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BaeRi por MiRoApril

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No podía apartar la mirada de esa figura moverse sobre el escenario. Con el sudor una vez más por esos músculos, recorriendo poco a poco su piel, cayendo por sus brazos, sin importar las miles de fans que lo estaban observando en ese momento. Su torso lo traía descubierto, una tela sobre el sería solo un estorbo más para los movimientos de sus coreografías, aunque deseaba que al menos una delgada tela cubriera ese cuerpo, sin que nadie más lograba ver lo que deseaba…Perteneciera a él. Era un celoso, no por su cuerpo, sino que todas esas fans, miles y miles de fans, sin contar quienes aún no veían ese cuerpo pero pronto lo harían por medio de un video, o de la misma publicación del DVD del concierto, se sumarían más y más a los ojos celosos que tenía. 

 

Sin importar las ordenes que le daban, el no quitaba la mirada de la presentación, ni siquiera estaba con los demás mirando nada más la tv con imágenes a backstage, no, el debía ver en vivo ese cuerpo. Verlo con sus ojos era como sentirlo, recorrerlo con su mirada, acariciarlo simbológicamente con sus ojos. Pero ese deseo de tener su cuerpo entre sus brazos, sentir los músculos de este rodearlo, no solo por protección y calor, sino más que eso. No era más tener una fantasía sexual, era probable que así lo pensaran por solo verle de baboso por su compañero, agradecía que solo fuera su imaginación que le estuvieran observando, ya que sabía que en aquel lugar del escenario nadie se aparecería, lo comprobó entre todos los ensayos, era el lugar perfecto para verlo. 

 

Mientras más lo observaba, más recordaba, imágenes pasaban por su cabeza, pues tan solo habían pasado horas, horas nada más… Todo comenzó en los ensayos previos a uno de los tantos conciertos…

 

Ya era de saberse que en muchos grupos de idols existieran parejas o situaciones incomodas entre los integrantes, algunos lo demostraban más que otros, su forma tan femenina de actuar, tampoco entraría a nombrar aquellos que realmente lo eran, unas cuantas amistades de las cuales sospechaba hace mucho, pero no era un tema en el cual indagara como un curioso, ya que el mismo estaba envuelto en la situación que le roba los sueños a las fans. ¿Fanservice?, ¿Realmente creían que esas situaciones eran planeadas?, todo ocurría en el momento, era natural que sucedieran cosas como esas luego de pasar años juntos, mirando los mismos rostros todos los días, conviviendo con personas que cada día se conocía más en profundidad, al punto en el que existía una confianza increíble. Esa bendita confianza, ¿No se le notaba demasiado? ¿No?, ya llevaba cerca de un año asumiendo su situación, asumiéndola… No quería ni recordar los meses que estuvo odiándose por lo que estaba sintiendo. ¿Era un pecado? Entendía que sus fans lo emparejaban con los demás, pero ¿Aceptarían algo así de ser verdad?. 

 

Siempre que intentaba hacerse la idea terminaba ocultándose aún más. No entendía como las fans lograban comprender a su hyung, JiYong era bisexual, por donde sea que se le viera se le notaba lo gay, al menos él podía notarlo, claro, porque vivía con él, veía sus acciones cotidianas, sus coqueteos. Aun creía que el último suceso en la sala de grabación con aquella confesión de amor por parte de su líder, era nada más fanservice para las cámaras, pero, ¿Qué tal si tuvo sentimientos por él alguna vez?. No, debía estar loco para pensar en algo como eso. Era claro que JiYong gustaba de alguien más. 

 

Entre sus pensamientos más locos, le confesaba al mayor lo que le estaba sucediendo, era probable que este le aconsejara, pero ambos se encontraban en el mismo lugar, hundidos. Estaba loco si creería que Bae le daría alguna oportunidad. ¿Qué loco?, debía ya rendirse, dejar de pensar en él y dejar de observarlo en los ensayos…. Podría buscarse a una mujer, hacerla su novia e intentar sentir lo más cercano al amor a esas alturas. A su líder le funciono, ¿Por qué a él no?. Era muy diferente de JiYong, este tenía mujeres con las cuales regodearse e inventar cualquier falso rumor con tan solo una cita, incluso entre ellas podría verse involucrada Chae Rin. 

 

En fin, estaba atrapado en sus pensamientos una vez más, buscando una solución a sus problemas, a su vida. Ya llegaba al punto en el que no podía concentrarse en los ensayos para el concierto, una vez más se perdía en esa espalda bien formada, esculpida mejor que cualquier obra de arte, tan solo cubierta por una tela que… 

 

—¡Hey! ¡Maknae!.. ¡Pon atención!.— JiYong hablo por el micrófono desde el otro extremo del escenario. 

 

—¿Eh?.. Si, lo siento. Estaba .. —“Perdido en TaeYang otra vez”.— Olvídalo. ¿En que estamos? 

 

—¿Qué? ¿Ya tienes hambre que no pones atención?.—Pronunció la voz ronca de uno de los raperos. – Debes hacer la salida.

 

Sin protestar ni mucho menos dar palara alguna, salió del lugar. Bajo las escaleras dejando el escenario a la subunidad y sus ensayos. Necesitaba como siempre, un poco de aire, y uno del cual Bae no respirara el mismo. No solo necesitaba dejar de pensar, debía concentrarse en algo más que no fuera su hyung. Cada día estaban empeorando esos sentimientos, no debía hacerse ilusiones, su hyung era un hombre hetero de pies a cabeza. Vamos… Debía ser realista. ¿TaeYang gay?, ni que fuera un chiste. Ni siquiera los fanfics de sus fans lograban describirlo por completo, de la nada sacaban a su hyung con sentimientos por alguien como él, o por JiYong, y mucho menos leer de el con Seung Hyun. 

 

Le basto unos minutos para volver a retomar esa calma y neutralidad en sus pensamientos para volver al trabajo, enfocarse en una buena presentación y hacer felices a sus fans. Esa era su meta para el gran concierto, no era aprovecharlo para acercarse a su hyung, no, era para sus fans. Tomaba aire y exhalaba con tranquilidad mientras caminaba una vez más por los pasillos. Era probable que estuvieran en un descanso antes de continuar la prueba de sonido de los solos. Eso creía hasta que escucho en la sala de ensayo la muy popular canción de Bae. El destino quería verlo arder en el infierno, estaba seguro de eso, podía verse a futuro con su cuerpo arder en llamas por los miles de pensamientos que pasaron por su cabeza en aquel momento. 

 

La puerta estaba entre abierta dejando salir la onda sonora al pasillo, fue una oportunidad que no pudo desperdiciar. Asomar sus ojos para perderse una vez más en el cuerpo sudado de su hyung mientras practicaba esos movimientos. Su cuerpo tomaba poco a poco una capa de sudor mientras el se sentía por debajo de la corteza terrestre, viajando hasta el infierno, era eso o su cuerpo estaba tomando una temperatura parecía a la fiebre pero con una intensión diferente, excitarlo. 

 

Trago en seco, relamió sus labios terminando por morder el inferior del simple deseo. No era la primera vez que le veía practicar, claramente porque la mayoría de las practicas las hacían juntos, pero sus coreografías no eran tan pronunciadas como las que este tenía como solista. Eran las únicas coreografías que sacaban gotas de sudor de Bae. Fue en una de sus tantas prácticas cuando noto sus extraños sentimientos por su compañero, sentimientos que negó de inmediato, cambiando su pensamiento por simple admiración. Eran ya diez años en los que no podía mentirse, no podía ver a YoungBae como un simple compañero de grupo. 

 

Todo estaba controlado, lo tenia controlado, solo le miraba ensayar como siempre lo hacía, no había nada más… Nada más, hasta que el bailarín decide retirar su camisa por las altas temperaturas que le llevaba la danza. No pudo evitar dejar salir un suave suspiro de colegiala enamorada, incluso se arrepintió luego de escucharse a si mismo, pero había sido una acción que no pudo evitar, ver ese cuerpo y desear recorrerlo con sus dedos. Que sus yemas tocaran lentamente cada musculo de la piel del mayor. Esa piel morena que incluso teniendo tal tonalidad pedía a gritos un tono rojizo por parte de sus labios. 

 

—¿Ri?— La voz del moreno resonó en sus oídos. 

 

No podía ser fantasía, sus mejillas estaban tomando un color carmín, avergonzado por completo, y tan idiota que estaba solo le permitió esconderse contra la pared, alejándose por completo de la puerta. Un escondite bastante estúpido, donde claramente sería encontrado. El pilar de la pared, por muy delgado que fuera, no cubriría por completo su cuerpo.

 

—¿Jugamos a las escondidas?.—Nuevamente la voz melódica de su hyung resonó en su cabeza.

 

—¡Hyung! Oh.. Estabas ahí. Digo, claro que estabas ahí, estabas ensayando.. Y-Yo solo pasaba por aquí, ya sabes.. Ensayo.— Más de un balbuceo salió de sus labios. 

 

—Si… Ensayo. ¿Venias a verme ensayar? —Arqueo una ceja.

 

Bajo la mirada de inmediato, necesitaba ver el suelo, sus pies, lo que sea, menos los ojos de su hyung.— Yo no estaba viendo. Solo esperaba el momento adecuado para entrar, eso es… No quería interrumpir. 

 

—Todo momento es adecuado. No me molesta que me veas ensayar. Quizás así te animas a practicar un poco más.— Dijo en esa voz tan varonil, que pese ser un hombre y ser consciente de ello, gustaba de él. 

 

—S-Si claro… Puede que…—

 

—¡Ri! Es tu turno.—Escucho a lo lejos como Daesung se acercaba a ellos por el largo del pasillo.- ¿En que están ustedes?

 

—¡En nada! Claro.. Hyung ensaya y yo…—Por poco había olvidado la última escena, espiar a su hyung en sus ensayos.—Nada. Estoy listo… Nos vemos.. 

 

Salvado y hundido al mismo tiempo por la misma campana. Así fue como su TaeYang le había permitido el ingreso a cada uno de sus ensayos cuando se le diera la gana. En su momento parecía ser una gran victoria, una de la cual no se iba a arrepentir; eso creía. Quizás la palabra correcta no era arrepentirse, después de todo gracias a sus asistencias a esos ensayos, había logrado lo que deseaba, pero todo comienzo de una historia viene con dificultades, nada era un cuento de hadas. 

 

—¿Estás listo Ri?. —Escucho a su espalda.—Ya es tu turno. 

 

—Si, lo estoy. ¿Dónde debo ir?.— Dijo cambiando su expresión de una babosa a una sonrisa al menos más normal. 

 

El staff le guío a su posición adecuada para su salida. Ya no quedaba mucho tiempo del concierto, quizás la última cuarta parte de todo la presentación de esa noche. Podía sentir el agotamiento apoderarse de su cuerpo, pero también sabía lo que significaba llegar al hotel, sus descansos probablemente debería guardarlos para el vuelo del día siguiente, no creía posible que aquel día descansará, era un día que le encantaban hacerle recordar. 

 

Nadie había dicho que ingresar a un grupo iba a ser algo sencillo, ensayos, pruebas de música, programas y más, pero al final de todo, traía consigo lo que quizás muchas fans no entenderían, probablemente nadie más que aquellos que vivían el mismo presente que el. Personas extrañas que se convertían en sus mejores amistades, como el convivir con alguien podía demostrarle lo que era realmente el verdadero amor, la verdadera sensación de sentirse amado y al mismo tiempo en un gran peligro. 

 

Salió finalmente al escenario, una performance sencilla para su poca sincronización del cuerpo para las coreografías, prefería enfocarse en cantar, pues si algo odiaba, era el hacer playback, y aunque existiera una pista tras su voz, era una que traía consigo nada más que coros, reiteraciones de palabras para provocar un énfasis en la canción; el cantaba en vivo como sus compañeros, pocos grupos lo hacían, pero creía una falta de respeto a sus admiradoras el que asistieran a un show donde escucharían lo mismo que podían escuchar en sus casas con tomar un CD. Si debían dar un espectáculo, debían hacerlo bien.

 

Las luces se apagaron en señal de la siguiente presentación, esta vez una grupal donde no necesitaban nada más que mezclarse con sus fans y mostrar con naturalidad quienes eran. Sin olvidar lo que traía consigo el actuar naturales, así es, fanservice. En un principio JiYoung había sido su pareja, quizás una corta cantidad del tiempo, su líder se desenvolvía mejor con SeungHyun, lo hacían bastante bien de hecho, parecía completamente natural. Claro que en aquellos tiempos no sabía lo que su hyung realmente sentía, ahora comprendía como se sentía, pero su situación era diferente. TOP parecía ser más “hombre” de lo que se veía, lo peor de todo era que él mismo veía las señales a JiYoung, esas esperanzas que le daba pero al final de cuentas era solo fanservice. ¿Sería realmente así?

 

Mientras jugueteaba mirando hacia abajo, pues el escenario era bastante alto, la distancia entre sus fans con suerte les permitía verles los rostros, pero era suficiente para hacerlas reír. Ahí fue cuando sintió como unos brazos envolvieron su cuerpo, musculosos brazos que ya conocía a la perfección. Sus mejillas lo delataron de inmediato, esperaba que sus fans no lo enfocaran, pero incluso las cámaras estaban frente a ellos grabando el concierto de principio a fin. Se sentía tan bien perderse en todas esas sensaciones, ya consciente de todo lo que esos abrazos transmitían. Fue difícil llegar a esa conclusión, pero comprendía perfectamente lo que sentía el contrario. 

 

Tener la oportunidad ya de ingresar a las prácticas de su Hyung facilitaría todo, no tendría que ocultarse, ni menos dar excusas tontas por del porque estaba ahí, tenía un regalo en sus manos, pero era lo bastante idiota para perder una oportunidad como esa. Cerca de dos semanas pasaron en los que evitó a TaeYang, para su suerte este estaba en sus prácticas personales, las cuales involucraban a otros tantos bailarines en el lugar. Sería un idiota si ingresaba al salón solo para ver a su Hyung ensayar y terminar siendo observado por los demás por como perdía su mirada como un baboso en el cuerpo de quien nada más era su amigo y compañero de grupo. Aunque Tae no tenía la culpa de tener que practicar con tantas personas, pero estaba molesto, no quería tener que verlo y dar explicaciones esta vez por no asistir a sus invitaciones. 

 

No sabía si el destino estaba o no a favor suyo, cuando más creía que estaba manejando su situación, todo se iba a la mierda. Después de calentar su cabeza una vez más ante tantas dudas de su sexualidad, o más bien no de aceptarse a si mismo, sino que ser aceptado por los demás, tomo decisiones apresuradas en las que alejaba a su Hyung de él, evitarlo era la única forma de no seguir ilusionándose. No tenía oportunidad ni siquiera de acercarse más de la cuenta a Tae, ¿Por qué pasarse más películas por la cabeza? A este ni siquiera le había importado que….

 

—Hey, Ri.—La voz de quien robaba una vez más sus pensamientos apareció tras su espalda.

 

No quería hacer una escena de película en la que se volteaba lentamente para encontrarse con esos ojos hipnotizantes, pero lo estaba haciendo aunque intentaba evitarlo. Termino volteándose al encuentro con los ojos ajenos.— Hyung, ¿Qué sucede? 

 

—¿Qué sucede? Tu deberías saberlo.— Hasta ese momento, no había notado la voz seca de TaeYang. Además de ver ese ceño fruncido.—Has estado evitándome. Dije que podías venir a verme y ni eso has hecho. 

 

—Yo no… Hyung, no te he evitado.—Mintió. Dicen que las miradas delatan a la hora de mentir, como el fijar la vista a un punto diferente, dependiendo del lugar, bien, él no era la excepción al dicho.— Estuve ocupado al igu…

 

—¿Ocupado?.— Interrumpió sus palabras.— Tienes la agenda libre Ri, Hyung me lo dijo. ¿Por qué me evitas?. 

 

Si bien admiraba esa forma de enfrentar los problemas, como lo hacía Tae, en ese momento lo estaba hundiendo. Con el conocimiento nada más de su agenda, ya daba por perdidas todas las excusas que tenia preparadas. 

 

—No es eso. Tu no lo entenderías Hyung.—

 

—¿Entender qué?... Mierda.—Escuchó el quejido ajeno.

 

La empresa no era un buen lugar para pelear, menos teniendo otros grupos en prácticas, trainers y personal que podían verles. Habían captado la atención de unos cuantos cuando le escuchó quejarse, pero jamás pensó que sería arrastrado a la sala de prácticas. 

 

Su espalda termino estampada contra la pared, causando un ruido no muy agradable a los oídos de cualquiera, para suerte suya, solo había sido el cerrar de esta más el ser acorralado contra la madera. ¿Cómo se supone debía mantenerse alejado de él si lo tomaba de esa forma para arreglar problemas? ¡Problemas! Nada más debían conversar, arreglar las cosas, pero no, TaeYang llevo todo a un set de dramatización, aunque, debía admitir que en ese momento no se quejó de nada, ahora lo pensaba por tener los pies en la tierra, si así podía llamarse al entender la situación. Aquellos días tenía tantas cosas en su cabeza que no era capaz de procesar todo. 

 

—¿Quieres ponerme celoso?.—Escuchó a su oído aun entre los brazos de su Hyung, claramente con los micrófonos alejados de sus labios. 

 

—¿De qué? No hice nada. Tengo las manos limpias.—Dijo en una sonrisa dejándose llevar por la situación. 

 

Las fans gritaban sus nombres, aunque se oían mejor en aquella unión que les habían dado. “BaeRi”, traía más sonrisas a sus labios, sumándole que estaban en plena actividad frente a ellas. 

 

—Mira ahí.-Apunto a uno de los carteles.—Tu haciéndote el lindo y ella mostrándote eso… —Escucho de sus labios lo que pareció un gruñido que llego a sus oídos como un suspiro. 

 

El letrero tenía la unión de su nombre al de JiYoung, lo cual no solo le hizo reír, sino que ya libre de los brazos de Tae, se vio obligado a abrazarlo el esta vez buscando su perdón. Ignoró por completo los gritos de sus fans solo por aquel abrazo, ya que a su oído sonaba la voz de su Hyung contra el micrófono. Tan solo le soltó cuando este entre risas y sonrisas comenzó a saltar, señal para él, de perdón. Más no podían estar todo el concierto demostrándose amor frente a las fans, tenían que separarse e ir con los demás para continuar lo que quedaba el show. 

 

TaeYang quizás no demostraba sus celos de la peor forma, aquellos que eran referente a las fans, pues apenas llevaban un tiempo juntos, celos verdaderos aun no los conocía. Después de aquella vez en el salón de prácticas, temía conocerlos. Pero era probable que supiera como calmarlos. 

 

—Ahora vas a explicarme. ¿Por qué me evitas?.—Su voz varonil resonó en la vacía y hueca sala. 

 

Eran esas acciones las que le llevaban a pensar las imposibilidades de estar cerca de él, tan varonil, su voz aunque armoniosa al cantar, tenía un habla tan grave. Esa fuerza que tenía de tomar su cuerpo, como si nada le importara, después de todo era un hombre más, estamparlo contra la puerta, y ni siquiera preguntar si estaba bien. Tampoco pedía ser tratado como una mujer, porque, era un hombre después de todo, era probable que odiara el ser tratado como una damita, pero también odiaba ser tratado como un objeto. 

 

—¿Por qué no respondes?, estuviste viendo mis ensayos más de una vez a escondidas… Te vi todas y cada una de ellas. Y de la nada dejaste de venir. ¿Qué? ¿Deje de importarte?.—

 

—¡No! Claro que no… Si me importas, pero…-—Sin pensarlo, solo hablaba, dejaba salir las palabras de su boca. 

 

—¿Qué? No me digas que te venias a verme bailar, a mi.—

 

¿A que se refería exactamente?, era claro iba a todas esas prácticas solo para verlo bailar a él, no estuvo jamás interesado en las coreografías, o ver el progreso. ¿Era eso?. Espera… ¿Lo notó?. Sus ojos se abrieron sorprendido, fue un acto reflejo por la escena, jamás pensó que Tae deduciría de esa forma sus visitas. ¿Notó su mirada recorrer su cuerpo? Ahora si.. Era hombre muerto. Su primera reacción fue cubrirse el rostro con sus brazos, agachar su cabeza a la espera de un golpe. Si bien sabía, los hombres “heteros” odiaban ser la atracción de un homosexual, es más, todos huían de solo saber de un hombre homosexual, como si todos tuvieran esa belleza tan atractiva a los hombres como él. Es más, ni siquiera había visto a otro hombre con los ojos que miraba a Taeyang, seguramente de no sentirse atraído por él, sería hetero, ¿No? 

 

—¿¡Me ves así!?.— El tono de voz de este resonó una vez más en la habitación, pero esta vez, más fuerte. 

 

—Shh… Van a escucharte.—Retiro sus manos de su rostro intentando calmar al contrario.-

 

—¡Que lo hagan!.— Gritó. El mayor tomo sus manos evitando algún movimiento de su parte, siendo nuevamente acorralado contra la puerta.— ¿Qué te impidió venir otra vez? ¿Qué? ¿Ya no te gusto?

 

La situación había cambiado por completo, pesé a que este aun mantenía ese fuerte agarre contra sus muñecas, el ceño fruncido con aquella expresión de disgusto ante su antigua casi declaración de sentimientos, que apenas dio a entender y a explicar. Por un momento pensó que declararse a la persona de la cual se gusta, era para empezar una escena diferente, palabras bonitas, con los corazones agitados, miradas acusadoras y para terminar un beso de aquellos que sentiría que la ropa estorbaba. Pero no, Tae se estaba encargando de arruinar todo lo que había soñado más de una vez con el como protagonista de sus sueños.

 

—Por como reaccionaste, justamente por eso no quería decirte nada.— Pronunció finalmente realizando fuerza contra las manos ajenas esperando soltarse, más solo logro unos simples movimientos.—Por eso te evito. Se que no tengo oportunidad, ya lo estas dejando claro. Dejame ir.. ¿Si? Haré como si nada..

 

—Es bueno que sepas que no tienes oportunidad. No me gustan los hombres.—Escucho del contrario, a una distancia que decía claramente lo contrario.— ¿Venías a verme para imaginar guarradas? ¿Qué te hago en tus sueños? 

 

No estaba entendiendo en absoluto la situación, por un momento estaba siendo casi golpeado brutalmente por una confesión y al otro estaba siendo provocado por las palabras de su Hyung. ¿Estaba o no bien lo que había ocurrido? ¿Lo que estaba sintiendo? 

 

—Lo sé.. No intentaré nada. Pero hyung…—Trago en seco ante la cercanía de sus rostros, sus rostros estaban tan cerca que sus frentes terminaron teniendo un contacto mientras sus ojos se perdían en los contrarios, pero los de Tae parecían ver un punto diferente, sus labios.—Duele.. Hyung…

 

La escena parecía más una erótica, un masoquismo en el que le encantaba sentir los agarres así de brutales por parte de su hyung, aunque no mentiría, estaba sintiéndose casi excitado en la situación, tanto como confundido, estaba a punto de sentir los labios contrarios sobre los propios, su respiración estaba agitada nada más de los nervios, como su corazón de lo ansioso. 

 

El concierto había terminado. Tenía la mano de Tae con sus dedos entrelazados con los propios, sus espaldas en una larga reverencia a su público y los gritos llenando el lugar. El cotillón caía del techado, siendo un poco molesto al caer uno que otro por su rostro, pero nada que lograra arruinar la despedida, más que eso, era el terminar todo para finalmente ir a casa, donde, sabía, algo bueno sucedería.

 

Bajaron del escenario recibiendo los elogios y el agradecimiento de todos. Felicitaron el trabajo del staff, risas y abrazos se apoderaron del backstage antes de tomar sus cosas y finalmente ir hasta los vehículos para irse. Fue el primero en subir a uno para descansar en la parte trasera del vehículo, aunque sea tener unos minutos de sueño. Pero como era de esperarse, su hyung no lo dejaría ni siquiera descansar en ese lugar. 

 

Descansar tan poco, era como aquellos días en los que su cabeza era una mierda en pensamientos, llena, completamente llena, sin saber que hacer, donde ni siquiera JiYong lo había ayudado a descansar, aunque claro, estuvieron en la misma posición. 

 

Si no fuera por el interrumpir de SeungHyun, seguramente esa escena acababa de tal forma en la que Taeyang se arrepentiría luego de sus acciones, no se sentía seguro de los movimientos contrarios, y aunque sus labios lograron rozarse, no fue nada más que un roce. Desde ese día en la sala, toda relación de grupo se había vuelto distanciada. Y no solo se refería a él, sino que también había alguien más sufriendo el mismo papel. Su líder. 


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