[PDV Sungkyu]
-Ya pasa la media noche ¿no puedes dejarme dormir en paz? Mañana temprano puedo ayudarte mejor ¿vale?- le dije a esa cosa tenebrosa para que me dejara descansar esa noche; pero se rehusaba a hacerlo, no me dejó otra alternativa más que prestarle atención a lo que tenía que decirme y tratar ayudarle con su problema
Juro que es indescriptible la nostalgia que sentía por aquellos momentos en los que podía dormir plácidamente durante horas y horas para despertar al día siguiente fresco y descansado, no podía recordaba la última vez que lo había hecho.
Era viernes en la noche y yo lo único que quería era dormir, como todos los días. Yo sé que la mayoría de los jóvenes salen de fiesta con sus amigos o parejas los fines de semana; pero yo, quien no descansa nunca , estoy aquí, caminando por las calles de Ninetales acompañado de un ente del más allá, buscando a una persona que nunca he visto antes, mi vida en verdad ha sido un desastre desde que desperté hace seis meses
Después de caminar y caminar por un largo tiempo, parecía que había llegado al lugar al que me conducía aquel espíritu errante -¿es aquí?- le pregunté una vez que estaba frente a la puerta de aquel gran edificio que parecía ser de apartamentos. De la nada salió una persona que parecía ser el portero
-¿Qué necesita joven?- dijo mirándome de forma extraña, considero que debió ser mi aspecto o la hora, aunque me inclino más por la primera, no lucía decente desde hace meses
-Vengo a visitar a un amigo- tuve que mentir para lograr entrar en ese lugar -vive en el 4C- solamente estaba repitiendo lo que el fantasma que había dicho dos segundos atrás
-4C... 4C... ese inquilino está indispuesto, no ha salido para nada de su habitación en todo el día de hoy o de ayer, mejor dicho- bromeó el simpatiquísimo portero
-Perfecto, lo intenté, vuelvo luego- giré mi cuerpo entero con la intención de abandonar aquella calle y regresar a la comodidad de mi cama; pero -aaah- el fantasma de la chica se me puso enfrente sorprendiéndome y obligándome a insistir en que el viejo aquel me dejase entrar en el edificio
Volví con el señor que cuida la puerta y comencé a decir -Mmmm ¿sabe algo? Tengo una sorpresa para él, es para animarle porque ha sufrido una pérdida muy dolorosa recientemente
El guardia se quedó pensativo y contestó -dígame el nombre del inquilino y le dejaré pasar por un rato
-Daniel- enuncié con toda la pereza existente en el mundo
-Veamos- revisó una lista que traía convenientemente -efectivamente, el inquilino del 4C se llama Daniel- confirmó -le dejaré pasar, solamente no haga demasiado ruido porque los vecinos están durmiendo a esta hora- respondió amablemente
-Muchas gracias- dije a la vez que entraba en el edificio
Subí las escaleras lentamente, sin importarme que la chica estuviera apresurándome, debía tener cuidado de no hacer demasiado ruido, no quería causar ninguna molestia a los vecinos y para poder terminar con este asunto pronto y así poder ir a casa a dormir, o al menos a intentar hacerlo lo que restaba de la madrugada
Iba tan atrapado en mis pensamientos que por poco paso de largo la habitación a la que me dirigía -la habitación 4C- repetía y repetía el espectro
-¿Debería tocar la puerta?- le pregunté a la chica -¿estás segura?... ¿solo entro?... Vale, entraré- abrí la puerta lentamente para no asustar a quien estuviera dentro
-El chico a quien busco se llama Daniel ¿verdad?- cuestioné -entendido entonces- confirmé con la chica, terminé de abrir la puerta sin poder ver nada, encendí la luz para ampliar mi campo de visión y comenzar a buscar a Daniel por el lugar
-Daniel... Daniel... ¿estás por aquí?- iba repitiendo por todo el departamento sin obtener respuesta a cambio, ni un susurro, nada en absoluto. Todo indicaba que Daniel no estaba ahí, aunque el portero hubiera dicho que estuvo encerrado todo el día
-¿Qué dices?- me habló la chica fantasma arrastrándome afuera de mis pensamientos- ¿Dónde dices que está?... ¡¿en la azotea?!- grité tan pronto como escuché eso y, sin duda alguna, me apresuré a subir
No tardé mucho puesto que el edificio era solo de cinco pisos, cuando abrí la puerta que daba a la azotea del lugar lo vi, un chico intentando lanzarse al suelo desde ese lugar tan alto. Inferí en ese momento que gritar su nombre y asustarlo no era la mejor opción porque podría caer por la sorpresa, así que mejor decidí acercarme a él lentamente
-Disculpa- le toqué el hombro con mi dedo índice -¿eres Daniel?- pregunté
-¿Quién eres tú y cómo sabes mi nombre?- preguntó algo enojado -¿qué haces aquí arriba también?- también se le notaba triste, su voz cortada lo delataba
-Eeeem, podrías pensar en, no sé, conservar tu vida intacta y no lanzarte ¿por favor?- le dije tratando persuadirlo -si te lanzas desde aquí podrías morir al instante o por lo menos quedar parapléjico
-¿Paraplequé?- se confundió -me aseguraré de morir porque es lo que quiero, quiero morir para estar de nuevo con Sunny- sollozó
-Vaya- me toqué la barbilla como gesto de que estaba pensado -¿ qué harías si yo te dijera que Sunny me ha dado un mensaje par ti?- solté para lograr que me pusiera atención en serio y se bajara de ahí inmediatamente
-Nada, es imposible que tú tengas un mensaje de Sunny, no la conocías y además está muerta- se solto llorando
-¡Qué te bajes de ahí ahora mismo, idiota!- le grité mientras le tomaba la oreja y lo bajaba a la fuerza de aquel lugar
-¿Qué haces?- dijo quejándose a la vez que se liberaba del agarre y se giraba hacia mí
-Disculpa, yo solo he hecho lo que Sunny me ha pedido - enuncié
-¿Cúando te lo pidió y cómo sabes que ella me trataba así cuando intentaba hacer locuras como esta?- me tomó de los hombros para agitarme con ellos
-Sunny recién me ha dicho que hiciera eso- dije un poco tímido, esperando una reacción alocada y la afirmación de siempre "pero si está muerta", solía escucharlo a menudo
-Pero... está... muerta- y ahí estuvo, lo dijo -¿cómo te lo ha dicho? Es imposible
-Verás, no es algo que me guste decir a cualquiera pero...- bajé el tono de mi voz -veo gente muerta- le susurré al oído
-¡¿Quééé?!- exclamó mientras daba pasitos hacia atrás, donde le esperaba la inminente caída
-¡No des un paso más y relájate!- ordené -he venido porque Sunny me ha buscado para esto- confesé -ella en verdad no quiere que termines haciendo esto solo por volver a estar juntos
La expresión del rostro de Daniel era algo rara, sin duda estaba razonando lo que le había dicho, seguramente lo aceptaría pronto debido a la acción de Sunny que realicé hace un momento
-Si... Si en verdad puedes verla y hablarle, entonces dile que...
-No hace falta que yo le diga nada- le interrumpí de golpe -Sunny está justo aquí, ella puede verte y oírte- sonreí para el chico
-Oh- abrió los ojos de par en par -¿dónde está?
-Justo a tu lado- le indiqué -está viendo directamente a tus ojos- terminé, señalando al lugar donde estaba Sunny
-¿Aquí?- dijo girándose hacia el fantasma, yo asentí en respuesta y él comenzó a platicar con el espíritu de su novia muerta
-Sunny, yo... te amo tanto- se pausó con un sollozo -tanto que sin ti, no hay razón para seguir viviendo- lágrimas caían por sus mejillas -he perdido al amor de mi vida, a la mitad de mi vida ¿qué debo hacer ahora que no estás aquí, conmigo?- la voz de Daniel se quebraba cada vez más -lo único que quiero es volver a estar contigo- dijo mirando hacia el lugar donde se encontraba Sunny -para acompañarte solamente debo ser como tú ¿no? Un fantasma- bajó la cabeza llorando
-¿Qué?... ¿en verdad quieres que haga eso?- cuestioné al fantasma, aquello que me decía era algo muy raro
-¿Qué pasa? ¿Qué te está diciendo?- preguntó Daniel intrigado
A decir verdad, me gustaba cuando este tipo de fantasmas aparecían, me daban la oportunidad de desquitar con alguien el mal humor que ganaba por no dormir bien en tanto tiempo. En el momento en que Daniel dejó de hablar comencé a hacer lo que Sunny me había pedido sin dudar ni un poco
-¡Eres idiota o qué!- le grité a Daniel mientras le daba una colleja que, estaba seguro, dolería un montón -ni siquiera pienses en hacer una estupidez tan grande- Daniel me miraba sorprendido -¿crees que quiero verte muerto como yo? ¿piensas que me gusta ser un fantasma y no haber podido cumplir mis sueños en vida?- el chico estaba perplejo ante mi actuar -¡sigue adelante! Cumple las metas y sueños que teníamos ambos, y las tuyas propias también. Encuentra a alguien que ames igual o más que a mi, cásate, ten hijos, nietos, envejece feliz ¡Disfruta la vida!- el atacado solo parpadeaba - hazlo por mí, pero en mayor parte por ti también- hice una pausa para tomar aire -y si te atreves a acabar con tu vida- le señalaba con el dedo índice -ten por seguro que...- los labios de Daniel se posaron sobre los míos y sus manos sobre mi mentón impedían que me quitara, entonces decidí darle un golpe en el estómago para que retrocediera -te ignoraré por la eternidad- terminé, limpiándome los residuos de aquel beso robado por Daniel
Daniel lloraba frente a mí con sus brazos sobre su estómago, haciéndome pensar que talvez me había pasado (pero él también se pasó), fue agachándose poco a poco hasta terminar en cuclillas -siento lo del beso, no sé que me pasó, es que parecías ser Sunny...
-Está bien, no pasa nada- le comenté
Asintió y comenzó a decir -Sunny, está bien, haré lo que me pides, pero recuerda que te amo, que siempre vivirás en mi corazón y que algún día nos volveremos a encontrar para estar juntos de nuevo y ser felices- el chico sollozó un poco mas la felicidad invadía su rostro poco a poco
-¿Qué es eso, Sungkyu?- me preguntó Sunny
-¿Es una luz?- cuestioné de vuelta
-Sí, se siente tranquila y cálida- respondió Sunny caminando hacia donde se suponía que estaba
-Debes seguirla, adelante, ve- le contesté y siguió con su camino
Sunny lucía feliz y radiante ahora que había logrado detener a Daniel en su intento de suicidio, se podía ir en paz, sabiendo que la persona que más amó mientras vivía, disfrutaría de la vida mientras la tuviera consigo
-Bien, Sunny se ha ido para siempre ahora- dije con una sonrisa involuntaria, siempre me invadía una especie de felicidad y esperanza cuando los fantasmas desaparecían después de ver la luz, supongo que es porque ahora hay uno menos con rl que lidiar
-Gracias por haber venido, de verdad- dijo Daniel, poniéndose de pie
-Ahora entremos en el edificio- enuncié, acto seguido me giré para caminar hacia la puerta; sin embargo Daniel no me estaba siguiendo, sus pasos se oían en la dirección contraria -¡Oye, vamos!- le grite -debo asegurarme de que no intentes cometer una tontería de nuevo, no quiero que después vayas a buscarme a mi casa por la noche- comenté gracioso
-No te preocupes- rió -me quedaré aquí a pensar un poco solamente, puedes irte, te aseguro que entraré luego- alzó la mano haciendo un gesto de despedida
-Vale, está bien- dije de inmediato, ya eran más de las dos de la madrugada y yo solo quería descansar, agradecía a Dios que era sábado y podía dormir todo el día, eso si me lo permitían los fantasmas -adiós, Daniel...
Me despedí y me dirigí a mi casa...