Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Infiel. por ami4alice

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, de nuevo me encuentro aquí. Dando otro one en vez del cap de mi fic. La inspiración me ha visitado, debo aprovechar.

Como siempre KKM no me pertenece solo gozo de usar a sus personajes.

posdata: Tiene lemon~ 

El murmuro de las personas. El sonido de un lapicero golpear una mesa de madera. Las malas miradas de los demás. El sollozo fingido de una mujer. El sonido de un fuerte mazo golpear la mesa, la fuerte voz del juez. El ruido de las esposas del policía que estaba a un lado de los jurados. Todo eso retumbaba en sus oídos sin parar. No podía mirar a nadie en ese lugar, no podía porque sabía como iba a terminar todo.

 

-¿El jurado ha llegado a una decisión? –Aquella pregunta soltada por el juez le hizo levantar un momento la vista.

 

-Sí. –Dijo uno solo levantándose de su asiento –Todos los del jurado hemos declinado a favor de la demandante. –Aquellas palabras que le hicieron apretar con fuerza sus puños.

 

-Bien. Ahora decisión del caso. –Dijo el juez haciendo una pausa –Se declara culpable al ciudadano Yuuri Shibuya, por actos ilícitos hacía su mujer en su matrimonio. Todos los bienes obtenidos serán trasmitidos a su esposa, no obstante queda pagando una remuneración de $$$ a su esposa por daños psicológicos. Además, el matrimonio queda completamente anulado. Eso es todo. Se levanta la sesión.

 

La voz del juez luego del sonido de su mazo le hizo caer en cuenta de su realidad. ¿Cómo había llegado a ese lugar? ¿Cómo había llegado al punto de estar en un tribunal perdiendo todos sus bienes? Lo sabía, lo sabía muy bien y entendía perfectamente que terminaran declarándolo culpable, hasta el mismo sabía que lo era. Pero eso no era lo que le preocupaba más en todo ese asunto.

 

Giro su vista un momento para mirar a la mujer que era su esposa. Esta por causalidad cruzo miradas con su ex-esposo y sonrió de lado a lado dándole una expresión de victoria. Cuando la mujer sintió personas cerca uso el pañuelo que llevaba en las manos para tapar su sonrisa mientras soltaba un sollozo fingido. ¿Cómo sabía que era falso? Por que su misma ex-esposa se lo había dicho antes.

 

Todos se acercaron a consolar a la pobre mujer. Yuuri los miro un instante, sintiéndose un idiota por toda esa situación. Él se declaraba culpable por haber realizado actos ilícitos estando casado, pero entendía perfectamente que no solo había sido su culpa. Ese matrimonio estaba roto desde hace muchos años, solo que el moreno no había querido aceptarlo. Llevo su mano a su cabello pasándola un poco por esa zona.

 

¿Cómo había terminado todo así?

 

Aun lo podía recordar perfectamente. ¿Cómo lo iba a olvidar? Si el día en que inicio todo aun estaba grabado en su memoria, no solo en su memoria si no en todo su cuerpo. La primera en cometer una infidelidad fue su mujer, aquella que en ese momento fingía ser la victima.

 

Era primero de agosto, el día que Yuuri Shibuya encontró a su mujer con otro hombre, en su casa, en su habitación, en la cama que compartían. Confronto a su esposa por tal acción y esta solo le escupía con las palabras, indicándole que todo había sido su culpa por no prestarle atención. El moreno se sintió devastado de que su mujer, la mujer que amaba y por eso se había casado con ella le gritara todas esas cosas.

 

Sin poder seguir viendo a su mujer se giro para marcharse no pudiendo continuar viendo esa escena. Se fue de aquella casa que él mismo había comprado con la ilusión de hacer a su esposa feliz. Era la casa que le había pedido, con piscina grande, con balcón, todo lo que le había pedido que tuviera su casa la tenia aquella que le había costado conseguir.

 

¿Qué haría ahora? No lo sabía, no podía ir a casa de un amigo a quejarse, eso solo significaría dañar su reputación. Lo sabía, lo sabía porque esas fueron las ultimas palabras que grito su mujer. Si le contaba a alguien de lo que había pasado, ella iría en su contra, no podía permitirse semejante raya a su reputación. No podía dejarse conocer que un ministro le era infiel a su esposa, y sabía que en las noticias saldría de esa forma, pues su esposa se encargaría de que fuese así.

 

Sin pensárselo mucho condujo hasta la ciudad, debía solo olvidar toda esa situación. Se detuvo en la zona donde habían más bares, quizás si bebía hasta quedar inconsciente las cosas serían más fáciles. Le importaba poco si alguien se daba cuenta de que estaba en bares, a esas alturas no le importaba que dijeran de él, que era un famoso ministro de Japón.

 

Perdió la cuenta después del décimo vaso de alcohol que introdujo por su garganta al cuerpo. Quería quedarse completamente en blanco con el alcohol. No le importaba nada a esas alturas, solo continuaba pidiendo otra ronda para poder despechar todas sus penas. La mujer que había amado desde hace años, la que le pidió matrimonio delante de todos, hasta de la televisión. Aquella hermosa mujer que creía le amaba le había sido infiel, y quizás esa vez no había sido la primera, entender ese asunto fue lo que causo que se sintiera más estúpido.

 

-Déme otra ronda… -Soltó entrecortado mientras levantaba el vaso que tenía entre sus manos.

 

-¿No cree que ya ha bebido demasiado? –Soltó el bandenver levantando una ceja.

 

-¿Acaso eso importa? Le voy a pagar por todos los tragos, no le tome importancia. –Comento con una risa mientras se movía de lado a lado.

 

Sin más el bandenver suspiro para tomar su vaso y volver a llenarlo del alcohol, no era su trabajo lidiar con gente borracha. Yuuri tomo el vaso y se movió de lado a lado antes de acercarlo a sus labios, pero antes de poder beberlo se le fue quitado de las manos.

 

-¿Q-qu…? –Soltó iniciando su queja, pero se encontró con unos orbes verdes que le dejaron sin habla.

 

-Es malo para un hombre como usted beber demasiado. –No solo sus ojos le cautivaron, cuando hablo se sintió más atraído.

 

-¿Un hombre como yo? Eso es ridículo. –Soltó encogiéndose de hombros. Intento volver a tomar su vaso, pero en eso aquel hermoso chico rubio se lo bebió de un sorbo.

 

-¿Esto? –Soltó dejando el vaso en la barra –Si desea emborracharse de verdad, debería pedir algo más fuerte. –Continuó aquel chico sentándose en la silla que estaba vacía a su lado.

 

-Eso no es algo que te importe. Y no pagaré por esa bebida que has tomado. –Comento enfurruñado. Como respuesta tuvo una risa.

 

-No se preocupe, yo puedo pagar mis propios tragos. La cosa aquí es, ¿Por qué un hombre como usted esta a estas horas emborrachándose?

 

-Eso no es de su incumbencia. –Comento mirándolo un momento –Y mi nombre es Yuuri Shibuya, es raro ser llamado de usted.

 

-Yuuri. –De la nada sintió un escalofrió recorrerle el cuerpo cuando su nombre fue pronunciado por aquella suave voz –Mi nombre es Wolfram.

 

-Wolfram… -Sin poder evitarlo pronuncio su nombre. No sabía si ya estaba borracho o que, pero realmente le parecía atractivo aquel hombre sentado a su lado.

 

-Sí. –Comento –Entonces, Yuuri ¿Qué te trae a este bar a beber?

 

-Una larga historia… -Comento soltando una risa fingida -¿Puedo preguntar lo mismo?

 

-Uhm… Digamos que yo he venido por trabajo.

 

-¿Trabajo? ¿Ha esta hora? –Comento con una leve risa.

 

-Que grosero. Trabajo es trabajo, además, yo no soy el que ahora se esta tratando de emborrachar. –Comento encogiéndose levemente de hombros.

 

-Has ganado esta vez Wolfram. –Dijo en un suspiro –Yo solo he venido a olvidarme de todo.

 

-¿De todo? –Soltó con curiosidad.

 

-Sí, quiero olvidarme completamente de todo. Por eso he venido a beber. –Comento mientras golpeaba levemente el vaso con su dedo.

 

-Entonces yo le puedo ayudar. –Comento el rubio mientras llevaba una mano hasta la pierna del moreno –Yo le ayudaré a olvidar todo, será más efectivo que el alcohol. –Soltó poco después mientras su mano iba subiendo a la entrepierna del moreno.

 

No supo si era la borrachera que ya tenía encima o si la proposición le había parecido convincente, pero al momento de encontrarse con aquello orbes verdes no dudo ni un poco en aceptar. Luego de dejar el dinero de lo que había bebido se dejo llevar por aquel hermoso hombre.

 

Tan ensimismado estaba en apreciar la bella apariencia del otro que ni se dio cuenta en que momento habían entrado a la habitación de un hotel. Cuando se vino a dar cuenta ya se encontraba tirado en una cama con aquel hombre encima. Ni en su más locas fantasías se había imaginado realizando ese tipo de actos y aun así, ahí estaba apreciando la belleza ajena.

 

-Yo…No creo… -El razonamiento estaba regresando a él, pero pronto se perdió de nuevo cuando sus labios fueron llenados por los del otro.

 

Por un momento pensó que la excitación de ese momento se debía al hecho de no haberlo hecho con su esposa durante tanto tiempo, pero ese pensamiento dejo su cabeza más rápido de lo que había llegado. Ese simple beso que Wolfram había profundizado fue suficiente para encenderle. Aun poseía algo de duda, pero cuando se separo de aquellos dulces labios y vio con mejor detalle el pecho desnudo del rubio, con eso la duda se esfumo.

 

Sin ninguna duda en su ser, termino levantándose para ser él quien tomara el control. Era la primera vez que dormiría con un hombre, pero sentía como si ya lo fuese hecho con anterioridad. Al levantarse llevo su boca al cuello del otro para morderlo con algo de fuerza produciendo un fuerte quejido de parte del otro. Su lengua recorrió toda aquella zona sin ninguna duda, sintiendo un sabor dulces por cada zona que saboreaba.

 

De pronto se encontró mordiendo, chupando y lamiendo aquellos pezones que comenzaban a ponerse rojos, resaltando en aquella piel clara como la porcelana. Se encontró soltando un quejido cuando sintió que el otro movía sus caderas rozando con su entrepierna. Le había excitado, ahora se encontraba completamente excitado, aun a pesar de que la otra persona era un hombre.

 

Se separo un poco para mirar al rostro del otro, viendo aquella expresión excitada que tenía. Sin poder evitarlo se acerco para iniciar un nuevo beso mientras sentía las manos ajenas ir a su entrepierna. Un quejido ahogado estuvo presente en el beso cuando Yuuri sintió que su miembro era liberado, y luego, dos gemidos se perdieron en el beso cuando Wolfram había comenzado a masturbar ambos miembros juntos.

 

No pudieron continuar con aquel beso por falta de aire, evidenciándose cuando sus pechos subían y bajaban de manera acelerada. Llevo su vista hasta su entrepierna pudiendo observar con mejor detalle aquella masturbación, eso solo le causo más excitación de la que ya tenía. Se inclino un poco para acercarse al hombro de Wolfram donde sin más dio una mordida en aquella zona. Un quejido ligado con un gemido logro escuchar mientras realizaba su acción. Se quedo un momento en aquella posición sintiendo que comenzaba a no bastarle solo eso.

 

En ese momento recordó algo que le había dicho uno de sus amigos que era gay de closet. Entonces llevo una de sus manos hasta el trasero del otro, donde antes que nada lo toqueteo todo lo que le provoco, tenía un buen trasero, debía de aprovechar que podía tocarlo. Cuando se canso de tocarlo fue directo a la entrada del otro donde sin ninguna duda introdujo un dedo.

 

-¡Ahm! –Soltó un fuerte gemido Wolfram cuando sintió esa intromisión –Espera… Hmp… Ahí… ¡Ah! –Y su oración fue interrumpida cuando sintió el segundo dedo, no pudiendo evitar encorvar un poco su espalda.

 

-¿Qué sucede? ¿Tu mano se ha cansado? –Soltó con provocación Yuuri sin dejar de mover sus dedos en aquella entrada. Como respuesta tuvo una mala mirada del otro.

 

-Hmp… N-no… Eso… Ah… -No quería continuar soltando ese tipo de sonidos así que aprovecho que tenía cerca el cuello ajeno y mordió en esa zona. Produciendo que el moreno soltara un quejido.

 

-Si continuas así no podré seguir… -Soltó luego del quejido observando la mirada fruncida del otro.

 

Wolfram sin más se separo del otro deteniendo su acción. Llevo su mano hasta donde estaba la otra y saco los dedos que tenía el moreno en su entrada. Si esperarse se acomodo mejor para poder hacer lo siguiente. Teniendo una mano en el hombro ajeno y con la otra sostenía el miembro del moreno. Colocándose encima comenzó a bajar penetrándose con el miembro de Yuuri.

 

-¡¡Ahg!! –Iba bajando de manera lenta, pero la mano del moreno en su cintura que hizo presión para que bajara de una sola vez produjo que no pudiera evitar gemir con fuerza –Eres un demonio. –Soltó luego de unos minutos.

 

-No, yo diría que tu lo eres más… -Soltó con un risa antes de comenzar a moverse en la entrada del otro.

 

En ese punto la lujuria era tanta que a Yuuri no le importaba nada, lo cual era el objetivo de todo eso. El cuerpo de Wolfram era demasiada tentación, el moreno podía saberlo con perfección, no solo era su cuerpo sino que se le agregaban los gemidos que soltaba para él. Sintió aun más una vibración cuando los gemidos estaban más cerca de su oído. Sin poder evitarlo separo un poco al otro para poder degustarse de su pecho.

 

Se concentro por un momento en los pezones del otro pero pronto se encontró subiendo mientras iba pasando su lengua. Al llegar a su cuello volvió a dejar otra mordida, viendo como la piel en la zona que había mordido comenzaba a ponerse roja, con eso iba a tardar que se quitara esa marca. Soltó un leve mordisco en su mentón antes de acallar sus gemidos en un beso. Pudo sentir como el otro en el beso le rodeaba con sus brazos.

 

-Hmp… -Soltó cuando se separaron viéndose un pequeño hilo de saliva por el beso –Ya…ya no…ya llego… -Soltaba entre gemido el rubio pasando con suavidad sus manos por el cabello negro del otro.

 

-Entonces acabemos juntos… -Comento el moreno antes de aumentar el ritmo que llevaba en las penetraciones.

 

Unas penetraciones más duro antes de sentir como se corría en el interior del otro, no solo era eso sino que también sintió al rubio correrse llenando sus estómagos de semen. Sus respiraciones agitadas iban con el ambiente que ahora les rondaban. Sin más Yuuri termino de caer en la cama atrayendo consigo al otro quien soltó un leve quejido, no era de extraña si aun se encontraba en su interior.

 

-Eso… -Soltó mientras trataba de recuperar su respiración.

 

-Es bueno saber que te gusto. –Comento Wolfram mientras se separaba del otro afincando sus manos en el pecho ajeno –Si deseas olvidar todo, yo te puedo ayudar.

 

-Entonces hagámoslo. Olvidémoslo todo. –Palabras con la que finalizo la conversación antes de irse por una segunda ronda.

 

Esa llego a ser la primera vez que le había sido infiel a su esposa. La primera vez que lo había sido y la que inicio para seguir siendo infiel las siguientes veces que sucedería.

 

Aun a pesar de que sabía de la infidelidad de su esposa, no tuvo el valor de volvérselo a reclamar luego de caer en cuenta de lo que había hecho aquella vez. También había sido infiel, no tenía las bases para seguir quejándose. Entonces cayó en cuenta por primera vez de que ese matrimonio no había sido más que todo un acto. Aquella mujer que se había casado con él no lo había hecho por amor, solo lo había hecho por beneficio.

 

Su mujer se lo dijo después de aquella primera vez que la encontró siéndole infiel, indicándole que no era la primera y no sería la última, en ese preciso momento fue que Yuuri se dio cuenta de su situación. Aun a pesar de la verdadera situación de su relación continuaron fingiendo siendo una pareja feliz delante de las cámaras. Cada vez que hacía ese acto de pareja feliz Yuuri terminaba sintiéndose más vacío. Terminando por ir a donde mejor se sentía.

 

-¿Qué sucede? –La voz de Wolfram le había sacado de sus pensamientos.

 

-Ah… -Dijo dudando si decirle –No, no es nada.

 

-¿De verdad? Si tienes algún problema me puedes contar. Yo te ayudaré con lo que pueda.

 

-¿De verdad? –Y tuvo una asentida de cabeza –Esta bien, entonces… -Pensó un momento –Salgamos afuera a tener una cita.

 

-¿Una cita? –Dijo con confusión mientras terminaba de ponerse sus pantalones.

 

-Sí, hace tiempo que no salgo por ahí. ¿Qué te parece? ¿Podemos? –Pregunto dudando si iba a aceptar. El rubio le miro un instante suspirando poco después.

 

-Esta bien, pero ¿Qué podemos hacer? –Pregunto mientras rodeaba al moreno con sus brazos desde la espalda.

 

-Uhm, hace mucho que no salgo, así que realmente no se que podríamos hacer… -Dijo en un suspiro el moreno pasando su mano por aquellos brazos que le rodeaban.

 

-Un lugar… -Susurro el rubio un momento -¡Ya sé! ¡Vamos a la playa!

 

-¿La playa? ¿Seguro?

 

-¡Sí! De esa forma podemos estar solo sin preocuparnos de nada más, ¡Es perfecto! –Comento de manera animada.

 

-Si tú lo dices, entonces vamos a la playa, pero ¿Para eso no necesitamos preparación?

 

-Eso creo, pero esta bien, solo vayamos y ya. De esa manera no nos tenemos que preocupar por nada. –Dijo separándose del moreno un momento –Hay que tomar riesgos de vez en cuando.

 

-Esta bien, me convenciste. –Comento con una sonrisa levantándose de aquella cama.

 

-Entonces vamos.

 

Wolfram al decir aquello le había estirado su mano al moreno quien no dudo en tomar su mano para salir de aquella habitación. Caminaron hasta el auto del moreno donde se subieron con dirección a la playa. Como fueron en auto la gran parte del camino no les costo nada llegar. Al llegar al punto donde podían llegar con auto lo dejaron en un estacionamiento y se fueron los dos a caminar por toda la playa.

 

-Realmente, la playa en esta época no es bonita. –Soltaba el moreno mientras veía lo desolado que estaba el lugar.

 

-Vamos, no te quejes, esto es emocionante. –Comento el otro quien iba más adelantado que el moreno.

 

-De verdad que tienes mucha energía. –Dijo en un suspiro.

 

-Es que es emocionante, es la primera vez que vengo a la playa.

 

-¿De verdad? –Pregunto teniendo como respuesta una asentida de cabeza –Entonces soy la primera persona que te trae a la playa, es bueno saberlo.

 

-Sí, eres la primera persona. De verdad que es una hermosa vista. –Comento sintiendo como la brisa comenzaba a pegarle en el rostro moviendo su rubio cabello.

 

-¿Qué otros lugares no has visto? –Pregunto con curiosidad luego de un rato, se había quedado embobado viendo al otro.

 

-Uhm, es difícil, muy pocas cosas son las que he hecho. –Dijo encogiéndose de hombros.

 

-¿De verdad? –Soltó viendo como asentía en respuesta –Entonces… ¿Qué te parece si la próxima te llevo a esos lugares? –Y pudo ver como los ojos verdes del otro se iluminaban.

 

-¿De verdad? –Soltó con alegría.

 

-Sí, podemos ir en mi tiempo libre. ¿Qué lugar te parece mejor para comenzar? –El moreno pudo ver como el otro se lo pensaba un poco.

 

-Vayamos a un lugar donde caiga la nieve. –Dijo con una sonrisa que logro cautivarlo más de lo que ya lo estaba haciendo.

 

-Un lugar con nieve, me parece bien. –Comento con una sonrisa para terminar de acortar la distancia que tenían.

 

Al momento de que el moreno estuvo enfrente del rubio este sin ninguna duda tomo su mano dándole una pequeña sonrisa. El moreno levemente se avergonzó por ese gesto pero aun así correspondió al gesto entrelazando sus dedos.

 

-Esto será una pequeña recompensa. –Le escucho decir con una risita.

 

-Si obtendré estas recompensas querré hacer más seguido este tipo de cosas. –Dijo también riendo un poco por toda esa situación.

 

Se sentía como un adolescente enamorándose por primera vez. Tan atontado se encontraba con toda esa situación que en ningún momento se percato del engaño por el que estaba pasando. Todo era un acto, un acto el cual no se daba cuenta, quizás porque el mismo que estaba engañando estaba comenzando a auto engañarse. Era inevitable que pasara si los que estaban involucrados eran dos corazones que no habían llegado a amar de verdad. Era inevitable.

 

Yuuri se enteró de que todo era un engaño cuando un día al llegar a su casa se encontró con su mujer en la mesa del comedor sentada esperándolo. A su lado había un hombre parado quien lo reconoció como el hombre con el que lo había engañado aquella vez que los encontró. Se pregunto que era toda esa escena, pero las respuestas le llegaron más rápido de lo que iba poder asimilar.

 

-Yuuri… -Escuchar su nombre en la boca de aquella mujer le hizo sentir asqueado –Tenemos un asunto que hablar…

 

-¿Un asunto? –Dijo, aunque más o menos se imaginaba por donde iba.

 

-Sí. Quiero que me des el divorcio y una suma de $$$ millones. –Dijo con completa seguridad.

 

-¿¡Qué!? –Soltó con sorpresa mirando fijamente a su esposa.

 

-Sí. Eso es lo que queremos nosotros. –Dijo señalando al hombre a su espalda –Debes entender que no te amo y ya estoy cansada de seguir fingiendo que te amo, así que, acabemos con todo esto de una vez.

 

-¿Sabes lo que de verdad estas haciendo? ¡Si me divorcio seré tachado! –Comento histérico no creyendo lo que le decía su esposa.

 

-¿Y? Tú eres un ministro lo lograras resolver. –Comento haciendo una pausa –Será mejor que acates mis demandas, no quiero dejarte peor de lo que ya quedaras con el divorcio.

 

-¿Qué? –Volvió a soltar incrédulo.

 

-Ya escuchaste Yuuri. Quiero el divorcio y el dinero, después de eso desaparece de tu vida.

-¿Y si me niego? –Pregunto con algo de duda.

 

-Entonces… -Soltó la mujer colocando un sobre que le dio el hombre de atrás en la mesa y deslizarlo hasta donde estaba el moreno –Te llevaré a tribunales Yuuri Shibuya.

 

Yuuri no se lo quería creer. No quería creer que estaba pasando por esa situación. Tomo el sobre que había llegado hasta su lugar abriéndolo para poder sacar su contenido, eran fotos, fotos de su evidente infidelidad. ¿Cómo había conseguido esas fotos? ¿En que momento se había dado cuenta? A veces se odiaba por lo inocente que podía llegar a ser.

 

-Será mejor que aceptes mi trato. –Finalizo la mujer levantándose de la mesa y yéndose con aquel hombre, pasando a un lado del moreno.

 

El moreno aun sin poder creérselo cayó de rodillas al suelo viendo aquellas fotos. Si su mujer lo llevaba a tribunales eso significaba ser tachado por mucho tiempo, si lo llevaba mostrando esas fotos significaba el fin de su carrera. Su carrera como excelente ministro se acabaría, porque las personas no recordarían las buenas obras que había hecho, no, lo que recordarían de él sería la infidelidad que había tenido, no solo eso, la infidelidad que le había hecho a su mujer con otro hombre. Eso iba a ser más destructivo que haberlo hecho con otra mujer.

 

En ese momento pensó en Wolfram, quizás si iba con él podría resolver de alguna manera todo ese problema. Solo con ver a Wolfram seguro se animaría para tomar una decisión. Cayó en cuenta con sus pensamientos de que solo necesitaba del rubio para continuar adelante. Quizás le ofrecería un trabajo como su secretario así lo tendría cerca, de esa manera podría cumplir su promesa. Si tenía a Wolfram no le importaba su mujer, le daría el divorcio y su dinero, de esa forma podría estar con la persona que de verdad le importaba.

 

Sin ninguna duda se levanto del suelo para ir directo a la entrada de la casa. Se subió a su auto y se fue a aquel lugar donde siempre se encontraba con el rubio. Si lo veía podría proponerle lo de trabajar para él. Terminaría con su esposa y así podría quedarse solo con Wolfram. Ese era su perfecto plan, ya no necesitaba a su mujer, no le importaba si luego hablaban de él por el divorcio, estaba bien, mientras pudiera quedarse con Wolfram. Como de costumbre le escribió un mensaje al otro para encontrarse en el lugar de siempre.

 

Al llegar al lugar el otro aun no había llegado así que se sentó a esperarlo. Estaba ansioso, esa sería la primera vez que haría ese tipo de cosas, pero estaba bien, se lo pediría a Wolfram, sabía que él sin ninguna duda iba a aceptar. Cuando le vio entrar se sintió emocionado sin poder evitarlo se levanto de su asiento para recibirlo.

 

-Yuuri, ¿Qué sucede? De pronto me mandas un mensaje para vernos. –Comento, no era un día que se vieran.

 

-Es una larga historia. Quería verte. –Comento con una sonrisa, sonrisa que provoco que el otro tensara sus hombros.

 

-¿Qué sucedió? –Soltó con duda el otro.

-Wolfram, me divorciaré de mi mujer. –Dijo, no entendió muy bien porque al decirlo pudo ver miedo en los ojos del otro –Por eso…por eso te quería ver. Wolfram, quiero que te quedes conmigo… -Dijo de manera alegre.

 

-¿Quedarme contigo? –Esperaba una respuesta positiva que nunca llego, en su compensación tuvo una pregunta.

 

-Sí… -Soltó ahora con duda –Podemos estar juntos ahora, podré cumplir con nuestra promesa… -Iba diciendo de pronto sintiendo que iba a ser rechazado.

 

-Yo…

 

-¿Por qué no le contesta al ministro? –Una tercera voz sorprendió al moreno. Pudo ver perfectamente que era el mismo hombre que había acompañado a su mujer.

 

-¿Qué? ¿¡Qué hace alguien como tú aquí!? –Soltó con histeria.

 

Su histeria aumento cuando vio como aquel hombre rodeo con sus brazos a Wolfram. Tomo con una mano el mentón del rubio el cual levanto un poco antes de lamer levemente su cuello. Aquella escena le causo repulsión. Aquel hombre le miró fijamente con una sonrisa burlona. Intento buscar respuesta en el rubio pero este no le miraba fijamente.

 

-Ministro, por favor no se altere. –Comento aquel hombre sin soltar a Wolfram –De verdad que le gustaste mucho al ministro, Wolfram. –Continuó dirigiéndose al rubio.

 

-¿Qué? –Dijo Yuuri anonadado.

 

-Ministro. ¿Le gusto tener a Wolfram? Parece que es así. –Comenzó a hablar aquel hombre –Lo lamento mucho ministro, pero creo que su amado no podrá ir con usted. –Dijo con una sonrisa.

 

-¿De qué estas hablando? ¿De qué esta hablando? –Comento intentando buscar respuesta en el rubio, más nunca las consiguió porque no le miraba.

 

-Piense ministro. –Comento mientras sus manos recorría con lentitud el cuerpo de Wolfram -¿Cómo cree que conseguimos esas fotos? –Soltó.

 

A Yuuri no le llevo tanto caer en cuenta de lo que estaba hablando. Así que había sido de esa manera, de esa forma es que lo habían hecho. No quiso creerse la realidad, no quería creer que había sido engañado por Wolfram. Quiso creer que no, por eso busco su mirada para ver que todo aquello era falso, pero nunca pudo verlo, pues en ningún momento Wolfram cruzo miradas con él. Entonces cayó en cuenta de que había sido engañado.

 

Una estafa. Todo había sido planeado para que él cayera. ¿Desde el principio había sido engañado? ¿Todos esos momentos que había tenido con Wolfram habían sido un engaño? Entonces solo estaba siendo usado, seguro todo era para sacarle dinero. Por última vez quiso creer que no era así y de nuevo busco la mirada del otro, pero al no encontrarla termino de golpearlo la realidad. Todo había sido una cruel mentira.

 -Así que es de esa forma… -Comento apretando con fuerza sus puños –No tengo más nada que hacer aquí.

 

Con esas palabras finalizo la conversación, no tenía más nada que hacer en ese lugar, todo estaba completamente acabado. Comenzó a caminar con dirección a la entrada pero antes de hacerlo logro escuchar las palabras de aquel hombre que le había arruinado su vida o mejor dicho, lo estaba por arruinar.

 

-¡Espere paciente la demanda! –Soltó aquel hombre causando que Yuuri se tensara. Así que todo estaba acabado para él.

 

Al marcharse el moreno se quedaron el rubio y aquel hombre quien se separo del otro de una vez chaqueando un momento. Wolfram quien había escuchado las últimas palabras que había soltado se levanto de golpe para mirar al otro fijamente tomando su camisa con algo de fuerza.

 

-¡Espera! –Grito mientras sostenía su camisa.

 

-¿Qué? –Dijo con molestia aquel hombre golpeando con fuerza la mano del otro para que le soltara.

 

-¿Por qué lo demandaran? ¡Se supone que solo le pedirían el dinero y ya! –Grito con evidente preocupación.

 

-¿Por qué no? Es un ministro, mientras podamos sacarle todo el dinero será mejor… -Dijo haciendo una pausa.

 

-¡Eso no era parte del trato! –Grito con enojo el otro tomando de nuevo su camisa -¡No le hagas la demanda! ¡Lo destruirás!

 

-¿Qué? –Soltó viendo como el otro le sostenía con enojo la camisa. Río minutos después –No puedo creerlo.

 

-¿Qué? –Soltó sin entender la reacción de aquel hombre.

 

-Wolfram… ¿Te has enamorado de aquel hombre? –Dijo con una pequeña sonrisa.

 

-¿Enamorado? –Soltó comenzando a soltar la camisa ajena –C-claro que no… es imposible. –Y el que no le mirara fijamente le hizo entender que mentía.

 

-Con más razón le diré a esa tonta mujer que lo demande.

 

-¿Eh? –Soltó mirándolo fijamente –Eso lo destruirá, por favor no lo hagas. –Dijo en tono suave. El hombre mostró una expresión de asco cuando le vio.

 

-Lo destruiré, que te quede claro, no hay vuelta atrás.

 

-¡Pero…! ¡Eso n-! –Y antes de terminar con su queja pudo sentir un fuerte puño en su mejilla que produjo que cayera al piso.

 

-Realmente que debo de reeducarte Wolfram. –Comento aquel hombre que lo había golpeado –Por tener unos momentos lindos con aquel sujeto crees que todo es posible. –Comento notándose el enojo en el rostro.

 

Wolfram iba a retroceder cuando vio ese tipo de expresión, iba a levantarse de un solo golpe e irse antes de que la cosa empeorara, pero antes de hacerlo fue tomado del pie provocando que de un solo golpe fuera regresado al piso. Se quejo del dolor pero antes de poder comentar algo más recibía un nuevo puñetazo en el rostro. Llevo su brazo al rostro para cubrirlo de un nuevo golpe, pero eso solo produjo que recibiera una patada en el estomago.

 

-¡No seas ridículo! –Grito mientras lo pateaba con más fuerza -¿Crees que podrás ser feliz? ¡No me vengas con esa mierda! Te haré entender… ¡Te haré entender que tu no tienes ningún derecho! Tu eres mío Wolfram, desde aquel momento que te ayude con las deudas eres mío, en conclusión te compre…

 

Después de golpearlo un par de veces más se agacho viendo como el otro seguía en el piso tosiendo con algo de dificultad. Lo tomo del cabello con algo de brusquedad para que le mirara fijamente. Wolfram con la poca fuerza que le quedaba golpeo su mano para que le soltara e intento buscar algo con que apoyarse para levantarse.

 

-Tu deuda conmigo es demasiado grande. –Le escucho decir a aquel hombre. Intento levantarse para defenderse, pero lo regresaron al piso. El hombre se coloco encima llevando sus manos al cuello de Wolfram –Wolfram… Tú eres mío y de nadie más, me seguirás ayudando en estafar a los altos mandos. Yo enamoraré a las mujeres y tú lo harás a los hombres, ¿Ese fue el acuerdo, no? No puedes escapar. No te dejaré escapar.

 

Mientras más hablaba iba apretando con más fuerza el cuello de Wolfram. Este por su parte intentaba librarse de aquel agarre que le estaba dejando sin aire. Golpeaba sus manos en el cuello con algo de fuerza, pero esa fuerza se iba perdiendo mientras más apretaba. Se estaba quedando sin aire, si eso continuaba así se iba a desmayar en ese lugar. Cuando ya estaba llegando al límite sintió como su cuello era liberado. Sin poder evitarlo comenzó a toser sin parar.

 

-No se te olviden mis palabras… -Finalizo aquel hombres antes de mirarlo con furia e irse del lugar dejándolo completamente solo.

 

-Demonios, demonios, demonios…. –Comenzó a soltar con frustración mientras golpeaba levemente el suelo.

 

¿Cómo había llegado a esa situación tan frustrante? Si, todo se debía a sus padres. Si su padre no fuese sido engañado por su amigo en un préstamo a la mafia, si no se fuese escapado sin pagar esa deuda no le hubiese tocado pasar por todo eso. Su madre quien había trabajado para pagarlo hasta caer enferma. Sus hermanos que habían muerte por trabajar para la mafia en busca de bajar la deuda. Todo había sido culpa del engaño a su padre.

 

A veces lo odiaba por haber sido tan inocente en ese sentido, pero ahora no tenía con que juzgarlo. Él había hecho lo mismo, el se había dejado llevar por aquel hombre que ahora lo usaba para estafar a personas importantes. ¿Cuántas veces más tendría que dormir con otros hombres con tal de ser libre de nuevo? Se había liberado de la presión de la deuda pero ahora era esclavo de aquel hombre que solo lo había ayudado para usarlo. Sabía que estaba siendo usado por su apariencia, sino fuese tenido esa apariencia aun seguiría con la deuda a la mafia, no solo eso, quizás hasta se fuese vuelto la puta de alguno de esos hombres. Lo odiaba, odiaba toda su situación.

 

Nunca había pegado una en su corta vida. De un infierno había pasado a otro. Lo odiaba y quería cambiarlo, pero no tenía las posibilidades. Paso su mano un momento por su cuello, recordando con ese gesto el toque del moreno. Yuuri había causado en él un efecto diferente, con él se sentía seguro y verdaderamente amado, aunque fuese una falsa, aunque solo era una estafa que estaba planeada, aun así Wolfram verdaderamente se había enamorado. Se había enamorado de aquel toque torpe, de aquella promesa que nunca sería cumplida. Se había enamorado de aquella hermosa persona con la que había estado. Pero ya era demasiado tarde, y todo había llegado a su final.

 

Como el hombre le había dicho aquel día la carta de la demanda llego unos día después de aquel. Yuuri Shibuya ya no le importaba nada de lo que pasaría de ahora en adelante, ya no tenía una razón para continuar. La única razón que había conseguido luego de largos años solo era una fantasía. No tenía ya nada que le importara, ni siquiera su trabajo por el cual se había esforzado en obtener. No fue sino hasta que era el día de la primera sesión en el tribunal que Yuuri salió de su casa.

 

El caso se hizo presente en las noticias, llegando a su casa la visita de sus familiares que le ayudaron al principio, pero mientras más sesiones tenían más parecía que al moreno no le importaba toda esa demanda. El abogado intento de todas las maneras no dejar tan mal al moreno. Su familia sabía el tipo de persona que era el otro, por eso deseaban que no quedara tan mal parado, pero la antipatía del moreno causaba que no lograran su objetivo.

 

De esa manera habían llegado hasta ese punto. Ese punto donde declaraban a su ex-esposa la ganadora de toda esa demanda. Ahora no tenía ni dinero, ni casa, ni trabajo, pues deducía que cuando saliera la noticia ya no podría mostrar su cara en el trabajo. Estaba completamente acabado, ya no tenía más nada que perder en ese lugar. Se levanto de su asiento listo para irse, ya no tenía nada que hacer en ese lugar.

 

-¡Por favor espere! –Una voz potente se escucho en el lugar.

 

-¿Qué sucede? –Pregunto el juez quien se había levantado y estaba acomodando sus papeles.

 

-Su señoría, lamento la interrupción pero… -E hizo una pausa –El presidente del ministerio ha negado la finalización de este caso. –Comento aquel hombre mientras pasaba al otro lado de donde estaba el público.

 

-¿Qué? ¡Eso-! –Soltó la abogada de la ex–esposa del moreno.

 

-¿El presidente? –Soltó volviéndose a sentar -¿Y eso se debe a qué? –Pregunto con curiosidad. Mirando como los del jurado se volvían a sentar.

 

-Yo vengo en representación del presidente con pruebas que demuestran que esto no es más que una estafa de parte de la señora aquí presente.

 

-¿Qué? ¿¡Cómo puede decir eso de mí, que soy la victima!? –Comento enojada.

 

-En este sobre tengo las pruebas de mis palabras. Estas pruebas las sustenta el presidente. –Comento mientras se acercaba al juez dejándole el sobre.

 

Yuuri aun no se creía lo que estaba pasando. ¿Cómo habían llegado a ese punto? Miró un instante a su abogado quien le indico que se volviera a sentar. Se sentó de manera obediente notando como su defensor se paraba para ir a donde estaba el hombre que había llegado hace unos momentos.

 

-Ya veo. –Soltó el juez antes de pasar el sobre al policía quien se lo entrego al jurado.

 

-Este caso aun no ha terminado su señoría. –Dijo aquel hombre antes de ir con el abogado del moreno y comenzar una conversación.

 

-¡Eso es una mentira! –Soltó la otra abogada –El caso ya ha sido decidido.

 

-Entonces… -Comento el abogado del moreno –Nosotros demandamos por difamación y estafa. –Continuó mirando a la otra abogado.

 

-¿Qué? –Dijo la ex-esposa de Yuuri.

 

-La demanda queda aceptada. –Dijo el juez antes de levantarse –La siguiente sesión para la continuidad de esta demanda queda pautada para el día x a la hora x. Se levanta entonces la sesión. –Comento el juez antes de recoger todas sus cosas y bajarse para ir a la salida.

 

-¿Cómo? –Soltó la mujer para girarse al público buscando al hombre que la estaba apoyando. Cuando no lo encontró de una salió a buscarlo.

 

Al salir lo encontró en plena entrada del lugar. Salió corriendo para detenerlo tomándolo de la muñeca. Al verlo se sintió aliviada de tener un apoyo, pero cuando vio la mueca fruncida que tenía dedujo que las cosas no estaban bien, antes de poder decir algo sintió como la apartaba con brusquedad.

 

-Saldremos de esta, ¿No? –Dijo con algo de duda buscando volver a tomarle de la muñeca.

 

-No seas ridícula. Este es solo tu problema. –Soltó con irá mientras se giraba y marchaba de lugar, dejando a la mujer completamente sola.

 

-¿Qué? –Soltó la mujer mientras caía al piso, viendo a aquel hombre que le había dicho que la amaba marcharse.

 

La noticia termino teniendo un giro de ciento ochenta grados. A la final termino por demostrarse que todo había sido un montaje de la ex-esposa de Yuuri. El moreno termino ganando la demanda con apoyó de otras personas, personas que no conocía pero aun así fueron al caso para declarar a su favor. En las noticias termino Yuuri como una victima de su mujer, causando que muchas personas terminaran apoyándolo. Termino ganando recuperando todas sus cosas y haciendo que su, una vez esposa, terminara presa por estafa y difamación.

 

Aun luego de haber pasado un año de todo eso el moreno no se lo podía creer. Cuando había creído que todo se había acabado de pronto todo se salvo. Como si alguien lo fuese ayudado a salir de ese gran hueco profundo. Termino obteniendo más apoyo, no solo de las demás personas sino también a nivel laboral. Proyectos que había creído no se realizarían ahora los estaba haciendo. A pesar de que las cosas habían empezado mal terminaron volteándose a su favor.

 

Tenía todo lo que había querido a nivel laboral, hasta estaba pronto de recibir un asenso. Tenía todo lo que había querido y había buscado para su trabajo, pero aun así se sentía incompleto. A pesar de todo eso sentía que había algo que le faltaba. Luego de todo ese caos que había pasado decidió que era lo mejor no involucrarse con nadie más, era mejor quedarse completamente solo, aunque había llegado a esa resolución de vez en cuando extraña tener compañía y no cualquier clase de compañía. Desde aquel entonces Yuuri siempre había sabido cual era la compañía que deseaba.

 

Aun en su recuerdo recordaba perfectamente a Wolfram, quien no había visto desde aquel momento que se entero que era parte de toda aquella estafa que había tenido. Aun a esas alturas continuaba sin perdonarlo, no podía creer todo lo que había hecho para poder destruirlo. A pesar de que no podía perdonarlo de vez en cuando se encontraba deseándolo de nuevo, era inevitable si aquel hermoso hombre le había robado el corazón sin darse cuenta.

 

Para sacar esas ideas de su cabeza decidió salir de su casa. Fue hasta su auto donde subió y comenzó a conducir. No sabía a donde ir así que solo manejo hasta que estuviera satisfecho. De pronto se encontró manejando por la zona donde por primera vez había conocido a Wolfram. Se detuvo dejando el auto en un estacionamiento para caminar por la zona. Ya no había las mismas tiendas ni bares que en aquel entonces. El bar donde había conocido al rubio ahora era una pequeña tienda de ropa íntima. Todo había cambiado, no era de extrañar si ya había pasado todo un año.

 

Luego de un rato caminando logro encontrar al fin un bar. Por pura curiosidad término por entrar al lugar, tal vez un vaso de alcohol iba a calmar todos esos pensamientos que estaba teniendo. Al entrar de inmediato fue recibido por un mesero, al preguntarle si deseaba en la barra o en una mesa prefirió en la barra. No quería estar sentado solo en una mesa. Pidió su primer vaso bebiéndolo de un solo golpe. Por alguna razón se sintió de la misma manera que en aquel entonces, había logrado todos sus objetivos en su vida laboral pero se había quedado vacío en su vida personal. Era gracioso pensarlo así.

 

-Déme otra por favor. –Soltó sin darse cuenta que la persona que lo atendía había cambiado.

 

-¿No cree que ya ha bebido demasiado? –No duro mucho en reconocer aquella voz provocando que levantara su vista. Encontrándose con unos orbes verdes.

 

-¿Qué? –Soltó en su shock sin dejar de ver al otro. Al hacerlo notó que tenía un traje de mesero.

 

-No deberías beber tanto, el alcohol no borrara tus penas. –Comento poco después teniendo un vaso y una botella en sus manos.

 

-¿Cómo-? ¿Por qué-? –Tenía tantas preguntas, pero no lograba finalizar ninguna.

 

-Es una larga historia. –Dijo repitiendo las palabras que en aquel entonces había dicho el moreno.

 

Yuuri le miro unos minutos en completo silencio, tenía tantas preguntas para hacerle, quería saber que había hecho. También quería una explicación de lo que había pasado en aquel entonces. ¿Qué hacía en ese lugar? ¿Por qué tenía el cabello más corto de lo que él recordaba? También tenía unas heridas muy notables en el rostro y cuello, ¿Qué había pasado en todo ese años?

 

Aun a pesar de todas esas preguntas que se hacía en su cabeza no pudo decirlas. A pesar de que había llegado a la conclusión de que no le perdonaría, de que le golpearía cuando lo volviera a ver, nada de eso lo había hecho, es más, dudaba que lo fuese a hacer. Miró un momento al rubio cruzándose con su mirada que estaba fija en él. Abrió la boca y la volvió a cerrar, pasó saliva un momento antes de decidirse que era lo que iba a hacer.

 

-Es grosero tratar un cliente de esta manera, ¿No te enseñaron a tratar bien a los clientes que acabas de conocer? –Soltó con un tono fingido de enojo. En respuesta tuvo una pequeña sonrisa de parte del otro con sus orbes verdes más iluminados de lo que ya estaban.

 

-Me lo han enseñado, pero yo no obedezco a borrachos desconocidos. –Soltó siguiéndole aquel extraño juego.

 

-Oh, me ha dolido. No me gusta que se dirijan a mí de usted. Mi nombre es Yuuri Shibuya. –Comento con una pequeña sonrisa estirando su mano en dirección al otro.

 

-Mi nombre es Wolfram Bielefeld. Un gusto Yuuri. –Dijo tomando la mano del moreno.

 

Duraron unos minutos tomados de la mano, como si con ese gesto pudieran trasmitir todos los sentimientos que estaban teniendo en ese momento. Había muchas cosas por decir, muchas razones por contar, pero no importaba si no la decían en ese preciso momento, tendrían tiempo, tendrían todo el tiempo a partir de ese momento de poder decir todo lo que no dijeron en aquel entonces.

 

-¡Bielefeld! Deja de vaguear y ve a atender aquella mesa. –Le grito otro mesero a Wolfram, cosa que produjo que soltara la mano del moreno.

 

-Será mejor que vaya a trabajar Wolfram. No queremos que lo despidan. –Comento con una pequeña risa.

 

-No se preocupe por eso. –Comento para dar unos pasos lejos el moreno. Se detuvo de golpe para girarse y así ver al moreno –Mi turno termino a las diez. Señor Shibuya. –Dijo con una sonrisa antes de volverse a girar e ir a realizar su trabajo.

 

El moreno se llevo una mano hasta el cabello con una evidente sonrisa en su rostro. Desde hace tiempo él sabía perfectamente que era lo que le faltaba en su vida personal, lo sabía pero no había querido aceptarlo, después de todo significaba aceptar toda aquella estafa que había pasado. Había pensado de esa manera todo ese tiempo, pero ahora que se había vuelto a encontrar con Wolfram cayó en cuenta de que no venía al caso ese asunto. Ya había pasado un años de todo eso, no venía estar preocupándose de algo que ya había pasado.

 

Volverían a comenzar todo de manera correcta. Esta vez si lo harían bien, sin ninguna estafa, sin ningún engaño, volverían a empezar desde cero olvidando aquello que habían pasado hace un año. Era lo mejor para ambos, porque al final de todo eso ambos se habían dado cuenta que en realidad deseaban estar con la otra persona, a pesar de todo lo que había pasado, ambos se continuaban deseando. Y se seguirían deseando por lo que le quedaba de vida, pues todo comenzó hace un años y continuó en ese preciso momento en que se volvieron a encontrar. Continuando juntos hasta el último minuto de su vida.

Notas finales:

Bueno, este es el final de este fic, espero les halla gustado. 

Tengo otra idea de otro fic en mente, quizás también lo publique (<- notese que huye de hacer un cap de su fic) 

Esperen ansioso el siguiente one que escribiré. El siguiente será más comedia-drama xD

nos veremos~ 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).