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LUZ & OSCURIDAD - chanbaek por Mika06

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Notas del fanfic:

Holis esta vez publico una historia diferente, esta vez con la pareja del chanbaek :D espero que les agrade.

***historia original***

Notas del capitulo:

La historia esta hecha con mucho amor <3 asi que sin mas que decir las dejo leer...

Musica: recomiendo que escuchen "Jonghyun - moon" (esta cancion siempre a escucho) 

<3 <3 

 

 

En las profundidades del bosque el sol empezaba a asomarse lentamente, colándose entre las ramas para darse paso entre sí; el canto de algunas avecillas empezaban a resonar en cada rincón de aquel paraíso ensombrecido; las gotas frescas de la lluvia nocturna resbalaban por las ramas pobladas de hojas que a la vez eran movidas por una suave corriente de aire.

En aquel lugar del bosque, en aquel  lugar silencioso y respetado, un lobo empezó a asomarse entre los arbustos…estaba amaneciendo.

Era tiempo de salir.

La manada del este era uno de los grupos más misteriosos que Vivian dentro del todo extenso bosque; evitaban dejarse ver entre sus misma espécimen.

Según  leyendas que eran contadas entre todas las manadas hace mucho tiempo cuando se empezaba a formar cada grupo o clan en aquel territorio inhóspito, un hermoso adolescente que aprendía de su padre el arte de la caza se adentró a aquel lugar ya cansado de seguir con las tradiciones familiares… ingreso a aquel bosque sin saber que nunca más saldría de ahí.

El menor de la familia, odiaba cazar… matar animales y quitarles la cotizada piel… el tan solo imaginar sus manos manchadas de sangre se le empezaba a revolver el estómago de tanto asco y dolor por ello.

Caminaba sin rumbo alguno por un largo tiempo, se encontraba  asustado “odiaba no haber aprendido bien el camino hacia el pueblo más cercano”; siempre salía acompañando de los cazadores con más experiencia para aprender el camino del bosque en sus futuras cacerías, sin embargo se distraía en el camino recolectando pequeñas piedras, jugando con los árboles, haciendo bromas, etc.

La noche se abría paso al transcurrir las horas, el muchacho se preguntaba en cada momento ¿Cómo había llegado hasta las profundidades del bosque?, sus manos temblaban mientras su corazón palpitaba cada vez más rápido.

Se había perdido completamente dentro del tenebroso bosque.

Murmuraba aquel oji verde por el hecho de haber obedecido  a su corazón de joven rebelde, sus pies cansados lo hicieron detenerse encontrando un lugar para dormir entre las raíces sobresalientes de los árboles y mientras cerraba los ojos tan solo rogaba que ningún lobo lo encontrara para asesinarlo.

Una vez más había adquirido la forma humana, caminaba por aquel bosque mientras vestía una túnica dorada; mientras paseaba observaba que todo estuviese bien mientras los rayos de luz que él dirigía iluminaban lentamente cada arbusto.

Aquel joven despertaba a cada ser vivo y mientras sonreía enternecido por el despertar de los pequeños conejos en su madriguera se percató de la presencia de un cuerpo recostado a un lado de un árbol.

Como si toda la naturaleza estuviese de acuerdo… lo impulsaron a acercarse.

Se aproximó  silenciosamente para observar a tan bella criatura “sus finos labios, su rostro delicado como como el cielo en un día sin neblina ni tormenta, con pequeños lunares en sus clavículas que viajaban hasta por detrás del cuello…como el cielo nocturno iluminado por las estrellas”, su corazón latió más fuerte mientras más se acercaba a ver a aquel ser humano mientras dormía.

Al abrir los ojos lentamente el adolescente se llevó el susto de su vida, frente a él había un joven mucho mayor que él, quien estaba  observándolo atentamente, repasando cada una de sus facciones.

Como si nunca hubiese visto a un ser humano.

El astro encarnado en hombre sonrió ante aquel par de esmeraldas que lo observaban anonadado, conocía sus pensamientos…tan puro e inocente “toda su vida que dejo aquel muchacho atrás”. Lo ayudo a levantarse lentamente lo cual no obtuvo ninguna negativa “como si se conociesen de mucho tiempo”; hechizado por aquel misterioso ser, el adolescente se levantó sin decir ninguna palabra.

Todo era tan extraño…

Le temblaban las manos, sus mejillas se sonrojaban y sus ojos no podían de dejar de ver a aquel joven.

Lo alimento con frutos que crecían en los arbustos más hermosos, lo guio hasta un manantial para que bebiese agua pura y fresca, Le enseño cada hermoso rincón del bosque haciéndole olvidar su perdida en aquel lugar.

-¿Por qué llevas esa túnica? – pregunto el pequeño mientras miraba como un ciervo se alimentaba.

Recibió como respuesta una sonrisa cálida que lo hizo sonrojar como décima vez en todo el día y  llegado el atardecer el mayor lo guio hasta un lugar más seguro, en donde lo dejo durmiendo.

Sus manos acariciaban el suave cabello del más pequeño, acariciaba su suave piel mientras sentía cada vez más su tristeza de haberse ido de casa “pero era por su bien”.

Llegado la noche aquel joven desapareció.

El pequeño había divagado después de aquella noche, encontrando en lo más recóndito del bosque una vieja cabaña abandonada ¿Cómo haría para sobrevivir solo?

Se ocupó de limpiar, arrojar cosas viejas dejándose para sí mismo lo más útil.

Quería llorar

Regresar a casa y cumplir las órdenes que su padre le impusiese y mientras pensaba aquella opción sintió una suave caricia en su cabello que lo despertaba de sus pensamientos y al girarse lo encontró una vez más a aquel joven de cabellos rubios y ojos celestes.

Con él se sentía protegido, sin miedo… lleno de esperanza.

Las horas se convirtieron en días y los días en meses.

Había olvidado lentamente sus preocupaciones, encontrando una forma de sobrevivir solo; los días que pasaba con su joven amigo eran inolvidables  a no ser por el hecho de que aquel joven desparecía siempre en el atardecer.

-¿Por qué te vas siempre? – pregunto mientras se recostaba en la vieja cama que había encontrado en la cabaña

Es una regla que debo cumplir – le contestó el mientras se acercaba a su lado – aunque yo no desee irme lo debo hacer.

Lo sé – su mirada cayo hacia el suelo

Es el orden del universo – susurro cerca de oído

-  No entiendo – se alejó sonrojado

Hay cosas que quizás no comprendas – miro hacia la ventana como el día se terminaba

-  Si comprendo – se levantó el chiquillo molesto

-  ¿Qué comprendes? – él se levantó siguiéndole por detrás

-  En estos meses me he dado cuenta que desapareces a las seis en punto a la misma hora que el sol se oculta, te apareces al mismo tiempo en que amanece y tu forma vestir es muy extraña – inflo sus mejillas

Es cierto – sonrió mientras acariciaba sus mejillas – soy como la luz, como el día, como el astro más imponente de nuestra galaxia.

-  Quiero que te quedes – el pequeño lo abrazo

Dame una razón – acaricio su cabello con amor

Te amo – susurró mientras se hundía en su pecho

Aquella noche él permaneció a su lado, solo aquella noche cuando lo hizo suyo en cuerpo y en alma; el más joven de los dos se entregó a su amado dando  todo el amor que había ocultado en todo el  tiempo que había pasado.

Entregándole toda la confianza en aquel ser…

Las semanas transcurrían,  aquella cabaña se había convertido en su nuevo hogar “en donde él lo hacía suyo cada día”; ambos amantes sentían que sus vidas dieron un giro muy grande, que su amor  florecía y los llenaba de alegría…de vida.

La misma vida que empezaba a formarse en el vientre del adolescente.

Porque el sol daba vida, energía, valor y esperanza.

Una mañana aquel joven no apareció lo cual causo una preocupación al pequeño que tenía el vientre cada vez más grande.

Su corazón dolía.

Lo habían prohibido tomar la forma de humano una vez más, había sobrepasado las reglas “había llegado demasiado lejos, dejando descendencia entre los seres vivos” y como si todas las fuerzas negativas estuviesen de acuerdo, se mezclaron entre las sombras abriéndose paso entre la noche y la neblina.

Tenían un solo objetivo… asesinar a la pareja del astro supremo.

 

El peligro acechaba al muchacho, cuando una noche de invierno aquellas sombras lo encontraron durmiendo abrasado de sí mismo con las huellas de lágrimas secas en sus mejillas…con el vientre ya crecido.

Los nueve meses habían llegado al igual que el fin de la vida de aquel muchacho, quien había despertado por el dolor que sentía en su vientre y en su pecho… emanaba sangre… sus manos estaban llenas de aquel liquido rojo que era lo último que pudo ver.

El amado desobedeció toda regla impuesta, no podía ser testigo entre la oscuridad de aquella atrocidad contra las personas que amaba más; tomo su forma de siempre  apareciendo a un lado de su eterno amor.

Siendo testigo de la agonía de su pareja… la de sus pequeños.

Aquel rey de la luz lloró, implorando a su hermana por protección…aquella que apareció en el cielo dejando atrás la espesa neblina que la ocultaba.

¿quieres que lo salve? – ella pregunto

Sí – el contesto mientras gruesas lagrimas caían sobre el vientre

Sabes que no obedeciste las reglas – suspiro – sabes que ellos de igual forma vendrán por él y tus pequeños

-Lo sé – tembló – es mi culpa… pero sucedió hermana, lo amé desde el primer día que apareció ante mis ojos.

Hermano – callo por un tiempo – por su bien no llevará su misma forma

¿Cómo? – él se sorprendió

Su piel a pelaje plateado será; mientras este entre las sombras no se descubrirá… sin embrago al mismo tiempo que tu despiertes el saldrá…para encontrase y una vez más amor profesar… tus rayos de luz iluminara aquel pelaje para convertirlo en oro puro como aquel amor que siempre te tuvo – recito la hermana mientras regresaba detrás de la espesa neblina

Él fue testigo como su joven pareja ahora tenía la forma de un lobo platinado, que recostado  hacía notar más su vientre.

Respiraba… aun respiraba su eterno amor.

Así transcurrió un largo tiempo; cada vez que amanecía el muchacho salía entre las oscuridad  convertido en un lobo plateado seguido por dos lobeznos quienes jugueteaban a su alrededor, esperando que los primeros rayos de luz cayesen sobre ellos… convirtiendo su pelaje en el oro más puro… más hermoso que jamás se haya visto.

El astro pocas veces regresaba a mimar a su pareja quien al percatarse de su presencia regresaba a su forma de humano.

Para contemplarse a ellos mismo, para amarse y amar a su hijos.

 

Todo indicaba a viejas leyendas de manadas, que eran contadas en relatos antiguos… en libros especiales; pero había un hecho que a veces hacia dudar, que hacía creer realmente en esa leyenda.

Lobos de una sola manada siempre aullaban cuando amanecía al igual como al atardecer y los únicos que coincidían…

Eran los lobos del este.

Donde nace el sol.

 

 

Notas finales:

Este comienzo es importante :D (seee al escribir este primer capitulo estaba algo como en el mundo de los unicornios seeeee ir a  la cafeteria me hace dañoooooo  ) <----- no le hagan caso 

comenten! (las sugerencias, correciones y opiniones son constructivas) 

 


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