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Mánager [JaeYong] [NCT] por Kuromitsu

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Existían muchos sonidos a los que el oído de JaeHyun estaba acostumbrado a escuchar diariamente en su labor y uno de ellos era el constante flash de las cámaras que, ininterrumpidamente, se encargaban de retratar la figura de la persona para la cual trabajaba.

—La barbilla más arriba, ahora mira hacia la izquierda e intenta mantenerte… ¡sí, justo así! ¡Maravilloso!

Sonriendo, se sentó en la silla que le correspondía mientras veía al fotógrafo emocionado ante el profesionalismo del modelo. Quién no quedaba impresionado después de todo; la popularidad de Lee TaeYong no hacía más que aumentar desde que comenzaron el contrato. Decentes sumas de dinero, entrevistas, admiradoras… le estaba ayudando a conseguir todo a una velocidad vertiginosa.

JaeHyun lo sabía más que nadie: el muchacho era una mina de oro.

—¿Tenemos tiempo para ir a cenar antes de seguir con las fotos? —preguntó el extenuado modelo apenas terminaron con las tomas—. Me gruñe el estómago.

—Creo que… —revisó el reloj de su muñeca mientras calculaba si acaso una rápida parada por comida calzaría o no con la estrecha agenda que llevaban; pero entonces se dio cuenta y le instó con una pequeña sonrisa—. Espera, ¿no se te olvida algo?

TaeYong rodó los ojos por apenas un instante.

—Querido mánager, ¿podríamos por favor comer algo? —su voz sonó al menos una octava más aguda, algo divertido dada la grave voz que normalmente salía de esos labios sonrosados, y JaeHyun se rio abiertamente al verle realizar unos corazones con sus dedos. Asintió.

—Solo por tu aegyo —recalcó mientras se aseguraba de tomar todas las pertenencias del extenuado modelo, y se despidió de todos amablemente con una sonrisa estándar que dejaba ver sus hoyuelos, antes de retirarse con TaeYong apresuradamente.

Escuchó las voces del personal comentando acerca de qué buena dupla hacían ambos, hasta que las perdió totalmente cuando ingresó al estacionamiento donde estaba su auto de vidrios oscuros. Se sintió satisfecho de que estuviesen haciendo ese tipo de comentarios acerca de la buena química que parecían tener como modelo y mánager; creyó captar incluso a un par diciendo lo feliz que se veía “el mánager de la sonrisa encantadora” como solían decirle debido a sus hoyuelos.

Cuando le abrió la puerta del copiloto, sin embargo, su mueca de felicidad ya no estaba allí.

—Súbete —requirió con dureza. TaeYong obedeció.

Como siempre.

———

Apoyó la frente en el vidrio que separaba el caldeado interior del lujoso auto de las frías ráfagas de viento que se dejaban sentir en las calles de Seúl. Ni se inmutó cuando JaeHyun le ordenó que se pusiera el cinturón de seguridad e intentó ignorar su voz con todas sus fuerzas.

—TaeYong, colócatelo —insistió. Mantuvo la vista pegada en el paisaje nocturno que pasaba veloz gracias a la velocidad vertiginosa del auto—. Ponte el maldito cinturón de una puta vez, ¿quieres?

Sintió su propio cuerpo temblar ante la voz autoritaria de él, su mánager, y se preguntó si acaso todo por lo que estaba luchando valía realmente la pena para tener que vivir así.

Día tras día, noche tras noche.

Las llantas del automóvil rechinaron agudamente contra el pavimento debido a la frenada rápida que le mandó hacia adelante tan solo un poco; el brazo de JaeHyun apegado a su pecho le impidió salir prácticamente por el parabrisas.

—¡¿Es que me quieres matar…?! —reclamó con el corazón desbocado, enojado a más no poder. JaeHyun dejó de sostenerle y sin señal alguna de haberle oído se comenzó a quitar el cinturón de seguridad, algo ilógico porque estaban en mitad de la maldita calle y las bocinas de los autos que venían detrás no demoraron en ensordecerle un poco—. Pongámonos en marcha y…

Enmudeció cuando le vio salir del auto con un portazo, y se hundió en el asiento apenas notó las intenciones del más alto que vestido de traje se veía incluso más imponente de lo normal. Ni siquiera volteó a verle cuando la puerta del copiloto se abrió.

—Sal del auto.

—Jae…

—¡¡Que salgas del auto!!

—Íbamos a ir a cenar, ¿no? —preguntó apenas en un susurro, sabiendo que probablemente  alguno de los transeúntes se ha dado cuenta mas eso no significa nada a su favor. La gente no intercedía cuando veían algo que perturbaba la quietud del ambiente, al contrario. Solo ignoraban y ya.

Era más fácil hacer como si nada sucedía.

Cerró los ojos con ahínco cuando JaeHyun se acercó y se esperó que le tomara por el brazo para sacarle a la fuerza del auto, pero nada de eso pasó; su mano en cambio agarró el cinturón de seguridad con descuido y lo hundió en el espacio correspondiente con furia. Después, un portazo, verle dar la vuelta y meterse en la posición del conductor nuevamente para colocar la llave en el contacto y arrancar el auto. Iba más lento esta vez.

Intentó enfocarse nuevamente en el paisaje de afuera, pero supo que era totalmente inútil cuando sus ojos se desviaron cada cierto tiempo para observar al conductor de piel pálida, que brillaba gracias a las luces del barrio comercial que estaban cruzando en esos momentos. Ni siquiera leyó lo que ponían los letreros de neón que contrastaban sobre la negrura del cielo, y en cambio fijó su vista en la forma en que las manos de su mánager estaban fuertemente asidas al manubrio.

—¿En dónde quieres cenar? —inquirió, tratando de actuar suavizar su voz, sabiendo que a veces esa táctica funcionaba. El blanco de los nudillos de JaeHyun no desapareció.

—No cenaremos.

—Ah… —suspiró con una sonrisa débil. Revisó la hora en la radio de la cual no emanaba música alguna: las diez y treintaidós minutos de la noche. Todavía faltaba una sesión de fotos cerca del río antes de poder ir a dormir, y lamentablemente comenzaría en menos de una hora. Estaban atrasados—. Nos están esperando, ya veo…

—Lo cancelaré.

—Pero-

—No estoy de humor, TaeYong.

Se hundió en su asiento e intentó que los dedos no le temblasen cuando los apoyó en su regazo. Conocía el significado de esas palabras. No era la primera vez que las oía.

———

Aparcaron en un estacionamiento bajo uno de los tantos edificios con letreros de neón, que de haber leído antes tal vez habría notado cuáles eran las intenciones del castaño sin necesidad de preguntarle. Le siguió a la recepción, pagaron, la llave pasó a manos del más alto y sin decir palabra subieron hasta la planta correspondiente.

—Abre —le inquirió, pasándole la llave, casi como deleitándose porque tenía la posibilidad de marcharse de allí en cualquier momento de quererlo; el ascensor estaba cerca y las escaleras también.

Tal vez por eso había escogido esa habitación de todas; o quizá solo estaba dándole muchas vueltas al asunto pero era difícil no hacerlo con JaeHyun. Siempre tenía que estar alerta y esta vez no lo había estado. De haber censado su mal humor antes quizá estarían disfrutando de un sándwich en algún buen restaurante pero no, lo había tenido que arruinar.

Se odió.

TaeYong.

El susurro en su oído fue suficiente para lograr encajar la llave en la cerradura y colarse en el interior de la habitación desconocida, abriéndole la puerta simultáneamente al proceso que una y otra vez se volvía a repetir en un ciclo interminable.

Comenzó cuando sintió el sonido de la puerta al cerrarse detrás de él. El primer escalofrío provino de la lengua de JaeHyun al jugar con el lóbulo de su oreja; el segundo, de las siempre fragantes manos del más alto colándose bajo su ropa, recorriendo su abdomen, abriéndose paso por el ajustado pantalón hasta llegar a su miembro; el tercero, cuando se sintió obligado a caminar y le posicionaron boca abajo sobre la cama, con los brazos inmovilizados sobre su cabeza. Intentó evitar que JaeHyun lograra su objetivo pero una fuerte palmada en su trasero le distrajo gracias al súbito dolor que acarreó consigo, y simplemente se dejó atar de manos con la corbata que antes llevaba su mánager pulcramente sobre la camisa. “Será mejor si no te resistes” escuchó en su oído y olvidó cuántas veces había escuchado esa promesa vacía resonando en medio de palmadas, gruñidos, mordiscos, jadeos, gemidos; mas no pudo evitar caer en su juego y simplemente asentir con la cara vuelta hacia las mantas de la cama ajena, con la pequeña esperanza de que esta vez sería diferente.

No lo fue.

Se vio despojado rápidamente de sus ropas mientras JaeHyun permaneció prácticamente igual; la única diferencia fue cuando bajó la cremallera de su pantalón formal, dejando el espacio suficiente para su miembro que después de una escasa preparación (porque no, el que orquestaba todo no era una persona lo suficientemente paciente como para entretenerse con cosas que le distrajeran de lo que realmente importaba; nada más que desenrollar un condón y un poco de lubricación si se encontraba de buen humor) entró en su interior con brusquedad. Y entonces cerró los ojos.

Sin embargo, no fue capaz de hacer lo mismo con sus labios.

———

Existían muchos sonidos a los que el oído de JaeHyun estaba acostumbrado a escuchar diariamente en su labor, y uno de ellos eran los constantes gemidos que salían de la garganta de TaeYong cuando tenían sexo.

Miró a su derecha, al cuerpo del pequeño modelo envuelto entre las sábanas, durmiendo apaciblemente después de hacerle jadear hasta el cansancio. No le había dejado tranquilo hasta saciarse por completo y aquello no era fácil de lograr, después de todo. Se recostó a su lado por unos segundos y recorrió con la punta de sus dedos los pequeños mordiscos que le había dejado como estampas en la piel; nada que un poco de maquillaje no pudiese ocultar. Siguió tocando la superficie cálida cubierta en sudor y con delicadeza trazó el lugar donde su manzana de adán sobresalía a todas luces. El rasposo sonido que había salido de su garganta todavía le resonaba en los oídos.

Estaba acostumbrado a escuchar su voz imbuida en placer, sí, pero aquello no significaba que no lo disfrutara al máximo en cada ocasión.

———

Cuando despertó ni siquiera fue necesario el echar un vistazo alrededor para notar que JaeHyun ya no estaba allí. Tampoco habría podido de haberlo querido porque un dolor de cabeza le impidió abrir los ojos por varios segundos; para cuando al fin pudo abrir uno de ellos su atención se enfocó en un color blanco que resaltó contra el gris de las paredes y el café del mueble donde estaba apoyado.

La hoja de papel estaba cruzada por unas simples palabras en color negro que perturbaron un poco su blanco color; palabras simples, apretujadas las unas con otras.

“A las 11:00 en el mismo lugar de ayer, necesitamos repetir unas tomas. No llegues tarde.

Hay pizza en la mesita de noche”

Volteó y comprobó que si había un trozo de pizza dentro de una caja. El resto de la figura originalmente circular no estaba como si se la hubiesen comido, algo que habría sido factible que fuese autoría de JaeHyun de no ser por un pequeñísimo detalle: el más alto detestaba la pizza.

Además, estaba fría.

Intentó no darle vueltas al asunto y masticó un poco del pedazo sobrante, después de todo estuviese helada o no, seguía teniendo un hambre voraz. Comer ayudaba también a enfocarse en otra cosa que no fuese la sensación molesta de su pecho cuando sin querer se fijó en las marcas de sus muñecas; todavía podía visualizar la corbata de color negro anudada allí. Después de una ducha rápida volvió a calzarse la ropa del día anterior que seguía regada por el piso, y salió del lugar a tiempo para llegar al lugar que necesitaba, enfocado en las cosas que tendría que hacer. Probablemente JaeHyun le recibiría con una sonrisa —mueca que no había hecho su aparición desde que habían salido del set—, y tendría lista la agenda con todas las cosas que debería hacer durante la jornada. Harían como si tuviesen una gran química, la gente se tragaría esa mentira, todo iría perfecto y con un poco de suerte las tomas servirían para pavimentar más su camino hacia el estrellato. Cuando pensaba en eso, todo el esfuerzo parecía valer la pena.

Y así, con fuerzas suficientes para poner un pie delante de otro para caminar hasta su destino, se marchó.

Porque era simplemente otro día de trabajo más. Así lo estipulaba el contrato.

 

 

 

 

Notas finales:

¡Hola! Espero les guste esta nueva historia, de la que debo decir es mi pareja favorita de NCT, JaeYong.

Si desean comentar se los agradecería muchísimo <3

¡Nos vemos! 


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