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Destiny por Non-Stop

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Sonreí grande y abrí la puerta dejando al posadero petrificado, al mi alrededor había mesas redondas de madera bastantes echas polvo. Muchísimos borrachos sentados en las sillas de las mesas jugando al Poker o a cualquier otro juego de cartas. Había un escenario donde había dos chicos frotando con un arco una especie de cuerdas haciendo un sonido agradable entre agudo y grave. Me acerco al posadero con mi característico contoneo de caderas, el posadero está inmóvil. Saqué los ojos azules amenazantes y fieros de mi padre.

-¿Q-Qué quiere que le ponga señorita? -Me pregunta nervioso mientras saca un vaso de chupito.

-No he venido a beber, ni a emborracharme. Busco a Henry Dreamer. -Digo seca y cortante. Su expresión cambia de nervioso a asombrado y aterrado. Asiente con la cabeza y se mete en una puerta que estaba a su espalda. Después de unos cinco minuto sale con otro hombre más mayor, de unos 35 años, con sombrero alargado negro, tiene el pelo hasta la nuca rubio, con patillas con mucho pelo también rubias, ojos color miel, gafas finas con cristales redondos, lleva un abrigo negro cerrado, unos pantalones de pana también negros y las botas con 5 diferentes cierres también como no, negras. Le miró de arriba a bajo examinando su forma y sus gestos al verme, que es neutro. Un borracho que estaba al lado mío sentado en la mesa de mi derecha me echo mano al culo. Me revolvi mirándolo, cogí su mano por la muñeca y la estampe en su mesa, aun sujetando su mano saque de mi bota derecha una daga, le pase la daga tanteando desde su cuello hasta su muñeca, me miró con terror.

-Como vuelvas a hacer eso no dudare en cortarse la muñeca, ¿O prefieres la yugular? -Digo poniendo la daga en su cuello.

-Lo siento. No se lo que hago. Perdóneme señorita. -Dejó libre al borracho que no duda en darme unas monedas para compensarme su gesto tan grosero y vulgar. Vuelvo a poner mi atención en el joven de enfrente que está expectante mirándome.

-¿Usted es Henry Dreamer? -Digo mirándole de arriba a abajo por segunda vez. Su expresión cambió por una más inverosímil y dudosa.

-Sí. ¿Qué necesita de mí? -Dice no muy convencido con su palabras, guardó la daga en su sitio. Extiendo la mano, en las manos tengo puesto guantes negros, él la mira dudoso si cogerla o no. Después la accepta.

-Soy Desirèe Walter. Creo que mi padre te salvo en una ocasión y tu le diste trabajo. -Dije convencida y segura de mis palabras a juzgar por ese "creo". Cambia su expresión por tercera vez a una más alegre y positiva. Me hace una reverencia a una mesa libre y yo acepto poniendo la mano que me había estrechado en el pecho haciendo una señal de gratitud. Había dos asientos uno enfrente del otro. Me coloco en el que está más cercano a la puerta de salida, Henry se sienta en el otro con una sonrisa reluciente. Henry se da la vuelta y le hace una señal al posadero con la mano, el posadero asiente. Le veo preparar dos vasos de chupito en la su mesa, busca entre sus botellas de atras y encuentra la que buscaba, y hecha de una sola pasada lo justo en los dos vasos.
Después lo trae a nuestra mesa. Henry me mira esperando a que diga alguna palabra, me canso de este silencio así que empiezo a hablar.

-Quiero que me des un trabajo de cazarrecompensas, por un monstruo o por alguna persona, me da igual, solo quiero dinero. -Directa al grano, seca. Henry se pone serio como si hubiera dicho algo imposible. Suspiró y cogió su vaso y de un trago se bebió aquella bebida. Lo imité. Disimule un tosido porque la bebida estaba muy fuerte y yo no estoy acostumbrada a beber.

-Lo siento no te puedo ayudar. -Se levantó de golpe. Lo pare agarrando su brazo con mi mano con cierta fuerza de más. Me miro molesto, me recordó su mirada a cuando le dije a mi padre que quería ser cazarrecompensas.

-Mira se que te puede parecer un poco difícil de asimilar pero no tengo otra manera de ganarme la vida. Ponme una prueba y veras si estoy a la altura o no del trabajo. -Se volvió a sentar, retire mi agarre de su brazo. …l asintió con la cabeza y me entregó un papel amarillento con una imagen en el centro.

"Se Busca:
Ladrón de Bolsas de dinero"
Nombre: Leonard Flanagan.
Recompensa: 30 Monedas.
Se busca: Vivo O Muerto.
Residencia: Vive en los barrios más depravados de la zona noroeste."

Mire la imagen y era un hombre de unos 42 años, calvo, con la cabeza cuadrada y con una cicatriz que iba desde el ojo izquierdo hasta un poco más abajo de la oreja derecha. Le di las gracias, deje mi parte correspondiente de la bebida que me tomé y abrí la puerta del local para salir a la calle. Hoy era uno de esos días en que los mercaderes salían a la calle a vender sus productos, en este barrio no lo encontraría. Camine unos cuantos metros hacia donde deje mi caballo, me sabía de memoria la zona así que ya sabía donde estaba la zona noroeste. Al hacer un camino un poco extenso llegue a aquella zona que estaba desierta por las aceras, además ya estaba anocheciendo, las tabernas estaban a reventar. Entre a la primera que vi. Cuando abrí la puerta todos me miraron, camine en línea recta hacia el posadero.

-Dame una Cerveza de Levko. -El posadero me puso enfrente de mi un vaso a rebosar de cerveza. Le pegue un trago, me encantaba esta cerveza. Me senté en la butaca libre y volví a beber otro trago, esté más extenso. Mire a mi alrededor y en el escenario salió un tipo con esmoquin muy bien vestido y bastante joven. Unos 20 años diría yo.

-Señores. Hoy os e visto muy apenados y tristes, así que tengo un regalo para ustedes. Si consiguen atravesar esta manzana con una bala. -Dijo sacando una manzana de su chaqueta. La cogió con la mano y la enseñó al público con una mirada maliciosa.- Os daré una noche con esta buenísima dama. -Puso sus brazos señalando a las escaleras. Una chica las subió sin más. Era rubia, unos 23 años de edad, pelo ondulado hasta un poco más de los hombros, mide 1'67, cara angelical, ojos tirando a rojo, con solo una camiseta anterior de la época, unas bragas y botas de tacones hasta la rodilla.- Pero vamos a hacerlo más difícil. -Le puso la manzana a la chica en la cabeza, ella sonreía con inocencia. - Teneis que darle a la manzana que estará encima de su cabeza. ¿Quién será el primero en probar?.

Terminé mi cerveza y me acerque a paso lento hacia el escenario. Pasando de todos los borrachos sedientos de placer. Subí las escalera y me puse en frente del joven.

-Como puedes observar soy una chica y no quiero pasar una noche mágica con ella, solo quiero que me ayude en buscar a una persona, nada más. -Todos me miraron raro. El joven sonrió satisfecho y me cedió su pistola, yo la observe con detenimiento- Dejame probar si el cañon esta desviado.

-Vale, señorita. -Apunte a una jarra de vino y dispare, efectivamente el cañón no estaba desviado. Cargue el arma. El joven puso a la muchacha a un extremo del escenario y me indico a mi a ponerme al otro extremo de este.
Ya colocados y ella con la manzana en la cabeza, puse mi mano derecha sujetando el arma, ya que soy diestra, guiño mi ojo izquierdo para medir bien las distancias con el derecho. Ya teniendo el ojo izquierdo cerrado me puse bien recta alineando mi brazo con el hombro, gire mi cuerpo al publico pero mi cabeza mirando al arma y a la chica. Era un poco dificil pero me encantan los retos, sonreí alegremente y ¡Pum!. Mi dedo apretó el gatillo y la bala, una redonda, salió disparada a la manzana. Le di al centro de la manzana. Todos los borrachos, el joven y la chica empezaron a aplaudir. Me puse en medio del escenario e hice una reverencia para agradecer los aplausos. Note una mano por mi espalda, me gire para ver de quien era, la chica era la que me estaba tocando.

-Tengo en esta taberna una habitación reservada, hay hablaremos con más tranquilidad. -Asentí con la cabeza. Ella sonrió picaramente y me cogió de la mano, bajamos del escenario y subimos las escaleras que iban a la parte de arriba de los dormitorios de la taberna. Me guió hasta la segunda habitación, abrió la puerta y pasamos, cerré la puerta a mi paso con la mano izquierda, ya que con la derecha la tenía cogida la chica. Me soltó y se sentó en la cornisa de la cama. Yo le eche una vista a la habitación. Las paredes blancas sucias que eran casi gris, al lado de la puerta había una silla de madera vieja, al otro lado de la puerta, enfrente, estaba la cama con sábanas de estampados, al lado de la cama había una mesilla también de la misma madera vieja que la silla, arriba de la mesilla había un candelabro con todas las velas encendidas, en una esquina estaba un tocador de la misma madera, con varios cajones, arriba del tocador había maquillajes y una botella de vino con dos vasos, arriba del tocador estaba un espejo sucio y un poco roto, el suelo era de madera pero estaba recubierto de una especie de tela verde pistacho. Me senté al lado de la chica. Ella me miró con curiosidad y puso su manos en mis hombros, yo no cambiaba mi expresión seria y desinteresada.

-No he venido aquí a por estas cosas. Solo quiero que me digas dónde se esconde Leonard Flanagan. -Sonrió y alejo sus manos de mis hombros. Suspiró.

-¿Eres Cazarrecompensas? -Yo le mire seria.

-¿Eres *Ramera*? -Dije recalcando lo obvio. Sonrió, le di una respuesta que ella cogió a la primera.

-Touche. -Se acercó a mí y me dio un suave beso en los labios, que yo no correspondí.- Siempre se encuentra en "La Taberna Del Mano Corta" -Dijo casi a 1 centímetro de mis labios. Sonreí y esta vez fui yo quien le proporcionó un beso en la comisura de los labios, mordí la comisura atrayendola hacia mi, cuando la solté ella cerró los ojos y dejó la boca medio abierta. No es que quisiera besarla, si no quería dejarle con las ganas de otro beso quedando claro que mis dotes de seducción son las mejores del reino. Antes de que abriera los ojos, me levante suavemente de la cama y abrí la puerta y salí sin que ella se diera cuenta. Salí de la taberna, mire arriba y en una de las ventanas estaba la chica que había dejado plantada, al darse cuenta de que la estaba viendo frunció el ceño y me miro molesta y se retiró de la ventana, una sonrisa ganadora se reflejaba en mi rostro.

Busque aquel lugar pasando de taberna en taberna hasta que lo encuentro. "La Taberna Del Mano Corta". Antes de entrar me fijo que hay un cartel al lado de la puerta.

"Hoy espectáculo de hechicería
El Mago Thomasson.
A la hora: XX:XX"

Faltaban veinte minutos. Sonreí cuando me vino una idea que me pareció agradable. Eche un vistazo y vi como el hechicero estaba en la puerta trasera calmando los nervios, abrió la puerta y entró. Cruce de la puerta delantera del exterior hasta la trasera, me coloque mi capucha color marrón y entre a la puerta trasera. Era una habitación, el hechicero estaba sentado en una mesa de espaldas a mí. Saqué mi daga y me acerque sigilosamente, cuando ya estaba lo suficientemente cerca le clave la daga en el cuello. Su cabeza cayó moribunda a la mesa, le cogí y lo puse de frente a mi moviendo la silla. Le quite el sombrero, el traje, los pantalones y las botas, dejándolo solo con la ropa íntima. Me quite mi traje. Mi traje consistía en unas botas negras por fuera del pantalón, un pantalón grisáceo con un cinturón negro, en el tenia pequeños cuchillos, una pistola, la bolsa de monedas y una bolsa cuadrada marrón para guardar la pólvora y las balas, otra bolsa más grande a un extremo donde llevo todos los frascos como cloroformo y demás, llevaba un chaleco negro sin mangas y abierto, debajo del chaleco tenía una camiseta blanca de manga larga, a mi espalda tenía una espada. Me quite mi toda mi ropa y la deje escondida en un cajón de una cómoda. Escondí el cuerpo del hechicero debajo de la cama, limpie con alcohol que saqué de mi bolsillo de frascos, la sangre de mi cuchillo y de la mesa. Me puse el traje del hechicero y recogí mi pelo castaño ondulado hasta los hombros en un moño que lo taparia el sombrero del hechicero. Ya todo ordenado entró un hombre a la habitación.

-Señor Thomasson el espectáculo va a empezar. -Asinti con la cabeza, el hombre se retiró de la habitación cerrando la puerta. Busqué mi bolsa de frascos y deje el alcohol y cogí una poción que me vendió una bruja. El frasco era pequeño, de un color casi amarillento, me tome la poción y sentí como mis cuerdas vocales se hacían más grandes y chispeaban dentro de mí, volví a dejar el frasco de su sitio. Me acerque a la puerta y tosi aclarando la voz, abrí la puerta. La poción hace que la voz de un hombre sonara como la de una mujer y la de una mujer como la de un hombre. La puerta daba directamente al escenario, me puse en el centro. Hice unos cuantos trucos de magia, nadie sospechó nada.

-Bueno, ahora os enseñaré una cosita -Sacó un reloj de cuerda que tenía el hechicero en su chaqueta y se lo enseñó al público, quito la tapa para que vean que el reloj funciona a la perfección.- Me encantaria que me ayudara en este truco el maravilloso Leonard Flanagan. Si puede, claro. -Después de unos segundos oigo una silla arrastrar, era él. Subió las escaleras y yo le hice un gesto a un hombre, el hombre lo entendió a la perfección y me dio una silla. Puse la silla en frente mio.- Siéntese, por favor. -Señale con mi mano a la silla que tenía enfrente. Leonard sin rechistar se sentó. Coji mi reloj y lo empecé a mecer de izquierda a derecha en frente de sus ojos.- Sigue al reloj con la mirada por favor.- Me hizo caso, después de un minuto comencé a hablar.- Ahora te vas a levantar.

-Ahora me voy a levantar. -Dijo y se levanto, tenia la mirada perdida en el reloj. Sonreí, había salido bien mi plan.

-Vas a imitar a un mono. -Se puso mirando al público que lo miraba expectante. Y se rasco la cabeza con la mano y con la otra se rascaba la tripa mientras hacía sonidos. Me acerque a él y le susurre al oído- Cuando cierre la tapa del reloj te vas a despertar y cuando acabe la función recordarás el reloj y vendras a mi habitación.- Asintió con la cabeza. Mire al público y puse el reloj en alto, todos lo miraron y lo cerre. Leonard se cayó al suelo, miró a los lados preocupado y confundido.- Puedes volver a tu sitio.- Leonard me hizo caso y bajo las escaleras, se sentó en su silla y todos me aplaudieron, yo hice una reverencia. El espectáculo siguió hasta que se dio por acabado. Baje las escaleras y volví a mi habitación, en menos de 2 minutos vino como un zombi Leonard. Le dije que apartara su vista y el me hizo caso, normal estaba otra vez hipnotizado. Me puse mi ropa, volvi a vestir al hechizero en el escritorio donde estaba sentado coji una botella de vino, la rompí en cristales y cogí uno y le corte las venas, deje el cristal al lado suyo como si hubiera sido un suicidio. "El Fin Siempre Justifica Los Medios". Guíe a Leonard hasta la taberna de Henry. Abrí la puerta y crucé la taberna hasta al posadero.

-Quiero ver a Henry. -El accedió, fue por la puerta que tenía atrás y volvió acompañado de Henry.

-Veo que ya lo tienes. Lo has conseguido en menos de 12 horas. Eres muy buena cazarecompensas, me recuerdas a tu padre.- Coje a Leonard y lo llevo por la puerta donde había entrado. Yo me quede sentada esperando, cuando ya llego me extendió la mano cerrada, yo extendí la mía debajo de la suya, él la abrió y dejó caer las monedas a mi mano.- Cuando quieras otro trabajo vuelves, ahora descansa seguro que has tenido un dia muy agotador.- Metió su mano por el bolsillo de su chaqueta y me dio una llave.- Cuarta habitación.- Dijo con una sonrisa de satisfacción.

-Gracias. -Le devolví la sonrisa agradecida por su gesto. Me levanté de la silla, subí a los dormitorios y llegue hasta la cuarta habitación. Abrí la puerta, la cerré a mi paso, y nada más ver la cama me abalancé hacia ella. Me giro y quedo mirando hacia el techo, me miro la ropa, que estaba sucia. -'Debo comprar ropa nueva, esta ya esta sucia y rota'- Pienso. Suspiro y me la quito hasta quedarme en interiores. Apagó la vela que estaba a un lado de la cama y me meto en ella, era una noche tranquila. Me quedo durmiendo y tengo un extraño sueño.

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-Desirèe. Nunca confíes en la gente que tenga con un escudo de una rosa con espinas en el pecho.

-¿Por qué no papi?

-Por que de alguna forma u otra te harán daño, quieran o no.

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Cuando me despierto me pongo mi ropa y me peino el pelo, que estaba alborotado. Salgo de mi cuarto y bajó los escalones, después salgo de la taberna. Caminando por la zona veía a niños felices jugando por la calle, padres con más niños y personas enamoradas. Caminando un poco más me encontré una tienda, a simple vista parecía que era vieja. Entre a la tienda, las ventanas estaban sucias, había trajes en encimeras. Me acerqué al estante y salió el comerciante.

-Hola. ¿Qué desea? -Me dijo con una sonrisa cordial.

-Quiero ropa nueva. -El hombre me vio de arriba a abajo y puso una cara de espanto al ver mi ropa hecha pura mierda.

-Bueno, vere que tengo por aquí de su estilo. -Volvió a irse por una puerta, después de veinte minutos y mi paciencia apunto de estallar volvió con un traje.- Pruebenlo.

El hombre me hizo un gesto señalando otra puerta, me dirigí a ella y la abrí, ahí dentro me cambie de ropa, cuando salí el hombre me dio un espejo.
El traje consistía en unas botas negras hasta la rodilla, un pantalon ajustado a mi piel, también negro, un cinturón marrón con mas lugares donde meter mis objetos con decorados metálicos, una especie de chaleco pero con mangas que no acababan en la muñeca también era para meter las manos, obviamente también era negro, el chaleco dejaba apreciar el escote de sus senos. El comerciante le paso una capa que se abrochaba con una cuerda finita en el cuello. Lo vi mal, la capa con capucha era blanca y roja, no combinaba, el hombre se me acercó y me puso en el cuello un colgante, en él colgaba un zafiro igual de azul  que mis ojos.

-Puede cambiar el color y arreglar la ropa que tengas puesta, solo tienes que concentrarte en el zafiro.
Así lo hice, me concentre y cuando me di cuenta la capa era negra y gris. El hombre me coloco en el camal del pantalón una funda con dos agujeros y en el otro camal, lo mismo.

-Gracias. También ¿Sabes donde hay un armero? -Dije enseñandole mi espada y mi pistola de un cañón.

-Mi hijo es armero, ahora viene. -Volvió a la puerta y salió después de unos cuantos minutos acompañado de un joven, estaría entre unos 17-21 años, moreno, con el pelo hasta los ojos, ojos marrones.

-Hola, Soy Gary, el hijo de este viejo. -Me ofrecio la mano con decisión, sonreí por su seguridad.

-Soy Desirèe. Encantada -Le acepte el apretón de manos.- Quería una espada nueva y otra pistola nueva.

-Claro, ven -Me hizo un gesto con el brazo hasta la puerta que tanta curiosidad me había causado.

Al entrar pude ver que era el taller de Gary, estaba lleno de espadas, minerales como hierro y demás y varios objetos de fabricación. Después de un rato me dio dos espadas.

-Son mi mejor invención, son dos espadas rectas, duras y de muy buena calidad, yo las llamo,   *Colada y Tizona*-

Pesaban bastante, una tenía el mango marrón con decoración a los dos costados de la espada que salían del mango, la otra también tenía el mago marrón pero la decoración era distinta, pues era como una serpiente, rodeando las espada cerca del mango. Me paso un mosquete pequeño de madera, el gatillo, el cañón y alguna decoración más en un bañado metálico, me lo guarde en mi fundas.

-¿Cuánto vale todo esto? -Dije. Gary y su padre se miraron el uno al otro, después de unos cuantos minutos con un incómodo silencio Gary se me acercó.

-Mira, no queremos dinero, pareces cazarrecompensas y queriamos pedirte que nos traigas a alguien. -Estaba mirando a los dos confusa.

Gary me dio un papel amarillento con otra foto en medio.

"Se Busca:
Asesino Y Traidor
Nombre: Weston Villey.
Recompensa: 2.000.000 Monedas.
Se Busca: Muerto.
Residencia: Pennsylvania, Centro, En  el castillo Villey."

-La estrategia es la siguiente, te haces amiga de su hija, Annie, por lo que ya podrás entrar al castillo, matas a Weston envenenandolo -Me da un frasco con veneno- Y vienes para la recompensa. -Este hombre hizo algo muy malo para que su recompensa sea de 2 millones de monedas.- Tienes que ganarte la confianza de Annie cuando salga a pasear con su caballo, normalmente sale empezando la tarde, es el único momento que sale fuera del castillo, hablando del castillo, es impenetrable a no ser que seas amigo o familiar de la familia, por eso te  hemos dicho que consigas la confianza de Annie, su hija, es muy inocente. -Asinti con la cabeza y guarde la hoja amarillenta. En la foto había un hombre de unos 40 años con pelo negro para atrás, con bigote, ojos negros. Me dijeron que para la misión me dejarían la ropa y las armas.

{ Ese fue el día en que mi vida daría un giro de 180 Grados. }

Continuará.....

*Ramera*: Prostituta

*Colada Y Tizona*: Son las dos espadas que llevaba el Cid Campeador.
Notas finales:

Al final de cada Cap habrá un pequeño Diccionario, las palabras que crea que puedan causar alguna confusión o alguna curiosidad estarán señaladas con.....*(palabra)*.

 


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