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No siempre es bueno Ayudar por Miyo

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Notas del capitulo:

Me he vuelto fanatica de esta parejita ♥ espero les guste.

Estaba sentado en una de las camillas en la enfermería en la escuela, el doctor ni la enfermera estaban, el lugar estaba solitario, pero  ya se había acostumbrado a la soledad. Esperó pacientemente, no tenía apuro alguno de regresar a su salón, la misma profesora lo había enviado a la enfermería para que curaran los nudillos de sus manos.

 

 Cuando llegó no había nadie, ni siquiera la enfermera que se suponía debía de estar ahí, luego de varios minutos aún seguía esperando. Tal vez el doctor y la mujer se fueron acoger por ahí, en algún otro lugar, supieron  que iba a llegar  y salieron antes que él llegara.

 

Todos huían de él, todos le tenían miedo en especial los niños de primaria.

 

Gaara tenía 16 años y durante toda su vida no tuvo un solo amigo, la relación con sus hermanos había sido casi nula pero ahora se podía decir que estaban mejor.

 

Todos decían que Gaara era peligroso y agresivo, además de esa actitud tan frívola, parecía no tener sentimientos.

 

Miró sus nudillos con detenimiento, se había hecho mucho daño, pero era la única forma en que nadie  saliera lastimado. Debía desfogar su furia como fuera o se acumularía y en cualquier momento podría asesinar al primer desafortunado que se cruzase  en su camino.

 

Siguió en silencio, una fresca brisa entraba por la ventana y las cortinas se movían suaves como si estuvieran bailando un vals al compás del viento, su vista se desvió cuando escucho a alguien entrar.

 

—Hola  — saludo el recién llegado.

 

Era un niño  de unos 10 años de cabello tan negro como una noche sin estrellas y cejas pobladas, sus ojitos eran redondos y negros al igual que su cabello haciendo un lindo juego con el dulce color de su piel.

 

—¿Tu eres Gaara verdad?

 

El pelirrojo no respondió,  parecía  ignorarlo.

 

—Muchos han estado hablando de ti en la escuela, eres uno de los chicos nuevos

 

Gaara siguió sin decir palabra alguna pero al niño pareció no impórtale porque había escuchado que Gaara no era muy conversador.

 

Aun así eso no le impidió acercarse a él al ver que tenía los nudillos lastimados.

 

—Te has hecho mucho daño

 

Busco en los cajones del pupitre de la enfermera hasta encontrar algodón, gasa, un par de vendas  y un poco de alcohol.

 

—yo voy a curar tus heridas, deben de dolerte mucho

Le dijo, jalo una silla y se sentó frente a él, mojo un poco de algodón con alcohol

 

—Te arderá un poco, pero no te preocupes luego te pasará

 

Tomo las manos de Gaara y empezó a curarlas.

 

El pelirrojo observaba atentamente como el niño lo curaba, era la primera vez que alguien se acercaba a él sin ningún temor. No sabía que decir, estaba sorprendido pero a la vez feliz aunque su rostro no demostrara ninguna de las dos emociones que estaba sintiendo.

 

—No deberías de hacerte daño, algún día podrías lastimarte seriamente

 

El niño parecía saber lo que estaba haciendo, luego que terminó de limpiar las heridas de Gaara le colocó un poco de gasa y las vendó.

 

—Ya está!

 

El menor levanto la mirada y vio que los ojos turquesa del chico lo miraban con insistencia, como si estuviera espiando en lo más profundo de su alma y sintió un poco de vergüenza, sus mejillas se tiñeron de un leve sonrojo y tuvo que desviar la mirada.

 

Para suerte del menor el doctor llegó en ese instante ,  el pelirrojo tenía las manos vendadas

 

— ¿Que están haciendo aquí?

 

—he venido de parte de la maestra Kurenai

 

— ¿de Kurenai? ¿Que paso?

 

—ella está en el salón de maestros, necesita un par de aspirinas

 

—¿Sólo eso?

 

—si.

 

Asuma saco un frasco de aspirinas y se las entregó al menor, el niño salió dejando solo al mayor con el joven muchacho

 

—y tú ?

 

—Nada — respondió frío y cortante

 

Estaba por irse cuando sintió la necesidad de preguntar por el menor que acababa de salir.

 

—¿como se llama el mocoso de acaba de irse? - pregunto de espaldas

 

—Se llama Rock Lee, porque? Acaso se te ha olvidado darle las gracias?

 

El pelirrojo no dijo nada más, ignoro olímpicamente al mayor y salió con destino hacia su salón. En todo lo que quedó de la tarde no paro de pensar en aquel niño, en sus dulces mejillas sonrojadas y en su rostro tan angelical.

 

Miro sus manos vendadas de una manera increíblemente magnífica ya que podía moverlas sin dificultad alguna como si no las tuviera puestas.

 

—Lee.. - susurró el nombre del menor

 

No había duda que era especial, ese niño despertó un deseo prohibido en él.

 

 

 

****

 

Durante las tarde solía observarlo jugar con sus amiguitos en el patio de los de primaria, usualmente los de secundaria solían evitar a los más pequeños ya que estaban en sectores diferentes, pero desde la azotea de la escuela se podía ver todo.

 

Fueron muchas las tardes en que lo observó, ese niño estaba tan lleno de vida y alegría, era totalmente diferente a él y  ayudaba a todo el mundo aun cuando no le pedían su ayuda. Era muy amable con todos y eso lo molesto profundamente, llevaba varios días con esa molestia creciendo en él, odiaba que Lee fuera amable con todos.

 

Sus hermanos habían notado un cambio en él, era muy obvio que algo le estaba pasando, siempre le había dado igual todo el mundo incluyéndolos pero ahora parecía buscar con la mirada a alguien, pero a ¿quién? No lo sabían y la curiosidad los mataba, ¿quién había despertado ese interés en él? ¿Quién lo había logrado? No sabían si el haber despertado el interés del pelirrojo era bueno o era algo malo.

 

 

 

***

 

Esa tarde Gaara no se sentía muy bien, la maestra no lo vio con buen semblante y lo mandó a la enfermería con Asuma para que lo revisara pero parecía que el hombre nunca estaba porque cuando llegó no encontró a nadie en aquel lugar.

 

Se acostó en una de las camillas, se sentía cansado, sufría de insomnio y llevaba varios días sin dormir, sus ojos se cerraban automáticamente y tenía miedo de quedar dormido, usualmente cuando despertaba solía perder un poco el control, pero no había nadie ahí así que no se preocupó por ello y sin quererlo quedó profundamente dormido.

 

Debieron ser unos 30 minutos de sueño, despertó al sentir que alguien tocaba un costado de su frente. Tomo al intruso de la muñeca para evitar que siga tocándolo

 

—Lo siento... - había una mueca de dolor en el rostro del menor

 

—¡¿qué pretendías?!  —Gritó con furia mientras apretaba con más fuerza la muñeca del menor

 

—Sólo quería tocar tu kanji - respondió con dificultad el menor, pequeños gemidos de dolor salían de su boca

 

—porque?!

 

—porque me pareció muy lindo

 

De pronto se escuchó un crujido, no había medido su fuerza y le había roto la muñeca a Lee. El pelinegro dejo salir un grito de dolor y lágrimas empezaron a brotar de sus ojitos negros

 

Lee se tocaba la muñeca con dolor y Gaara se sentía mal, le había hecho daño al único ser que lo había tratado bien y con cariño y que días atrás había curado sus nudillos.

 

Asuma entró   alarmado por el llanto del menor, al verlo tocar su muñeca y llorando supo lo que había pasado

 

—me duele mucho

 

—Tranquilo, déjame revisarte - le dirigió una mirada frívola y dura al pelirrojo - vete de aquí

 

Se sentía tan mal en ese momento, había lastimado a su pequeño tesoro.

 

 

 

***

 

Estaba esperando una llamada de atención por parte de la directora durante toda la mañana, efectivamente lo llamaron, Asuma le había contado a Tsunade-sama lo que había ocurrido.

 

—Asuma me informó lo que pasó ayer, me dijo que estabas en la enfermería con Rock Lee cuando llegó

 

—si

 

— Lee ha dicho que fue un accidente y que no tuviste nada que ver

 

El pelirrojo se sorprendió, Lee no lo había acusado para evitar que lo regañaran o lo expulsaran de la escuela

 

—es cierto eso Gaara?

 

No sabía que responder, primero porque no sabía si debía decir la verdad y pagar por el daño que le hizo a Lee, pero eso haría quedar al mismo tiempo al pelinegro como un mentiroso, o seguir con la mentira y decir que si había sido un accidente y que el no tuvo nada que ver.

 

—Fue como él dijo

 

—está bien, voy a creer que fue eso y que Lee no está en cubriéndote para evitar que te expulse por una falta grave porque sabes que es una falta muy grave verdad?

 

—Si, lo sé.

 

—espero que no estés involucrado en más "accidentes"

 

La mujer no era tonta, sabía exactamente lo que había pasado pero no podía expulsar a Gaara si Rock Lee había dicho que fue  un accidente.

 

—¿él está bien?

 

—si, el daño en su muñeca no fue tan grave pero le otorgue un par de días para que se pudiera recuperar.

 

Empezó a sentir miedo, no quería que Lee dejará de ser lindo con él después de lo que le había hecho, no quería perder esa poca atención del menor, pero iba a  esperar pacientemente  hasta que volviera.

 

 

 

****

 

Todas las semanas iba a visitar a su madre al hospital, la mujer llevaba 4 años en estado de coma. Esa tarde quiso ir solo, sus hermanos no se opusieron, ellos podían ir otro día.

 

Cuando llegó fue lo mismo de siempre, su madre estaba acostada con una mirada plácida en su rostro, esa mujer emanaba paz y tranquilidad.

 

—Mamá...

 

No recibió respuesta, tampoco es como si estuviera esperando una.

 

—sabes he conocido a alguien especial

 

Las palabras del pequeño se reprodujeron en su mente

 

Yo voy a curar tus heridas...

 

No deberías de hacerte daño...

 

Porque me pareció lindo...

 

Aunque parezca difícil de creer en el rostro del pelirrojo se dibujó una pequeña sonrisa. Se alejó de ella y miro por la ventana

 

—Rock Lee...

 

Caminó nuevamente hasta estar junto a su madre

 

—Me gustaría que despertarás para que pudieras verlo

 

Acompañó a su madre en silencio durante una hora y luego se fue, no podía quedarse más tiempo.

 

 

 

****

 

En la tranquilidad y soledad de su habitación su mente no dejaba de reproducir esas dulces palabras del pelinegro, por más que quisiera no podía dejar de pensar en él.

 

Suspiró, un suspiro desde el alma, necesitaba saber más de ese niño.

 

—Gaara

 

Salió de sus pensamientos cuando vio a su hermana para en la puerta de su habitación

 

—¿puedo entrar?

 

—Vete - casi parecía una orden

 

—No lo haré —respondió valiente la rubia, usualmente siempre salían huyendo cuando Gaara les hablaba de esa manera, pero al ser su hermana mayor se sintió en la obligación de saber que le pasaba.

 

— ¿qué es lo que quieres Temari?

 

—nada, solamente vine a ver si estabas bien

 

—¿desde cuándo te preocupa cómo me sienta?

 

—siempre me ha importado, no solo a mí también a Kankuro le importa saber si estás bien

 

Gaara miro fijamente a su hermana, desde cuando la rubia le había perdido el miedo, pero en verdad agradecía que su hermana estuviera ahí.

 

—qué fue lo que paso con Rock Lee?

 

Los ojos del pelirrojo se abrieron como platillos, como demonios sabía lo de Rock Lee

 

—escuché lo que le pasó, fuiste tú verdad?

 

—si

 

—que fue lo que pasó en realidad?

 

—Fue un accidente

 

—entiendo, me alegra saber que sólo fue un accidente, sé que no eres mala persona, ese niño es muy bueno ya lo había visto antes ayudando a todo el mundo

 

Un silencio inundó la conversación, era un poco incómodo, por más que trataba de acercarse a su hermano para que no estuviera tan sólo el pelirrojo era muy cerrado al público

 

—se bueno con él y pídele disculpas

 

Gaara no dijo nada

 

—Gaara, sabes que puedes confiar en mí y en Kankuro después de todo somos tus hermanos y siempre vamos ayudarte

 

El pelirrojo la miro a los ojos, en ese instante la imagen de su madre se hizo presente en el rostro de Temari.

 

—Gracias Temari.

 

—si necesitas algo sólo dímelo, está bien?

 

La chica salió dejando nuevamente sólo al menor, debía de descansar para las clases del día siguiente.

 

 

 

****

 

Era más de medianoche y estaba tranquilo disfrutando de la fría brisa del viento que entraba por su ventana, la luna brillaba en su máximo esplendor y no supo cómo ni en qué momento se quedó dormido pero cuando despertó era casi el amanecer, había tenido una horrible pesadilla en la que Rock Lee lo miraba con temor y le pedía que dejara de hacerle daño, por más que Gaara trato de decirle que no quería hacerle daño no podía articular palabra alguna y sus manos no dejaban de lastimar al pequeño Lee que lloraba y suplicaba porque lo dejara libre.

 

Su respiración era agitada y estaba empapado en sudor, le dolía horrible la cabeza. Sintió miedo, no quería que esa pesadilla se hiciera realidad, no quería hacerle daño a Lee pero tampoco quería dejarlo ir. Debía de hacer algo pero no sabía qué hacer.

 

***

 

En verdad deseaba verlo, tenerlo cerca. No quería perder esa poca atención que el niño había tenido con él.

 

Los días se le hacían muy largos para su gusto, deseaba que Lee regresará de una buena vez.

 

Pero la espera por fin dio sus frutos, aquella mañana su corazón dio un salto en cuanto lo vio llegar.

 

No sabía cómo le iba hacer para acercarse a él pero debía pedirle disculpas y tampoco sabía cómo hacer eso, nunca lo había hecho.

 

 

 

****

 

Ya no aguantaba más, tenía que verlo o iba caer en la desesperación.

 

—Gaara, sucede algo?

 

—adelántense, yo tengo algo que hacer

 

Sus hermanos subieron al auto que había llegado a recogerlos y él se quedó a esperar a Lee. Estuvo esperando a que el pequeño saliera pero nunca lo vio salir, ya todos habían salido, no había casi nadie en la escuela, ni en el sector de primaria ni los de secundaria, todos se habían marchado.

 

En donde estaba Lee? Porque no salía?

 

Lo buscó por todos lados, en los campos de entrenamiento, en los vestidores, en el baño y no estaba!

 

Estaba por subir a la azotea cuando chocó con alguien

 

—auch! - se quejó el menor cuando cayó al suelo producto del choque

 

—Lee... -estaba ahí enfrente de él

 

Se quedaron mirando por un buen rato, Gaara se levantó y le ofreció su mano para que pudiera levantarse

 

—¿ Te has hecho daño?

 

—no

 

El pequeño acepto la ayuda y se puso de pie

 

—en dónde estabas?

 

Lee no entendía el interés del pelirrojo, no sabía si responder o no

 

—estuve dando un examen

 

Hubo silencio, el pelirrojo no le quietaba la mirada de encima y eso lo estaba poniendo nervioso

 

Lee no entendía la actitud del muchacho, porque se le quedaba viendo asi? Después de lo que pasó le daba miedo estar con él pelirrojo a solas.

 

—debo irme

 

—¡Espera! - lo tomo del brazo para impedir que se fuera — necesito hablar contigo

 

Lo soltó al ver la expresión de miedo en su carita, no quería asustarlo

 

—No quise hacerte daño

 

Iba acercándose a él, a cada paso que daba Lee retrocedía

 

—fue un accidente, no sé porque reaccione así

 

En un par de pasos más el pelirrojo lo tenía acorralado contra la pared.

 

Rock Lee alzó la mirada, el muchacho era más alto que él y Gaara se dio cuenta de ello cuando lo tuvo contra la pared, Lee le daba un debajo del pecho y se agachó un poco para quedar a su altura

 

—yo-o no volveré a molestarte — empezó a tartamudear

 

—NO! No te alejes de mí Lee

 

Tomo el rostro de Lee entre sus manos, podía sentir su respiración, su rostro era tan hermoso sus ojitos lo miraban con un poco de temor y su piel era tan suave. En ese punto ya no pudo contenerse, lo besó.

 

De pronto  su cuerpecito empezó  temblar, estaba asustado. Sus labios estaban siendo profanados por otros que le exigían mayor entrada y que no lo dejaban ir.

 

Gaara le dio un leve mordisco a uno de los labios del menor y este abrió su boquita dándole mejor entrada para que lo explore todo.

 

Esa sensación era increíble, no podía parar, no quería hacerlo. Le encantaba el sabor de Lee, era lo más dulce que había probado.

 

Sintió las manitos de Lee empujarlo pero  no quería separarse de él. A Lee le estaba haciendo falta la respiración, nunca había besado a alguien ese era su primer beso.

 

Hasta que por fin sus labios fueron liberados, su respiración estaba algo agitada.

 

—porqu.. — sus labios fueron nuevamente atrapados

 

El pelirrojo se sentía adicto a esos labios. Le daba cortos y suaves besos

 

—Ya por favor... — le dijo empujándolo nuevamente con sus manos y desvió su rostro para que el pelirrojo no lo siguiera besando.

 

—Lee me gustas — le susurró en el oído  —no quiero dejarte ir

 

Intento besarlo nuevamente pero Lee logró zafarse de su agarre y salió corriendo.

 

Podía correr todo lo que quisiera, de ahora en adelante nadie iba a impedir hacerlo suyo, tarde o temprano Lee  iba a caer.

 

 

 

 

Notas finales:

Perdonen mis Horrores ortográficos.


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