En una pequeña aldea bastante humilde.
Una pareja camina por la playa bajo el hermoso cielo estrellado, la madre tiene un par de días de haber dado a luz, su pequeño un niño de hermoso cabello azul duerme tranquilo en sus brazos ignorante del gran destino que le espera.
-No es justo que Jehu tenga que pasar por todo esto, si tan solo fuera un niño normal.-dice la madre.
-¿Te arrepientes de tenerlo?-cuestiona el padre.
-¡Eso jamás! Pero me preocupa, tarde o temprano lo querrán arrebatar de nosotros, y temo que no contamos con las habilidades necesarias para protegerlo, y todo porque nació con un poder infinito, que irónia, esto más que darle alegría, puede sumirlo en la más profunda tristeza. Quiero que sea feliz.
-Yo también, por eso debemos esconderlo de ellos.
-No podremos hacerlo por mucho tiempo.
-Lo sé, por eso estoy esperando a que te sientas mejor. Debemos partir cuanto antes al reino de la oscuridad, ahí son muy amables, estoy seguro de que no dudaran en ayudarnos, además son los únicos que han logrado enfrentar al imperio de la luz, estaremos a salvo, tienes que creer.
-Que gracioso.
-¿A qué te refieres?
-Mientras estoy en el puesto vendiendo fruta, he tenido la oportunidad de escuchar historias de viajeros. Dicen que hay fábulas y cuentos de otros mundos en donde la maldad se encarna en la oscuridad y la bondad en la luz. Nuestro mundo es lo opuesto ¿no es esto gracioso?
-Escucha amor. El universo necesita del equilibrio, el bien y el mal, luz y oscuridad, fuego y calor. Siempre existirá esta lucha eterna. Ya sea que tenga un nombre o el otro.
-Pero Jehu puede romper ese equilibrio.
-Es por eso que no podemos permitir que le pongan un dedo encima, porque además es nuestro querido hijo.
-Tienes razón, no lo entregaremos a la luz de la destrucción.
-Así tenga que dar mi vida.
-Vaya-habló una voz detrás de ellos-no fue difícil encontrarlos.
Ambos adultos se giraron, su rostro se lleno de terror.
-Asuka.
Menciona la madre, ante ellos estaba una joven rubia de ojos color dorado. Ni más ni menos que la emperatriz de la luz de la destrucción, su mirada es fría, no emite emoción alguna como si fuera una simple muñeca, nada más alejado de la realidad, porque en el combate es letal.
-Si valoran sus vidas entreguen a ese niño.
Su madre le tomo con más fuerza y el hombre se colocó entre ellos a modo de escudo.
-No voy a permitir que los toques.
-Querido-palabra irónica con apática pronunciación-no hay nada que puedas hacer, si no lo entregas vas a morir.
Se acercó más, tomando el báculo de su mano con fuerza, este le sirve de mediador para dirigir con exactitud su poder. El hombre desenfunda su espada, desde que su hijo nació supo que era especial, solo era cuestión de tiempo para que se diera dicho evento.
-¡Corran!-dijo con tono grave.
-P-pero...
-¡No podemos permitir que lo secuestren!!
Su esposa corrió lo más rápido que sus piernas le permitieron, sin mirar atrás y con lágrimas en los ojos. Sabía que no volvería a ver a la persona a quien juro amor eterno. Pero su hijo valía el sacrificio.
-Eso ha sido tonto-dijo la rubia.
-La ingenua has sido tu, estas sola, no soy un hombre cualquiera, en el pasado fui un gran militar.
-Eso no importa-sonrió ligeramente-podrías ser el rey del universo y no podrías ponerme un dedo encima.
El azabache no dijo más, tomo el arma y dio una rápida estocada a la joven, se escucho el sonido del metal al hacer fricción y algunas chispas provocadas por el impacto. Le detuvo con su cetro, el retrocedió un paso para tomar una mejor postura y repitió el ataque con más fuerza y velocidad, tuvo el mismo efecto. Dio un salto a la izquierda y fingió un ataque, el movimiento le ayudó a colocarse a su espalda y dio una estocada a ella, pero fue bloqueado nuevamente.
-¿Cómo...?
-Te lo dije.
Ante sus ojos la emperatriz era todos menos una simple gobernante. Asuka no es un ser que se centre en política, asuntos diplomáticos y protocolos. Es la maldad en persona.
Realiza un ataque múltiple intentando golpear las zonas vulnerables del cuerpo, principalmente corazón, pulmones y cuello, pero todos fueron anulados sin mayor esfuerzo, de manera increíble el tenía múltiples arañazos en su cuerpo, pero no se dio cuenta ni de cuando fueron hechos. Estaba desesperado, la lucha le ha parecido eterna pero esta seguro que no ha durado ni dos minutos, si es derrotado dará persecución a su familia.
Respira hondo para tranquilizar sus sentidos, por fortuna detiene una estocada dirigida a su cuello, ha intentando cortarle la cabeza, las acciones de su oponente dan a entender que es una persona desesperada, pero su expresión indica todo lo contrario, no hay nada ahí.
Toma su espada y...
-¿Eh?
Su vista se nubla, su corazón arde, con la poca fuerza que le queda dirige su mano al pecho. Ha sido atravesado por su propia espada, cae al suelo.
-L-lo siento...
Dice en su susurro para cerrar sus ojos para siempre, la rubia le mira con desprecio.
-¿De qué te ha servido oponerte a mi? Has perdido la vida y a tu familia.
Articula dando la vuelta para ir por los dos que escaparon.
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La madre de Jehu corría cada vez con más velocidad, estaba un poco mareada, tiene poco que dio a luz y no ha logrado recuperarse, por fortuna el instinto maternal le brinda fuerzas en donde no las hay. Pero es inútil cuando uno de los seres más poderosos del universo te persigue, frente a ella está la emperatriz que le mira con hostilidad, no, eso no es verdad, parece que tiene todo sentimiento y nada a la vez en esos orbes que parecen aplastarte con un solo movimiento. No puede contener el temblor y el sudor frío que le recorre el cuerpo entero. Esta tan asustada que incluso siente torpes sus extremidades. Está paralizada de terror, pero no por ella sino por el inocente bebé en sus brazos que no tiene manera de proteger, pero no caerá sin pelear.
-Espero que no seas tan tonta como tu marido, entregamelo.
-No.
-No me hagas repetir las cosas.
-¡No!!
La oji miel se acercó a la pobre e indefensa mujer, en su estado es evidente que nada podrá hacer, solo inspira lastima, claro, eso en caso de que ella fuera capaz de sentir un poco de empatia por algún ser vivo. Coloca una mano en el niño y sonríe, ha sido tan fácil, ni siquiera intento protegerlo.
-Parece que eres más inteligente que...
La emperatriz no terminó la frase, sintió algo quemar su interior, una profunda herida causada con una daga que la peli azul traía consigo, por primera vez se ha confiado, y ha sido un error fatal, su corazón ha sido atravesado con éxito. Las fuerzas le abandonan, su cuerpo se desvanece con dirección al suelo. Su rival sonríe y da un suave beso en la frente de su hijo.
-Lo conseguimos...
El confiarse es fatal en el campo de batalla. No puedes darte el lujo de distraerte si no has asegurado la victoria, esto se aplica a todos los involucrados, la madre de Jehu ha sido ingenua. Quien ahora está en el suelo es ella, el metal que antes estaba en el cuerpo ajeno está en el suyo, su hijo en brazos de otra, ha herido a la rubia eso es seguro al ver el blanco vestido de la joven teñido de rojo entonces...
-¿Por qué?
-Soy un ser que difícilmente podrás eliminar. ¿Quieres saber la razón?
Se acercó a susurrar algo al oído de la peli azul, esta dejó salir lágrimas de frustración, veía con impotencia como se llevaban a su hijo, le perdía de vista.
-¡Jehu!!!!
Gritó con toda su energía, pero la sangre le impedía respirar y murió antes de que la oji miel se alejara del todo del sitio.
Dos personas han muerto hoy, pero eso no puede importarle menos.
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Han pasado cinco años de ese fatidico día.
Un azabache de nombre Jun se ha hecho cargo del pequeño secuestrado ese día, pero no como todo niño merece ser tratado. Más bien le ha enseñado a utilizar la magia que tiene en su interior. En este lugar la magia es un conjunto de órdenes que se le da a la energía del universo, todos poseen una cantidad determinada en sus cuerpos lo que se podría catalogar como energía vital. No así para tres seres cuya magia es ilimitada, y estos son la emperatriz de la luz, el rey de la oscuridad y Jehu que ha sido rebajado a ser algo parecido a un esclavo del imperio. Obligado a realizar hechizos que no quiere dominar. Pero no hay mucho que un niño pueda hacer. Un pequeño al que tienen engañado con la idea de que no fue amado por sus padres, que estos le abandonaron cual si fuera basura. Su corazón se ha contaminado poco a poco, una parte de él quiere pensar que hay cosas buenas en la vida, pero estas jamás le han pasado a él, por ello ha comenzado a maldecir su destino y con ello al mundo entero.
Camina lentamente por uno de los corredores del palacio hasta llegar a un jardín, todo su cuerpo duele. Se ha negado a lastimar a un ser vivo y le han castigado de manera nada agradable mientras una y otra vez le dicen que es un niño malo. ¿En verdad es un error el evitar que dañen a alguien? Se abrazaria a si mismo de no ser porque incluso el más leve roce de su ropa le provoca un ardor capaz de hacerle gritar hasta desmayarse. Como puede se recuesta bajo la sombra de un gran árbol, lamenta cada minuto de su existencia, quiere desaparecer pero no sabe como cumplir ese pequeño deseo, en verdad se siente terrible por lo que cierra los ojos en un intento de hallar alivio, sabe que no llegara pero no pierde nada con intentarlo. Se queda dormido...siente algo sobre su rostro, algo le raspa pero no es doloroso, es graciosa la sensación. Abre sus orbes y contempla un pequeño gato callejero, parece que su lengua es lo que le daba cosquillas. El pobre animalito esta sucio, maltratado y abandonado... le recuerda a el mismo. Que tenga ropajes de fina seda no indica que reciba mejor trato que ese pequeño y lindo vagabundo.
-¿Cómo te llamas?
Evidentemente no recibe respuesta pero sonríe pensando con inocencia que así ha sido. Se pone de pie o lo intenta pero vuelve a caer. Esta más lastimado de lo que imaginaba. Emite un leve gemido de dolor, el gatito da una lamida en sus dedos para animarle. El oji naranja se sonroja emocionado, acaba de sentir un poco de algo que no le ha dado nadie más...amor.
Toma con cuidado al animalito respira hondo, se arma de valor y se pone de pie. Con el peso extra es casi una tortura caminar, pero no puede dejar a su amigo en el jardín, está indefenso y no se sabe lo que puedan hacer los hombres de la emperatriz. Llega con esfuerzo a su aposento, coloca a su amigo en el lecho y cae sin sentido a su lado, el salvarlo se ha llevado las pocas fuerzas que tenía, pero al menos ya no está solo.
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Lejos de ahí en el reino de la oscuridad.
Un castaño mira por la ventana, su dorada mirada asusta a quien no le conoce, pero quien ha tenido el privilegio de tratarle sabe que es el ser más dulce y amable que existe. Es del tipo que pone el bienestar de otros antes del suyo, por ello ha ganado el respeto y cariño de sus súbditos, con solo diez años he tenido que madurar para convertirse en el rey de la oscuridad, sustituyendo a su tío que gobernó antes que él, pues sus progenitores murieron debido a una enfermedad sin que tuviera la oportunidad de conocerlos, o recordarlos. Pero que su corta experiencia en la vida no engañe, es alguien maduro e inteligente. Más de lo que su tierna apariencia pueda dar a entender, además tiene con el a su siempre confiable consejero Yubel, quien le lleva doce años.
La refrescante brisa le sienta bien, hoy se siente particularmente alterado, si bien su rostro jamás lo denota el sentimiento existe. A veces tiene la impresión de que alguien implora su ayuda, pero no logra saber quien, su mirada se posa sin aparente interés en el cielo.
-¿Qué te preocupa?-le interroga el oji esmeralda.
-Nada.
-Conmigo no tienes que fingir, somos amigos ¿o no?
Sonrió ligeramente, casi fue imperceptible.
-Lo somos, pero en verdad estoy bien.
-¿Seguro?
-...es solo que...siento que alguien necesita mi ayuda, pero por más que busco su energía no la encuentro, es como si alguien bloqueara mi poder.
-Algo así no es posible, a menos que fuera Asuka.
-¿Pero que gana ella al hacerlo?
-No lo sé, a lo mejor no quiere que te enteres de algo en su imperio, después de todo jamás hemos tenido relaciones amistosas con ellos.
-Es verdad, estoy preocupado por sus movimientos.
-¿A qué te refieres?
-No se van a detener hasta tener al mundo entero bajo su control, pero han estado demasiado tranquilos, planean algo grande.
-¿Como qué?
-Guerra.
El peli azul meditaba lo dicho por el monarca, algo difícil de imaginar y sin embargo sencillo de acontecer.
-Guerra.
Repitió Yubel como para entender mejor el significado que esa palabra tiene, aunque solo llegaba a la conclusión de que era una broma, una que terminaría con más de mil años de paz.
Ninguno emitió comentario, pero el rey continuaba mirando a la distancia, como si hubiera un tesoro escondido que debe encontrar, pero aún no puede localizarlo.
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Un poco de cariño era todo lo que le faltaba a Jehu.
Aún recuerda que hace nada casi caía en la desesperación pero el tener a su lado a su gran amigo le ha salvado de un destino miserable. Aún no le pone nombre, resultó ser increíblemente malo para ello, o demasiado cuidadoso pues no quiere que sea un nombre a la ligera.
Se sienta en el piso para hacer compañía al gatito, de su ropa saca un trozo de pan que logró guardar durante la comida. Sabe que se arriesga a ser castigado si se dan cuenta pero no puede abandonar a su amigo, y más cuando degusta con tanta alegría, debido a ello sonríe, últimamente lo hace muy seguido, afortunadamente nadie lo ha notado.
Entre más pasan los días, más quiere a esa bolita de pelos, sus maullidos, ronroneos, los berrinches que hace cuando le quiere bañar e incluso los ligeros arañazos que le ha inferido cuando juegan de manera descuidada. Jamás se había sentido así, pero comienza a ver en su gato a una familia, tiene que pensar pronto un nombre para el ser más importante de su vida, le ama tanto que difícilmente podría vivir sin el.
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En el reino de la oscuridad.
Haou lee varios documentos, es su trabajo como monarca, tiene que conocer a fondo la situación del reino, no importa lo extenuante que sea la labor, incluso si esta tan agotado al punto de no pensar con claridad, aunque siempre ha sido cuidadoso con sus deberes. Sabe que la vida de las miles de personas que habitan su reino dependen de él, además protege lo más que puede los pequeños pueblos a su alrededor, pues muchas veces se han visto envueltos en enfrentamientos del imperio de la luz y el reino de oscuridad. Tiene más de cinco años que sus rivales no han intentado nada por lo que el mundo goza de una merecida etapa de paz. Pero no para el rey supremo, su intuición le dicta que su rival planea algo, pero no es como si pudiera invadir un imperio sin consecuencias diplomaticas que conducirian a una eventual guerra en donde habría un derramamiento innecesario de sangre y perdida de vidas, no vale el riesgo. Sin embargo ese sentimiento de que alguien pide su ayuda no se va, quiere encontrarlo ¿pero cómo?
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El oji naranja camina animadamente por un corredor, después de tres meses de pensarlo cuidadosamente ya tiene el nombre de su querido amigo. Entra a su cuarto con una sonrisa.
-Rubí-le llama con dulzura.
Espera un par de minutos y le vuelve a llamar notando que no llega. Le parece extraño pero tal vez es porque no se ubica con ese nombre.
-Rubí.
Dice al tiempo que le busca por todos lados pero no hay señales de el.
-¿A quién buscas?
Se tensa al escuchar la voz de la rubia a su espalda.
-¿Es acaso el gato que dormía esta mañana en tu cama?
Se gira y le mira con incredulidad.
-¿Cómo...?
-Se nota mucho la sonrisa que tienes, estas feliz y eso no ocurre de la nada. Un ser lleno de energía pura no sirve a mis planes, quiero alguien que me ayude a derrotar a mi enemigo, no alguien que pueda convertirse en su aliado. Si sientes una tontería como el amor eres inservible, y todo lo que te eche a perder esta de más.
-¿Qué le hicieron?-dijo llorando.
-Lo necesario, y escuchame bien Jehu, porque no lo voy a repetir. Más te vale que no vuelvas a sentir algo así por otro ser vivo, porque la próxima no seré tan benevolente, le haré sufrir al punto que me suplique que le mate. Lo haré llorar entre agonías y lamentos-tomo al menor del brazo-ahora acompañame.
-¿A-a dónde?
-Mereces un castigo por lo que acabas de hacer.
-¡No!!!
El niño gritaba pidiendo ayuda, pero como siempre esta nunca llegó.
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Jehu esta recostado en su cama boca abajo mientras mira un punto sin importancia en la pared. Las sábanas están húmedas se ha cansado de llorar. ¿Para que amar? Solo pierde a sus seres queridos y recibe castigos de los que no van a salvarle nunca, no volverá a darle entrada a esa clase de sentimientos que le vuelven vulnerable. Esta vez hará del mundo una zona en completo caos, sonríe de manera perturbadora, si el se hunde en la desesperanza todo se irá con él, ya no desea que le salven.
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Haou continuaba leyendo algunos documentos en su despacho cuando se puso rápidamente de pie para mirar por la ventana con su impacible semblante de toda la vida.
Algo cambio. La persona que pedía su ayuda no lo hace más, ha perdido el último rastro que quedaba de él.
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Una cruel y dolosa infancia ha convertido a Jehu en un ser de retorcidos sentimientos que goza con el sufrimiento ajeno. Hace poco fue su cumpleaños número dieciocho, como esperaba nadie lo festejo, pero es lo de menos, le han dado la misión de destruir un pequeño pueblo que se opone a formar una alianza con el imperio de la luz, ¿que mejor manera de festejar que acabar con decenas de vidas? Normalmente le envian con un pequeño ejército que más que apoyo sirve para que no intente escapar, varias veces lo intento, sobre todo en sus primeras misiones, en estas le acompañaba Asuka que terminaba por someterle de manera más que dolorosa. Después eran los soldados los que lo hacían y si llegaba a vencerlos, era la rubia quien lo detenía. Posteriormente solo eran nos soldados, para finalmente dejar de intentarlo, tenía la idea de que cada vez era más débil pues frustraban sus intentos con más facilidad. Aunque era todo lo contrario, su magia es cada vez más fuerte, no así su alma que con cada intento perdió fortaleza. Quebrantaron su espíritu, está atado al imperio con cadenas invisibles que no se atreve a romper. Ha decidido disfrazar ese sentimiento de eterno terror con diversión por hacer sufrir a los demás. Se ha engañado a si mismo en un desesperado intento de autopreservación.
Llega al sitio donde tendrá su primera misión solo, podría huir pero esas cadenas le atan con fuerza, así que solo se limita a seguir las órdenes como la marioneta que sabe que es. No le agrada, pero no hay nada que pueda hacer, Asuka no le permite ni acabar con su propia vida, tan fuerte es el control que tiene sobre el pobre.
Levita con su magia observandolo todo, sonríe de lado simples humanos que no podrán hacerle frente, decide utilizar el poder de su espíritu esmeralda y lanza rayos por todos lados. La gente confundida con la situación corre en todas direcciones, algunos son alcanzados por su poder desapareciendo al instante, pero la gran mayoría se salva porque de manera inconsciente no quiere herir a nadie. Comienza a reír como desquiciado, algunas personas le gritan que está loco, pero el solo ríe con más fuerza, su corazón duele, asfixia, no quiere hacerlo, pero no puede detenerse. Esta vez decide cambiar de espíritu e invoca a Amatish lanzando bolas de fuego que hacen menos daño pero logran impactarse en algunas casas. Las familias escapan juntas, sin dejar a nadie atrás y esto solo consigue hacerle sentir peor.
Un hombre cubre a su esposa que ha tropezado, en los brazos de la chica hay un bebé que afortunadamente no se ha hecho daño. Esa escena descontrola a Jehu que ya no es dueño de sus pensamientos, baja al nivel del suelo y camina hacia ellos lentamente, toma su varita y les apunta, pero no les mira, su corazón se siente perdido. Cambia su invocación a Saphire y crea una lanza de hielo gigante. Si tanto quieren estar juntos que se vayan al infierno en familia. Realiza el ataque y sonríe ansioso, quiere ver cada detalle de esos cuerpos al morir, pero su invocación se desintegra. Mira sorprendido no entiende que ocurrió ¿como simples y comunes humanos sin habilidad alguna le han detenido?
-Retirense, este lugar es peligroso.
Un joven de hermosos ojos dorados ayuda a poner de pie a la pareja que una vez hubieron agradecido la ayuda escaparon, el peli azul le mira con hostilidad.
-¿Quién eres?
-Haou, más importante ¿por qué atacas a gente indefensa?
-No es asunto tuyo.
-Lo es, vivo para proteger a los seres vivos del universo.
-Te sientes muy importante.
-No es así.
-Como sea, no me interesa, tengo cosas que hacer así que quitate de mi camino.
-No.
-No me culpes si te mato por error.
-...
El castaño mostraba en todo momento una frialdad y seriedad que le irritaban, era como si no le importara tenerle como enemigo, como si estuviera seguro de su victoria.
-¡No me subestimes!!
Gritó ferozmente el oji naranja con una fuerza tal que hirió su garganta, se mordió el labio frustrado y lo hizo sangrar, apreto sus puños con fuerza y le atacó con una combinación de magia de agua y rayo creando una enorme tormenta, pero esta se disolvió ante una energía oscura, tan cálida y dulce que el peli azul se sintió atraído, cautivado, tenía que tocarla.
-¡No lo hagas!
Intento detenerle Haou, pues el ataque ya había sido lanzado y no podía redireccionarlo, Jehu deshizo su hechizo y el poder le impactó de lleno, era doloroso pero por alguna razón se sentía feliz, incluso si moría por eso lo haría con gusto. El ataque cesó y el se desmayó.
El castaño se acercaba a él para revisar su estado, pero antes de que lo consiguiera un par de hombres con el rostro cubierto le tomaron en sus brazos y desaparecieron sin dejar rastro alguno.
"-Ayúdame."
Fue un pensamiento que llegó a la mente del rey, la voz esta vez le era familiar, miró en dirección a donde esos sujetos se marcharon, pero ya no podía sentir la energía de Jehu.
-Así que eras tu.
........................
El peli azul tenía un sueño, uno donde caminaba por un hermoso jardín.
Pero una sensación que no supo interpretar en ese momento le despertó.
Con horror vio como Asuka estaba sobre el y posaba sus manos alrededor de su cuello, se asusto como el pequeño niño que era hace años, tan solo e indefenso.
-¿Vas a matarme porque no cumplí la misión?-dijo con trabajo.
-No.
-¿Porque me ha derrotado Haou?
-No.
-¿Entonces por qué?
-No te voy a matar, solo quiero darte un castigo para que entiendas.
-¿Qué debo entender?-temblo.
-No te confundidas mi pequeño, no eres más que una marioneta bajo mi control, tu vida solo depende de mis caprichos, de lo que disponga de ella.
-No entiendo.
-Si no quieres perder algo importante te aconsejo que no lo buques.
-¿De qué hablas?
-Sabes muy bien de que hablo, si te enamoras de Haou lo voy a matar.
-No lo amo.
-Aún, pero te sentiste atraído por su energía, ¿acaso quieres que lo asesine? Bueno, de cualquier manera lo tengo que hacer, interfiere en mis planes, pero tengo una mejor idea, lo tendrás que hacer tu.
-No me obligues por favor.
-No te estoy preguntando.
El oji naranja solo sentía como la repugnante energía de esa mujer entraba en su ser, poco a poco iba perdiendo la voluntad y conciencia de si mismo, no podía resistirse a ella.
<<¡Alguien ayudeme por favor!!!>>
Fue el último grito interno que dio antes de desmayarse de nueva cuenta, por ahora esta herido y no puede ni ponerse de pie, pero en cuanto se recupere la emperatriz le enviara a terminar con la vida de su mayor enemigo. Asesinara a Haou.