-¡Un capuchino y un americano!- pidió el castaño mientras tomaba la pequeña canasta y ponía dos cake capes en ella.
De inmediato el castaño tomo posición y comenzó a preparar la orden, el americano estaba listo, tomo la pequeña jarra con leche y la llevo al asta para comenzar a cremarla, cuando el inconfundible sonido de las campanas que colgaban en la puerta del lugar llego a sus oídos, por instinto volteo su mirada y rápidamente una amplia y hermosa sonrisa invadió su rostro al verlo, hay estaba él, como todos los días, a la misma hora, con sus cascos puestos, su elegante saco y ropa impecable, la blanca y nívea piel iluminaba el salón y ni hablar de su presencia, por todo su recorrido las miradas tratando de penetrar en el interior del chico eran numerosas, causando celos enfermizos en él.
A paso lento y tranquilo, el alto recién llegado caminaba hasta la mesa en el rincón del salón, justo frente al gran ventanal, descolgaba su mochila, sacaba su libreta y lápiz, KyungSoo se acercaba sonriente y el otro le devolvía la sonrisa, una vez tomaban su pedido se colocaba sus cascos y comenzaba a escribir.
“Americano” dijo el castaño para sus adentros.
-¡Americano!- pidió KyungSoo al llegar a la barra y el castaño sonrió. Se encontraba tan embelesado observando al rubio quien fruncía el ceño mientras dibujaba, que cuando menos pensó su compañero MinSeok tomaba posición para preparar la orden.
-¡MinSeok-Hyung!- llamo al mayor tomándolo por los hombros, el mas bajo brinco un poco por el susto y miro interrogante al menor, pero mas alto.
-¿Qué?-
-¡Déjame hacerlo!- dijo con emoción en su voz –Es para él, déjame hacerlo- le rogo con la mirada y un tierno puchero.
Sonrió suavemente y comprendiendo al menor, asintió y se retiro de la maquina, entusiasmado y sonriendo como nunca, el castaño se adueño de la maquina de expresso, con movimientos sutiles y agiles como todo un profesional, molió la cantidad exacta de café, la apisono con la fuerza necesaria y coloco el filtró en la boquilla, abrió la llave y a tiempo la oscura tinta comenzó a salir, llenando de apoco y con la cantidad exacta el blanco pocillo. Una vez estuvo listo, coloco el enser sobre la barra acompañado de una astilla de canela y sonrió una vez mas.
-KyungSoo- llamo al pelirojo que pasaba en ese momento- Americano, mesa 10- dijo.
Atento vio como KyungSoo llevaba la orden y la ponía en la mesa, con una leve reverencia y una sonrisa en agradecimiento por parte del ocupante se retiro de la mesa, sin perder tiempo el rubio tomo el pocillo entre sus manos, el menor sonrió al ver como el otro llenaba sus pulmones con el aroma del café y sonriendo tomaba el primer sorbo, su corazón daba un vuelco cada vez que el rubio hacia eso y la felicidad lo invadía al verlo disfrutar de la bebida que él con tanto cariño, dedicación y amor le había preparado.
Una hora, dos horas, tres, cuatro horas o hasta cinco horas, no sabia cuantas más, todos los días era diferente, hoy había pasado una hora cuando el rubio alto recibió un mensaje, sonrió ampliamente y rápidamente guardo sus cosas y se levanto acercándose a la barra.
El castaño quería y moría por saber que había causado que el inmutable rostro se rompiera de esa manera, que había causado que el rostro del otro brillara de esa forma y en su interior no pudo evitar sentirse triste y angustiado, por que sabía que la respuesta no le gustaría.
Asustado y nervioso el castaño se escondió, de rodillas al otro lado de la barra, causando risas en sus compañeros.
-Son dos americanos… - dijo BaekHyun sonriendo amablemente, el otro asintiendo le entrego el dinero.
-Gracias- pronuncio antes de darse la vuelta y retirarse y su voz fue música para los oídos del tembloroso chico que se escondía.
-¡A usted, vuelva pronto!- dijo BaekHyun, la mano del bajo se mantenía aún en movimiento despidiéndose y sonriendo cuando un leve golpe en su cabeza lo desconcertó.
-¡Ya!- se quejo mirando enojado al autor de dicho crimen.
-¿Vuelva pronto?- pregunto con obviedad -¡Viene todos los días GENIO!- regaño al pequeño.
-Y tu si que sabes de eso ¿no?- bufo molesto.
-…- el castaño se sonrojo y desvió la mirada -¡Además ¿que son esas sonrisitas?!- siguió reclamando el mas alto.
-¿Qué cosa?- pregunto confundido.
-Esas así todo coqueto-
-¿De que hablas? ¡Así siempre sonrió yo!- se defendió el mas bajo.
-¡Pues a él no le sonrías así!- exigió el alto.
-¿Disculpa?- pregunto indignado -¡JA! Estas celoso- se mofo con burla –celoso de que yo tenga los pantalones para sonreírle y tú ni siquiera lo puedas mirar- sonrió orgulloso.
-C-claro que no- dijo nervioso el alto.
-¡Si! Mueres de celos por que él al menos sabe que existo, en cambio tú ni al caso- lo provocaba el bajo, BaekHyun tenía una mirada de superioridad y sonreía ampliamente, pero al ver los ojos del castaño cristalizarse su semblante cambio por completo y preocupado abrazo al alto.
-¡Lo siento!- se disculpo –no era mi intención, en verdad lo siento-
-¿Ahora que hiciste?- le reclamo el otro mayor que acababa de entrar a la barra.
-Otra vez lo arruine Hyung, ayúdame- suplico Baek.
-¿Estas bien?- cuestiono al castaño quien tenia su cabeza baja.
-…- este solo asintió, aumentando el desespero del mas bajo.
-Vamos cariño perdóname ¿si?- sonrió tiernamente, pero el alto simplemente asintió.
-Por que no vas y tomas un descanso- lo invito MinSeok, a paso lento el castaño alto se dirigió hasta la mesa en la que aquel chico se sentaba.
-¿Qué fue esta vez?- MinSeok miro penetrante al menor.
-Y-yo… fui idiota- dijo con arrepentimiento en su voz.
-Ay pequeño Baek, cuando aprenderás a cerrar tu bocota- suspiro cansino.
Mientras BaekHyun y el pelirojo discutían a cerca del comportamiento del menor, un triste castaño miraba por la ventana, lamentando su estado y dándole en silencio la razón a su castaño amigo.
¿Qué derecho tenía él de exigirle o prohibirle que hablara con el chico de los americanos si para él, ni siquiera existía?
Pero es que como podría alguien como él, atreverse a hablarle a alguien tan perfecto como lo era el alto chico que tomaba americanos, sus ojos, su boca, nariz, orejas, brazos, su cuerpo, su ropa, su voz, todo en ese chico era perfecto y hermoso a los ojos del castaño.
Y aunque hace dos años el corazón del castaño solo latiera por ese chico, aunque supiera que el americano es su bebida favorita, mucho mas que el bubble te de durazno, que le gustan las canciones románticas y el rap, que prefiere pasar tiempo solo, que el cheesecake es su postre favorito, mas que la tarta de manzana, que sus colores favoritos son los oscuros, que odia el ruido y las chicas escandalosas, que es tranquilo, amable, responsable y reservado y que dibuja increíblemente, pero aunque LuHan sabe todo esto, lo único que a logrado obtener de aquel chico y por merito de sus compañeros, es su nombre.
Oh SeHun.