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Regreso a Nunca Jamás por HizakiDoujinshi

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Notas del fanfic:

NaruSasu


ItaDei


 


Basado en la obra de James Barrie "Peter Pan y Wendy" y en sus adaptaciones cinematográficas.

Notas del capitulo:

Hola, con ustedes la continuación  

Espero les guste.

 

Nunca se le habían dado las fiestas, sin embargo ahí estaba jugueteando con el migajón del pan sentado en su mesa vacía, que irónico era pensar que según su padre esa fiesta era en su honor al haberlo ascendido de puesto como contador en el banco del que eran socios los Senju, los Namikaze y los Uchiha, y él se encontrara más aburrido que una almeja. Debía sentirse alagado al haber obtenido el puesto siendo tan joven, más de lo que era Itachi el haber sido contratado. Sentía como sus párpados se iban cerrando lentamente y las luces de la fiesta titilaban como si se movieran de un lado a otro jugueteando para no ser vistas por él. Sonrió pensando que debía estar soñando.

 

-Venga hombre –una palmada en su hombro lo hizo espabilar, rápidamente limpió los restos de saliva que había en las comisuras de su boca. –Se supone que eres el festejado, ¿qué haces aquí tirado?, ¿no me digas que has estado tomando?

 

-Sabes que no, pero estoy cansado, las fiestas no son lo mío, además mañana debo ir al trabajo, papá se sentirá decepcionado si llego tarde después de este ascenso.

 

Itachi sabía que esa no era la razón de aquel aburrido semblante. Acercó una silla al rubio y se sentó junto a él.

 

-Es ese sueño de nuevo, ¿cierto? Lamento que ya no podamos charlar como antes, Deidara ha estado un poco delicado con el embarazo y necesita de toda la atención posible.

 

-Entiendo, estas ocupado, y yo igual en cierta forma, es grandioso el trabajo, me gusta…

 

-¿Pero?- Naruto guardó silencio un momento, bastante largo para Itachi que estaba acostumbrado a que el rubio nunca paraba de hablar. –Sabes que puedes contarme lo que sea, si hiciste algo indebido, le daremos solución, a lo mejor solo es que estás nervioso por tu ascenso…

 

-Mamá dijo que va a comprometerme…

 

-Con que de eso se trata, hablaré con ella- Itachi se levantó serio, entendía la importancia del tema, y también pensaba que ya era tiempo de que Naruto cortejara a alguna señorita, siendo que desde más joven había demostrado poco interés en los donceles, (suponía el por qué. Sin embargo, entendía también que Naruto estuviera aterrado, él mismo había sentido pánico al saber, en cuanto volvió a casa después de su divertida estancia en el loquero, que se casaría con el heredero Namikaze. Todo había ido bien para el joven matrimonio afortunadamente, pues tanto él como Deidara se habían frecuentado desde algunos años antes y se gustaban mucho, así que no fue difícil trabajar en formar una familia. Pero Naruto era otra historia completamente diferente, y aunque no fuera parte de su familia, Itachi se sentía con la obligación de velar por la seguridad del rubio pues para él era como un hermano menor.

-No tienes que hacerlo, sabía que algún día Lady Kurenai terminaría convenciéndola de que debo sentar cabeza, seguro sabía de mi ascenso y le llenó a mamá la cabeza de basura.

 

Itachi sonrió. –De cualquier forma, intentaré hacerle ver a Lady Tsunade que no es un buen momento para comprometer a un chiquillo como tú, que todavía eres un mocoso malcriado y que cualquier señorita estaría mejor lejos de ti.

 

-Muy gracioso  onnisan –se burló el rubio –no sé si lo has notado, pero ya no soy un niño.

 

Itachi se levantó de su asiento y su sonrisa se transformó en una triste, Naruto lo notó e inmediatamente se arrepintió de haberlo llamado onnisan, había olvidado que su amigo aun sufría la pérdida de un hermanito doncel que había querido mucho y cada vez que él repetía esa palabra lo traía de vuelta a su memoria.

 

-Lo lamento.

 

-No pasa nada –el mayor revolvió sus rubios cabellos tal cual lo hacía cuando era más pequeño. –A veces las cosas están mejor en el pasado- dijo por último y se alejó dejando a Naruto sólo sintiéndose algo culpable.

 

Siempre era así, y se preguntaba por qué. Itachi era un gran sujeto, siempre de buen humor, cariñoso con su esposo y hasta con su hijo que aún ni había nacido, gentil con sus padres, y un excelente gerente de banco. Pero cada vez que su pequeño hermano doncel era mencionado, Itachi cambiaba, se volvía un ser gris, apagado y triste.

 

Ojalá hubiera conocido a Sasuke, desde algunos años atrás, Itachi le había contado que su hermanito era un doncel precioso y muy inteligente, sobre todo a la hora de inventar cuentos. Tal vez de tanto escuchar sobre él fue que empezó a aparecerse en sus sueños un bonito doncel pelinegro muy parecido a Itachi, pero de un día para otro ese bonito ángel se volvía una pesadilla al tratar de sacarle el corazón con un garfio que sujetaba en su mano derecha. Desde ese momento había decidido que prefería a los donceles lejos de su espacio personal.

 

-¿Cariño?- Naruto dio un respingo al escuchar su nombre. –No te has levantado de ahí en toda la velada ¿te sientes bien?

 

Naruto se levantó de la silla para dar un corto paseo con la mujer. -Estoy algo cansado, no he podido dormir bien, ¿podrías disculparme esta vez? Quisiera ir a descansar.

 

-El desconsiderado de tu padre, sabía que no apruebo que te haya dado más trabajo en tan poco tiempo.

 

-Está bien madre, ese viejo pervertido confía en mí para que el banco prospere- rió Naruto sabiendo que tal vez se ganaría una reprimenda por llamar de esa forma a su padre, sin embargo Tsunade también rio. A pesar de que no gustaba mucho de reír en público pues sus arrugas se acrecentaban, le daba gusto hacerla reír de vez en cuando, y estaba seguro de que con él era con la única persona con la que reía más en el día. –Te veré por la mañana –dio un beso en la mejilla polveada de su madre y subió las escaleras para ir a su habitación y alejarse del ruido de la fiesta, sopesando la idea de volver a tomar píldoras para dormir para no ser despertado por aquel doncel que atormentaba sus sueños. Tsunade lo vio alejarse, con una sonrisa de nostalgia, ¿en qué momento habían pasado seis años? Aquel pequeño de diez años que había llegado a sus vidas se estaba volviendo un hombre. Se sentí orgullosa de él, después de tanto por lo que había pasado, parecía que al fin encontraba una motivación para salir adelante, solo esperaba no echar a perder ese avance con un compromiso.

 

 

________________________________________________________

 

-¿Todo en orden?- Itachi palmeó el sofá para que su esposo lo acompañara, una vez sentado a su lado lo rodeó con el brazo y dejó el vaso de brandy para acariciar su voluminoso estómago. –Te conozco lo suficiente como para saber que algo te preocupa.

 

-No me conoces lo suficiente cariño, pero eres muy listo y además brujo –bromeó el pelinegro depositando un beso en la mejilla del doncel.

 

-No necesito de brujería para saber que no se encuentra bien señor Uchiha, ¿pasó algo en la fiesta? ¿Naruto está bien?

 

A Itachi le parecía admirable que alguien como Deidara, un doncel millonario adulto casado con otro millonario, sintiera tanto afecto por un huérfano amnésico como lo era Naruto, a veces pensaba que era su instinto maternal que empezaba a florecer, pero cuando quedó embarazado su teoría cambió, pues al parecer no veía en Naruto a un hijo. Quizá era que ambos carecían de más familia sanguínea, luego rechazó la idea puesto que nadie sabía si los padres de Naruto estaban con vida o no. Así que solamente concluyó que su esposo era una excelente persona.

 

-A veces me gustaría saber por qué te preocupas tanto por él, pero sí, acertaste, el pequeño diablillo estuvo algo decaído en la fiesta.

 

-¿Te dijo por qué?

 

-Por que como todo varón con buen juicio, le teme al compromiso- soltó Itachi a sabiendas de que podría recibir un golpe de su hermoso doncel, y asi fue, un pequeño puño aterrizó en su hombro, pero estaba preparado para contrarrestar su molestia –dije, cualquier varón con buen juicio cariño, tú y yo sabemos que eso es algo que no tengo. –Deidara frunció el ceño para no demostrar que estaba complacido con la respuesta. –En fin, el chico esta aterrado, lo que no sé es si es por el compromiso, o porque sus padres decidan emparejarlo con un doncel.

 

-¿No veo que tenga de malo que sea con un doncel?

 

Itachi se levantó a servirse otro vaso de brandy. -Bueno cariño, tal vez sea porque son endemoniadamente terribles. –El rubio se levantó lentamente con algo de dificultad y caminó para salir del salón.

 

-No decías eso hace seis meses, cuando quedé embarazado. –Itachi lo siguió por las escaleras para asegurarse de que llegara a la habitación sano y salvo.

 

-Sabes que bromeo corazón- Deidara lo fulminó con la mirada antes de seguir subiendo un escalón a la vez, jamás se había sentido tan pesado y eso lo ponía de malas, además de saber que Itachi se burlaba de sus cambios de humor ¿Qué nadie le dijo que eso lo causaba el embarazo? Ya lo quería ver a él cargando ocho kilogramos de niño en la barriga a ver si seguía burlándose.

 

Terminaron de subir los treinta escalones en silencio, tiempo que sirvió para que Deidara se tranquilizara un poco y que estuviera listo para charlar sobre los problemas de joven Senju. Una vez en la cama con el camisón puesto Itachi cumplió con su deber de marido arropándolo y acomodando las almohadas al gusto del rubio para que pasara una noche agradable estando lo más cómodo posible.

 

-¿Cómo ha ido su tratamiento para la amnesia? –rompió el silencio el doncel mientras Itachi ponía otra almohada bajo sus piernas.

 

-No he hablado mucho con él desde hace tiempo, pero he recibido cartas del médico diciendo que ha estado progresando, pero no lo suficiente como para recordar lo que sucedió. Lo único que sé es que ha estado soñando con un doncel pelinegro que le saca el corazón con un garfio, tal vez por eso no quiera comprometerse con un doncel.

 

-¿Crees, que se trate de tu hermano?

 

Hasta donde Deidara sabía Sai y Sasuke habían sido secuestrados por la misma persona que tenía cautivo a Naruto, tal vez se habían encontrado, pero quizá solo los dos varones lograron escapar de aquel infierno, y dado que nunca habían encontrado a Sasuke, tal vez él ya no existiera, pero por alguna razón, Deidara pensaba que podría seguir con vida. Pero según Itachi esos pensamientos los alimentaba la misma idea absurda que le decía que existían las hadas.

 

-No lo sé Dei, pero creo que pensar en ello solo le causa dolor, preferiría que no recordara nunca nada de lo que pasó.

 

-Pero si lo hace, tal vez podríamos saber algo de Sasuke.

 

-Basta Deidara, no sigas con eso, Sasuke falleció, me di por vencido hace mucho tiempo, y el caso fue cerrado cuando Sai apareció, ¿podemos no volver a tocar el tema?- el pelinegro intentó no perder la paciencia, no quería seguir sufriendo con los recuerdos de su hermano, no quería seguir sintiéndose culpable por haber detenido la búsqueda, por haber perdido la esperanza.

 

El rubio se incorporó un poco para arrullar a su esposo con suaves caricias en su largo cabello.

 

-¿Te conté alguna vez que yo también tuve un hermano?

 

-No lo hiciste- respondió con indiferencia creyendo que esta era una de las tantas veces que Deidara intentaba animarlo con cuentos de hadas.

 

-Lo tuve, pero muchos años antes de que yo viniera al mundo, recuerdo que papá me contaba que era un niño muy listo y travieso. Mamá no hablaba conmigo porque verme le causaba mucho dolor, papá decía que porque le recordaba a mi hermano.

 

-¿Qué le ocurrió? –Itachi se dio vuelta para ver de frente al doncel, ya no creía que se tratara solo de un cuento.

-Nadie lo sabe, papá me contó que un día salieron a pasear con él al parque, y se perdió, creyeron que, como era un niño muy travieso, se había escondido pero nunca más lo encontraron. Por lo que sé, el caso duró abierto más de veinte años, quizá fue después de eso que mis padres se dieron por vencidos y tu esposo nació. –Itachi lo veía fijamente incrédulo, ahora entendía muchas más cosas acerca del rubio, y pensó que tal vez ahí se encontraba el misterio de su afecto hacia Naruto. –Mamá falleció cuando yo tenía cinco años, a veces pienso que papá tan solo esperó a que pudiera entender que me amaba, pero que no podía vivir sin mamá, y a que conociera otro hombre –rio para espantar las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.

 

-Uno que te ama mucho solecito- Itachi le animó, no era bueno que conciliara el sueño con pensamientos tristes.

 

-Lo sé, y por eso me preocupa Naruto, como yo lo veo, solo es otro niño perdido, como tu hermano, como el mío, como Sai, si tan solo hubiera un lugar donde pudieran vivir tranquilos, sin pensar en lo mucho que sufrimos por su ausencia.

 

Deidara se quedó dormido en los brazos un Itachi que no pudo conciliar el sueño en toda la noche. Agradecía que el viendo que entraba por su ventana le refrescara las ideas, se había quedado pensando en que los años seguían pasando, ¿cómo se vería Sasuke si aún estuviera ahí para verlo despertar todos los días? ¿Seguiría mirando los amaneceres desde la cama? ¿Seguiría contando cuentos?   

 

Observó la ventana, no había notado que la había dejado abierta, igual que todas las noches, quizá en el fondo seguía esperando su regreso, quizá en el fondo, Itachi quería creer en lo que creía su esposo; en que su Sasuke estaba vivo, en que Naruto lo había conocido, en que las hadas regaban su jardín para que sus flores estuvieran bonitas siempre, en todo. En el fondo, sabía que todo era posible, sabía que lo había creído alguna vez, pero muchos años atrás.

 

 

Notas finales:

Supongo que este capítulo reveló varias cosas XD si es asi, esto va  muy bien XD 

También puede que hayan surgido algunas dudas, pero todo se resolverá a su debido tiempo.

Hagan sus apuestas y comenten qué les pareció.

 

Hasta la próxima.


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