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OTRA HISTORIA por BConejo

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Notas del capitulo:

Hola, cuanto tiempo, ¿Como han estado?, espero que bien, si realmente les gusta mucho el fic quizas publique una o dos veces al mes, diganme si quieren. Sin más, a leer!!!

La institución se elevaba de entre las casas de la costa, sus muros blancos reflejaban la luz cual lucero, y en unas letras enormes  azules que se podían leer desde un kilómetro se establecía “HOSPITAL CRUZ New Jersey”.


Stanley estaciono su amado auto enfrente del edificio. Ya tenía la mayoría de las cosas listas para su partida, credencial falsa, identidad renovada, había comprado lo necesario gracias al dinero recaudado por sus estafas, todo era nuevo, ¡Hasta el bigote! Solo quedaba una cosa que le tenía preocupado.


Con una mano, el joven Pines acarició disimuladamente por dentro de la chamarra su, todavía, pequeño vientre. Estaba preocupado, hace apenas una semana se enteró de que existía una vida creciendo dentro de él y ni una sola vez, fue por atención médica. Una de las razones era la vergüenza, la vergüenza de ser un fenómeno, pero, quizás (Diablos, ni siquiera sabía qué edad tenía su hijo)  dentro de poco, no podría ocultarlo más. Entonces, decidió entrar.


Con determinación, característica de él, atravesó el umbral del lugar. No realizó preguntas, no hablo con nadie. Después de todo, aquel camino había sido recorrido muchas veces por él y su gemelo. Se dirigió seguro  y firme hasta el tercer piso, caminó por el pasillo izquierdo, dio la vuelta, se topó con una puerta de madera donde una placa de metal profesaba “DOCTOR HUSLY Especialista en anomalías” y abrió la puerta.


Dentro, una mujer enseñaba su mano a un hombre canoso. La extremidad poseía una tonalidad verdosa y yagas de las cuales escurría un líquido amarillento con tonos azules. El recién llegado solo pudo decir-Dios mío, eso es asqueroso-


La mujer miraba con ira al intruso, mientras el doctor, con el ceño fruncido en un gesto entre confusión y odio preguntaba -¿Pines?-.


-Hola Doc.- Stanley cerró la puerta a sus espaldas y sonrió burlón al recargarse en una de las paredes del consultorio-¿Qué haciendo?- .


-Muchacho, sé que no estas ciego, así que, como ya lo notaste, estoy en una revisión, ¿Podrías retirarte y esperar tu turno?- el doctor se quitó los guantes


-¡Oh vamos!, no creo que a la seño le importe- la mujer solo atinó a cubrirse su mano con un guante y empezar a recoger sus cosas


-Veo que tiene otras personas que atender señor, así que me retiro- la mujer le arrebató su saco al doctor que lo sostenía mientras esbozaba unas disculpas por la interrupción.


-Nos vemos dulzura- la dama azotó la puerta con innecesaria fuerza -¡Vaya!, qué carácter-


Husly se sobó el puente de la nariz -¿Qué quieres Stanley?- el doctor conocía a ese joven, nada bueno podía venir de él.


-Necesito una revisión- El joven dejó de sonreír para poner una expresión sería, el asunto era importante como para seguir en su actitud burlona.


-Stan- el anciano suspiró- sabes que tu cita solo se hace cada dos años y no puedo revisarte hasta que se cumpla la fecha-


O… eso Pines lo sabía muy bien, había estado con esa imposición desde que él y su hermano vinieron al mundo, el precio de ser aberraciones. Ese doctor, era el que los había atendido desde que sus padres supieron las mal formaciones de sus hijos. Era la única persona en quien confiaba para llevar su caso.


El menor pasó saliva y humedeció sus labios, tenía que decirle la verdad al doctor si quería su atención, para eso había venido. Pero no estaba seguro de repetir la misma frase, hace siete días la persona que amaba lo había rechazado y su padre lo había expulsado del hogar, al momento en que él había dicho aquella frase. Volvió a pensar en su hijo, decidió tragarse su miedo- Estoy embarazado-


Husly miró desconcertado al chico, no se esperaba eso, aunque era un médico de anomalías, debía hacer honor a su título y comportarse de la manera adecuada y profesional en la que debía de ser- ¿Cómo lo sabes?-


-Prueba de embarazo y presento antojos, mareos y vómitos- lo último le había dado la idea de crear los pañuelos azules al no llegar a tiempo al sanitario, terminando con la camisa empapa de líquidos que no quería saber su composición.


-Una prueba de embarazo no es suficiente ni segura- el doctor odiaba esos aparatos plásticos que se equivocaban con demasiada facilidad-Mucho menos en tu caso- ¿De cuándo a acá existan pruebas para varones?- yo recomendará unos análisis de sangre, si los realizamos en este momento, los resultados podrían estar de entra dos o tres…-


-No tengo tiempo anciano- Stan lo interrumpió- Voy a salir de la ciudad, necesito saber…- y ya no supo que decir ahí, eran demasiadas sus preocupaciones, cuantas semanas tendría, si estaba bien, y lo que más le aterraba, era saber si presentaba alguna… distintiva como él y su hermano.


El doctor supo interpretar esa mirada de confusión y angustia que tenía el pequeño frente de él, era solo un joven de 18 años, el cual cargaba con el mundo encima.-En ese caso… sugiero una ecografía-


Pines levantó la mirada, ¿No era demasiado pronto como para realizar una? Sin decir nada, el doctor camino hacia una peque ala auxiliar que poseía su consultorio, había muchas ocasiones en donde una joven venía diciendo que tenía algún insecto dentro, cuando no era nada más que un embarazo común, por ello, poseía indumentaria necesaria para esos casos.


Stan lo siguió sin murmurar o sin quejarse haciendo caso a cada una de las indicaciones que el mayor le daba. El medico estaba sorprendido, era la primera vez que veía al menor comportarse de esa manera, normalmente estaría haciendo una travesura, saltando de un lado para otro o coqueteando con una enfermera mientras su gemelo intentaba controlarlo.


Cuando todo estuvo listo, latidos acelerados se escucharon en toda la habitación. Stanley, que hasta ese momento había estado observando el techo, dirigió su azabache mirada al monitor que presentaba manchas negras y puntos blancos.


-¡Vaya!- Husly exclamó- Felicidades- era la primera vez que el joven recibía felicitaciones por su embarazo- eres portador de un estupendo y poco usual embarazo múltiple- el doctor movió un poco el aparato- parece ser que todo está en orden, no hay nada de que preocuparse-


Stan no paraba de sonreír, tres pequeñas manchas se presentaban ante él, estaban demasiado borrosas, y él, ya estaba seguro de que los amaba, tendría tres hijos ¡Con un demonio! ¡HIBA ASER PADRE!,. Soltó una carcajada y contuvo la tentación de acariciar su vientre. De seguro estaría como una ballena al avanzar el embarazo, ¿Pero que más daba? Eran tres seres perfectos formándose en su interior.


 Solo faltaba una cosa para que el momento fuera perfecto también, o más bien, alguien. Su hermano era un marica sentimentaloide. Si él estuviera a su lado, se habría puesto a llorar, habría sostenido su mano y hubiera reído de la emoción. Si él estuviera…  Pines miró a su lado… pero nadie estaba, y probablemente, nunca estaría para contemplar a sus tres perfectas creaciones, nadie jamás, estaría a su lado, nadie le volvería a decir te amo. Ford ya no estaría presente nunca más. “Ford… ¿Por qué?... ¿Dónde rayos estas?”


Husly apagó la máquina y el sonido se detuvo-¿Sabes?-inquirió el doctor- Nunca pensé que pudieras quedar en estado, digo, con tu personalidad tan activa y nada cariñosa, después de todo se me hace raro que te hayas dejado dar por alguien-  el doctor soltó una risa traviesa, con un carajo ¿acaso el médico se atrevía a burlarse de él?-tienes 7 semanas de gestación y todo parce indicar que los embriones están sanos,  te recomendaría que vinieras a una revisión cada semana por lo extraordinario de tu caso- comenzó a limpiar su estómago y a acomodarse la ropa- sin embargo, por tu comentario anterior sobre dejar la ciudad, supongo que no volveremos a vernos y que tu familia te dejó solo-


Stanley con voz fuerte y rotunda dijo- No estoy solo- sus dos manos acariciaban su vientre.



El joven Pines conducía sobre la carretera, un anuncio se empezó a divisar a lo lejos “Usted está saliendo de New Jersey”.


Él sabía que si se atrevía a dejar ese lugar, todo su pasado, su familia también sería dejado atrás. Porque él sabía que una vez fuera, nunca volvería, ni siquiera por… por él… por su hermano, su gemelo, la persona a quien amaba.


Pines observó la eco que ahora colgaba del retrovisor de su auto, pensó en sus niños, ellos eran su familia ahora, si algún día, él necesitaba de alguien, ellos estarían para él. Stan aceleró y cruzó el punto de no retorno. Jamás miro atrás.

Notas finales:

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