera ese gran don de liderazgo lo  que me llevaría atravesar el mar en un barco con demás personas? ¿Si mi juicio en ese momento estaba nublado? No lo sé, pero siendo sincero conmigo mismo no me arrepiento de nada. Es una decisión de la cual me enorgullezco….aunque la esposa de Hinahoho hace que en ocasiones me arrepienta por sus tediosas clases. Al nacer dentro de la organización de Sham Lash se dio por sentado que mi futuro seria ser para toda la vida un asesino, así que el saber leer y escribir era algo realmente innecesario a la hora de asesinar personas. Por lo tanto Rurumu se encargaba de darnos clases a mí y al mujeriego que tenemos como líder. Aunque sea algo tedioso, me esfuerzo al máximo para poder lograrlo, en mis tareas siempre salgo bien, con el mínimo de errores o por si fuera poco nulas las equivocaciones que comento. Mi tarea más difícil fue sin duda cuando Rurumu me pidió ayuda a la hora del nacimiento de su primer hijo Kikiriku, algo sin duda alguna tráumate para un niño de tan solo diez años de edad –Ya sabía yo que por algo insistía en que pusiera total atención en la fisiología humana- ¿Se imaginan? Un niño de apenas una década asistiendo un parto. Obviamente tuve ayuda, no  hice ese trabajo completamente solo. Vittal me ayudo, pues el padre entro en una crisis. Al ser su primer hijo, su cuerpo no proceso tantas emociones encontradas y termino por desmayarse. El  calor inmenso que sentí en mi pecho cuando ese pequeño estuvo al fin en los brazos de su madre, cuando Rurumu me dio sinceramente las gracias con ese tono tan cariñoso y cuando me dijo que yo era el hermano mayor de Kikiruku….me hizo sentir nuevamente  parte de una familia. Las lágrimas deseaban traicionarme y salir de mis ojos por la felicidad del momento, pero no lo lograron, tan solo dejaron mis ojos más brillantes por el agua acumulada en ellos.

Han pasado ya dos años desde que me uní a esa tripulación. A la cual ahora mismo me animo a decir que es mi familia y que haría lo que sea para protegerla. Incluso nuestra familia está en aumento, Rurumu y Hinahoho esperan a su segundo hijo y  hace tan solo unos días Spartos se unió a la tripulación. Fue algo muy valiente el luchar por lo que su corazón  deseaba: Ser libre. Incluso se enfrentó a su propio padre: El Rey Caballero. Spartos proviene de  Sasan un lugar en donde su religión es todo para sus habitantes, llegando a considerar a los forasteros impuros separándolos de los habitantes del pueblo. Fue algo difícil realizar un trato comercial con Sasan, más no fue imposible, todo gracias a las técnicas de negociación de nuestro capitán

Justo ahora nos encontramos en dirección al pueblo de Artemyra, el país de las mujeres guerreras que bailan en el cielo.  Al pasar por esas estrechas aguas y altos muros de tierra un enorme ave -incluso me atrevo a decir que más ancho que nuestro barco- se acercó a nosotros, en el lomo de ese gran pájaro blanco se encontraban dos hermosas mujeres de melena rubia. Diciéndonos que si lográbamos llegar a su pueblo nos prometían que “jugarían” toda la noche con nosotros. No hace falta decir que eso despertó a la tercera pierna del líder y al parecer a Spartos también lo alentaron esas palabras. Sinbad les dirigió unas palabras que decidí no escuchar, ya me imaginaba la cantidad de halagos que les regalaba logrando siempre provocar sonrojos en las mujeres. Me acerque más a Hinahoho, él  no es solo fiel a su capitán, también lo es a su esposa. Ya que en los viajes largos en donde Rurumu se queda a cargo en la tienda en la cuidad cuidando de su hijo, Hinahoho jamás ha mirado a otra mujer. Eso me gusta….la lealtad. No me malentiendan, soy fiel a Sinbad, no solo lo veo como un capitán….lo considero mi compañero…mi amigo…mi mejor amigo. Su personalidad alegre, logrando sacarnos sonrisas en momentos difíciles, el siempre mantenerse positivo es lo que me encanta, pero ese lado mujeriego me desagrada, me enferma que sea así con todas las mujeres, que en el instante en que una dama entre en su campo de visión solo piense en adularla con mentiras para beneficiarse, en querer acostarse con ellas. He convivido con el todo este tiempo, prácticamente me he convertido en su sombra para poder protegerlo, así que sé a ciencia cierta que ese joven de dieciséis años  ya no es completamente santo y no fue mi intención el querer enterarme de su intimidad. Pero ese tipo en ocasiones es un completo descarado. Importándole poco que se enteren que paso la noche con una mujer, sintiéndose orgulloso de sí mismo. Como si eso lo hiciera más hombre. Aunque agradezco que trate de mantenerlo oculto de mí, debido a que soy el más joven en la tripulación –sin contar Kikiriku- Aun les dice al resto de la tripulación que eso no es algo que un pequeño como yo debe estar al corriente, que no tengo edad para que mi mente se llene de depravaciones. Claro que al ser un parlanchín se le escape una que otra cosa. Me da risa cuando eso sucede y cuando se da cuenta de que revelo una de sus aventuras gira a verme con cara preocupado y yo solo finjo no haber escuchado. Sinbad procura que tenga una niñez apropiada para mi edad.

Cuando esas dos mujeres se alejaron y nuestro barco bajo el ancla para que no se alejara por la corriente, bajamos para así comenzar una larga caminata al pueblo de Artemyra. El calor era abrazador, no habíamos llegado a la mitad cunado Sinbad y Hinahoho les temblaban las piernas al ya no poder mantenerse de pie, ese par se dejó caer en el suelo. Sinbad alego que el único motivo por el cual se yo y Spartos aún nos manteníamos de pie era porque somos jóvenes. Lo cual fue una completa ridiculez ¡¡Sinbad tan solo tiene dieciséis años!! Todavía es lo suficientemente joven. Le ordene que se levantara y que dejara las tonterías para después. Sinbad estuvo a punto de cometer una tontería, el calor derritió sus neuronas a tal grado que hizo uso de su equipo Dijinn –este le permite volar- y llegar más fácil a la aldea. Pero antes de que se elevara más logre electrocutarlo con mis cuchillas.

-          ¡¿Qué demonios te pasa Ja´far?! – Me grito frustrado

 

-          Escúchame bien – Me acerque lentamente a él, mi voz sonaba molesta – Justo ahora estamos en el territorio del Reino de Artemyra. Ellos no tienen conocimiento alguno sobre el equipamiento Djinn, si llegas volando se darán cuenta y…. ¡Todo hará sido totalmente inútil! – Agregue completamente enfadado por el comportamiento del líder – ¡Tú no eres el único que está cansado! ¡Yo también estoy rabioso por el tremendo calor! – Sin gastar más mi aliento me dedique a proporcionarle otra descarga eléctrica ¡Sinbad tenía que entrar en razón! Decidimos descansar para así Sinbad recuperara un poco las fuerzas y no solo él, también Hinahoho, el más alto de todos nosotros no estaba acostumbrado a estas olas de calor tan grande debido a que provenía del Norte. Sentí una mirada hacia mi persona, seguí esa sensación con mi mirada y pude percatarme que Sinbad me miraba sonriente.

 

~*~*~*~*~*SINBAD~*~*~*~*~*

                Hicimos una fogata para calentar nuestros alimentos y con eso recuperar energías que la  infernal caminata nos hacía perder ¡Parecía no tener un fin! Di un gran sorbo a mi cantinflora, con esa descarga eléctrica que me dio Ja´far me dejo sediento. No lo culpaba, después de todo si era una total tontería lo que iba hacer…¡¡Pero este maldito calor!! Aunque lo conocí hace dos años sigue siendo un niño, pero existen momentos que demuestra ser más maduro que yo. No es de extrañar que debido a la infancia que tuvo haya madurado más pronto de lo que un pequeño debería. Es por eso que deseo que disfrute lo que no pudo cuando tener cuando era un asesino experimentado. Con esa luz de la fogata, provoca que su rostro se ilumine, permitiéndome admirar sus hermosos ojos color verdes, y esas adorables pecas que cubren sus mejillas y el puente de la nariz. Cuando le pregunte por qué las cubría, simplemente me respondió que nadie lo tomaría enserio, pues en la organización de asesinos se burlaban de estas, decidiendo cubrirlas con las vendas. Me emocione tanto cuando el día después que le dije que no tenía de que avergonzarse, que es único pues era la primera persona que veía con esos pequeños lunares en su rostro, decidiera no usar más esas estorbosas vendas en su rostro.

                Sin que fuera mi intención me le quede mirando fijamente con una sonrisa en mis labios. Y al parecer ya llevaba un tiempo haciéndolo porque el pequeño se dio cuenta y ahora nos mirábamos. Desvió su mirada al pedazo de carne incrustado en una delgada vara y nuevamente me dirigió su mirada.

-          Toma. Esta ya está lista. – Me hablo con suave voz colocándome enfrente el aperitivo, sorprendiéndome por lo que hizo. – Es lo que mirabas ¿No es cierto? – Un suspiro salió de mis labios. ¡No! Por supuesto que no era por eso. Sentí como coloco la varita entre mis manos para que lo tomara y él volviera a tomar asiento a lado de Hinahoho.

Cuando al fin terminamos de reponer la suficiente energía no  perdimos más tiempo y continuamos con nuestro camino, fue algo difícil pero poco a poco nos acercábamos a nuestro destino. Me gustaba bromear con Ja´far, haciéndole creer que me quedaría a dormir y luego los alcanzaría, provocando que él me amarara con sus cuerdas y me arrastrara una distancia corta. ¡Pero no piensen que soy un abusivo! Claro que no, obviamente no dejaba que cargara totalmente mi peso, con ayuda de mis pies me impulsaba.

Caminamos toda la noche, justo cuando íbamos a tomar otro descanso el sol resplandeció en todo el lugar, permitiéndonos ver el Reino Artemyra. Era algo que nunca había visto en mi vida. Estas personas  hicieron agujeros en la roca y ahí crearon sus casas. Las enormes aves entraban y salían de estos, al parecer se mueven día a día gracias a esos pájaros. En ese momento uno de esos majestuosos pájaros voló sobre nosotros y en el lomo montaba apenas una pequeña niña que no aparentaba más de cuatro años.

-          Todo es espléndido – Dijo asombrado Ja´far – Lastima que no venimos de turismo. Ahora que al fin conseguimos entrar después de haber solicitado la entrada muchas veces, tenemos que ir de prisa al palacio, aunque….Deberíamos tomar una ducha urgentemente – Con sus palabras nos dimos cuenta que apestábamos, todo ese sudor en nuestro cuerpo desprendía un olor desagradable. No podíamos ir a ver a la reina en esas circunstancias. Rápidamente pedimos indicaciones de cómo llegar a una posada, pero resulta ser que al ser un país que casi no llegan viajeros carecían de una. Fue algo lamentable escuchar eso. Para esas hermosas damas no pasó desapercibido nuestro hedor, logrando que nos sintiéramos aun peor con nosotros mismos.

 

-          ¿No hay algún lugar donde podamos asearnos? – Se apresuró a preguntar el peliblanco.

 

-          Pueden bañarse en el río que está en el fondo o en la calle de las diversiones – Respondió la joven rubia, pero ¿Qué era eso de la calle de las diversiones? Eso llamo sin duda mi curiosidad.

 

-          Muchas gracias –Agradeció el más joven y las muchachas siguieron con su camino.

 

-          ¡Andando a la calle de las diversiones! – Grito más que feliz Spartos. Yo me uní a su canto de felicidad, pero al dar mi primer paso a dirección a esa dichosa calle, me topé con esos ojos verdes, estos desprendían ¿Vergüenza? Sí, no hay duda de eso. El pequeño Ja´far tenía pena. El simple hecho de entrar a un establecimiento como ese no era algo que un niño como el debería presenciar.

 

-          Mejor vayamos al río –  Comente fingiendo un total desinterés en ir a ese dichoso establecimiento.

 

-          ¡¿Queeee?! ¿Por qué Sinbad? – Cuestiono desilusionado Spartos

 

-          Simplemente cambie de parecer.

 

-          ¿Por qué el repentino cambio Shin? – Me pregunto Hinahoho

 

-          ¿Es que acaso quieres que tu esposa se entere que entraste a un lugar como ese? Si ese es el caso adelante – Hice uso de psicología inversa, logrando que el más alto reaccionara y tomara del cuello de la ropa a Spartos que desistía en ir a la calle de las diversiones. Gire hacia atrás y Ja´far se atrasó, este apresuro el paso pero no se fijó en la persona que venía en dirección contraria, tropezando con la desconocida que estaba totalmente cubierta de la cara. Me acerque rápido para que no se metiera en problemas, cuando estuve lo suficientemente cerca escuche que Ja´far se disculpaba y la señora no se molestó, y también se disculpó.

 

-          No te separes de mi pequeño – Le dije de manera alegre, ocultando mi sobreprotección. Este no dijo nada, tan solo asintió y me siguió. Cuando llegamos al río no perdimos tiempo y nos desvestimos a excepción de Ja´far, él se separó de nosotros y se desvistió tras una gran roca que lo cubría todo una vez. No comente nada al respecto, no era la primera vez que lo hacía, pero para Spartos si le extraño el actuar del niño.

 

-          ¿Está bien Ja´far? – Cuestiono preocupado

 

-          Claro, no es nada del otro mundo que el pequeño Ja´far haga algo como eso – Contesto Hinahoho – Él es muy quisquilloso con estas cosas

 

-          Por supuesto, desde que nos conocemos y tenemos que tomar un baño juntos siempre procura estar primero dentro del agua y que no le veamos más allá del  pecho. Cuando le pregunte a Vittal y Mahad me dijeron que siempre hacia exactamente lo mismo con ellos. – Spartos no comento nada ms. Una vez el pequeño se unió a nosotros nos dimos el tiempo de relajarnos en esas frescas aguas. Lo teníamos bien merecido, digo día y noche caminado para poder llegar a este Reino, no nos hacía daño alguno. Y claro está el no hacer desmayar a la Reyna con nuestra pestilencia.

Una vez aseados y listos nos dirigimos al palacio donde la Reina ya nos esperaba. La mujer que nos recibió nos advirtió que tuviéramos cuidado de no molestarle, pues la Reina no se encontraba de muy buen humor. En el instante en que la tuvimos enfrente nos inclinamos, nos presentamos y dimos a conocer nuestras intenciones de sellar un trato de comercio con su Reino. Pero la persona que teníamos enfrente no se inmuto en absoluto. Justo en ese momento  la persona que nos recibió desde el principio comenzó a reír y camino enfrente hasta llegar al trono ¿Qué es lo que ocurría?

-          Hace tanto tiempo que no tenía visitantes – Continuo riendo la rubia mujer. En un movimiento rápido tiro lo que al parecer era una gran muñeca de trapo, sorprendiéndonos a todos. En realidad la persona que nos advirtió del humor de la Reina ¡Era la Reina! Esa mujer estaba completamente loca. – Diviértanme – Agrego, colocándose su distinguida corona dorada. – Yo soy la Reina de Artemyra: Mira Dianus Artemyra. Muchas personas nos subestiman por el simple hecho de ser mujeres, ese por esa razón que pongo a esa muñeca primero – Aclaro en tono soberbio y de cierta manera tenebrosa. – Por lo que me doy cuenta son todos varones. Al momento de recibir la solicitud de entrada al país la persona que hizo la solicitud era una mujer.

 

-          Ella ahora mismo se encuentra en nuestra tienda en Sindria. Cuidando de su hijo y en la espera de su segundo – Se apresuró explicar el pequeño de ja´far

 

-          Que decepcionante. Váyanse. – Dijo sin ninguna pisca de amabilidad. – No tengo la intención de hablar con hombres. Ustedes no son más que instrumentos para crear descendencia

 

 

~*~*~*~*~*JA´FAR~*~*~*~*~*

-          Su alteza, espere por favor – Nuestro líder se levantó y comenzó a caminar hacia la Reina. Sinbad no se iba rendir tan fácil, esa perseverancia que poseía era magnifica. –Yo no la traicionaría – Pero hay algo que no tome en cuenta, la Reina  de Artemyra es  una mujer, y estamos hablando que nuestro capitán es  un mujeriego de primera, si este imbécil llegase a insultarla todo nuestro arduo trabajo de llegar hasta aquí se ira al caño y al parecer no era el único preocupado por eso. Spartos también temía lo mismo. – Por este país y su alteza, quiero usar todas mis fuerzas – Y lo que nos temíamos se hizo realidad. Ese grandísimo idiota tomo de la cintura a la Reina y la acerco a su persona. ¡¿Es que acaso no piensa en todo los problemas que nos puede llevar su alteranía? – Crea en mí su alteza. No pude apreciar la cara que realizo la Reina de Artemyra por las palabras de Sinbad, pero si escuche su contestación. Y cabe decir que estoy de acuerdo con su majestad.

 

-          De esa forma…has seducido a muchas chicas ¿Verdad?

 

-          Yo soy diferente a los otros hombres – Dijo muy confiado el pelimorado

 

-          Parece que te estas confundiendo. El que tú seas diferente a otros hombres no es algo que tú decidas ¡Sino yo! – No me sorprende que Artemyra  se zafara del agarre de y lo amenazara con su inmensa lanza, pero si logro que me preocupara por Sinbad. Era un tonto por hacer provocado la ira de esa mujer, aunque tuviera bien merecido un gran golpe no era necesario que lo asesinara. – A los hombres les encanta coquetear con las mujeres, creyendo que con lograrlo conseguirán siempre lo que quieren. Así que te enseñare lo que sucede cuando desobedeces a una mujer – Si antes su mirada era tenebrosa, en ese instante su mirada de odio había alcanzado otro nivel. Mujeres armadas con lanzas nos rodearon amenazando nuestras vidas. Nos superaban en número pero  incluso aunque fueran menos no lucharíamos, nos encontrábamos en ese país para realizar un trato no una guerra. Trate de explicar que no era nuestra intención desobedecerla, pero fue en vano. Su majestad no escuchaba razones – ¡Llévenselos!  – Ordeno. Pero en ese momento la espada de Shin dejo a conocer un gran resplandor azul, al igual que la lanza de la Reina Artemyra, solo que de esta emanaba un color rosa. – Vaya, parece que también eres un usuario de un Djinn – Sonrió maléficamente y tomo la espada de Sinbad – Nunca pensé que fueras un usuario de armas. Parece que no eres un simple hablador. Sin embargo, no cambia el hecho de que me hayas molestado. – Bien hecho Shin – ¡Los demás también pueden estar escondiendo más Djinn! ¡Hagan que se quiten todo! – ¡¿Queeeeeee?! No, no, no, no, no, no, no. ¿Por qué a nosotros? Tanto que me he esforzado en esconder mis cicatrices para que al final no haya valido la pena tanto esmero en hacerlo. Sé que por la situación lo correcto sería atacar las órdenes y  no provocar más la furia de la Reina. Pero me fue imposible no resistirme, todo intento por evitar que retiraron toda prenda de mi cuerpo fue inútil, incluso mis ojos se aguaron. No tuve el valor de levantar mi mirada y ver a los ojos a mis compañeros, mucho menos a Sinbad. Varias mujeres soltaron suspiros de asombro, incluso alcance a escuchar cosas como: “Pobre niño” “¿Qué le habrá ocurrido para tener esas enormes cicatrices en las piernas?”  Mis compañeros no mencionaron palabra alguna, no sé si fue para no empeorar esa incómoda situación o simplemente la vergüenza de estar desnudo frente a más de tres docenas de doncellas les quitaba el habla.  – Esta es la caída más profunda en este reino, es conocido como el Valle de la muerte. No hay nadie que haya caído en él y regrese. Ahora caigan y mueran de hambre dentro. 

 

Notas finales:

¿Qué les pareció? ¿Merece un rr? Okey he de aclarar que esta historia solo constara de dos o tres capítulos a lo mucho. Y los que ya vieron la serie de Sinbad se dieron cuenta que la historia inicia desde el capítulo once. Y pues si alguien sabe el motivo por el cual Ja´far tiene esas enormes cicatrices en las piernas, le agradecería que  me lo digiera. Por más que he leído e indagado en Internet no encuentro el motivo. Se los agradecería mucho y pues si no hoy respuesta ante esa incógnita en mi cabeza supongo que tendre que imaginar y/o idear algo :D Nos leemos luego. 19.Jul.16


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).