Ese día en que recibí aquella llamada en que me decía que Ethan había despertado del coma, justo aquel día de mi cumpleaños en el que tuve una discusión muy fuerte con Dereck el cual cuasó una fractura tan profunda que difícilmente pueda ser posible arreglar.
De todos modos eso era lo que pensaba mientras me dirigía a Boston ya que la noticia de que Ethan estuviese despierto me encapsulaba en otra realidad totalmente distinta a todo de lo que me aquejaba: Mis padres, mi hermano Alexander, mi hermano Aaron y por supuesto Dereck.
Cuando llegué y sin contar detalles nauseabundamente inútiles me dirigí a la habitación donde fuera de ella se encontraba Isaac con Omega, quién luego de unos molestos segundos junto a este último entré en la habitación viendo el rostro de que un tiempo amé sin poder decírselo ni una sola vez. Verlo aún con los ojos cerrados me hizo pensar que me hicieron una broma de muy mal gusto diciendo que estaba despierto, pero no. Yo sentí aquel cálido tacto de sus manos sosteniendo la mía al que de pronto escucho con aquellos labios eclipsados por su avería funcional decir mi nombre... aquello fue uno de los mejores regalos del mundo.
-Ethan-traté de contenerme lo mas que pude para no sonar exaltado ante aquel milagro. ¿Cuánto tiempo había soñado esto? Muchas veces... incontables veces... infinidad de veces.
-Na...Nathaniel-hasta que por fin lo dijo, en ese momento me sentí totalmente aliviado-
-no sabes lo mucho que me alegra que hayas despertado—mi mano aun estaba junto a la de él y no existiría poder terrenal que pudiera alejarme de él en este momento.
-lo sé... me cuesta hablar-tosió-llevo bastante tiempo...-tomó su tiempo- aunque solo pareciera que fue ayer cuando me dispararon...-Pausó por unos segundos largos- veo todo incendiado y tu rostro, nada mas...
-debió haber sido doloroso-me acerqué a su rostro-
-no sentí nada-elevó los grados de su cama para que él se pudiera sentar.
-Ethan... yo debí haber estado en tu lugar, no sabes lo culpable que me he sentido todo este tiempo- elevó su mano con dificultad a mi cara para recorrerla en toda su extensión hasta llegar a mis labios.
-no digas eso... por eso me interpuse entre tú y la bala-me observó detenidamente- yo no quería que te ocurriera algo, yo me moriría si te pasara algo.
-...-una lágrima bajó por mi rostro sin poder controlarla-¡por qué fuiste?
-Porque no quería que hicieras solo esa misión, tú eres... bueno, eras nuevo, además como dije, tú me importas mucho como para dejar que te sucediera algo.
-Ethan...
-Nathaniel... aún sigues enojado por lo de aquella noche-preguntó.
-no, no estoy enojado. Comprendí tus excusas al fin.
-ves, algo bueno pasó gracias a mi coma-sonrió viendo sus dientes blancos y perfectos.
-no digas eso-golpeé suavemente su mano- Ethan... han pasado muchas cosas de tu ausencia.
-lo sé... la muerte de mi abuelo-observó las sabanas celestes-
-si-bajé mi mirada-
-él tenía gran autoridad como para ser un traidor, no me cabe duda.-
-¿seguro piensas eso?
-lo sé, es por eso quiero salir luego de acá y enmendar los errores de él ya que supongo que ahora Isaac, Zaphiro y yo seremos el centro de atención de todos los espías ¿no?
-sí, lo es.
-cambiaré todo-dijo con convicción. Tal cuando era un assassin. De pronto entra el comité de médicos a chequearlo.
-Buenas días Sr. Alfa, veo que ha despertado. Sr Licht le pediré que se retire por favor.
-está bien... Sólo mejórate y descansa. Te quiero-le di un beso en la frente y me retiré.
A la salida seguía Omega junto a Isaac sentados en la sala de espera. El élite apenas me vio se paró y dirigió a mí.
-¿despertó? ¿Qué te dijo?-rogó para que le contestara. Yo no podía ser pesado. Más que mal, se notaba que este chico estaba perdidamente enamorado de Ethan y yo no tenía ninguna autoridad moral para negarle que lo viera ni menos de lo que me haya dicho.
-sí, despertó. Ahora los médicos lo están tratando, ¿te contaron lo que harán Isaac?
-le inyectarán un multivitamínico y varios químicos más. Debido que ahora se encuentra estable acelerarán notablemente su estado físico para que no tenga problemas. En un par de semanas veremos a mi primo totalmente recuperado y caminando por las instalaciones.
-qué alivio-dije mirando a Omega que aún esperaba mi respuesta-Hablamos de lo sucedido con su abuelo, estaba más calmado, dijo que quiere ingresar nuevamente y tratar de cambiar las cosas ya que ahora tanto Isaac como Zaphiro están siendo vigilado también como traidores y que eso no le parecía.
-él no es un traidor-rápidamente se apresuró en opinar Omega.
-de eso no tengo la menor duda Omega...-en ese segundo se podría decir que hasta me cayó en gracia olvidando lo antipático que había sido siempre.
Salí pensando en todo lo que había ocurrido en el año que pasó. La junta de directiva de Assassin seguía sin ningún cambio aparente. Ellos seguían las mismas doctrinas pasadas, ni un toque más, ni un toque menos. Ya casi no había misiones de categoría Assassins, solo había que llenar papeleos y cosas por estilo, a lo más los élites salían a campo, pero era pequeño porcentaje.
La red de tráfico de prostitución, droga y humana cesó a tal magnitud que los pequeños micro tráficos que existían no tenían nada que ver con la organización que supuestamente Henry estuvo involucrado algo que claramente demostraba su autoría e influencia criminal.
De pronto recordé a Dereck quién me había hecho escoger entre él y Ethan, algo diametralmente imposible a menos en este capítulo de mi vida. Junto a Dereck había tenido un poco más del año de romance, un lindo pasar con la persona que despertó mis intereses por sus pares masculinos y que si bien es cierto, hay días en que me arrepiento de la elección por preferir un genero en partículas, otros días el estar con una persona con que tienes una buena cohesión se siente simplemente gratificante... pero eso ya no se volverá a dar con él por escoger en venir a ver a Ethan.
El otro día amaneció sin piedad sobre cada uno, había mucho que hacer en la central, al menos yo en Oregon el trabajo ya lo tenía casi terminado por lo cual solo conseguí apearme de mi rutina e ir a sala de recuperación de Ethan. Entré en silencio y vi que estaba Omega sentado a los pies de la cama, los saludé a ambos con una sonrisa llegando hasta el velador para darle un vaso de agua al recién recuperado. Estuvimos ahí unos minutos los tres hablando nada más y nada menos de las memorias de las muchas misiones que Ethan y Omega habían vivido, desde infiltrarse en la casa real de Rumania hasta correr casi desnudos de la fiesta del príncipe de Inglaterra. De un segundo a otro, sentí la conexión de ambos pero esa duda se me quitaba en el momento exacto cuando Ethan miraba por microsegundos mis ojos con complicidad. Le dije que tenía que volver a clases y que además esperaba que se recuperara muy pronto, me acerqué intentando darle un beso en la frente o comisura de los labios como las veces que venía y lo hacía, pero Omega me incomodaba y tampoco quería hacerle partícipe de aquello que el cual no era parte esencial.