–Creo que así esta bien– el joven acomodaba una de las últimas cajas en el cuarto.
–Sí, aquí no molestaran– respiro pesado mientras quitaba los mechones de su rubio cabello húmedo del rostro. Sonrió a su hyung cuando al fin terminaron de ordenar todas las cosas después de su mudanza.
–Estoy agotado TaeMin– dijo el mayor recostándose en el frio piso de madera, resoplo al sentir sus hebras de color marrón pegarse a su frente, debido al sudor producido por tanto esfuerzo, sus pálidos brazos tenían algunas manchas de polvo, producto del largo trajín.
–Iré a bañarme primero hyung– desapareció del cuarto dejando al mayor en sus pensamientos.
Habían decidido mudarse de Gangnam a Seúl, el motivo era que TaeMin había ganado una beca para estudiar baile en una de las mejores academias del país, le Sede central quedaba en Seúl, así que sin dudarlo KiBum movió cuanto pudo para realizar el sueño de su mejor amigo.
Seúl no solo significaba una carrera para el menor, también un nuevo inicio para el peli marrón. Habían tenido suerte de que KiBum tenía ahorros que le alcanzaron para el alquiler de un pequeño departamento; pintoresco ubicado en el segundo piso, contaba con una cocina promedio, un cómodo comedor, un baño amplio y dos habitaciones, lo suficiente para vivir cómodos, se situaban en una calle tranquila y no tan alejada del centro de la ciudad, con dos buses llegaba en una hora. Ahora no podía desperdiciar el tiempo, necesitaba encontrar un trabajo rentable y estudiar algo técnico, ir a una universidad no era algo que ansiaba con todo su ser, él solo quería una vida tranquila.
Se dirigió a la cocina sirviéndose un vaso de agua, suspiro pesadamente dejándose perder en sus pensamientos, solo saliendo de su trance cuando el menor le aviso que la ducha estaba libre. Sentir el agua correr sobre su cuerpo era una relajante sensación. Salió ya vestido con un manga larga suelto color plomo y unos jean azules. El menor yacía sentado en una de las sillas con una taza de café en las manos. La primavera estaba llegando a su fin, pronto el otoño se haría presente, tomo una botella de agua y se sentó frente al menor.
– ¿Crees que tú mamá este bien? – murmuro sin dejar de ver la taza.
–Lo está. – respondió el contrario regalándole una sonrisa. – ¿No deberías prepárate para ir a revisar tus papeles? Es un trámite urgente y largo–
–Esta ciudad me aturde hyung– si bien habían vivido en la gran Gangnam, habían estado muy alejados de los lujos de esta, cerca de los barrios bajos, en ese lugar la vida era menos rápida que en la ciudad. – debes acompañarme–
–TaeMin pronto cumplirás veinte, ¿es enserio? –
–Solo hasta que sepa movilizarme hyung, vayamos juntos a la academia por favor– puso su mejor cara de súplica.
–Ya, ya quita esa cara de borrego degollado, iremos juntos – el menor hizo un baile de celebración– Ahora ve y alista tus cosas, saldremos en media hora. – lo vio perderse en su habitación.
No tenía muchas ganas de salir, había sido un largo viaje y el mover las cajas lo había agotado. Opto por una ramera azul oscuro de cuello v, una cadena de plata y unos jean semi ajustado desenfocados grises. Se miró al espejo acomodando sus cabellos marrones hacia el lado izquierdo, aprecio la cicatriz en su ceja derecha, paso sus dedos sobre el reflejo en el espejo, sus abundantes pecas, sus recuerdos. Todo debía quedar atrás.
Ahora solo era KiBum.
**
Sin duda, Seúl era un monstruo, calles atascadas de automóviles, personas que iban y venían en su rutina diaria, ruidos que para quienes no estaban acostumbrados a estos resultaban entorpecedores y ese era el caso de TaeMin, el pobre por poco y se pierde entre la muchedumbre cuando corrieron a tomar el bus.
–Debes estar más atento, ¿Qué si no me daba cuenta de que casi no subes al bus? – cual madre preocupada, el mayor no dejaba de requintar al pobre pelinegro quien solo asentía resignado. – Quiero que entiendas Tae, luego tendrás que hacer todo este recorrido tu solo, realmente no quiero tener que ir por las calles pegando tu foto– Ambos rieron por la ocurrencia del mayor.
–No tendrás que hacerlo hyung, no me perderé, solo debo memorizar en donde bajar y listo–
–Eso espero Tae, que ni celular tengo al cual llamarte ya que perdiste el tuyo y no feliz con ello perdiste el mio también–
–Dije que lo sentía, no sé cómo pudo haberse perdido– El mayor decidió guardarse su comentario, su visión cambio del pelinegro a la ventana alertando que ya estaban cerca a su destino
–Ya vamos a llegar – levantándose de sus asiento enfilaron ya para la próxima parada. – Debes de bajar justo aquí – dijo apuntando al letrero que yacia cerca indicándoles su posición.
–Lo recordare bien –
–Perfecto, ahora tu academia queda a cinco cuadras de aquí – pudo apreciar el mohín molesto contrario – Haremos turismo Tae–
–Bueno–
Ambos avanzaron curioseando cada lugar que le llamaba la atención, habían salido temprano del departamento, por lo que darse una pequeña distracción no afectaba en nada. Las cinco cuadras terminaron resultándoles más cortas de lo pensado.
–Buenos Dias, ¿en qué les puedo ayudar? – La señorita de la recepción los atendió con una cordial sonrisa, lástima que esta se notara demasiado fingida, después de todo ese era su trabajo, sus mejillas deben estar acalambradas, pensó KiBum soltando una risilla con disimulo.
–Buenos Dias, venimos a agilizar unos trámites, no sé si podría ayudarnos con ello– respondió KiBum mientras le entregaba los documentos que antes TaeMin le había entregado.
–Oh ya veo, un estudiante becado – ambos asintieron – Diríjanse a la Oficina de Admisión, ahí deberá rellenar algunos formularios para poner en regla los documentos y la validez de la beca. – agradecieron y partieron en la dirección indicada. Pasaron la mayor parte del día corriendo de un lado al otro, fue buena idea que KiBum acompañase a TaeMin pues, al ser su tutor, se necesitó su firma para muchas cosas. Al final del día y después de unas largas colas, terminaron completando exitosamente su propósito.
–Estoy tan agotado Hyung – protesto el menor sentándose en una de las bancas del lugar, el mayor le sonrió compresivo y despeino los cabellos contrarios.
–Cerca hay un supermercado, vamos a comprar las cosas para la cena, estuvimos aquí todo el día que ni almorzamos–
–Tienes razón, estos papeleos nos llevó más tiempo del que creíamos– con pesar se levantó del asiento– Vamos rápido, siento que podría comerme una vaca – el mayor solo negó con una sonrisa – Por cierto... ¿Cómo sabias que hay un super cerca? –
–Lo vi cuando pasamos por ahí –
*
La noche ya había caído en la imponente Seúl, mas la vida se movía imperativa ajena al tiempo, las luces de las calles opacaba la luz de la luna, las calles estaban repletas del barbullar de las personas y del claxon de los autos. Aprecio el vaho salir de sus labios al soltar un suspiro. TaeMin volvió a perderse en sus pensamientos, si bien era cierto, solo llevaba un día en aquella cuidad y se sentía extraño, extraño el partir lejos del lugar que fue su hogar. Suspiro de nueva cuenta, sus padres debían de estar muy orgullosos y su hermano seguro le mostraría una gran sonrisa como solo el sabía hacerlo.
–¿Me estas escuchando? – despertó de su ensoñación al ver el rostro de KiBum frente a él. KiBum ¿Qué sería de él ahora sin KiBum? Sin duda nada de lo que le estaba pasando, su hyung lo había ayudado en todos los aspectos y lo seguía haciendo.
–Si hyung– el aludido alzo una ceja incrédulo.
–Bien, entonces yo iré a comprar los ingredientes y tú compraras...– Maldijo por lo bajo al saber por dónde iban las cosas, puedo ver la impaciencia en el rostro del contrario, opto por decir lo primero que se le paso por la mente.
–Verduras! – sonrió tiernamente esperando haber acertado.
–Correcto–
–¿Enserio? – Frunció el ceño – Digo, si verduras yummi– volvió a sonreír y corrió tomando su carrito de compras.
–Nos encontraremos en 10 minutos en la caja registradora–
–Ok! – Se había librado de un buen regaño por su distracción, lo mejor sería comprar rápido las cosas para regresar con tiempo. – Bien, sección verduras es al fondo– Iba avanzando la mar de feliz cuando cayó en cuenta de un muy importante detalle –¿Qué se supone que debo comprar? – Debatiéndose entre la idea de regresar o no, opto por coger lo mas común, si algo faltaba o sobraba solo tenia que regresar y devolverlo o cogerlo, eran tan fácil y simple– Lee TaeMin eres un genio–
Al otro lado del super, KiBum compraba tranquilamente algunos artículos de limpieza, aún faltaba mucho para que el departamento estuviese completamente limpio, calculando los precios, compro dos potes de lejía, uno de detergente y algunos aromatizantes. Paso por la caja registradora cuando el anuncio "Se necesita personal para caja registradora" llamo totalmente su atención, rápidamente busco a una empleada que pudiese darle más información. Termino llegando a la gerencia y pidiendo el puesto, la gerente, una señora muy seria y de finos rasgos, no muy convencida anoto su nombre en una lista y término citándolo para el sábado por la tarde para una prueba. Habiendo hecho algo productivo por el día, se retiró contento del lugar dirigiéndose al lugar acordado con Tae.
–Veo que llegaste antes Tae– miro curioso todos los vegetales en el carrito del menor, negó levemente – ¿no tenías ni idea de que comprar no? –
–Mejor prevenir que lamentar–
–Ajá– Saco el poro y la lechuga – Lleva el resto a su lugar–
Obedeciendo a su hyung, TaeMin regreso los vegetales que no eran necesarios, se distrajo un momento escogiendo un banana milk para luego regresar corriendo, justo cuando iba a girar en la esquina choco contra otra persona cayendo de bruces contra el suelo.
–Ay! – se llevó las manos a su parte trasera – Ah me duele el tra–
–Lo siento, ¿Se encuentra bien? – Un alto y moreno joven le tendía la mano mientras lo miraba preocupado. TaeMin acepto la ayuda que el extraño le ofrecía, mientras hacia una leve reverencia en modo de disculpa.
–Lo siento, yo...no debí correr por el pasillo– este le sonrió, TaeMin pensó que tal vez se había topado con algún actor de drama, puesto que el extraño era muy atractivo. Recogiendo su lata de banana milk y volviendo a hacer una nueva reverencia salió disparado en busca de su hyung.
–TaeMin! – lo escucho llamarlo molesto, si había una cosa que enfadara a KiBum, era que lo hagan esperar.
–Lo siento hyung– dejo la lata junto al resto, pagaron la cuenta y salieron del super. El camino hasta la parada del bus fue silenciosa, ambos sumidos en sus pensamientos.
Subieron al primer bus teniendo que sentarse separados al no haber asientos juntos. En el segundo bus pudieron sentarse juntos, más el menor término dormido sobre el hombro del mayor.
–Tae, despierta ya llegamos– Medio dormido TaeMin solo siguió al mayor, caminaron una cuadra hasta el edificio y ni bien entraron al departamento, el menor se perdió tras la puerta de su habitación. KiBum guardo las compras en la alacena, cerro las ventanas y puerta y también agotado, se fue a descansar, su cuerpo se lo pedía a gritos.