Prologo. El principio del Fin
No supo cuánto tiempo había pasado observándolo, pero no le importo. Era su obsesión, observo su rostro con detalle, el rostro de un ángel. Aparto con delicadeza unos cuantos mechones castaños que caían por la frente de su pareja para observar mejor sus largas pestañas, sin contenerse beso su parpado recordando las hermosas esmeraldas que escondían, acaricio su nariz y miro con deseo sus sensuales labios que estaban entreabiertos una clara invitación que rechazo, muy a su pesar, para que su pequeña pareja pudiera descansar
Cubrió un poco más su desnudo cuerpo, ya que el frio estaba sintiéndose con mayor fuerza o quizá hasta ese momento era consciente del frio que hacía, abrazo con un poco más de fuerza el tibio cuerpo que estaba a su lado
-Usagi san ¿No puedes dormir?- le molesto haber despertado al castaño pero ya está hecho, beso su mejilla
-Ya iba a dormir- dijo simplemente- Duerme, debes estar muy cansado- sin poderlo evitar uso un tono pícaro de voz cosa que provoco el gran sonrojo en las mejillas de su adoración castaña
-¡Pervertido!- Como siempre tan dulce
Con una sonrisa tonta en los labios se acercó para besarlo, se sentía tan feliz a su lado, tan dichoso, hace tanto tiempo había olvidado lo que era sentirse miserable, esperaba que nunca volviera a sentirlo
-Te amo Misaki- le dijo después de separarse de ese beso, Misaki solo se sonrojo- Feliz Aniversario- Un año más juntos no era cualquier cosa, eso le tenía que quedar muy en claro
-Usagi san ya no es nuestro aniversario- técnicamente ya había acabado porque ya eran pasadas la media noche pero no podía evitarlo, de solo recordar que habían cumplido 5 años juntos las palabras salían por si solas
-Sigue nevando como ese día- disfrutaba de avergonzar a Misaki, disfrutaba ese hermoso color granate en sus mejillas
-Ya duérmete- Disfrutaba su vergüenza, simplemente disfrutaba de su presencia-Mañana tenemos que regresar a Tokio, de seguro Aikawa san nos matara- Un dolor de cabeza se hizo presente cuando escucho el nombre de ese demonio, un demonio disfrazado de mujer, una mujer pelirroja de ojos azules
-Si la mencionas solo me dará ganas de quedarme aquí- Se habían escapado para celebrar ese día especial ya que Usagi san tenía programada una fiesta, a la cual solo asistió por 5 minutos luego huyo con Misaki, no se arrepentía
-Usagi san ¿No fuimos muy descuidados?-No entendió la pregunta de Misaki- es decir ese fotógrafo…- ¡Ah! Era eso, beso a Misaki no sin antes asegurarse de que no sucedería nada, después de todo el fotógrafo estaba ebrio, era poco probable que los hubiera visto
-En lo absoluto- aspiro su dulce aroma, sus parpados se cerraron, lo último que escucho fue su dulce voz llamándolo “Usagi-san”
***
-¡Usagi san! ¡Despierta ya!- grito Misaki quitándole la sabana que cubría el cuerpo de ese flojo conejo, se arrepintió un poco ya que estaba desnudo, se arrepintió más cuando el pensamiento de que no era la primera vez que lo veía así cruzo su cabeza-¡Aikawa san e Isaka san ya nos quieres devuelta!
-Cinco minutos más- busco a tientas la sabana, hacia frio, después de todo era una mañana de invierno
-Nada de que cinco minutos vamos, o yo me voy solo- ¡Ah! El mocoso sabía cómo convencerlo
Ambos estuvieron listos para abandonar el hotel, las calles estaban despejadas y no tardarían mucho en llegar a Tokio. El viaje fue relajado, lleno de charlas sin sentido, la pareja de enamorados se sentía en el paraíso como si su vida fuera perfecta
Y para qué negarlo, su vida así era, con sus altas y sus bajas, pero para ellos era perfecta, tan ajena a la tormenta que pronto se desataría
-¡Lo siento! ¡De verdad lo siento! ¡Ya estamos allá!- Le dijo Misaki a Aikawa san que llamaba por décima vez en la mañana
-¡Es urgente que estén aquí!- y por lo histérica que estaba Misaki no podía escuchar muy bien la razón de porque debían estar pronto en casa
-¿Dejaste un manuscrito incompleto?- Fue la primera opción del castaño
-No que yo recuerde- El único mal que había hecho esa semana había sido escaparse de la fiesta con Misaki- Ya sabes que es una exagerada no te preocupes- Le sonrió cosa que no convenció tanto a Misaki
Al llegar al departamento notaron que la entrada había una gran cantidad de paparazis, listos para atrapar a su presa. Misaki y Usagi se miraron, no era la primera vez que pasaba pero en ese momento no le encontraban sentido
Se bajaron del auto y cuando se acercaron al edificio… La tormenta se desato…
-¡Usami sensei! ¡¿Este muchacho es su pareja?!- Flashes, fue lo único que Misaki podía ver
-¡¿Desde hace cuánto están juntos?!- Usagi trato de abrirse paso por la multitud
-¡Usami sensei! ¡¿Es verdad la foto?!- la seguridad del edificio les ayudo a pasar
-¿¡Qué demonios?!- Misaki estaba alterado- Nos… descubrieron- Usagi no sabía cómo calmarlo
-¡Sensei!- Aikawa se acercó a ellos- ¡Esto es malo! ¡Son la noticia del día! ¡Del mes! ¡Del año!- Les lanzo una revista, en donde la foto de ellos dos besándose se notaba, lo peor es que en la foto ambos salían perfectamente, ni para negar que eran ellos…
Y el titular era: Usami Akihiko, el famoso escritor, el soltero más codiciado es ¡Homosexual!
La tormenta hacia comenzado… Y no iba a terminar pronto…
Solo era el Principio del Fin