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Pequeña Piraña por Marcyn

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Notas del fanfic:

Todos los personajes pertenecen a Akira Amano, menos el morrillo ese si me pertenece a mí. xD

Notas del capitulo:

Espero les guste la verdad como autora soy muy inconstante, pero bueno este fanfic es simple. Espero terminar mis otros trabajos pronto y hacer más de este tipo,cortitos.  Espero les guste y pues si no ni modo n_n.

Squalo se encontraba a las ocho de la mañana haciendo el desayuno para su pequeña piraña. El niño entraba al jardín de niños hasta las nueve así que tenía el tiempo justo para llevarlo a tiempo. Un pequeño de apenas cuatro años entró a la cocina tallándose sus ojitos y vistiendo un mameluco con tiburoncitos. El niño tenía la piel morena y el  cabello negro, sus ojos eran de grises como el antiguo espadachín de los Varia. El menor se sentó en su mesita especial para esperar que sirvieran su desayuno.

-Ten aquí tienes- Squalo puso en la mesita un plato con un huevo estrellado y jamón, acompañado de un juguito de cajita sabor manzana.- Mas te vale no hacer tiradero esta vez-le dio un zape no muy brusco.

-Sí… papi- el niño lo miró pensativo, parecía indeciso entre decir o no decir algo.

- ¿Qué pasa? Mocoso sabes que puedes decirle lo que quieras a papi- Squalo se agachó a la altura de su hijo para que lo viera a los ojos mientras hablaba.

- Tú eres muy fuerte ¿verdad?- el pequeño le miró con sus ojitos fijamente.

- No soy muy fuerte- Squalo acarició el corto cabello del infante.-Pero soy muy ágil, no hay nadie en el mundo que supere mi espada.

- Entonces ¿podrías alejar al sujeto que me mira por el barandal del kínder?

- ¡¿Hay un tipo que te mira en la escuela?! Las inútiles de tus maestras no hacen nada ¿verdad?- Squalo levantó la voz.

- No, es que el hombre da miedo, tiene unos ojos muy feos- el niño lo abrazó fuertemente.-Prométeme papi que lo vas a eliminar.

- Por supuesto, hoy mismo iré a ponerlo en su lugar.

Después de esa agitada conversación ambos, padre e hijo corrieron como locos por toda la casa alistándose. El pequeño se lavó primero los dientes mientras el peliplateado le dejaba una muda de ropa y echaba los útiles en su mochilita. Una vez el niño estuviera listo, Squalo comenzaba a prepararse primero se lavaba la cara para después cambiarse y al final él acompañado por su hijo se peinaban juntos.

Squalo cargó al niño desde la puerta del apartamento hasta llegar al auto, abrió la puerta y aventó al niño al interior del auto. Por fortuna el niño estaba acostumbrado a los tratos violentos de su padre e incluso le parecía divertido ya que ninguno de sus compañeritos tenía un papá así, los demás padres siempre trataban a sus hijos como si fueran de barro y eso le aburría mucho a la pequeña piraña.

Cuando llegaron al kínder Squalo bajó al pequeño del auto y nuevamente lo cargó mientras corría hacia la puerta de la escuela. Una vez en la puerta dejo al niño en el suelo agachándose, el niño le dio un beso en la mejilla y entró corriendo a su salón. El peliplateado le veía tiernamente, mientras pensaba en quien podría ser el sujeto que acosaba a su niño. Luego de una pequeña reflexión llegó a la conclusión que realmente no importaba, fuera quien fuera ese mismo día moriría picado mil veces por su espada.

Squalo manejó hasta su casa, fue a su habitación y sacó un cambio de ropa totalmente negro. En sus adentros le emocionaba partirle su madre al acosador de su hijito. Una vez listo su atuendo pensó con cual de todas sus espadas lo mataría, tenía un total de siete catanas y a ciencia cierta todas le gustaban, pero solo quería llevar una para no llamar tanto la atención. Se decidió por la primera que compró tras hacer su primer trabajo bajo la organización Varia. Una vez listo todo se subió al auto, además de su espada hecho también unos cuantos hules negros en caso de tener que recoger el cadáver. Subió al auto y prendió el estéreo sonaba Welcome to the jungle, subió el volumen para después pisar el acelerador.

Estaba tan emocionado, este sería su primer asesinato después de casi dos años de no hacer ningún trabajo importante. Desde que dejó la organización y se ofreció como sicario independiente había disminuido mucho la adrenalina de su vida, pero bueno con un niño de cuatro años de todas formas no podía tener la misma agitada vida de antes. Estacionó el auto unas cuantas cuadras antes de la escuela de su hijo, caminó hasta llegar a la zona en la que el pequeño le indicó vio al hombre.

Se subió a un árbol a esperar a que el sujeto apareciera. Montó una de las ramas y esperó mientras jugaba con su celular. Cuando sonó la campana que indicaba que el recreo comenzaba volteó a ver el barandal, ahí estaba el hombre. Miraba hacia al patio por lo que Squalo al estar de espaldas no alcanzó a distinguir el rostro de dicha persona. Planeó saltar del árbol y con su catana todavía enfundada dar un golpe en la cabeza al sujeto, pero nuevamente tendría que esperar a que ninguno de los escuincles estuviera volteando para ese lado. Media hora después la campana sonó nuevamente, cuando todos los niños voltearon para dirigirse a sus aulas Squalo se preparó para dar el golpe. Justo cuando iba saltar un cuchillo fue colocado en su cuello y escuchó aquella risilla que tanto le cagaba.

-Ni lo pienses.

-Hace tiempo que no te veía Bel- Squalo bajó la catana y volteó su rostro para ver a su antiguo camarada.

- Shisshishishi- rio como siempre.- Lo mismo digo, cuanto hace que claudicaste ¿cinco años?

-Sí, eso cre…o-De pronto Squalo sintió un jalón en una de sus piernas, el hombre que hace poco estaba de espaldas ahora lo veía fijamente mientras sostenía una de su botas.- ¡Mierda Xanxus!-fue lo único que alcanzó a decir antes de que el sujeto jalara de su pierna y lo tirara al suelo.

-Nos encontramos de nuevo, basura- Xanxus lo veía fijamente con sus ojos color sangre mientras su boca formaba una mueca de asco.

- Buenos días- Squalo le miró retadoramente- jefe.

- Todavía sigues teniendo esa molesta voz, espero por tu bien que el niño no la tenga- el peliplateado tragó seco al escuchar mencionar a  su hijo.- Por cierto ¿cómo se llama?

- No creo que eso te tenga que importar- Squalo se puso de píe.

- Si te estoy preguntando es porque me importa- la molesta risa rubio se escuchó desde el árbol.- Contéstame basura ¿Cómo se llama?

- ¡Ya no me das ordenes!- Squalo se giró dispuesto a dejar al pelinegro con la palabra en la boca pero este tiró de su hombro y lo estampó contra el árbol.

-Escúchame bien pedazo de excremento, por tu propio bien más te vale portarte bonito conmigo o si no me llevare al niño y nunca más lo volverás a ver.

- ¡JAJAJAJA! No eres invencible estúpido, no vengas aquí a decirme tus amenazas- le miró con odio.- Sabes bien que yo fui como la madre de estos soquetes- señaló al rubio.- Por ejemplo sé que este imbécil nunca se sostiene bien- agitó una de las ramas del árbol y el rubio calló sobre Xanxus.

Una vez libre Squalo comenzó a correr saltó el barandal del jardín de niños, corrió al aula de su hijo y no más llegar lo tomó en brazos y salió corriendo. Atrás dejo a la maestra e infantes muy confundidos por su recién entrada y salida. Corrió como hacía mucho tiempo, sin un camino fijo pues no tenía muy en claro donde podían estar a salvo del líder de Varia. Sintió que alguien lo seguía el paso por uno de los vidrios de las tiendas pudo darse cuenta que quien los seguía era Levi, el guardián del rayo.

El hombre se estaba acercando demasiado y aunque en el pasado el espadachín fuera el más ágil además del más rápido está vez se encontraba cargando a un niño lo que dificultaba mucho el poder moverse con libertad. Recordó que su persecutor nunca fue muy bueno observando el escenario así que lo llevó donde se encontraba una pipa de agua, se subió arriba de ella dejo a su niño en la parte posterior, volteó y regresó para encarar a su atacante. Levi se dispuso a sacar sus paraguas para generar un rayo, las varillas de los paraguas estaban cargadas con energía eléctrica solo era cuestión de posicionarlas de tal manera que todas chocaran creando un rayo. Cuando casi terminaba de juntar todas las puntas de metal, Squalo abrió la puerta inferior de la pipa para que el agua se derramara, el agua provocó que la descarga se regresará contra Levi. Squalo sabía que eso no lo detendría por mucho, pero con que le diera tiempo de escapar, así que sostuvo en brazos nuevamente a su enano y se echó a correr.

Seguía sin saber a dónde dirigirse. Cuando sintió algo húmedo en su pecho, volteo a ver a su hijo y notó que éste estaba llorando. De inmediato se detuvo, lo alzó un poco para poder ver su rostro. El pequeño estaba rojo de tanto llorar, las lagrimitas que de sus ojos salían no parecían querer detenerse. El peligris sintió una especie de golpe en el estómago.

-Oye ¿qué es lo que te pasa mocoso?

-¡Estoy asustado!- el niño empezó a llorar a gritos.

Squalo decidió  que ya no correría no era maduro de su parte actuar de esa forma, algún día seria alcanzado y mientras eso sucedía el único que sufriría las consecuencias sería su hijo. Comprendió que había llegado muy lejos. Besó la cabeza de su hijo para después ponerlo en el suelo, el niño lo miró confundido. Squalo se puso a su altura.

-Perdón, pensé que te gustaría jugar a las atrapadas- se inventó esa tontería de forma espontánea, esperaba que el niño se la tragara.

- ¿Estábamos jugando?- el  niño de dejo de llorar y lo miró totalmente confundido.

- Por supuesto tonto, ese tipo era mi amigo, ya te había hablado de él. El soquete eléctrico ¿recuerdas?

- O sí, Levi me habías dicho se llamaba ¿no?- el niño empezó a cambiar su cara por una de emoción.

- Sí, también vino el psicópata de los cuchillos.

- Wooow ¿En serio?- ahora el niño estaba súper entusiasmado.- ¿También vino Xanxus el pistolero? De tus historias él es más genial de todos, por favor dime que sí vino- el niño junto sus manitas a forma de plegaría mientras en su rostro se dibujó la sonrisa más grande que Squalo jamás había visto.

- Sí, él también vino, ven- Squalo se levantó y le dio la mano.- Vallamos con ellos y digámosles que ya no queremos jugar.

El niño tomó su mano, caminaron tranquilamente. Squalo pensó que los guardianes de la niebla y el sol también vendrían a por él, pero no, el camino hacía el auto fue totalmente tranquilo. Una vez en el auto fueron a comprar cosas para preparar la cena pues suponían que los estarían esperando en la casa. Compraron cosas para hacer lasaña y una ensalada, además escualo echó dos botellas de vino suponía que Xanxus y Levi querrían beber algo de alcohol desconocía si Belphegor ya bebía pero por si acaso mejor llevar las dos botellas.

Una vez terminada la compra se dirigieron hacía la casa. El niño estaba más que emocionado no paraba de hacer preguntas sobre los antiguos compañeros de su padre. Squalo respondía sin muchos ánimos a las preguntas de su pequeña piraña, la mayoría de sus respuestas fueron monosílabos hasta que le gritó que mejor les preguntara esas cosas directamente a ellos. Cuando llegaron al edificio bajaron las cosas y se dirigieron hacía su departamento.

-¡Vengo en son de paz! Así que por su maldita seguridad no hagan una estupidez- gritó Squalo cuando entró  al departamento.

-Entonces te rindes ¿verdad? Ssssshiiihsiiiishiiii- repondieron desde la oscuridad.

- Es un hecho- Squalo prendió la luz, en medio de la sala sentado en la mesilla se encontraba Belphegor sentado con las piernas cruzados.- Necesitare tus cuchillos para hacer la cena, así que lávate las manos.

- Wooow papá papá papá- el niño tiraba del pantalón del pelilargo.- Ese chico es Bel ¿Verdad?, el príncipe Bel ¿verdad? ¿Verdad?

- Sí, es el príncipe malcriado de Belphegor.

- Shhhiiiishiiii- el rubio se acercó a niño y le ofreció su mano.- Hola.

- Hola, mucho gusto- el niño de inmediato tomó la mano del rubio.

Los tres fueron a la cocina Bel y el pequeño se sentaron mientras platicaban, el niño preguntaba todo cuando se le viniera a la cabeza, el rubio parecía divertido se sentía como si fuese una celebridad respondiendo a un entrevistador de telediario. El pelilargo los veía de reojo, se preguntaba dónde estaba el resto del grupo.

-Bel, ¿el resto de tu manada donde quedó?- preguntó escualo interrumpiendo a su hijo.

- Levi se fue a hacer otro trabajo urgente que surgió y el jefe está hospedado en un hotel- el rubio lo miró divertido.- Sssshhhihiiishiiii ¿quieres que le marque?

- Eventualmente lo tienes que haces ¿no?- lo miró fastidiado.- Además el mocoso lo quiere ver.

- ¿Ya sabe quién es?- preguntó burlón.

- Sí- contestó el niño.- Es Xanxus.

El rubio lo miró divertido pero prefirió callarse e ir a marcar a su jefe para que fuera a la casa del tiburón. Después volvió a la cocina donde siguió hablando con la singular familia que tenía frente a él, parecía que Squalo era muy unido al chico pero no extremo cariñoso o sobre protector. Lo trataba parecido a como trataba a los del escuadrón, solo que el niño no era constantemente golpeado por el peligris.

Cuando estuvo lista la comida Squalo la sirvió, los tres comieron con tranquilidad. Una vez terminaron Squalo recogió y lavó los platos de la mesa. Su hijo insistió al rubio de que viera una película con él, a regañadientes el rubio aceptó, así que los dos se fueron al cuarto a ver la dichosa película. Al terminar de alzar la cocina el peligris se asomó al cuarto los dos chicos se habían quedado profundamente dormidos mientras en la tele todavía se reproducía la película. Por fortuna él y su hijo compartían cuarto así que la cama en la que estaban era amplía. Cambió y acomodó a su hijo del lado derecho de la cama, al rubio solo lo jalo del lado izquierdo. Supuso que el maldito de Xanxus lo había hecho volar desde Italia sin siquiera reservarle una habitación en algún hotel, bueno cada quien trabajaba a su manera.

De pronto el timbre sonó. El corazón de Squalo se detuvo por medio segundo, se vio en el espejo asegurándose de tener un aspecto decente y abrió la puerta. Frente a él estaba Xanxus lucía su típico traje negro, con la chaqueta por encima de los hombros mientras la camisa de abajo tenía dos botones abiertos, el pelo se notaba húmedo como si hubiera tomado una ducha reciente.

-Me extrañaste ba-su-ra- le susurró el pelinegro en la oreja.

-Eso quisieras- Squalo lo aventó, para apartarlo de su cuerpo

Guio a Xanxus hasta la cocina le indicó que se sentara en una de las sillas del pequeño comedor. Le sirvió en un plato bastante grande y después colocó una copa con vino al lado del platillo. Xanxus le miraba fijamente cosa que lo incomodaba bastante, el mayor comenzó a comer y eso le ayudó a sentir menos presión. Cuando el pelinegro terminó con su comida se limpió la boca.

-¿En serio vives en esta posilga?- le miró despectivamente.

- No es la gran cosa, pero no está tan mal- el peliplateado evadió su mirada.

- Pensé que tenías bastante ahorrado- levantó una ceja.

- Si utilizaba de ese dinero me podrías rastrear.

- No me gusta este lugar para mi hijo, él se merece algo mejor.

- No digas que es tu hijo, tuviste la oportunidad de hacerte cargo pero preferiste hacerte pendejo.

- ¡A mí no hablas de esa forma basura!- Xanxus jaló el pelo de Squalo.

- Mejo vete callando que MÍ HIJO ESTÁ DURMIENDO- Xanxus soltó el cabello del peligris.

- Vamos a mi auto- el pelinegro se levantó enojado y salió de la casa.

Squalo le siguió, saliendo del edificio se encontraba un auto último modelo negro. El líder de los Varia se subió en el asiento del conductor y dio un portazo. El espadachín se quedó pensando si sería lo correcto, tenía miedo de su antiguo jefe más de una vez lo golpeó de muerte. Pensó en lo peligroso que era, pero bueno siendo sinceros si el pistolero lo deseara el ya estaría muerto, resignado subió en la parte del copiloto. Xanxus bajó los vidrios y prendió un cigarrillo.

-¿Por qué te fuiste?

- Qué no es obvio.

- ¡Pendejo! Si te estoy preguntando es por algo- le miró enojado.- Cuando te fuiste pensé que era porque querías que el niño creciera lejos de asesinos, eso lo respeté, por eso no te lleve de nuevo a la casa, JA- rio sarcásticamente.- Pero cuál fue mi sorpresa, que sigues siendo un asqueroso sicario.

- No me molesta que mi hijo crezca en este entorno, soy un asesino mi vida no será tranquila aunque quiera pretender para que escondérselo- Squalo desvió la mirada.

-¡No me estás contestando! ¡MIERDA!- Xanxus lo sujetó del rostro.

-Si me fui fue porque ¡ME TRATASTE COMO UNA MALDITA ZORRA!- le dio un manazo para que lo soltara.- Cuando te dije que estaba esperando un niño lo primero que me dijiste fue si lo iba a tener, después que si era tuyo y al final que cuantos me había acostado- tomó aire.- Eres un estúpido, yo estaba lleno de dudas mi puta vida iba a cambiar y sales con tus mamadas.

-…-Xanxus solo lo veía serio.- Yo también estaba confundido.

-No me importa, solo te contesté tu pregunta no quiero que me digas excusas.

-… lo siento- el tiempo se detuvo para Squalo.

- ¿Qué?- el peliplateado no podía creerlo.

-… perdóname ¿Sí?, sé que cagué todo- el pelinegro sacó humo por su nariz.-En serio quiero que vuelvas.

- Jajajaja- empezó a reír.- Ni en mis más locas fantasías te imaginé pidiéndome perdón.

- y espero que no vuelva a pasar- sacó el cigarrillo de su boca.- Entonces ¿vas a volver?

- Muchas cosas tienen que cambiar ¿eres consciente de eso?

- Por supuesto.

- Entonces está bien ¿vivirás en nuestra pocilga?- preguntó en tono de burla.

Xanxus dibujó en su rostro una sonrisa burlona.- Por cierto ¿Cómo se llama?

-Timoteo, pero le digo Timmi.

- ¿cómo mi padre?- levantó una ceja.

- Sí, como él.

Cuatro meses después.

No, no vivieron en la pocilga. Al día siguiente del encuentro con Xanxus Squalo explicó a su pequeño que el señor acosador, el pistolero Xanxus y su padre eran la misma persona. El niño se emocionó mucho, de inmediato aceptó a su nuevo padre, aunque le parecía muy serio a diferencia de su otro papá. Después de una semana se fueron a vivir a la mansión de los Varia. El escuadrón recibió muy bien al pequeño, quien tenía un potencial latente tanto como pistolero y como espadachín, pero el pequeño Timmi prefirió las espadas. Cosa que enojó mucho al jefe mientras que su mano derecha daba brincos de felicidad tras la decisión del menor.

-Jefe aquí están las solicitudes de trabajos- Squalo dejo un montón de papeles sobre la mesa.

-Decidiste volver a usar el informe- Xanxus veía al peliplateado de arriba abajo.

-Sí, después de todo volví a trabajar para ti.

- ummm…- sonrió perversamente.- entonces ven a mi cuarto esta noche a hacerme un trabajo.

- Lo siento pero no puedo- escualo se recargó en el escritorio.

- Anoche no tuviste inconveniente- Xanxus se levantó y se posicionó entre las piernas de Squalo.

-Fue por qué su hijo se fue de campamento, recuerde que Timmi no puede dormir solo.

- Manda a una de las otras basuras a que lo vigilen- el pelinegro le susurró en el oído mientras le acariciaba el trasero.

- No, antes de servirte a ti le sirvo a él- bajó del escritorio y salió de la habitación.

Notas finales:

Bueno si alguien se dedicó a leer el fanfic, muchas gracias n_n. Sé que tengo errores de ortografía así que perdón, espero que todo sea entendible.


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