-habla y dinos, ¿dónde está el cuerpo de ese joven?
-seguramente está siendo devorado por gusanos.
Un gran ruido chocando en esas cuatro paredes, un puño ensangrentado y un maniático riendo aun con un labio partido.
-dime algo…- hablaba jadeante aquel chico amarrado a la silla aun conservando esa sonrisa retorcida- ¿no es acaso mejor que lo haya hecho? , digo, después de todo tú también lo hacías sufrir. Digamos que le hice un favor.
-¿Por qué lo hiciste, Birthday?- hablaba un señor mayor mirando serio a ambos chicos en esa sala.
-el vino a mi.. –observo al rubio enfrente de el- después de una discusión con este tipo, pobre y estúpido chico iba todo golpeado ni siquiera podía estar parado- suelta una pequeña risita traviesa- sin contar que ni siquiera podía sentarse~
-¿Dime que es lo que..- aquel chico rubio volvió a ser interrumpido por aquel pelinegro en la silla.
-Bueno, analizando esto, ¿Creen que el culpable fui yo?- sonrió ladinamente observando atento a aquel hombre que tomaba nota de lo que sucedía ahí- yo solo le ayude a no sufrir más, él no podía ponerse a la defensiva sin ser encañonado por este idiota, era tanto su miedo de irse lejos de él y que él lo encontrara y también temía terminar con su vida solo, lo entiendo no cualquiera tiene el valor de hacerlo.
-estas insinuando que esto es mi culpa?- aquel chico rubio se le veía molesto a punto de estallar.
-no lo insinuó…es una afirmación.
-Señor Keehl, le pediré que salga de esta sala.- hablo una vez más aquel hombre mayor
El chico salió aun molesto siendo escoltado por dos guardias hacia la sala de espera. La puerta se cerró tras de ellos
-él está vivo.-hablo de nuevo aquel pelinegro observando el piso como si hubiera algo increíble en el- pero le prometí que lo protegería de ese chico
-¿Por qué?- pregunto el hombre demasiado interesado en aquel chico.
-porque él es mi mejor amigo.- levanto la cara aun con ese gesto indiferente suyo- por eso debo salir y estar con él, porque nadie debe saber dónde está el, ni siquiera ustedes podrían mantenerlo vivo con Mello afuera.
-somos la policía, podemos hacer…
-no, ninguno de ustedes igualaría el coeficiente de nosotros, ni siquiera un grupo elite.- miro por la ventana que aunque de afuera hacia adentro no se veía nada el desde adentro claramente veía aquel rubio con la mirada perdida a la pared- ese chico es peligroso y su gente también lo es, me sorprende que dejara que ustedes se encargaran de esto sin meter a su gente.
-Osea que…
-el también duda acerca de la muerte de Mail Jeevas- se volvió a poner recto- por eso debe ayudarme a salir de aquí, sé que su trabajo es no dejar escapar criminales pero enserio, no me gustaría que ese chico diera con Jeevas.
-lo entiendo, hare que lo escolten a la puerta de atrás esta cerca de la zona donde mantenemos a algunos criminales antes de mandarlos a la cárcel.
-debo pedirle otro favor oficial.
-te escucho, Birthday.
-le diran al rubio donde vivo…
-¿pero eso no es lo que deseas evitar?- el hombre se mostraba sin entender a donde llevaba todo eso.
-le dirán que encontraron mi escondite, el no dudara en ir antes que todos ustedes.
-entiendo, entonces…-el hombre se levantó cerrando su libreta en la cual ya no escribió nada más abriendo las esposas.
-también le pediré que toda evidencia como grabaciones de voz o video sean entregadas a mí, yo me desharé de ella, no lo tome a mal pero no me agrada mucho tampoco su gente.
-lo comprendo, iré por ellas en lo que usted apunta en esta libreta la dirección que deberemos dar.- el hombre salió de la sal, desde dentro se podía observar aquel rubio siguiendo con la mirada al hombre que recién salía del lugar para después observar el vidrio polarizado donde se encontraba el pelinegro con bastante odio en la mirada.
El hombre regreso con un maletín con aquellas cintas.
-¿son todas?- pregunte el pelinegro observando tres casettes en la mesa
-si, ahora la cámara se encuentra apagada y no hay ningún aparatos que este grabando esta conversación.
-bien, me quedare con la cinta de los cassetes a cambio la remplazara con algún otro caso y les colocara el nombre de mi caso.
El policía hizo lo que se le dicto para después observar al chico.
-está seguro de que sabe lo que hace, nosotros podemos proteger al chico.
-no podrán- le miro a los ojos poniendo algo nervioso al policía- solo que deseara perder muchos de sus camaradas, no se preocupe por nosotros- miro el vidrio- sino del rubio, deberían estar bastante atentos a sus movimientos-suspira intranquilo por la escasez en ese instante de mermelada- no podremos mantener ningún tipo de comunicación, conseguiré marcarles de teléfonos diferentes para que me tengan al tanto de lo que sucede y yo poder dictarle lo que deberán hacer.
-comprendo.- abrió la puerta llamando a dos policías, haciéndolos entrar en la habitación- escolten al señor Birthday enfrente de las celdas y déjenle ahí, yo me hare cargo después.
Los hombres miraron desconfiados al pelinegro pero acataron la orden de lo que el hombre les pedía llevando con ellos al chico pelinegro fuera de aquella sala con la marida encima de aquel policía y de Mihael.