Lo tenía acorralado contra uno de los stands de libros en la biblioteca, el rubio obviamente era más alto que el albino
—No te hagas es difícil Near
—Déjame en paz Mello
—no hasta que me beses
Lo mirada muy seguro de sí mismo, en ese instante sabía que era mejor que el albino, se podría decir que era el único que podía vencer a Near, lo tenía bajo su poder.
El chico era muy frío, parecía no tener sentimientos y Mello se aprovechaba de ello. No solo porque sabía que Near si tenía sentimientos y que era muy débil en ese sentido, sino porque conocía muy bien lo que Near quería, el albino deseaba tener a alguien quien lo amara, quien le diera todo su calor y cariño.
—Sé muy bien que también lo quieres hacer
—Ya me besaste, deberías de estar satisfecho
A Mello casi se le escapa una risa de burla. Si es verdad ya había besado al enano pero lo que quería era que Near lo besara a él.
—Near... Si no me besas ahora, nunca más podrás hacerlo - le susurró muy cerca del oído
Al albino se le tiñeron las mejillas de un tono carmesí, sentía vergüenza y también se sentía derrotado, sabía que estaba bajo el mando de Mello. Si no lo besaba iba a perder su cariño, el poco que alguien le había demostrado y aunque pareciera mentira no quería perderlo.
Se puso de puntitas sobre los pies para alcanzar los labios de Mello, se acercó más al rubio, cerró sus ojitos y deposito sus labios sobre los de Mello.
Luego de unos segundos se alejó de él.
—Ahora déjame ir -giro la mirada avergonzado
—no.
—Ya hice lo que me pediste
—ese no fue un beso
Mello se acercó a centímetros del rostro de Near, lo tomo del mentón para que lo mirara de frente
—Así es un verdadero beso
Atrapó sus labios, Near trataba de seguirle el paso pero su experiencia en el arte de besar era nula. Mello mordió uno de los labios de Near y este casi por instinto abrió su boquita dándole más pase a Mello de que lo explorará todo. Sintió la lengua del mayor invadirlo, era la primera vez que Mello lo besaba de esa manera.
Antes ya se habían besado, pero los suaves besos de Mello no se comparaban con el que le estaba dando en esos momentos.
Near empezó a colaborar más con Mello y entró a la batalla con la lengua de rubio.
Sintió los fuertes brazos de Mello rodear su cintura apegándolo más a su cuerpo. Se sentía bien estar entre los brazos del rubio, se sentía protegido, se sentía querido.
Empezó a faltarles la respiración, sobre todo al albino. Con sus manos empujo suavemente a Mello para que lo dejase respirar pero mello era malo, quería hacerlo sufrir y no iba a soltarlo hasta que el quisiera. Siguió besándolo y sentía el empuje de Near cada vez más fuerte, pero a él también le empezó hacer falta el oxígeno y lo dejo.
Observo como Near respiraba profundamente
—que sucede? Acaso no te gusto? —le susurro nuevamente al oído
Near evito responderle, además que no quería responderle
—la próxima vez tendrás que hacerlo de la forma en cómo te lo acabo de enseñar, quedo claro Near?
El albino solo asintió esperando que el rubio se fuera pero Mello no se iba a ir
—qué esperas?—hablo rudo el ojiazul
Siempre era lo mismo, al final de sus encuentros furtivos Near debía de despedirse de Mello dándole un beso en la mejilla, era una regla que Mello había establecido para sus encuentros y no se iba hasta que Near lo hiciera.
Al no tener más alternativa Near se acercó nuevamente a él y le dio un beso en la mejilla, el rubio al sentirse satisfecho se fue dándole una mordida a una barra de chocolate que quien sabe de dónde salió, mientras que Near se quedaba ahí con una pequeña sonrisa en los labios.
Debían de admitirlo, a ambos le gustaba esa situación, a mello porque aunque le costara aceptarlo le gustaba tener a Near sumiso ante sus besos, y a Near porque le gustaba la presencia del rubio en su solitaria vida.