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Virtual por Ckonny Nickole

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Notas del fanfic:

Hola! ¿Como están? Hace muuuuucho tiempo que no escribo nada y la verdad es que no estoy muy a gusto aun escribiendo pero hfkhlisa se me ocurrió esto y llevo como un mes con la idea y ¿Para qué desaprovechar? 

El fic no tendrá tantos capitulos, tres o cinco la verdad no sé y por eso no quise poner de inmediato cuantos serán.

Espero les guste mucho <3

 

¿Cómo describir lo que le sucedía ahora?

¿Adicción?

Quizás…

 

Desde el primer instante que sus pies atravesaron esa puerta común y corriente tuvo el presentimiento de que nunca más le gustaría salir por aquella.

No estaba desesperado la verdad, solo había sido curiosidad.

-    Sigo sin entender por qué gastas tanto dinero en ese lugar Kiba, ‘ttebayo. – Fue lo que dijo antes de que se le ocurriese aventurarse a descubrir la razón.

-    Maldición, Naruto. – Exclamó él, visiblemente molesto por la insistencia de su amigo. – Que tu vida sea aburrida no significa que la de todos nosotros también deba serlo.

Uzumaki hizo una mueca con la boca en ese entonces. Su vida no era aburrida, según él.

Vivía con todos sus amigos en una gran ciudad. Hacia lo que quería cuando quería con las ganancias que le dejaba su “trabajo”.

-    ¡Agh! La verdad es que no te entiendo. Contratas a una prostituta…

-    ¡NO SON PROSTITUTAS! – Kiba golpeó la mesa con el vaso de licor a medio terminar. – Es, algo parecido pero mejor.  – Explicó con una sonrisa de satisfacción que nadie podía quitársela desde que empezó con esa rutina desconocida la semana pasada.  Obviamente Naruto seguía sin entenderle e Inuzuka pareció haberse dado cuenta porque de inmediato había agregado. – No lo sabrás hasta que lo experimentes, ¿Qué dices?

Una de las rubias cejas se alzó. Sus mejillas sonrojadas a causa del alcohol que estaba bebiendo.

-    ¿Vienes o no vienes? – Insistió el otro.

-    No creo que sea buena idea…’ttebayo – Mentiría si dijera que no tenía curiosidad pero la verdad era que no confiaba mucho en el juicio de su amigo. Mucho menos cuando ambos estaban medios borrachos. - ¿Cómo sé que no me vas a terminar arrastrando a un prostíbulo y…?

-    ¿Hace cuánto que no tienes sexo, eh? – Interrumpió Kiba.

-    ¡¿EH?!

Las mejillas de Naruto ardieron con más fuerza y sus orejas se volvieron calientes. ¿Qué clase de pregunta había sido esa?

-    ¡Hace menos de una semana! ¡Mierda, Kiba!

-    Mientes. – Inuzuka rió regocijándose por la obvia mentira. – Anda. Si no quieres tener pareja ni nada de esas cosas por lo menos deberías buscar “otras” alternativas. – Le  instó.

Uzumaki se mordió los labios aguantando la cólera. No es que no quisiese tener una pareja, a veces lo único que quería era llegar al departamento que compartía con sus amigos y encontrarse en su cama a una chica linda que haya estado esperándolo ansioso para recibirlo con un beso y ofrecerle una noche de diversión.

 La verdad es que las condiciones en las que se encontraba le imposibilitaban cualquier posibilidad de tener alguna pareja.

Por lo menos no si quería que alguien la raptara y torturara para obligarlo a pagar todo lo que debía.

-    Si voy… - Empezó desconfiado. - No pasará nada, ¿Verdad? – Preguntó. - ¿Lo disfrutaré cierto? ¡NO TE RIAS CON UNA MIERDA! –Fue imposible que no reaccionara enojado a la risota que soltó su amigo.

-    Si, si, lo disfrutarás. – Aseguró poniéndose de pie para luego tomar a Naruto del brazo obligándolo a alzarse de la alfombra del baño en donde estaban bebiendo a escondidas de Shikamaru. - ¡Lo disfrutarás mucho!

El camino a ese lugar era demasiado complicado de recordar. Dos o tres cuadras hacia abajo. Pasajes oscuros en los cuales creyó que en cualquier momento los asaltarían y luego un edificio común y corriente lleno de grafitis en las paredes hasta dar con la única puerta abierta cuyas luces fosforescentes parecían dar el aspecto de que adentro se estaban montando una mega fiesta aunque la música estuviese a un volumen moderado.

-    ¡Denle un especial! – Gritó Kiba con júbilo a la chica que apareció a atenderlos. - ¡Yo invito por ser la primera vez! – Dicho esto, el rubio sintió que su amigo le golpeaba el pecho con el puño en un gesto amistoso.

La palabra “especial” en un lugar como ese no le estaba dando buena espina. Pudo reconocer en medio de los cuartos oscuros y la música de ambiente hipnotizante a varias personas teniendo sexo. Entonces de verdad creyó que Kiba le había tendido una trampa y si lo había llevado a un prostíbulo pero antes de que siquiera pudiese protestar la chica lo tomó de la mano suavemente para conducirlo a un cuarto vacío en donde solo había una silla individual de cuero similar a las que tenian los dentistas en sus consultas y unos cajones.

-    Eh… d-disculpe… - Llamó a la chica deteniéndose en la puerta haciendo que ella a quien no había notado su color de cabello rosa se detuviese también para voltearse a mirarlo. – Yo… - Tragó saliva nervioso. - ¿Qué… va a hacerme? – Las palabras salieron atropelladas.

En su cabeza lo único que había eran imágenes de él teniendo sexo en esa silla con la chica que tan gentilmente le tomaba de la mano. Y eso no sabía si agradarle o asustarle. 

-    ¿Hacerte yo? – Cuestionó ella mirándolo con sus ojos verdes brillantes antes de reírse al entender. – Oh. No, yo no hago esa clase de trabajos. – Explicó soltándole la mano para relajarlo.

El rubio soltó todo el aire que parecía tener almacenado en sus pulmones al escuchar eso.

-    ¿Eh? E-entonces… ¿Me van a sacar una muela o algo así? ¡Porque déjame decirte que esa es la impresión que me da esa silla ‘ttebayo! – Señaló la susodicha. Las manos le temblaban inquietas al no saber en qué rayos lo había metido su amigo.

Pero cualquiera estaría así en su misma situación, ¿Verdad?

La chica del cabello rosa volvió a reírse pero esta vez más fuerte. – Vaya que eres idiota. – Soltó como si nada. - Es tu primera vez aquí. – Concluyó volviendo a sujetarlo de la mano para llevarlo casi arrastrando a la silla. – Solo siéntate… ¿Cómo te llamas?

-    Na…Naruto. – Respondió inseguro viendo de reojo la silla. No quería sentarse pero estaba seguro que la chica lo iba a golpear si no lo hacía. - ¿Y… tu?

-    Sakura. – Dijo ella dándole la espalda para buscar algo en los cajones.  Cuando se volteó nuevamente el rubio tembló de pies a cabeza al ver lo que tenía en sus manos.

-    ¡¿QUÉ RAY-

-    Shh.

Sakura estaba demasiado acostumbrada a los clientes escandalosos por lo que sabía cómo lidiar con estos. Cubrió la boca del chico con una de sus manos mientras con la otra sostenía una especie de lentes de realidad virtual que salían en las películas.

-    ¡Deja de removerte! ¡¿Quieres?!

-    ¡P-PERO…! – En ese instante lo único que podía pensar en que había sido una pésima idea seguir a Kiba. Comenzaba a ponerse más nervioso a cada instante.

-    Maldición, ¡QUEDATE QUIETO!

Naruto no tuvo que esperar a que volviesen a repetírselo para hacerle caso a la chica. No después de ese tremendo golpe que le soltó en la cabeza.

-    ¡A-AUCH!

-    ¡YA CALLATE DE UNA VEZ!

-    P-PERO… Sakura-chan… - Si tenía que rogar para que lo dejaran salir de ahí, lo haría, sin importar quedar como un miedica. – Y-yo de verdad creo que es una mala idea ‘ttebayo… ¿P-por qué no me dejas…? – Sakura se le quedó mirando con cara de circunstancia haciendo que cerrara la boca y se resignara. Vio esos extraños lentes conteniendo la respiración y en un hilito de voz preguntó. - ¿No me va a doler?

-    Te voy a golpear otra vez. – Fue la respuesta de Sakura que le hizo tiritar. – Cierra los ojos. – Ordenó luego de eso.

“Mierda, mierda…”

Sus parpados de inmediato cubrieron sus ojos azules siguiendo la orden. Contuvo la respiración otra vez mientras sentía que algo  intentaban poner sobre sus ojos. Mierda, eso era espeluznante. 

-    Eh… ¿Sa-sakura-chan qué…? – No quería que lo golpearan porque la chica en realidad pegaba fuerte pero  no saber que le estaban haciendo le ponía demasiado ansioso. Ansias que aumentaron cuando escuchó un gemido a lo lejos de una voz que reconoció pero no quería hacerse la imagen mental de Kiba follándose a alguien.

-    Abre los ojos.

La voz de Sakura casi le tranquilizó, por lo menos ella seguía allí y no lo había dejado solo. Lentamente, con un cuidado poco usual en él fue abriendo los ojos quedándose confundido y sorprendido al instante. Ese no era el lugar en donde se había metido.

-    Sa-sa…¡¿SAKURA-CHAN?! – Llamó desesperado a la chica al no encontrarla a pesar de que hace unos segundos le había hablado. - ¡¿DONDE…?! – Al intentar moverse se percató que seguía sentado e instintivamente sus manos fueron hacia sus orejas sintiendo los lentes y unos audífonos puestos.

No tenía idea de qué diablos estaba sucediendo y la verdad es que no quería saber qué pasaba tampoco. 

La habitación oscura y vacía había desaparecido, y ahora solo podía ver una tina de baño enorme de paredes blancas que no parecían ser sólidas. Como si fueran cortinas.

Iba a gritar nuevamente el nombre de la chica hasta que escuchó una música suave y varias luces extrañas inundarle los sentidos.

-    No te ves cómodo.

Una voz ronca, masculina y desconocida se escuchó en algún sitio de ese lugar poniéndole los pelos de puntas.

-    ¡¿PORQUÉ CREES QUE NO ESTOY COMODO EH, IDIOTA?! -  Respondió insultando al que sea que estaba jugando con él en ese momento.

-    Hmp…

Pestañeó   y fue suficiente para que algo nuevo apareciera recargado fuera de la tina.

Y eso nuevo provocó que Naruto se olvidara de respirar.

-    ¿Quién…  eres? – Salió de sus labios al verlo.

Él, Naruto, estaba seguro de su sexualidad, de lo que le gustaba y disgustaba, de lo que quería y no quería en su futuro pero ahora, estaba comenzando a dudar de todo lo antes mencionado.

No era fácil de explicar, la verdad le resultaba ser algo casi imposible.

-    Soy tu “especial” – Respondió el desconocido sin moverse de su lugar.

Voz ignotizante. Naruto se sentía en un mar de emociones desconocidas.

Aquel apareció como un golpe de confusión y éxtasis.

Cabello y ojos negros, hermosos. Piel increíblemente blanca como porcelana. Estaba completamente vestido y aun así el rubio se sentía igual de abochornado como si este estuviese desnudo.

-    Y… ¿C-cómo te llamas, especial? – Se sintió un idiota preguntando aquello pero fue lo único que se le vino a la cabeza.

Él no respondió, solo se quedó allí viéndolo a través de esas pestañas gruesas que adornaban sus bellos ojos de rasgo occidental.

-    Eso no te incumbe.

Arrogante y altanero, aquel sabía que lo tenía bajo su control.

La música que parecía que solo sus oídos escuchaban se volvió más fuerte y él delante suyo como si fuera una reacción natural comenzó a moverse lentamente al ritmo de este manteniendo la mirada afilada en su presencia.

En el momento que el de cabello negro manteniéndose siempre a una distancia de él se recargó contra una de esas paredes que Naruto antes sospechaba que eran de tela y comenzó a levantarse el suéter color gris de una talla más grande para hacerle ver más delgado y femenino las manos del espectador comenzaron a sudar.

-    E-espera… - Él pareció no escucharlo porque siguió en lo suyo hasta que logró quitarse el suéter por completo dejando a Naruto la vista de su perfecto pecho - ¡QUE ESPERES! – Gritó avergonzado. - ¡S-SI, SI IBA A HACER ALGO COMO ESTO POR LO MENOS DESEARIA QUE FUERAS UNA CHICA!

El moreno, que había detenido sus movimientos se le quedó viendo fijamente como si no le entendiera. - ¿Una chica? – Cuestionó frunciendo un poco el ceño.

-    ¡SI! ¡V-VAS…VAS A DISCULPARME PERO YO NO SOY DE ESOS! – Gritó cerrando los ojos para no intentar distraerse admirando los pezones rosados del sujeto desconocido.

-    Mh.

-    ¡ASI QUE, TRAE A UNA CHICA! ¡ANDA! – Pidió estirando una mano y moviéndola como para borrar esa imagen/ilusión delante de él.

Volvió a contener la respiración  mientras esperaba una respuesta de esa persona la cual no sabía si era real o imaginaria pero que no quería seguir viendo. Mierda, ¿En qué momento se había puesto caliente con solo verlo? El chico recién había comenzado a moverse. 

El tipo desconocido ladeó una sonrisa y Naruto creyó que sus piernas perdían fuerza con solo ese gesto. ¿Esas reacciones en él eran a causa de que le habían inyectado algo sin que se diera cuenta? ¿Por qué estaba medio borracho?  ¿O…?

“No, no me atrae nada”.

-    Así que una chica. Hm. – Repitió con gracia el de cabello negro. - ¿Estás seguro que prefieres eso? – Cuestionó sin dejar de verlo como si estuviese conteniéndose las ganas de burlarse.

-    ¡POR SUPUESTO QUE SÍ! – Alegó defendiéndose.

El otro se acercó un poco hacia él lentamente, sin quitar en ningún momento el contacto visual haciéndole sudar. La música seguía sonando en sus oídos mientras veía embelesado como aquel  se detenía a tres metros suyo con su pecho descubierto, perfecto al igual que todo su ser.

Tragó saliva y cerró los ojos nervioso.

-    ¿Sabes por qué soy el especial?

La pregunta no se la vio venir. - ¿Eh? -  Parpadeó confundido. Había creído que el chico lo golpearía por el atrevimiento de pedir que cambiaran de persona.

-    Soy el especial porque… - Comenzó a decir llevándose las manos al cinturón que comenzó a desarreglar sin pudor.

Naruto pestañeó sintiendo sus mejillas ponerse aún más calientes.

-    ¡¿QUÉ?! – Hizo amago de levantarse pero algo que no prestó gran atención le impedía moverse de donde estaba sentado. - ¡¿QUÉ HACES?! ¡O-oye… n-no es gracioso, TEME!

-    … Soy lo que tu mente desea. – Dijo  él dejando caer sus pantalones mostrando que no traía nada debajo al rubio idiota delante. – Y tu mente desea un hombre. Dobe – Concluyó devolviéndole el insulto mientras señalaba su la entrepierna y luego la suya.

“Mentira, mentira, mentira…” repetía Naruto en su cabeza sintiendo que iba a sufrir de un corto circuito.

Si creyó que en algún momento la idea de ver a un hombre desnudo en actitud sugerente le asquearía pues descubrió que le resultaba ser todo lo contrario.

Piernas largas y blancas, bien torneadas al igual que esos brazos. Su vista se fue a la entrepierna del chico y este notando que lo estaba observando se dio media vuelta enseñándole su parte trasera manteniéndose parado como si nada.

Maldita sea.  Pegó un bote en su asiento y su miembro palpitó ansioso.

Eso no podía estarle pasando.

-    E-estoy…borracho. – Murmuró en un intento de querer convencerse.

-    Hmp.

-    De veras… yo, no estoy en todos mis sentidos ¡¿PUEDES VESTIRTE?! – Pidió avergonzado. Apretó las piernas intentando ocultar su erección.

El otro no se movió más que para volver a caminar hacia la tina a recargarse en esta.

Instintivamente, los ojos azules siguieron cada movimiento mientras apretaba los dientes molesto consigo mismo. Le gustaba lo que estaba viendo y le ponía ansioso imaginar en cuál era el verdadero trabajo de ese chico.  

-    Y-yo… creo que mejor…

-    Quédate quieto en tu lugar.

Sus músculos se tensaron por la orden. Como si la tina fuera una pared el de cabello negro comenzó a deslizarse hacia abajo hasta caer suavemente de rodillas en el suelo de baldosas negras dando la impresión de que flotaban en la nada.

-    Puedes imaginar que soy una chica entonces, pero no me iré porque tu mente me trajo hacia acá. – Avisó moviendo una pierna, deslizándola sobre la baldosa antes de acostarse en estas de espalda.

Las manos de Naruto se aferraron a su pantalón comenzando a ponerse inquieto mientras volvía a preguntarse porqué había seguido a Kiba.

La música anterior cambió a una más rítmica pero no por eso menos suave poniéndole alerta.

El de cabello negro le sonrió antes de que una luz brillante en forma circular apareciera sobre él. Lo tomó con sus perfectas manos blancas y el rubio fue testigo del erótico movimiento que hizo su cuerpo al levantarse.

Nunca imaginó que un hombre pudiese hacer un movimiento tan femenino y no verse ridículo.

Maldición otra vez.

Movimientos suaves y elegantes eran los que hacia aquel con ese extraño aro. La garganta de Naruto parecía secarse con cada movimiento al ritmo de la música, sobre todo cuando el de cabello negro se doblegaba dejando más al descubierto su trasero perfecto al igual que todo su condenado cuerpo.

-    ¿Muy caliente? – Lo molestó el chico que puso en medio de sus piernas el aro meneándose contra este frotándose. – Ah…

Uzumaki, abrió los ojos tanto al escuchar el suave gemido que creyó que se le saldrían. Su miembro palpitó con más ganas casi doliéndole. 

-    No te burles… mierda.- Gruñó intentando moverse nuevamente en vano. - ¿E-eres real? ‘ttebayo– Preguntó sin poder quitarle la vista de encima al chico que seguía meciéndose.

Pero él solo volvió a sonreírle como hace un rato sin decir media palabra. Aun así, el movimiento que hacían sus labios con cualquier mueva a Naruto le estaba volviendo loco.

-    ¿Crees que soy real? – Preguntó entonces dejando el aro en paz para recorrer con sus manos su pecho deteniéndose en uno de sus pezones masajeándolo bajo la atenta mirada de su espectador. – Deberías preocuparte más por tu problema entre las piernas. – Sugirió, por su parte, estaba ligeramente emocionado.

-    ¡MIERDA! – Que le hicieran notar lo excitado que estaba por ver a un hombre le cabreó un poco. - ¡No sabes cuantas ganas de golpearte en este momento! ¡ES TU CULPA IDIOTA!

Esa mirada oscura le dejó callado. Pareciera como si a él le hubiese gustado escuchar aquello.

-    ¿Me detengo? – Preguntó sin dejar de moverse. Naruto por primera vez fue consciente que lo hacía al ritmo de la música.  

El rubio apretó los dientes. - ¡Diablos, no! – Respondió cegado por la calentura y el morbo que le causaba ese sujeto tan extraño.

Y el moreno no se detuvo. Siguió haciendo movimientos suaves, tocándose a sí mismo de vez en cuando.

Era ver como si alguien aparentando inocencia intentara verse “adorable y sensual” para seducirte. Le fascinaba.

Mandó al carajo su consciencia. Aquel tipo era demasiado sensual. Naruto se encontró a si mismo siguiéndolo con la mirada y removiéndose inquieto para soltarse de lo que sea que lo mantenía inmóvil.

Quería acercarse.

El otro sonrió levemente desde el suelo en donde se recostaba en diferentes posturas. Mierda quería acompañarlo. ¿Qué importaba si era un tío?

Ese chico era tan irreal.

Su mano ansiosa y toda sudorosa descendió hacia su entrepierna buscando consuelo mientras admiraba el “espectáculo”.

-    Tu… tu nombre. Quiero saberlo.. – Pidió en un gruñido ronco, muerto de excitación.

Él que estaba recostado boca arriba sobre las baldosas, con las rodillas alzadas mientras abría  y cerraba las piernas lentamente lo miró con una expresión diferente. Como si le examinara.

Sentía esos ojos negro meterse tan adentro de él que su mano, que ya había encontrado su miembro bajo sus bóxer detuvieron cualquier movimiento.

-    Sasuke. – Dijo aquel después de unos segundos.

-    Sasuke… - Repitió Naruto moviendo sus dedos sobre su miembro húmedo. - ¿Porqué.. estas tan lejos, Sasuke-teme? – Cuestionó incómodo.

Aun seguía sin entender todo eso. Si el moreno se estaba moviendo de esa forma era para provocarlo entonces, ¿No debería estarlo masturbando también? En lugar de que tuviese que hacerlo por su propia cuenta.

-    Me gusta acá, dobe. – Respondió levantándose para volver a recargarse en la tina. – Y además, aunque pudiese acercarme ya no se podría.  

¿Qué quería decir con eso? Naruto frunció el ceño y antes de que siquiera formulara alguna palabra la música cesó dándose cuenta que había llegado al final de la canción y su vista se tornó oscura.

-    ¡ESPERA! – Gritó sorprendido estirando la mano con la que no cubría su miembro hacia el frente como si intentara atraer al chico que ya no podía ver.

-    Te tardaste demasiado tiempo. – Dijo una voz femenina.

Se quedó atónito cuando le fue retirado los lentes junto con los audífonos por Sakura que negaba con la cabeza.

-    Sa…¿Sakura-chan? – Cuestionó atontado. Su mirada bajó automáticamente a su otra mano debajo de sus pantalones provocando que un fuerte sonrojo inundara su rostro. Quitó la mano de inmediato. - ¡NO ES LO QUE-

-    Estuve en todo momento a tu lado así que lo oí todo lo que decías. – Avisó la chica antes de que Naruto intentara excusarse. – No te corriste. – Soltó ella avergonzándolo aún más. –  Es necesario aclarar que todo aquí es  “autoservicio”.

El rubio pestañeó varias veces antes de entender lo que quería decir Sakura con eso. Sacudió su cabeza y se levantó ahora sin problemas notando que la silla unos ganchos que debían adherirse a la ropa. Su mirada fue  hacia adelante y caminó por toda la habitación.

-    ¿Cómo…?

-    No sé quién te tocó pero pareces demasiado impactado. – Comentó la chica intrigada mientras hacía recuerdo - ¿Dijiste que se llamaba Sasuke?

De solo escuchar ese nombre el vello de sus brazos se erizó y su miembro palpitó ansioso. Volteó a ver a Sakura con los ojos desorbitados.

-    ¡¿QUIÉN ERA ÉL?! – Exigió saber. - ¡Sakura-chan! ¡¿Qué fue todo esto?! – Estaba demasiado confundido y excitado como para siguiera él ponerse a razonar un poco.

-    Mh. No sé, siempre pasan cosas nuevas. – Respondió ella encogiéndose de hombros.

¡Maldición otra vez! No podía dejar de buscar con su mirada algún rastro de ese chico de cabello negro.

-    ¡La tina donde-

-    ¡Hey Naruto! – Llamó Kiba apareciendo en la puerta. – ¿Ya acabaron? Es tarde debemos irnos.

-    ¡KIBA! – Gritó tirándose contra su amigo para agarrarlo de los hombros. - ¡EXIJO UNA EXPLICACION! 

Kiba hizo un gesto con la mano despreocupado.

-    Mañana. Mañana. Ahora estoy demasiado agotado. – Dijo soltando un bostezo. – Pagué hace un rato por allá. – Señaló el pasillo haciendo que Sakura asintiera con la cabeza. – Hey Naruto ya vamos.

¿Irse? ¿Cómo podría irse?

-    ¡No jodas, ttebayo! ¡NO PODEMOS IRNOS! – Reclamó sin dejar de repasar con la mirada la habitación.

Cualquier cosa, cualquier cosa le servía. Necesitaba saber de ese Sasuke.

-    Agh joder, ya ven. – Alegó Inuzuka agarrándolo con fuerza del brazo para sacarlo de ahí.

-    ¡MIERDA KIBA, NO!

Iba a seguir protestando, e incluso se agarró del marco de la puerta para evitar que lo sacaran. No podía irse.

No quería irse.

Se negaba a aceptar que todo había sido una fantasía sin terminar.

Estuvo unos cuantos minutos alegando en medio de las luces fosforescentes y la música lenta diferente a la que había oído  antes hasta que entre varias personas lo sacaron casi a patadas del lugar porque los estaban molestando.

-    Shikamaru se va a molestar. –Advirtió  Kiba mientras caminaba en dirección contraria a la puerta por la que habían entrado mientras Naruto seguía viéndola como si quisiese entrar corriendo desesperado.

¿Qué rayos había sido todo eso?

Dio un paso hacia adelante queriendo volver a entrar pero las pisadas fuertes de Kiba bajando las escaleras metálicas del edificio lo distrajeron unos segundos trayéndolo a la realidad.

Bajó la mirada nuevamente hacia su hombría despierta antes de gritar un insulto hacia a nadie en específico.

Maldita sea.

 

Notas finales:

Espero que les gustara, dejen sus mensajitos si quieren pero de todas formas GRACIAS POR LEER <3 


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