La adolescencia es la etapa más emocionante y divertida de la vida del ser humano, en estos “años de gloria”, se toman las decisiones, pasos y caminos más importantes para nuestro futuro, y en esta tarde de junio, el acogedor ambiente le daba el visto bueno al gran paso que una pareja daba en su relación, ese paso que los uniría tanto en cuerpo como en alma: su primera vez.
Aomine tomo suavemente la mano de su rubio novio, para encaminarse junto a él a su habitación. Aomine Tomomi (madre de Daiki, quien apoyaba felizmente la relación de su hijo con el rubio) les había dejado la casa libre.
*** Flash Back (la mañana de ese día) ***
— ¿¡¡Qué!!? -Gritó la joven madre (34 años de hecho, pero con su liso cabello negro y sus hermosos ojos azules eléctricos; los cuales su hijo heredo, Aomine Tomomi, era una moderna madre de mente DEMASIADO abierta).
Luego de exaltar a su hijo con su gritó Tomomi se aproximó a abrazarlo con un aura rosa llena de brillos.
— ¡¡Aw!! Cuanto has crecido Daiki, no puedo creer que iniciarás tu vida sexual, y me encanta que sea con Ryota. ¡Oh! -Se separó abruptamente de repente, lo miró y en ademan de regaño y falsa molestia agregó— Que no se te ocurra llevarlo a uno de esos moteles.
— ¡P-Por supuesto que no! …es por eso… que… -El peliazul estaba sonrojado, aunque tuviera una buena comunicación con su madre, hablar de “eso” no dejaba de ser muy vergonzoso— Q-Quería pedir…te que…
Tomomi soltaba risitas inaudibles, viendo divertida a su hijo.
— Oh, Daiki -Habló apiadándose de su hijo- Claro que pueden hacerlo aquí, yo iré a visitar a tu tía. -Concluyo con su característica aura rosa.
— Gra…cias. -Dijo Aomine aun avergonzado sobando su nuca.
Aomine se disponía a subir a su habitación, se encontraba un poco más de la mitad de la escalera, cuando su madre hablo (mejor dicho; gritó) nuevamente.
— ¡¡Hey!! ¡Daiki! ¡Usen condones, por favor, soy muy joven para ser abuela! ¡Ah! ¡Y no olvides preparar muy bien a Ryota con-
— ¡¡Lose maldición!! ¡¡No grites esas cosas!!
*** Fin del Flash Back (de esa mañana) ***
Y ahora, esta singular pareja se encontraban parados frente a una caja mediana con un listón rojo ubicada encima de la cama de Aomine, llevaba un anota que decía:
“Para Daiki y Ryota,
¡felicidades por su primera vez chicos! <3
- A. Tomomi”
Kise se sonrojo hasta las orejas mientras Aomine se dispuso a coger la caja y ver su contenido, su reacción fue a cambiar de un aura animado y lleno de brillos a un aura perturbante y tétrico al imaginarse a su madre comprando esos artículos: un pote de lubricante a base de agua, condones y…lo que parecía un pene falso según el peliazul (un expansor anal).
Aomine suspiro ante la actitud de su madre, y seguido volteo a ver a Kise, quien inspeccionaba tímidamente la habitación de su novio, pues era la primera vez que lo traía, normalmente se veían en casa de Kise, bajo una estricta supervisión por parte del padre del rubio; Shoryu Kise, quien con gran esfuerzo “aceptaba” la relación de los adolescentes y esperaba que su inocente hijo encontrara un mejor partido y/o una buena chica. Pero hoy, con ayuda de la su nana; Yuko-chan, Kise había logrado escabullirse de la vista de su padre para ir con su amado.
Kise estaba distraído fisgoneando, cuando sintió que lo tomaban por la cintura y con la otra mano Aomine acariciaba entre su mentón y mejilla para acercar sus labios uniéndolos con los ajenos en un beso suave lleno de amor.
Al besar los delicados labios de Kise, Aomine no pudo evitar recordar cómo fue su primer beso (el cual fue con Kise), y ese vago recuerdo de antaños trajo a su mente el recuerdo de cuando conoció a Kise.
*** Flash Back (hace nueve años) ***
Era el primer día de clases en la Kiseki no Gakkō (nivel primario, escuela pública). Los niños más grandes (los de sexto grado) venían aun acompañados de sus padres a regañadientes a su último año en la primaria, mientras que los niños de primer año (los más pequeños, que venían de terminar el kínder), por lo contrario venían entusiasmados de la mano de sus madres, por entrar a un nuevo ambiente para ellos.
Los de primer grado, al ser muy pequeños (entre 6 y 7 años), eran instruidos por una amable auxiliar de la institución, quien los esperaba en la puerta para prácticamente recogerlos de los brazos de sus padres.
Una madre abrazaba amorosamente a su hija frente a la puerta de la escuela, mientras le decía las típicas frases como; “Pórtate bien” “Se buena niña” “Has muchos amiguitos”. El momento fue interrumpido por una limosina muy brillante que se estaciono frente a la escuela, todos los padres se sorprendieron pues no se esperaban que una familia de tal economía como para cotizar un transporte así, inscribiera a sus hijos en una escuela pública.
De la limosina salió primero el chofer, quien abrió la puerta para darle paso a un hombre rubio muy apuesto vestido con un yukata negro tradicional, seguido de él bajo un pequeño rubiecito muy parecido a su padre vestido con el uniforme típico masculino de la primaria (una camisa blanca con cuello blondado y un pantalón azul marino), la única diferencia con el uniforme de Kise y los otros niños era la cinta delgada roja que adornaba el cuello de su camisa en forma de lazo (un detalle muy bonito por parte de su nana).
Kise Shoryu, se puso a la altura de su hijo para acomodar el lazo de su cuello, y con una deslumbrante sonrisa le dijo:
— Ryo, que la pases bien.
Ese acto hizo que las madres alrededor suspiraran sonrojadas.
— Joven amo, su lonchera. - Dijo el chofer alcanzándosela, quien a pesar de ser tan formal era como un miembro de la familia para los rubios. — Que tenga un buen día. -Sonrió con sinceridad.
— ¡Sí! Yukiocchi, papi, ¡daré lo mejor! -Dijo el rubito apretando sus puñitos frente a él entusiasmado.
Luego de que su padre le diera un beso en la cabeza, Ryota se encamino a la entrada, con los demás niños donde la auxiliar lo esperaba.
Luego de que su hijo entrara a la escuela lejos de su vista, se volteó a ver a su chofer y con una exagerada expresión de desolación se dispuso a desplomarse en su hombro y dijo:
— Yukio, mi niño se aleja cada vez más, pronto saldrá con una maleta diciendo que dejara la casa…
— No haga una escena de nuevo en público, tiene una reunión dentro de poco, tenemos que irnos, o no llegará a tiempo. -Dijo Yukio Kasamatsu (chofer y asistente personal de K. Shoryu), tras un suspiro, serio como siempre, alejando bruscamente de su hombro al otro “adulto”.
— Ya te dije que me digas Shoryu, solo Shoryu, eres como de la familia después de todo. -Dijo el rubio inflando ligeramente las mejillas en un acto infantil.
— Me niego, por lo menos en horario de trabajo, mantenga la postura adecuada.
…Y así siguieron hasta que Shoryu fue arrastrado por Kasamatsu a su próximo destino.
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Tras las puertas de la escuela y luego de una aburrida bienvenida (formación) por el nuevo año escolar, los niños de primero fueron asignados a sus respectivas secciones, Kise y un grupo de otros 24 niños fueron orientados por una maestra al aula “1ro A”.
Ya dentro del aula, la profesora Aida Riko (así se presentó), ubico a los niños siendo los más pequeños al frente y los más “altos” atrás, estando todos ordenaditos, la profesora amablemente les pidió que por orden de lista se pararan y se presentaran ante todos. Kise que estaba adelante (junto a los bajitos), se sentía emocionado, por estar ahí, extrañaba a sus amigos de Kinder; Akashi y Midorima, pero su padre tenía razón, “Quiero que disfrutes tu niñez en un ambiente alegre” fue lo que dijo, y juntos acordaron una escuela pública como complemento. Mientras los demás se presentaban, veían divertido con quien podría llevarse bien, tal vez con ¿el castaño que temblaba como chihuahua? ¿El pelirrojo de cejas muy chistosas?, tal vez ¿el pelinegro muy escandaloso? O… ¿El peliceleste, al cual la profesora llamó tres veces sin notarlo (a pesar de estar frente a ella)? ¿El niño pelinegro con un estilo emo? ¿El pelilila que parecía de segundo? También había una niña pelirosa.
<> Pesaba el rubio emocionado, cuando tocaron la puerta del aula, la profesora Aida abrió, y Kise pudo ver a una mujer de cabello largo negro, tez clara y bellos ojos azules, que jalaba tras ella a un niño de ojos azules iguales a los de la mujer pero con un particular cabello del mismo color y tez morena. Aparentemente la madre, se disculpó por la tardanza de su hijo al quedarse dormido. Este niño se presentó como Aomine Daiki, y fue justo detrás del asiento de Kise.
El resto de las clases (por ser primer día) fue interactivo, para que los niños se conozcan entre todos, hasta llegar al receso, Kise fue atrapado por Momoi Satsuki, quien quería jugar con el bonito cabello de Ryota, a él no le molestaba ya que en el kínder las demás niñas hacían lo mismo. Finalmente Momoi acabó haciéndole dos colitas.
— ¡Wou! -Expresó la pelirosa, maravillada con su trabajo— Ki-chan, pareces una verdadera niña así.
— ¿No es una niña? -Dijo una voz detrás de ellos— Entonces, no deberías llevar esto. -Menciono el niño pelinegro arrancándole la cinta del cuello a Ryota— Las cintas son para niñas. -Concluyó. Ese niño parecía ser de uno o dos años mayor.
— N-No nos molestes. Devuelve eso, no es tuyo.-Titubeo asustada la pelirosa.
Kise quien no sabía tratar con brabucones no sabía qué hacer o decir, pues en el pre-escolar del que venía, todos los niños eran bien portados (niños ricos).
— ¿Vas a ponerte detrás de una niña? No seas cobarde, si quieres tu cinta ven por ella. -Dijo para echarse a correr fuera del aula.
Entonces Kise reaccionó, y como por inercia se fue a perseguirlo.
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*** Presente ***
Aomine tenía bajo su cuerpo a Kise (aun vestidos) sobre la cama de la habitación del moreno, con mucho cuidado de no aplastarlo mantenía su antebrazo izquierdo al costado de su cabeza, entre un suave beso duradero, el peliazul con la mano derecha subía la camisa del ojimiel a la suficiente altura para tomar entre dos dedos un pezón y masajearlo, ante tal acto Kise soltó un gemido, el cual enseguida tapó con ambas manos. Dicho gemido excitó de cierta manera al moreno, el cual sin pensarlo quito un tanto abrupto las manos de kise, tomándolo de las muñecas las coloco a sus costados. La imagen de Kise, dio un revuelco en el estómago de Aomine. Kise tenía las mejillas sonrosadas, los ojos algo llorosos, y su cabello (el cual tenía un poco largo) se pegaba a su pálido rostro por las zonas de la sien y la patilla debido al ligero sudor por el calor de la situación.
<<Ah, ahora recuerdo, la vez que conocí a Kise también esta lloroso>>
— A-Aomine…cchi, me duele allá abajo. -Dijo Kise quien experimentaba por primera vez la excitación. Sacando de sus recuerdos al moreno, al escuchar aquello Aomine dirigió su vista al bulto bajo los pantalones del rubio.
El peliazul, quien a diferencia si había sentido excitación antes (por parte de revistas o páginas web indecorosas), sonrió por ser el causante de la excitación del rubio.
— Yo me encargo de “eso”. -Dijo finalmente Aomine.
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*** Hace 9 años ***
Aomine (7 años), quien había llegado tarde el primer día de clases por quedarse dormido, se mantuvo de la misma manera toda la clase. Dormía plácidamente, cuando los gritos chillones de una niña, lo exaltaron despertándose de golpe.
— Lo siento. -Se disculpó la pelirosa, pues inconscientemente Aomine tenía cara de pocos amigos al despertar— ¿Has visto a la profesora? -Dijo bastante apurada y asustada.
— No. -Contestó indiferente el niño peliazul.
— Por favor ayúdame, a Ki-chan lo molesta un niño mayor.
— ¿Quién?-
Y sin que pudiera decir algo más, Aomine fue arrastrado por la pelirosa fuera del aula. Lo buscaron por donde se había ido corriendo tras el pelinegro, y lo encontraron. Kise estaba sentado (a más bien tumbado) cerca de un charco de agua sucia, tenía la cabeza agachada por lo que su flequillo tapada gran parte de su cara, al parecer lloraba, y efectivamente cuando estuvieron frente a él, Kise levando la vista por su presencia… Estaba llorando.
Bajo la vista de Aomine frente a él se encontraba una niña (muy bonita) con lágrimas en los ojos, y bajo las enseñanzas de su madre, él tenía que “un caballero” y defenderla.
Momoi se acercó a abrazar a Kise, y le alcanzo el pañuelo para que se limpiara el rostro.
— Ki-chan, ¿te hizo algo? -Preguntó preocupada la pelirosa.
— N-No, solo me empujo, p-pero se llevó la cinta la cinta que me dio Yuko-chan. -Dijo remondo su audible sollozo.
— ¿Por dónde se fue? -Pregunto esta vez el peliazul. Kise apunto al lado sur de donde estaban y enseguida Aomine se fue por ese camino que llevaba al área de las aulas de los de segundo grado. Momoi y Kise quienes esperaban que el moreno no haya ido a hacer lo que creían, se dirigieron al salón, porque el receso ya había acabado.
Luego de media hora desde que sonara la campana (de “fin de receso”), Kise (quien ya no llevaba las colitas), se sentía algo culpable al ver que el niño moreno aun no volvía, giro a ver su izquierda donde se encontraba la pelirosa con la misma cara de preocupación. De repente tocaron la puerta del aula, la profesora Aida abrió y frente a ella estaba Aomine acompañado por la directora, la cara de Kise pasó de alivio a angustia de nuevo, pues el niño peliazul traía un golpe aparentemente fuerte en la mejilla. Luego de unas palabras de parte de la directora, la profesora hizo una reverencia y Aomine paso al aula, al entrar parecía buscar a alguien con la mirada, pero al aparentemente no encontrar lo que buscaba se acercó a la pelirosa de su costado y le dijo:
— Oye, ¿y tu amiga?, quiero entregarle esto. -Dijo enseñándole la cinta roja y ¿algo sonrojado?
— Ah, mmm, no es “mi amiga”, Ki-chan es un niño. -Dijo apuntando a su derecha divertida.
— Fuh, g-gracias. -Dijo Kise de igual manera que la pelirosa.
— Un… ¿niño? -Y así Aomine entró en trance, hasta que el rubio se paró de su asiento y le dio un beso en la mejilla, como agradecimiento, que es lo que le habían enseñado que debía hacer. El inocente beso de Kise saco de su trance al niño moreno, el cual solo reacciono con un sonrojo más fuerte. Finalmente la profesora Aida puso a todos los niños a ocupar sus asientos y procedió con su clase. El único que no siguió la clase fue Aomine quien no entendía algunas cosas, según había escuchado antes de varias personas a los niños debían gustarle las niñas, entonces… ¿Por qué a él le gustaba Kise?
Ese día al terminar las clases, afuera de la escuela lo esperaba su madre. En el transcurso de vuelta a su hogar Tomomi Aomine noto que su hijo estaba muy callado, y el no solía ser así, entonces fue que, su hijo al parecer armándose de valor, le preguntó.
— Mamá, ¿es normal que me guste otro niño? -A Tomomi dicha pregunta le tomó por sorpresa, sin saber que responderle, se dedicó a indagar más el por qué su hijo venía con algo así (y a tan temprana edad).
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Mientras tanto en la mansión de los Kise, el niño rubio salía corriendo de la limusina manejada por otro chofer (ya que Yukio se encontraba en una reunión acompañando a Shôryû Kise, como el buen asistente que era). Ryota estaba acostumbrado a las reuniones de su padre, por lo que no esperaba encontrárselo todo el tiempo en casa, pero sabía que su padre siempre se daba un tiempo para él, además siempre tenía a alguien esperándolo, y era su nana Yuko Kasamatsu (hermana mayor de Yukio). Como siempre desde que Kise comenzó a estudiar, Yuko lo esperaba en la puerta de la mansión, Kise corrió a abrazarla siendo correspondido.
— Oh valla, ¿y esa efusión?
— Yuko-chan, creo… que me gusta un niño. -Dijo muy feliz y sonrojado.