Ha mandado a construir aquella enorme piscina dentro de su lujosa mansión en el mismo momento en que le dijeron que existían planetas inexplorados con civilizaciones completamente distintas a los humanos. O mejor dicho con formas anatómicas distintas a ellos. Según comprendía la cultura y sociedad se parecían bastante a la suya utilizando la organización más bien monárquica y no la democrática para sobrevivir. Aunque aquello realmente no era lo que realmente capturaba el interés de Tony sino mas bien... Sus cuerpos.
Y no es que no se diera cuenta antes de que no estaban solos. La invasión de los Chitauri, Thor y Loki haciéndoles una agradable visita y llevándose prácticamente la mitad de Manhattan con su pelea estaba aún fresca en su mente. Para su mala suerte no contaba precisamente con ninguno de ambos asgardianos para completar sus planes.
Es más bien la noticia de Nick Fury, actual director de Shield, de que ha contactado con un grupo de héroes intergalácticos (antes criminales) la que abre las esperanzas de finalmente luego de años completar sus planes.
Pensando en las posibilidades de conseguir finalmente el ejemplar que ha buscado por más de veinte años Tony no solo ordenó que recrearan un fondo marino en el lugar donde antes se ubicaba el antiguo estudio de Howard sino que se aseguro que fuera visible para él desde todos los ángulos. De esa forma las paredes del acuario son gruesas capas de cristal por donde pasa sus dedos lentamente, asegurándose de que lo contenga todo. Se conecta de forma directa a su propio estudio pues decide por el momento que no es necesario tenerlo en el taller.
El acuario mide aproximadamente ocho metros de alto y unos cuarenta de largo y hay algunos peces de colores moviéndose graciosamente frente a él. Esta terminado en apenas una semana y Tony Stark visualiza por última vez su creación lamiéndose los labios. La ansiedad cosquillea en la punta de sus dedos cuando decide asistir a la fiesta que Fury ha organizado para el nuevo grupo intergaláctico que Shield ha contactado.
***
-Supongo que has visto muchos tipos de especies durante todo este tiempo viajando- Tony Stark, héroe y ex-líder de los Vengadores estaba cómodamente recostado sobre la cama completamente deshecha. La ropa se la habían quitado hace bastante rato y disfrutaba de la brisa fría que se colaba por la ventana medianamente abierta, secando su piel
El hombre a su lado sonrió con una mano tras la nuca.
-Por supuesto. Supongo que la Tierra esta... Bien. Pero hay mejores cosas allá fuera- Peter Quill, líder de los guardianes de la Galaxia se encontraba en las mismas condiciones que el genio billonario. Se volteó a mirarlo con una sonrisa lasciva, fijándose en su meditabunda expresión- ¿Hay algo más que quieres saber Stark o solo es una pregunta al azar?
-¿Ya te has dado cuenta?
-Digamos que aunque no dudo de mi capacidad para llevarme a alguien a la cama tu interés en mi realmente comenzó cuando Nick mencionó que he viajado por la Galaxia. Aun más, me atrevería a decir que cuando mencione a aquella mujer con alas en vez de brazos realmente te planteaste la idea de hablarme
-Eres lo suficientemente inteligente como para interesarme en ti, Quill. Pero como ya muchos te habrán dicho no solo dedico mi tiempo entre ser Iron Man y un empresario exitoso- Y por supuesto que se había fijado antes en el atractivo hombre. Era precisamente su tipo y aquella ridícula y aburrida fiesta organizada por Nick para presentar al equipo de superhéroes del espacio con muy pocos posibles amantes ocasionales solo lo había dejado a el como objetivo. Y aunque las mujeres verdes tenían su punto, Tony no estaba interesado por el momento en lucirse con Gamora.
-Me han comentado que te gusta coleccionar... cosas.
La sonrisa de Tony es aun mas amplia.
-Si, algo así. Por el momento solo me he dedicado a cosas- Admite. Muchas de sus adquisiciones por supuesto tienen mucho que ver con la tecnología que él o alguien más ha desarrollado. Pero también hay obras de arte y joyería. Objetos antiquísimos de diferentes épocas y civilizaciones, que en algún momento han llamado la atención de la prensa. Los salones Stark fueron admirados por el lente de una cámara solo en una ocasión hace algunos años y se ha negado por el momento a repetir la experiencia.
El rubio en su cama le prestó más atención, volteándose sobre ella para observarlo bien.
-¿Y?
-Hay algo que siempre he deseado. Algo completamente imposible aquí en la tierra. Y no porque no lo buscara...
-Algo en el espacio... Una especie diferente- Concluye Peter luego de escucharlo atentamente, leyendo rápidamente entre líneas con lo poco que se han dicho desde que entraron en su cuarto.
Tony lo besaría de nuevo por eso.
-Cuando era pequeño y mi madre me llevo a la playa estuve a punto de morir ahogado. Comprenderás que con solo cinco años los recuerdos ahora son mas bien difusos… Pero estoy completamente seguro de que quien me saco de entre las olas fue una sirena. Se lo dije a Jarvis y a mi madre por supuesto pero ninguno vio nada. Desde entonces me obsesione un poco con la idea de encontrar una pero todas han sido fakes de internet
-¿Así que ahora que conoces a alguien que puede haber visto una en otro planeta quieres intentar persuadirme para que traiga una para ti?
-No lo harías gratis.
-¿Tienes idea de cuantas leyes estaría rompiendo por ti?- La risa suave del pelinegro es coqueta y le eriza la nuca. Star Lord admite que Tony Stark es un hombre interesante y caliente pero también peligroso.
-No deje de ser el líder de los Vengadores por ser un ciudadano modelo.
-Ya me contarás que es precisamente lo que hiciste para que te quitaran el puesto -Respondió el rubio levantándose, dejando sus rodillas en el colchón. Tony lo observa sin perder la sonrisa cuando se sienta con ambas piernas abiertas sobre el - Ahora hablemos de lo que me darás a cambio de romper algunas leyes.
-¿Que es lo que quieres exactamente?
-Mi mente está llena de posibilidades -
***
La historia iba más o menos así.
Anthony Stark era hijo único, por lo que el sabía, de Howard y María Stark. Ambos murieron en un accidente automovilístico cuando apenas tenía 13 años. Tony siendo un genio heredó absolutamente todo pese a su corta edad y se dedico al mismo negocio que su padre creando armas.
Anthony no recordaba desde que momento de su vida simplemente se había dedicado a guardar para si objetos de valor incalculable. Quizás algún psicólogo decidiera llamarlo síndrome post traumático. Un acumulador en palabras vulgares con demasiado dinero y espacio para seguir guardando y guardando. El cree que no. Simplemente le llena de placer pujar en las subastas miles y miles de dólares sin preocuparse de que Pepper o alguien más se acerque a decirle que su abultado fondo está acercándose a números rojos.
Si son de caridad, mejor. Llámenlo filantropía
Pero admite que muchos objetos de su colección tienen referencias marinas y que no se debe a nada más que a lo que ha buscado aún más afanosamente desde que era un niño y no tiene nada que ver con un trauma. O quizás si, al parecer está lleno de ellos después de todo.
Es apenas un niño de cinco años cuando María decide llevarle a la playa en una costa de Tampa, Florida. Tony es un niño inquieto y curioso y le intriga el mar. Hace caso de los consejos de su madre los primeros cinco minutos sobre mantenerse en la orilla hasta que la curiosidad es más y se adentra en el agua, avanzando rápidamente variaos metros. Su cuerpo pequeño se mueve bien entre las olas cuando una más grande lo cubre por completo.
Tony manotea intentando volver a la orilla cuando siente sus piernas ser jaladas y un montón de agua salada entrar en su boca debido al grito de terror que no es audible.
Es un niño inteligente y sabe que estos pueden ser sus últimos segundos de vida, la muerte presentándose demasiado pronto, pero su cuerpo negándose a morir sigue luchando contra el agua.
Piensa en que le hubiese gustado ser el hijo que su padre quería y que María iba a llorar mucho por el. Le hubiese gustado repetirle lo mucho que la quería.
Sus ojos distinguen la superficie unos metros más allá antes de comenzar a cerrarse y sabe que es demasiada la distancia para salir el solo cuando unos brazos toman su cuerpo y lo elevan hasta la superficie.
Tose intentando sacar el agua de sus pulmones a salir a la superficie, buscando con la mirada a la persona que lo ha rescatado, luchando contra el desvanecimiento
-¡Tony!- El grito de su madre lo desconcentra lo suficiente y Jarvis ya esta lanzándose al agua para tomarlo, alcanzándolo en apenas unos segundos pero él sigue buscando.
Es a lo lejos y en la distancia que sus ojos alcanzan a ver una cola demasiado alargada para ser un delfín, perdiéndose en el horizonte al mismo tiempo que su consciencia.
***
Pasa un mes desde la fiesta de integración y Los Vengadores reciben la señal de que el grupo intergaláctico está volviendo a la Tierra.
-¿Así que Tony Stark ha decidido finalmente honrarnos con su presencia?- Carol Danvers saluda con una sonrisa socarrona al millonario, recibiendo de todas formas el beso en la mejilla que él le da.
-¿Sigo siendo un Vengador, no? Según comprendí en la ultima reunión solo me estaban quitando el titulo de líder. Además se que ustedes aman omitir el detalle de que esta sigue siendo mi mansión –Respondió apoyándose en la mesa de reuniones mientras sus ojos analizan la pantalla unos metros más allá. Thor y Bruce entran en la sala uniéndose rápidamente a la conversación y los saluda a ambos, volviéndose hacia Carol
-Ofrecerla para ser la base de los Vengadores debió darte una idea de que nunca más seria solo tuya
-Si, puede que ustedes sean una buena compañía después de todo aunque no me quieran como su jefe. Y aunque la destruyan cada dos días
-Quizás deberías construirla de algo mejor- Susurra Thor y Bruce ríe aunque son ambos quienes mas destrozan las paredes.
-Se los descontare de su salaria la próxima vez- Advierte con una sonrisa cuando la pantalla abre una ventana de comunicación y un sonriente Peter Quill aparece en ella
-Hey terrestres espero que no nos extrañaran demasiado. Al menos a mi- Y les cierra un ojo coqueto aunque nadie se molesta en responder. Llevan años acostumbrados al coqueteo de Tony
- Peter Quill, tienes autorización para aterrizar- Responde Carol- Esperamos un reporte por cierto.
-Oh por supuesto. Aunque antes debo hacer una entrega- Tony sonríe complacido alejándose de la mesa y Carol se voltea a verlo con una ceja alzada.
-¿No venias a la reunión?
-Comuníquenme lo que sea que decidan después
-De acuerdo. Esperaremos aquí- Determina ella volviendo a la pantalla y la conversación se corta después de que el líder del otro equipo asienta. Pero sabe que algo planean ambos hombres y espera por el bien de Stark que no sea otro escándalo.
Los pasillos nunca le habían parecido tan ridículamente largos. Tony puede sentir la adrenalina y el deseo subiéndole por las piernas mientras avanza a paso rápido por su mansión, enarcando una ceja cuando encuentra finalmente a Peter Quill fuera de su despacho.
-¿Has tenido alguna clases de pelea o eso en tu ojo es la nueva moda en el espacio?- Pregunta burlón refiriéndose al moratón que luce el rubio en su ojo derecho.
-Digamos que esto es el precio que yo mismo tuve que pagar para traer a tu adquisición. No le ha gustado nada la idea de acompañarme
-Me asegurare de subir algo el precio por eso- Murmura abriendo finalmente la puerta seguido del otro superhéroe
-Si. Sobre eso hay otra cosa que debemos hablar- Pero Stark no lo escucha realmente. Sus ojos se fijan en el cristal buscando casi con desesperación a la sirena.
-Que sea después de verla
-Quizás sea mejor después de verlo- Sugiere Quill esperando cualquier tipo de comentario del hombre en cuanto vea lo que le ha traído.
Pero la boca de Tony se queda sin palabras cuando finalmente la cola azul de escamas brillantes y destellos verdes se deja ver un metro sobre el seguido del torso humano más atractivo que han visto sus ojos. Pero que definitivamente no es femenino.
Aun así sus manos hacen contacto con el cristal cuando quien está dentro del acuario parece darse cuenta que no está solo y se acerca a él.
Tony sabe de inmediato que aquel hibrido será la más preciada pieza de su colección en cuanto los ojos azules más brillantes que ha visto en su vida se posan en su cuerpo aun unos centímetros por sobre su cabeza, analizándolo de la misma forma que lo hace el
Porque Peter Quill no le ha traído una sirena sino más bien un Tritón.