¡Wow! pero qué figura tan hermosa tenía Eska. Korra quedó con la boca abierta. Y con los ojos bien abiertos. Su prima se había retirado la bata para posteriormente entrar a las aguas termales en las que nadaba la Avatar. La maestra elemental entró con cuidado de no tropezarse con alguna roca o algo.
Korra estaba que hervía, literal. Y no sabía si era debido a las altas temperaturas del lugar o a que su prima estaba a unos pocos centímetros de ella y ¡Completamente desnuda!
La muchacha 4 elementos parecía tener fiebre porque se veía bastante roja. Eska volteó a verla con esa mirada fría e incómoda, la joven maestra no comprendía porque estaba siendo intensamente observada por la prima Korra. A ella le encantaban sus ojos fríos.
Al cruzarse sus miradas la muchacha mayor (incluso si ya no parecía posible) enrojeció aún más. La Princesa Tribal no hizo mucho caso. Pues ella siempre guardará aversión por el Sur y por todos sus habitantes incluída Korra.
Todo aparenta ir normal. Hasta que Korra se sintió un poco mareada. Aquello fue un mareo repentino. La misma se sostuvo de alguna parte para evitar caerse en el agua caliente. Pero, el malestar se intensificó. Y no pudo controlarlo. La Avatar casi inmediatamente perdió el conocimiento y cayó de espaldas al agua. Salpicando una gotas. Su cuerpo se mantuvo flotando sin hundirse. Eska se acercó a ella para ayudarla. Al ver que su prima estaba desmayada sobre la corriente; la expresión de la joven maestra no cambió en nada. Sin embargo, por dentro experimentó susto al momento en que creyó que algo malo le había sucedido dentro del agua. Cuando cayó en la cuenta se extrañó después de haber experimentado dicho estado. Pues la chica tenía en claro que a ella Korra le daba igual. Sin embargo; en el instante calmó su preocupación pues recordó que a Desna también la primera vez que entraron a las aguas termales él se había desmayado igual. Esto debido a que sus cuerpos no estaban acostumbrados a aguas tan tremendamente calientes. Korra debió haber sufrido lo mismo. Una baja de presión.
La hija de Unalaq hizo agua control para sacarla pero antes enfrió un tanto esa agua sin llegar al hielo para evitar quemarla más de lo que ya estaba.
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— Creí que ella no te agradaba.
— No me agrada.
— Entonces, ¿Por qué lo hiciste?
— Padre nos pidió tratarla bien.
— Pero Eska. Tu espalda.
— No duele tanto.
— Debiste haberme llamado.
— Pero no podía dejarla ahí sola.
— Pues mira, gracias a eso. Ahora estás sufriendo las consecuencias.
— No es nada. Estaré bien.
Desna no podía comprender las acciones de Eska. Su hermana está ahora pasando por un fuerte dolor de espalda y cuello. Todo gracias a la debilidad de la prima Korra. Su gemela tuvo que cargarla en su espalda para traerla. El hermano miraba a través del rostro apacible de su melliza como todo ese dolor es duramente contenido por ella mientras que el sanador efectúa su trabajo sobre las zonas afectadas. La sesión de curación es finalizada. La chica libera el aire por su boca. El médico se despide de los hijos del Jefe y lo hace como es debido. Los chicos quedan solos dentro de la habitación. La morena mira al chico.
— Por cierto, Desna. Prima Korra lleva algo adentro. Y yo sé que es.
— Esta vez no puedo imaginarme de lo que estás hablando, Eska.— responde él. No muestra pizca de interés.
— Pues te lo digo. Una vez madre me dijo que cuando un hombre y una mujer tienen sexo. El resultado es un bebé. Ella lo hizo y ahora lleva un bebé dentro.
A Eska le dio gracia decirlo. Pero a Desna oírlo no tanto. ¿Qué ejemplo le da la prima a su hermana? Por supuesto, uno muy malo. Korra ni siquiera estaba casada.
Por el mismo pasillo a unas ocho habitaciones más estaba siendo atendida Korra. Cuando despertó se encontró en esa habitación con una enfermera y un médico que la atendía. El médico del Palacio del Norte, la examinaba. Mientras la enfermera le untaba algo en las quemaduras que tenía en brazos y piernas. Pero, vamos, que no es para tanto, sólo son unas cuantas rojeces. Pensó ella.
— Avatar. — dijo el médico con la punta de su dedo índice tocando su labio inferior. Pensativo.
— Para estar más seguro de si usted realmente se encuentra en ese estado. Necesito hacerle un estudio de sangre.
— ¿Estudio de sangre? — repitió ella, temerosa. Las agujas de entre todos sus enemigos ellas eran las peores. Por qué quería hacer eso. ¿Cuál estado? ¿De qué está hablando el anciano?
— Sí. Se trata de una prueba sencilla. —explicó él.
— Pero yo ya me siento bien.—se excusó ella. E inmediatamente se puso de pie.
— Mire.
La chica casi se pone a bailar para que viera que ya se sentía bien. La enfermera que estaba con ellos se hubiese reído de lo graciosa que se ve una miedosa Avatar (tratando de evadir el pinchazo) pero tenía en cuenta que si lo hacía; bien podría terminar encerrada en una de las prisiones del Norte.
El doctor que ya era un viejo de avanzada edad se acomodó los lentes y parpadeando, observó a la muchacha. Apenas podía creer que esa muchacha con ese comportamiento fuera el Avatar.
— Por lo que veo, ¿Usted no cree que sea debido realizarle una prueba por medio de la sangre?
— Le digo que no es necesaria. ¡Me siento bien!
La puerta se abre y aparecen dos personas.
— ¿A qué tipo de prueba se refiere? —pregunta Eska con ese tono monótono en su voz. ¿Qué nadie les enseñó a tocar antes de entrar? Pues, tal parece que no. Desna entró junto con ella. Korra la miró y automáticamente sus mejillas se volvieron de un color rojizo suave. Desna observó el cambio de color de las mejillas de su prima y se sorprendió.
— Princesa, joven Desna.—habló despacio el médico—
— Le pedí al Avatar una sencilla prueba de sangre. Esto para confirmar si realmente está en estado de embarazo. Pero ella se negó.
A la Avatar se le abrieron los ojos de asombro con acompañamiento de un susurrante “¿Qué?”. Estaba en estado de desconcierto.
— Será posible que… —emitió casi llorando. El hijo del Jefe la miraba con desdén en el gesto. Por otro lado, la hija del Jefe le daba el pésame en silencio. Ella tampoco quería ni pensaba tener un hijo.
— Pero, si sólo lo hice una vez sin protección—dijo como pretexto.
La joven se volvió violentamente hacia el hombre. Limpiándose las lágrimas de los ojos.
— ¿Está seguro de que estoy preñada? Aún no lo podía creer. Que estuviera embarazada de su ex, Mako.
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