Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

My Heaven por yellowmuffy

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Ninguna de las personas mencionadas en esta historia me pertenecen XD de lo contrario estaría tras las rejas. Cada uno de ellos es independiente y totalmente ajeno al contenido aquí presente. Además de que esto se publica sin ningún fin de lucro o de ofender a alguno de los susodichos.

Notas del capitulo:

¡¡Una nueva historia!! Espero que la disfruten :D

 

My Heaven

By YellowMuffy

 

Escuchaba un llanto provenir de la sala de estar, ya eran pasadas las doce de la noche y por mucho su hora de dormir ya había pasado. Sin embargo, el escuchar ese llanto interrumpir sus sueños, le hizo ponerse de pie en un santiamén e ir en busca de la fuente.

Como siempre, desde la habitación de su padre salían una que otra palabra de las acostumbradas conversaciones que solía tener con sus hombres sobre los negocios mientras él dormía, nada de su interés, si le preguntas directamente; así que ignorando los gritos de ese lugar, que a momentos opacaban los sollozos que sí le interesaban, siguió dando pasos con cuidado de que sus pies descalzos no hicieran ningún ruido.

Hasta que al fin pudo llegar, sin ningún inconveniente, hasta su objetivo. Un joven castaño hecho un ovillo sobre la alfombra de la lujosa sala, llorando a más no poder, con las ropas un tanto desechas, dejando entre ver las marcas en sus brazos: moretones, cortaduras y unas cuantas quemaduras; algunas recientes, otras apenas empezando a curar.

Su ceño se frunció y, sin poderse detener, las palabras salieron de su boca.

- ¿Fue él de nuevo?

Los ojos asustados del castaño se encontraron de repente con los suyos y de inmediato el hombre comenzó a limpiar como podía las lágrimas de sus ojos, incorporándose del suelo, disimulando el dolor que cualquier simple acción le provocaba.

- Hyunnie ¿Qué haces despierto a estas horas? Tú padre se va a molestar –Lo tomó de su hombro con las manos aun temblando por el temor que seguramente seguía latente en sus venas- Vamos, te llevaré a tu habitación…

Pero una pequeña mano llena de rabia cubrió la del castaño en un gesto de impotencia.

- ¡¿Por qué dejas que te haga esto?! –Los ojos del menor centelleaban de furia- ¡¿Tú no mereces que te traten así?!

Y lo único que Seunghyun recibió en respuesta fue una sonrisa repleta de tristeza. Quizá porque ambos sabían muy bien que detrás de esa situación había muchas cosas que Dongwook no podía explicarle al pequeño de 10 años y porque Seunghyung con sus diez años aún no sabía cómo exponer todo lo que sentía por el mayor.

- ¡Deja a mi padre! –Soltó el pequeño en un arrebato- ¡Huye conmigo! ¡Yo te protegeré!

La sonrisa del mayor se amplió aún más, esta vez con un atisbo de alegría ante las palabras del menor.

- No puedo irme contigo Hyunnie –Le dijo con la voz mucho más calma que en un principio- Tengo que quedarme y tú también.

El menor negó rotundamente ante ese hecho.

- ¡No quiero que te lastime otra vez! ¡No quiero que llores nunca más! –Los ojos de Seunghyun se comenzaron a llenar de lágrimas, pero estas fueron rápidamente detenidas por el tacto de Dongwook.

- Te prometo que esta será la última vez –Le dijo el mayor en un susurro que tranquilizó un poco al otro- Mientras tanto, prométeme que crecerás fuerte y seguiremos juntos como hasta ahora.

Juntaron sus frentes y sus meñiques en una promesa. Y, con un último beso en su mejilla, el castaño se despidió antes de llevarlo a su habitación, para que regresara a dormir.

Con los años supieron mantener su promesa. Haciendo que con ellos las palizas, los gritos y la violencia entre la que vivían fuera más soportables para Dongwook, mientras para Seunghyun le era más simple soportar los regaños y exigencias de su padre. 

Pronto lo que alguna vez fue una relación de protección mutua, una amistad, se convirtió inevitablemente en algo más profundo. Cada que podían se fugaban a los rincones más insospechados de la casa, aunque fuera solo a contemplarse mutuamente, compartían besos fugaces, leves apretones de mano, caricias suaves y furtivas.

Pero muy iluso fue de su parte creer que nadie lo notaría.

Una noche fría a finales del año el Señor Choi llamó a Dongwook su habitación y de inmediato supo que algo iba a salir mal.

- Sé has estado jugando a los enamorados con mi hijo –Le dijo el mayor sin dejar de fumar un solo momento.

- N-no, yo le juro que no…

El hombre alzó su mano, haciéndolo callar.

- Te daré opciones, porque soy una persona benevolente. Desaparece de la vida de mi hijo antes de mañana o yo me encargaré de que él te vea desaparecer.

Un temblor frío recorrió la espalda del menor. Al tiempo que asentía, temblando como un ratón acorralado.

Después de esa noche, DongWook desapareció.

 

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

 

Para Choi Seunghyun no había nada en toda su vida que se le hubiera negado. Siempre tenía lo que quería o pedía. Desde niño hasta sus actuales 26 años.  Juguetes, autos, mujeres y hasta hombres, si así lo deseaba. Esa era una de las ventajas de ser el hijo de una de las familias más poderosas de la mafia, una de las pocas cosas que lograba compensar la cantidad monumental de desventajas que esa posición también acarreaba.

Eran contadas con los dedos las cosas que le habían implicado algún tipo de esfuerzo para tenerlas, y sólo había una cosa que nunca había logrado conseguir y, por lo mismo, era lo único que siempre había deseado más que cualquier otra cosa. Aquello que nunca pudo tener porque desapareció antes de que pudiera arrebatárselo a su padre, pero ahora todo había cambiado.

10 años habían sido suficientes para que el destino lo hiciera volver a encontrarse nuevamente con su ensoñación en una noche que entre montones de alcohol y música insinuante había terminado en intercambio mutuo de caricias y más allá. Sin embargo la mañana siguiente no le había dejado más que un mal sabor de boca al darse cuenta que se encontraba solo en aquella habitación, totalmente seguro de que para el otro no había significado nada más que un simple revolcón de una sola noche y que muy posiblemente ni siquiera le había reconocido. Aunque claro, no podía culparlo, en esos diez años él había cambiado bastante. De ser un niño tierno y rechoncho; a convertirse en uno de los hombres más deseables de todo el país.

Ahora más que nunca, después de esa noche hace casi dos meses que no lograba borrar de su mente, ahora que sabía que seguía con vida, tenía una razón para encontrarlo. Actualmente su padre estaba frío y enterrado varios metros bajó el suelo, y él tenía en sus manos todo el poder que en algún momento perteneció a su progenitor, nada podría detenerlo para encontrarlo de nuevo.

- ¿Con quién fantaseas esta vez? –Una voz regresó el curso de sus pensamientos a la realidad.

Un chico con exótico cabello fucsia fumaba un cigarro cubierto únicamente por una sábana, observando el paisaje a través del ventanal de aquel penthouse. Él (Seunghyun) en cambio, se encontraba con los brazos cruzados detrás de su cabeza con la mirada perdida en el cielo raso.

Aquel que fumaba era Kwon Jiyong, para los mortales G-Dragon y para los conocidos GD. Para él: mejor amigo de toda la vida, amante ocasional, mano derecha y más importante que nada su contador.  Sí, en el mundo de la mafia no había nada más importante que los negocios. Ni siquiera la amistad.

- Espero que con una modelo bonita, eso sería halagador –Jiyong se dio la vuelta tirando el resto de su cigarro en el cenicero

Seunghyun rió de lado.

- Incluso mejor –Respondió.

- Eso significa que el gran TOP, jefe de la mafia coreana sigue fantaseando con tu vieja “nana de ensueño” –Se burló el pelirrosa haciendo comillas aéreas.

Y el moreno sólo rió ante la afirmación, no por nada el otro era su mejor amigo.

- Y hablando de sueños imposibles, alguien me dijo que invitaste a cenar a Bae y le has estado pidiendo varios favorcitos –El tono del chico cambió de manera casi imperceptible. Pero nada escapaba de los sentidos escudriñadores de Seunghyun, que supo de inmediato reconocer el tono de advertencia y las notas de recelo en esas palabras.

- Fue sólo una cena de negocios. No seas paranoico –Le restó importancia al hecho, removiéndose un poco para acomodarse de manera más cómoda sobre la cama.

- No lo soy. Sólo te conozco y te advierto: YoungBae es como mi hermano. No es ningún juguete de cama.

- ¿Te preocupa que salga con tu amigo pero no que me tire a Seungri? Qué lindo. –Soltó mordaz, viendo de reojo la mueca que hacía GD al escuchar el nombre de su novio. Adoraba hacer enojar a Kwon.

- No me vengas con eso. Tú y yo sabemos que Ri es una perra en celo, prefiero que tú te lo tires a que lo hagan otros 20 sujetos desconocidos, además no cuenta sí yo también lo engaño contigo.

Seunghyun se encogió de hombros. G-Dragon tenía un par de puntos en ese argumento acerca de Seungri, después de todo, que podías esperar de un cantante que era famoso por haber sacado su primer álbum después de acostarse con uno de los inversionistas de su discográfica.

- Sólo no te quejes si el panda decide dejarte. No se ve muy feliz últimamente y no me sorprendería que un día regreses y tu departamento esté vacío.

- No lo creo, Seungri solo ama hacer drama. Se queja, llora, grita, peleamos, tenemos sexo y todo vuelve a la normalidad.

- Si tú lo dices –el moreno se encogió de hombros.

- Y hablando de él… –GD se puso de pie estirándose. Era hora de tomar un baño antes de regresar a la oficina- Lo necesito libre para el sábado, así que no hagas planes con él ese día.

- Hecho –Aceptó el mayor viendo al chico dirigirse al cuarto de servicio- Y para que te quites un peso de encima: El esposo de Bae lo acompañó a la cena. Pedí verlos a ambos –Agregó.

- ¿Daesung? –GD lo miró extrañado deteniéndose a medio camino- ¿Pues qué clase de negocios planeas si pactas con un médico y un policía?

- Es una sorpresa –Su sonrisa no podía ser más amplia.

 

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

 

Minzy entro en la oficina.

- Señor, el oficial Dong y el Doctor Kang están en la sala de espera. –Llamó- Parece que tienen información útil para usted.

Y con sólo escuchar esas palabras el rostro del mafioso se iluminó. Ese encuentro no podía significar menos que buenas noticias. Al fin tendría aquello que tanto había buscado.

-Diles que pasen –Dijo sin poder contener la sonrisa que se asomaba de oreja a oreja.

- E-en un momento señor Choi –Fue la respuesta que le dio su asistente con evidente nerviosismo al no estar acostumbrada a verlo sonreír en absoluto.

Y, tras unos segundos de su partida, la puerta se abrió nuevamente dando paso al oficial Dong YoungBae, o como él lo conocía Taeyang, su fuente infiltrada en la policía; seguido de cerca de Daesung, su esposo y médico de cabecera de toda la organización Choi. Ambos, junto con GD, sus amigos desde la infancia.

- ¿Y bien? –Les dijo nada más cerrada la puerta- ¿Qué tienen para mí?

Taeyang soltó un suspiro y le dejó caer un portafolio sobre el escritorio.

- Lo encontramos, supo cubrir muy bien sus pasos, pero al fin logramos dar con él –Ambos tomaron asiento frente al escritorio.

- Excelente –Top tomó el archivo y dio una ojeada, complacido- Será mejor que lo tengas vigilado las 24 horas, Taeyang. Pon a cualquiera de tus hombres en eso, pero diles que sean discretos.

Daesung y Taeyang intercambiaron una mirada entre ellos.

- Hyung –Fue Daesung quien finalmente intervino- ¿No crees que estas llevando esto demasiado lejos?

- No –Su respuesta fue cortante y segura.

- Quiero decir, quizá deberías parar antes de que esto cruce la línea entre lo sano y se convierta en una obsesión. Te lo decimos como tus amigos, quizá lo que estás buscando sólo sea un fantasma.

- ¿De qué hablas?

El castaño iba a responder pero Taeyang tomó la mano del menor y negó.

- Nos referimos a que la persona que conociste y la que es ahora pueden ser muy diferentes.

-No lo es –Cortó Seunghyun comenzando a enfadarse.

- Eso no lo sabes. Lo más seguro es que ahora ya tenga una vida propia, que no quiera recordar nada de lo que ocurrió, que huya nada más escuchar tu nombre. Recuerda que atándolo a ti solo sería hacer lo mismo que hizo tu padre…

- ¡Dije que no! –Sus palmas chocaron contra la mesa y al ver de inmediato la expresión preocupada en el rostro de los otros dos,  recuperó la compostura.- Me iré con cuidado como siempre, gracias por sus concejos pero no los necesito. Ahora, salgan.

Sin tentar a la suerte los dos se pusieron de pie para irse.

- No olvides que debo verte en dos semanas, Hyung –Le recordó Daesung.

- Está bien, no lo olvidaré –Aceptó el mayor, impaciente por poder continuar con su lectura a solas

 

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

 

Sentir el peso del fino cuerpo chocando contra sus muslos mientras él le sostenía por la cadera permitiéndole ir más profundo, de ser posible, aunado a los nada tímidos gemidos que el menor dejaba salir cerca de su oreja al tiempo que recargaba su frente en el cuello del mayor. Debía admitir que Seungri siempre sabía cómo volverlo loco, sabía muy bien cómo moverse y su cuerpo simplemente era una oda al erotismo, más aún con su inmaculada piel blanca cubierta con sudor.

Un último gemido, aún más ruidoso que los otros, le hiso darse cuenta de que el chico en sus brazos había alcanzado el climax y le sostuvo con más fuerza al tiempo que éste se arqueaba liberando su semilla entre ambos torsos. Y, ayudando al otro a seguir con la cadencia de sus caderas, él mismo se vino dentro del pelinegro dejando salir un ronco gemido, casi animal.

-¿Qué tal otra ronda? –Susurró el pelinegro moviendo sus caderas de manera provocativa, pero Seunghyun le detuvo.

- No lo creo, ya tienes que irte –Acarició su espalda y ayudó al menor a ponerse de pie tendiéndole su ropa interior.

- Eres malo –Seungri hizo un puchero al tiempo que buscaba el resto de su ropa- Nunca quieres pasar la noche conmigo.

- Lo siento. Le prometí a Jiyong que te dejaría libre a tiempo para la cena de esta noche.

El menor detuvo su búsqueda dándose la vuelta anonado.

- ¿Quieres decir que Ji sabe que estamos juntos?

El silencio del más alto lo decía todo.

- Eso dice lo mucho que le importo –Su mirada inevitablemente fue hacia el suelo.

El mayor recordó lo mucho que el chico le había contado sobre como su relación con Jiyong se estaba yendo a la mierda.

- Oye, le importas –TOP le tomó del rostro rozando las suaves mejillas del otro con sus pulgares- Pero ya sabes que Ji a veces olvida ponerse sentimental.

El menor apartó sus manos y se colocó su camiseta.

- Como si no supiera que está conmigo sólo porque no tiene oportunidad con Taeyang desde que se casó con Dae.

- No se trata de eso –Aclaró, comenzando también a vestirse- Además tú escogiste estar con él, a pesar de eso.

Seungri resopló.

- Tienes razón. Ojalá mi novio fuera un caballero como tú –Depositó un último beso en el labio inferior del mayor y tomó sus llaves- Aunque quizá sería buena idea dejarlo plantado por una vez en su vida, para darle una lección. ¿Qué dices?

Seunghyun sonrió de lado ante la insinuación, pero hoy no era el día.

-Lo siento, pero yo también tengo una cita importante.

- ¿Una cita? ¿Debería preocuparme? –Seungri miró extrañado al mayor, sabiendo que él jamás tenía citas con nadie.

- No lo que deberías es dejar de hacer preguntas.

Seungri rodó los ojos.

- Bien, lo que sea –Se dio la vuelta- Que te vaya bien con tu “cita”.

 

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

 

Estaba nervioso ¿Qué diría? ¿Cómo se presentaría? ¿El otro lo reconocería? Sus dedos dejaron de tamborilear sobre su pierna cuando el auto se detuvo. Miró por la ventana y ahí estaba, justo la dirección que Taeyang había encontrado.

De repente la puerta se abrió y lo vio. Exactamente igual a como lo recordaba, tan masculino y grácil como hacía diez años, con el cabello castaño un tanto revuelto y los labios un poco agrietados por el frío y, sin embargo, tan carnosos e incitantes como siempre.

No podía esperar más, había llegado el momento. Así que bajo del auto y caminó en dirección al castaño.

- Hola –Le saludó más nervioso de lo que pretendía.

- Buenas tardes –El castaño frunció el ceño, sorprendido de ver a alguien que parecía un modelo en la puerta de su casa- ¿Necesita algo?

- Iba pasando por aquí y te reconocí, así que decidí acercarme a saludar –Mintió.

La expresión del otro lo decía todo, no lo reconocía, pensó Seunghyun.

- Tal vez no me recuerdes, nos vimos hace tiempo en el bar del centro.

Y Top casi pudo jurar ver como los recuerdos llegaban a la mente del mayor, al igual que un leve sonrojo, que bien podía ser culpa del frio.

- Claro, ese chico –Rió nervioso el mayor y sin embargo Seunghyun pudo sentir su pecho calentarse con ese gesto- Lamento haberte dejado así pero tenía un par de cosas pendientes ese día. Por cierto, a todo esto, jamás nos presentamos ¿Cómo te llamas?

Y ahí estaba el primer obstáculo. Donde las cosas podían empezar a salir mal.

- Es verdad. Mi nombre es Choi Seunghyun –Le dijo, con la esperanza de que al menos reconociera su nombre, pero la reacción que recibió no fue la que deseaba.

- ¿Choi?

Y ante la simple mención de aquel apellido, Dongwook se quedó como piedra.

-¿Estás diciéndome que dormí con un Choi? –Dijo con el rostro inundado de pánico- No puede ser. Yo ya pagué mi deuda con los Choi ¿Qué quieren de mí ahora?

- Tranquilo, tranquilo –Levantó sus manos en son de paz- Mi padre ya lleva más de dos años enterrado. No tienes de que preocuparte...

Eso pareció tranquilizarlo al acto, pero aún quedaba una cuestión por resolver.

- ¿Tu padre? –Dongwook abrió los ojos sorprendido- ¿Hyunnie? ¿Qué haces aquí? ¿Cómo me encontraste? Porque me niego a creer que toda esta locura sea una coincidencia.

Entonces fue el turno de Seunghyun de quedarse sin palabras. No podía decirle que había contratado a alguien para buscarlo ¿O sí?

- Yo… quería verte –Dijo sin añadir muchos detalles. Sintiendo una holeada de emoción con sólo cruzar una mirada, intentando contener las enormes ganas que tenía por cortar la cercanía y envolverlo con sus brazos.

El mayor dio un paso hacia atrás cauteloso.

- ¿Verme?

El pelinegro asintió.

- ¿Podemos dar un paseo?

Dongwook lo meditó un instante, pero ese parecía el momento perfecto para darle fin a un capítulo horrible de su vida.

- Por supuesto -Accedió dándole una seña al menor indicándole que él guiara el camino.

Las calles estaban desiertas y el ambiente estaba tan frio que auguraba que en cualquier momento podría comenzar a nevar. Nada raro considerando que aún estaban en invierno.

- ¿Y qué tal te ha ido? –Dongwook se dio el lujo de comenzar la conversación tratando de eliminar un poco de la incomodidad que sentía- ¿Sigues en los negocios?

Seunghyun suspiró y asintió, bajando la mirada.

- Si naces en él, mueres en él –Citó a su padre.

- Es una lástima. Siempre creí que serías algo mejor que eso.

- Pues yo me alegro que al menos tú si hayas podido salir de ese mundo –Aquellas palabras resbalaron de su garganta mucho más agudas de lo que esperaba. Cargadas de reproche.

Y el mayor se detuvo, justo a la mitad de un parque. Dándose la vuelta para verlo de frente. Mirada con mirada. Seunghyun se tuvo que enfrentar a aquellos ojos que parecían leer su alma.

- ¿Qué es lo que realmente quieres Seunghyun? Porque si se trata de lo que pasó hace unas semanas, te juro que fue cosa de una sola noche, de haber sabido antes quien eras esto nunca habría pasado. Yo en verdad lo siento, pero no quiero tener nada que ver con los Choi nuevamente. De verdad lo siento.

Dicho y hecho la nieve comenzó a caerles del cielo. Aquello no hizo más que enfurecer al menor. La sombra de su padre le seguiría siempre.

- Dongwook –Susurró mirando los pequeños copos de nieve contrastando con el negro de sus zapatos- Lo siento.

Una lágrima traviesa acompañó sus palabras.

 Aquello sin duda fue algo que ninguno de los dos esperaba. Y por un instante a Dongwook le pareció que volvía a tener frente a él al pequeño niño indefenso al que había cuidado y protegido por más de seis años; al mismo que había tratado de mantener tan puro como la situación que lo rodeaba le permitiera. Aquel que siempre le hacía sonreír cuando lo veía llorar, con el que se acurrucaba por las noches cuando alguno de los dos tenía miedo o que lo acompañaba después de recibir una paliza. El mismo que había sido su primer y único amor.

- Lamento todo lo que sucedió con mi padre. Lamento no haberte podido proteger… –De repente lo que comenzó como una lágrima se convirtió en un torrencial. Tanto de sentimientos como de palabras que siempre había querido decirle al mayor.

- Eras sólo un niño –Unos fuertes brazos rodearon a Seunghyun, trayendo a ambos demasiados recuerdos con esa cercanía.- Ambos no éramos más que niños. Al final fui yo quien salió huyendo.

Ahí estaba frente a él: La única persona por la que había sentido algo en toda su vida. No quería que volviera a desaparecer jamás. Y recordó las palabras que Taeyang le había dicho en su oficina. Él no quería convertirse en su padre.

Lo abrazó en correspondencia, tan fuerte como sus brazos lo permitían. Y se preguntó, por un segundo si lo que hacía estaba bien. Quizá simplemente no merecía a una persona como Dongwook.

- Lo siento –Volvió a susurrar en su oído haciendo una seña a sus hombres. Viendo como estos se acercaban con sigilo, casi rodeándolos. Y, con un enorme pesar, lo soltó, alejándose un poco de él.

- Toma, sólo tú tienes el número. Así sabré que eres tú el que llama. –Le tendió al castaño una tarjeta- No volverás a oír de mí a menos que así lo quieras.

Dongwook miró extrañado la tarjeta guardándola con duda dentro de su abrigo, justo antes de caer inconsciente.

- Devuélvanlo a su casa –Le susurró Seunghyun al mismo empleado que se había encargado de noquear al mayor- No quiero escándalo.

Dicho y hecho. Después de asegurarse de dejar al castaño aun inconsciente de vuelta en la seguridad de su vivienda. Entró en una de las camionetas y arrancaron. Dejando atrás la ilusión que por años lo había perseguido.

 

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

 

Una lluvia de balas atravesaba todo el almacén.

Una vieja pandilla a la que hace un par de años se había encargado de desmantelar se las había arreglado para reunificarse y caer de improviso justo el día en que él y GD debían ir a verificar un embarque de mercancía. ¡Maldición! Pensó Seunghyun disparando su arma completamente enojando, derribando a su paso a todo aquel que se interpusiera en su camino hacia la salida y no podía ser para menos. Pero sobre todo, por primera vez desde que había tomado el mando, sentía el miedo acumularse en cada una de las partículas de su ser. No podía permanecer ahí más tiempo. No después de lo que Daesung le había dicho esa mañana.

“Tienes justas 11 semanas de gestación”, Daesung veía fijamente la imagen ecográfica que le acababa de tomar. “Será mejor que te cuides más de ahora en adelante y encuentres una manera de alejarte del trabajo o de lo contrario me temo que ese bebé no llegará a término…”

Era tanta su concentración en salir, que jamás se dio cuenta de que el alboroto a su espalda se detuvo, hasta que la persona frente a él, a quien por cierto estuvo a segundos de dispararle, fue el mismo Jiyong.

- Todos están muertos –Fueron las palabras inmediatas del ahora pelinaranja ¿Acaso Jiyong nunca se cansaba de cambiarse el cabello?- ¿Ibas a algún lugar?

- ¿Cuántas bajas tenemos? –Choi ignoró la pregunta de GD, acomodó su cabellera con un solo movimiento de su mano y guardó su arma.

- Sólo seis –Respondió el contador, con una mirada escéptica. G-Dragon era demasiado inteligente, seguramente ya había notado su nerviosismo.

El pelinegro respiró hondo, tratando de  disminuir la adrenalina en sus venas.

- Muy bien, ordena que limpien todo. Yo debo irme, tengo una cita a la que acudir –Se acomodó el saco, sintiendo una leve punzada de dolor en el pecho y caminó hacia su automóvil con más tranquilidad.

El pelinaranja arqueó una ceja.

- ¿Estas consciente de lo que acaba de pasar aquí, cierto?

- Lo estoy –dijo sacando sus llaves con un leve temblor de manos al notar que la punzada de dolor no se iba.

- ¿Y aún pretendes irte así nada más?

- Bueno, para eso te tengo a mi lado. Siempre estás a cargo de arreglar estos desastres.

Y entró en el automóvil sin permitirle a Jiyong replicar.

Condujo lo más rápido que pudo, muy por encima del límite de velocidad. Y cuando llegó se dejó caer en el sofá más cercano, presionando su palma contra el pecho. Hacía ya muchísimo tiempo desde que no sufría un ataque de pánico, desde niño para ser más precisos, cuando su padre se veía inmiscuido en algún fuego cruzado.

Respiró hondo varias veces y su mano ahora se dirigió hacia su vientre. Debía tranquilizarse ahora mismo o de lo contrario le haría daño a su bebé. Sonrió de lado ante este último pensamiento.

Y seguido a esto se decidió, debía arreglar todo cuanto antes. Debía encontrar una manera de  huir de Corea cuanto antes.

Sin darse cuenta su mirada viajó hacia el teléfono que había dejado sobre la mesa hace días al no recibir llamada alguna. Pero volvió a cerrarlos de inmediato resistiendo la tentación de buscar a Dongwook y contarle todo.

Pero su desesperación era más grande, quizá, solo quizá si le contaba al mayor sobre su bebé las cosas fueran diferentes. Después de todo él ya había sido capaz de burlar a los Choi en una ocasión, quizá estando juntos las cosas serían más fáciles pensó.

 

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

 

Pero se equivocaba.

- ¡Tiene que ser una jodida broma! –Fueron las primeras palabras que escuchó nada más habiendo soltado la noticia, junto con un puñetazo que fue directo a su labio. Después de haber pescado al castaño en la salida del bar donde este trabajaba como DJ, casualmente el mismo bar donde se había dado su reencuentro.

- No es ninguna broma. –Dijo haciendo una mueca al limpiar la herida.

-Dijiste que no volverías a buscarme ¿Y ahora esto? ¡¿Acaso es este uno de tus estúpidos planes para atarme de nuevo?! –Dongwook se veía realmente molesto- ¡Entiéndelo, ya no tengo nada que ver contigo! ¡Lo que está en el  pasado es solo eso, el pasado!

- Yo lo entiendo, aunque no lo creas yo tampoco pedí esto, pero sucedió. Y ahora lo único que te pido es que me ayudes a darle una opción a nuestro hijo, que no tenga la misma vida de mierda que nosotros tuvimos.

Dongwook peinó su cabello hacia atrás en un gesto de impaciencia.

- No lo entiendes ¡Me voy a casar en dos semanas! –Soltó el mayor con desesperación, dejando atónito a Seunghyun. Aquello definitivamente no venía escrito en el reporte que le había dado Taeyang, pero definitivamente hacía encajar la insistencia del mismo por que dejara su búsqueda.

- ¿Casarte? –Su voz se notaba evidentemente rota.

- Sí, con la persona que amo – Y aquellas palabras terminaron por romper lo poco de corazón que le quedaba al menor- Lo siento Seunghyun, pero no te amo, nunca fue mi intensión volverte a ver. Y definitivamente no lo es tener un hijo contigo. Lo siento de verdad, pero todo esto no es más que un error. Así que por favor, si es verdad que me aprecias aunque sea un poco por lo que ocurrió en el pasado, no me busques.

Y con un leve empujón para apartarlo de su camino Dongwook lo dejó solo en aquel callejón oscuro, con el letrero de la puerta trasera del bar como única iluminación. Perfecto, pensó Seunghyun, así nadie podría ver las traviesas lágrimas que corrían por sus mejillas.

 

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

 

La puerta del departamento se abrió y volvió a cerrar de un portazo, dejando pasar a un enfurecido y visiblemente afectado Seungri, con el cabello alborotado y los ojos hinchados por el llanto.

- ¡Taeyang, Taeyang! –Gritó- ¡Todo tiene que tratarse siempre de YongBae!

La mirada del moreno se despegó un momento del suelo, ahora mirando al cantante con duda escrita en el rostro.

- Siempre para él todo lo que tiene que ver con Taeyang es perfecto y va primero en su lista de prioridades –Siguió dramatizando- ¿Y su novio? Bueno, él es simplemente una puta más.

Seunghyun suspiró.

- No lo puedes culpar, prácticamente puedes contar con la mano a los hombres a tu alrededor con los que no has tenido sexo.

- ¡Eso no es verdad! –Vociferó ofendido- ¡Y de todas maneras, no tendría que hacerlo si Ji me pusiera una pizca de la atención que le pone a Bae! ¡NISIQUIERA RECORDÓ QUE HOY ERA NUESTRO ANIVERSARIO!

Con esas palabras el chico se dejó caer sobre la mesita de centro, justo frente al mayor, llorando desconsolado, mientras escondía el rostro entre sus manos.

Y aquella imagen no hizo más que darle pena al mayor, no podía dejar de pensar en lo mucho que le gustaría estar en la misma posición que Ri, llorando hasta no tener un mañana, pero el jefe de la mafia no podía permitirse eso.

- A veces me gustaría mandarlo todo al carajo y buscarme a alguien que realmente me valore –Dejó salir el menor entre sollozos.

- Entonces cásate conmigo.

El llanto de Seungri se detuvo de inmediato y dirigió sus ojos anonado hacia el mayor.

- ¿Casarme contigo? ¡¿Estás loco?!

Pero en cuanto sus ojos se toparon con la expresión de Seunghyun, se quedó en silencio. Notando por primera vez el moretón y la herida en el labio inferior del pelinegro.

- ¡Oh, por Dios! ¡¿Qué te paso?! –Sus manos se dirigieron de inmediato al aún perfecto rostro del otro, analizando sus heridas.

TOP en cambio, separándole de él, señaló con la mirada el sobre que aún yacía a su lado, con el primer ecograma de su bebé dentro. Objeto que el cantante no tardó en comenzar a leer.

- ¡No puede ser cierto! –Sus ojos casi salían de sus órbitas después de leer aquellas pruebas de laboratorio- Tienes que estar bromeando, Hyung.

- Dongwook no quiere saber nada más de mí –Soltó este con su voz profunda, cargada de su típica indiferencia, pero que si lo conocías tanto como el rubio lo hacía, podías notar el leve matiz de tristeza en ella.

Y, de inmediato, el rubio envolvió al mayor entre sus brazos, sintiéndose terrible por el drama que había montado minutos antes, teniendo en cuenta ahora el problema en que estaba metido su amigo.

- No te preocupes –El cantante hizo amago de tomar su teléfono celular- Ji sabrá hacer entrar en razón a ese sujeto.

- No –negó de inmediato, deteniendo la mano del menor- Si Ji se entera se las ingeniará para obligarme a abortarlo.

- ¿Entonces qué planeas hacer? –pegó frente con frente, para que el mayor no tuviera más salida que hablarle con sinceridad- No puedes ocultarlo por mucho tiempo y para cuando se den cuenta todos estarán apuntándote a la cabeza con sus armas.

- Por eso necesito que te cases conmigo –Rogó el pelinegro con la mirada- Finjamos que eres tú el que lo lleva y huyamos del país, con la excusa de alejarnos de Jiyong.

- ¿Alguien más sabe de esto? –preguntó haciendo aún lado su nerviosismo.

- Sólo Taeyang y Daesung, pero han sabido mantener el secreto. Podemos confiar en ellos. Nos ayudarán a cubrir nuestros pasos

Seungri estaba dudoso, era evidente por el repentino temblor de sus manos, pero era injusto dar la espalda cuando sabía que el mafioso no tenía a nadie en quien confiar. Así que sin más, asintió.

- Lo haremos.

Sintiendo un nudo en el estómago cuando el más alto le sonrió con una pequeña lágrima rodando por su mejilla, para después ocultar su rostro en el hueco que había entre el cuello y hombro del rubio. Evidentemente para ocultar su llanto. Y Seungri no pudo evitar pensar en que esa era la primera vez que veía al mayor tan humano.

 - Saldremos de esta, Hyung –le dijo acariciando con cierto miedo el cabello del mayor.

 

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

 

“Ji hemos terminado, lo siento, no vuelvas a buscarme por favor. Es mejor que las cosas terminen así, ahora que voy a… que… que voy a tener una familia con Seunghyun”

G-Dragon repetía una y otra vez la grabación en su teléfono sintiendo como  la ira iba hirviendo poco a poco en su ser. En un principio había pensado que todo era una más de las rabietas de Seungri, tratando de llamar su atención, pero al comprobar que no solo el panda, sino que también TOP había desaparecido sin dejar rastro, no hacía más que comprobar que todo era cierto. Ambos los habían traicionado.

Arrojó el teléfono contra la pared con toda la fuerza posible, rompiéndolo inevitablemente.

- ¡Quiero que lo encuentren! ¡Y desháganse del bastardo de Seunghyun en el camino! –Gritó GD golpeando la mesa con fuerza casi rompiéndole también el cristal- Yo me haré cargo de la perra de Seungri por mí mismo…

Y nadie hizo replica de aquella orden.

 

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

 

Dongwook miraba detenidamente el teléfono en su mano, como cada momento desde que Seunghyun había aparecido por última vez, preguntándose ¿Qué sería de Seunghyun? ¿Qué sería de su hijo? ¿Qué sería de ambos si jamás lo hubiera dejado atrás esa noche hace más de 10 años? ¿Qué sería de ambos si lo hubiera llevado con él? Suspiró apretándose con la mano libre el cabello.

¿Y si Seunghyun cumplía su promesa y jamás los volvía a ver? ¿Era eso malo? ¿Y si no lo era por qué no lograba sacarse al pelinegro de la cabeza?

Estaba tan perdido en sus pensamientos que jamás se dio cuenta en qué momento DaHae estaba a su lado.

- ¿Sucede algo malo? –Preguntó ella colocando su mano con delicadeza sobre la del otro.

Dongwook no pudo más que sentir un nudo atorándose en su garganta. ¿Cómo haría ahora para verla a ella a los ojos, sabiendo que la había engañado? Ella, que era tan buena que aún planeaba quedarse a su lado a pesar de conocer su engaño y las consecuencias de este. A pesar de conocer sus miedos y su pasado. ¿Y si le fallaba a ella también? ¿Y si en realidad nunca lograba amarla como se había propuesto desde un inicio?

- Se trata de él ¿No es cierto? –La chica fue al grano, sorprendiendo a Dongwook.

-¿C-cómo…?

- Sólo hace falta verte para saberlo de inmediato –Ella sonrió.

- Esto no cambia nada. –Aseguró, más para sí mismo que para ella.

-Yo creo que si lo hace. Un hijo lo cambia todo –Dijo Dahae tomando la mano del castaño con la suya y dejando en ella el mismo anillo que este le había dado unos meses atrás- ¿No crees que sea mucha casualidad que lo encontraras justamente a él en ese bar?

Dongwook rió por lo bajo con ironía.

- Yo creo que es el destino que quiere que las cosas se arreglen de una vez por todas –Continuó.

- Me estás pidiendo que te abandone por un fantasma de hace 10 años…

- No. Te pido que seas valiente al fin después de 10 años y no dejes que el miedo te impida hacer las cosas bien otra vez, que te impida ser feliz de nuevo. Él esperó por ti todo este tiempo, no creo que lo haga por mucho más.

Y Dicho esto la chica le volvió a dejar sólo.

Dongwook soltó u suspiro. Lo sabía, siempre lo había sabido. Por muy cursi que sonara su complemento siempre había estado en el menor de los Choi. Pero era el miedo de perderlo lo que lo había hecho huir, así como el miedo de todo lo que vivió en manos de su padre.

Apretó el anillo que Dahae le había devuelto y se decidió a hacer la llamada. Marcando el número que Seunghyun le había dado.

Pero nuevamente ella tenía razón.

Nunca respondieron al otro lado.

Probablemente Choi Seunghyun se había cansado de esperar.

 

 

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.MESES DESPUÉS-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

 

 

En una pequeña casa a las afueras se Osaka, lejos de todo y de todos. Seunghyun tomaba el sol en el pequeño patio que tenían. Sus dedos pálidos se deslizaron con suavidad por la curva de su estómago sintiendo el movimiento en su interior y sonrió. Los últimos meses había sonreído más que en toda su vida, pensó.

- ¿Se está moviendo? –Seungri se acercó, sentándose a su lado, posando ambas palmas en el vientre del mayor. Y Seunghyun no lo apartó, hacía ya mucho tiempo que el contacto había dejado de parecerle incómodo- ¡Wow! ¡Sí que tiene fuerza esta mañana!

Seunghyun asintió. Viendo como el menor no dejaba de sentir a su bebé fascinado.

- Gracias, Ri. –Soltó sin pensar.

- ¿Es en serio? ¿Tú agradeciendo por algo? –Se burló el rubio- Realmente es cierto que la paternidad cambia a las personas. Aunque en cierto modo el que debe agradecerte soy yo –El rubio bajó la mirada- De haber continuado con Jiyong no sé qué habría sido de mí…

Seunghyun negó.

- ¿Has sabido algo? –Preguntó, tensándose un poco en espera de la pregunta.

- Según lo que me ha dicho Taeyang, sigue sin dar con nosotros, pero está empezando a desconfiar de él. Parece que Jiyong también está en Japón, pero vino sólo por negocios.

El mayor suspiró, estaba siendo tiempo de moverse otra vez.

- ¿Eso es todo?

Seungri se mordió la lengua. Y asintió.

- Eso es todo –dijo al fin, sabiendo que mentía.

“Dongwook se apareció por segunda vez en la oficina de Seunghyun, por lo que sé jamás se casó como le dijo a TOP, por ahora tiene suerte que Jiyong no lo haya visto o me temo que lo utilizaría como herramienta para llegar a ustedes”  decía Taeyang dándole al menor el reporte semanal como siempre. “¿Crees que esté arrepentido?” Preguntó Seungri inocentemente, escuchando solo un suspiro como respuesta. “No lo sé, pero ha perdido su oportunidad. Y más te vale que no le menciones nada de esto a Seunghyun ¿Entendido?”

El mayor asintió decidiendo creer en él, después de todo Seungri había demostrado ser un aliado más que digno de confianza.

- ¿Qué te parece si mejor damos un paseo por el centro comercial? –Decidió cambiar de tema el cantante.

A lo que TOP no pudo más que asentir teniendo unas terribles ganas de un helado de taro.

Lo que ninguno de los dos esperaba era la mirada de una chica que les seguía de un lado a otro con sigilo.

- Los tengo, jefe –Dijo ella a través del comunicador, escuchando una risita del otro lado seguido de un “Muy bien, recuerda tus instrucciones, no falles CL”.

A lo que la chica asintió sacando su arma por debajo de su ropa, apuntando con ella desde su escondite a una de las dos figuras que salían de la casa.

 

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

 

Jiyong tamborileaba feliz sobre el escritorio con sus dedos viendo complacido las noticias que anunciaran el fin de su venganza cuando…

En las noticias de última hora, hubo un tiroteo en un centro de residencias de Osaka, por el momento no se han  encontrado pistas del culpable. No se ha reportado ningún deceso hasta ahora, y la única víctima ya se está trasladando al hospital más cercano. Se trata de un joven extranjero de entre los 20 y 30 años en estado de gravidez, por el momento se reporta delicado…

Tras escuchar lo último su sangre empezó a hervir, ¡¿Cómo había podido equivocarse la maldita de Chaerin!? ¡¡¡Le había especificado claramente que le disparara a Seunghyun!!!

Tiró todo lo que estaba a su alcance y una vez terminada su rabieta tomó las llaves de su auto, corriendo casi a su alcance, montándose en él y encendiéndolo de inmediato. Claro, estaba molesto con Seungri, pero jamás le querría muerto.  Secó el sudor frío de su frente y pisó el acelerador de su auto, pidiendo llegar a tiempo para ver a su panda aunque fuera una vez más.

Grande fue su sorpresa al llegar al hospital.

- ¿Qué haces tú aquí? –Jiyong abrió sus ojos a más no poder, al encontrarse con el mismísimo Seungri sentado en aquella sala de espera, exactamente igual que cuando se fue. ¿Era mentira lo de su embarazo o es que había perdido al bebé? Y si él estaba bien ¿A quien le habían disparado?

- ¡Estarás contento ahora! –Le gritó este empujándolo con furia- ¡Es tu maldita culpa que Seunghyun esté ahí dentro!

- ¡¿Seunghyun?! ¿Qué tiene que ver ese imbécil en esto? Creí que te habían disparado a ti…

La palma de Seungri se estrelló con furia sobre la mejilla del mayor.

- ¡Pues ese imbécil es mucho más hombre de lo que tú nunca fuiste conmigo! ¡Y ahora por tus estúpidos celos el bebé y él podrían morir!

- ¿De qué rayos hablas? ¿Qué tiene que ver el bebé con…?

Entonces la verdad le cayó como un vaso de agua fría: una persona embarazada herida, Seungri completamente normal. Chaerin no se había equivocado, él lo había hecho. Había mandado matar a su mejor amigo, que además estaba embarazado, y todo por un ataque de posesividad.

- ¡MIERDA! –Soltó al aire y zarandeó al menor por los hombros- ¡¿Por qué carajo no me dijeron nada?!

- ¡¿Por qué tendrían que decirle algo a alguien como tú?! ¡Que es capaz de dispárale a su mejor amigo por celos y que sería muy capaz de obligarlo a matar a su propio bebé por el bien de los negocios!

La verdad dolía, y dejó a GD completamente mudo por varios minutos. Viendo como Seungri se dejaba caer en una de las bancas de espera a llorar.

GD se acercó al menor y muy en contra de la voluntad del cantante, que le trató de apartar de inmediato, lo envolvió entre sus brazos. Aspirando al fin el aroma que tanto había extrañado de su panda.

- Lo siento, he sido un pésimo novio… y amigo…

- ¿Qué pasa si alguno de los dos muere…? –Preguntó Seungri hundiendo al fin su rostro en el cuello del mayor.

Jiyong tragó saliva.

- Nadie va a morir hoy –Le prometió- Y te aseguró que de ahora en adelante él va a ser feliz. Tanto como me llamo Kwon Jiyong.

 

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

 

Seunghyun abrió sus ojos sintiendo todo su cuerpo pesado. Lo último que recordaba era haber visto el brillo de un arma  y posteriormente al moverse el sentir un fuerte dolor atravesarle el hombro, los gritos de Seungri y finalmente desmayarse. Movió su mano, la que no tenía ningún tipo de aguja a incrustada, pasándola sobre su vientre, rogando por el bienestar de su bebé.  Y justo debajo de la sabana estaba la respuesta, una leve patadita le devolvió el gesto.

Sonrió aliviado.

Y fue cuando trató de mover su otra mano que se dio cuenta de que esta estaba sostenida por la de alguien más y, volteando a su lado, se encontró cara a cara con Dongwook durmiendo apoyado sobre su cama, con el rostro repleto de cansancio y preocupación.

Contempló al mayor un rato, sintiéndose como en su tiempo de adolescente. Sonriendo más que antes. Hasta que, como si sintiera su mirada, el castaño se despertó.

- Despertaste –Le dijo desperezándose rápidamente- ¿Estás bien? ¿El bebé está bien?

Asintió, sin poder apartar la sonrisa boba de su rostro.

Dongwook suspiró y de inmediato su mirada fue hacia el suelo.

- Creo que te debo una disculpa. Me he comportado como un verdadero idiota.

Seunghyun negó, no queriendo preocuparse por eso ahora. Prefiriendo seguir tranquilo por lo menos unos minutos más, sintiendo al fin que tenía todo aquello que tanto había buscado.

- ¿Quieres sentirlo?

De inmediato el mayor aceptó colocando las manos en el vientre del otro.

- Hola bebé –Susurró mientras con sus manos acariciaba la piel del menor, sintiendo de inmediato la respuesta esperada. Una fuerte patadita.

Y ambos compartieron una sonrisa, sin necesidad de decirse nada más.

 

 

-.-.-.-.-.-.-.-        [  . . .  ]        -.-.-.-.-.-.-.-

 

Notas finales:

Ya tenía bastante tiempo con esta historia colgada en el tintero, ¡Al fin ya la he podido publicar! Quizá el final les haya parecido un poco inconcluso (; n _ ñ) pero tengo planeado un epílogo para resolver todos los cabos sueltos. Solo debo darme el tiempo para hacerlo.

Espero que les haya gustado, y que me dejen muchos lindos comentarios jejejeje.

Disculpen cualquier error o exceso de OCC. ¡Muchas gracias por leer!!!

 

Matta nee!!  ( > 3 <) ~ <3 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).