Fudo Yusei, profesor de álgebra en una de las preparatorias más prestigiosas del país. Con un pasado normal, siempre fue un niño de carácter retraído aún cuando sus padres siempre le dieron todo su amor y cuidados. Pero no se puede juzgar la personalidad natural de alguien ¿o no? Jamás ha tenido una relación de tipo romántico porque simplemente no ha encontrado a la persona adecuada. Sin embargo esto no le afecta y tampoco la busca. Si llega llegara, si no esta bien con su actual situación. Tiene cosas en las cuales distraer su mente. Como forjar a las nuevas generaciones. Si, es un buen proyecto de vida.
Camina por los pasillos de la institución con su característica aura hermetica que no te permite siquiera pararte a su lado. Parece que incluso es hostil cuando de hecho es la persona más amable que se pueda llegar a conocer. Pero si no te das la oportunidad de hacerlo jamás te enteras de la verdad. Por fin entra al aula donde impartira la clase. Hoy ha llegado temprano porque hace poco se ha encontrado con una maravilla y que dicho sea de paso va entrando por la puerta.
Haou Yuky. Con su sola presencia impone más que cualquier otro. Si Yusei impacta el aterra. Con esa mirada dorada que parece atravesar tu alma con un simple contacto. Camina magestuosamente hasta su banca. Vaya pareciera que un rey toma asiento en un sitio común que ni siquiera le merece aunque a el parece no importarle.
-Bien-el azabache-hoy les traigo algunos problemas de complicada resolución. Son de nivel universitario. No se preocupen si no pueden contestarlos.
Su objetivo: En realidad simple curiosidad, Haou es inteligente como pocos. Quiere saber hasta donde llega su capacidad de análisis y razonamiento. Por ello le pide que pase al pizarrón. Sin tener la intención Yusei da un paso a un lado. Si, también a el le impone.
-Listo.
Dijo sin más luego de un par de minutos. El profesor pasó rápidamente su vista por el problema y notó que estaba correctamente resuelto.
-Bien hecho.
Emitió también con su característica seriedad. La mayoría de los alumnos miran asustados al par. De por si es una clase que difícilmente entienden, ahora le tienen que sumar que el profesor tiene una personalidad difícil al igual que cierto compañero genio y para variar estos parecen haber entrado hace poco en una guerra de conocimientos en los que se han visto envueltos. Y todo esto en el más absoluto silencio lo que lo hace más perturbador.
Continúan con las lecciones de manera cotidiana. Los demás estudiantes tienen derecho a aprender. Llega la hora de la salida y todos corren literalmente a la puerta para perderse en algún lugar cualquiera. De preferencia uno que les brinde la seguridad que pierden con cada jornada.
En su asiento Haou mira sin expresión por la ventana. Parece aburrido aunque con el nunca se sabe. Puede no parecerlo pero es alguien muy considerado. Ya antes ha probado a salir al mismo tiempo que sus compañeros y estos se hacen bolas en la puerta provocando que caigan unos sobre otros. Nunca ha entendido porque pasa. Después de todo nada les hace. Pero desde que espera algunos minutos para volver a casa ningún percance ha tenido lugar. Por eso espera. De por si no es como si tuviera prisa. Cuando considera que ha transcurrido el tiempo suficiente se pone de pie.
-Hasta luego.
Se despide del profesor que aún continúa sentado en el escritorio, y que asiente suavemente con la cabeza. Luego de quedarse solo Yusei revisa los ejercicios que dejó durante clases. Sus ojos se abren un poco más de lo normal al ver que su alumno estrella ha resuelto todos y cada uno de ellos. E incluso ha realizado algunas anotaciones al lado de la hoja. Mismas que hizo el alguna vez cuando tenía su edad. Ahora esta seguro, Haou es un diamante en bruto que debe pulir.
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El día siguiente pasa con total normalidad. Pero cuando el castaño esta a punto de salir del aula es detenido por su tutor. Los dos se miran con seriedad. En una lucha entre celeste y dorado. Pareciera que son enemigos ancestrales, pero nada esta más alejado de la realidad. Así son ellos.
-¿Qué sucede?-el menor.
-Estoy interesado en ti.
-¿Por?
-Tu talento matemático.
-Ya veo.
-Me gustaría enseñarte personalmente.
-No tengo problema.
-¿Te parece si te visito por las tardes?
-Bien.
El joven le extendió un papel con su dirección y se marchó. Esta ha sido por mucho la conversación más larga que ha tenido el par.
Yusei se dirigió a la sala de maestros para realizar el papeleo correspondiente a las clases del día de hoy. Cuando terminó salió, subió a su moto y se encaminó al hogar de los Yuky. Llegó y bajo del vehículo, dio unos pasos y de la nada le invadieron los nervios. Nunca ha estado a solas con tan difícil chico, bueno el no es nadie para juzgarle pues son algo similares pero aún así no puede evitar sentirse de esa manera. Respira profundamente y sin cambiar ni un poco su expresión presiona el timbre de la puerta.
-¡Voy!
Que curioso, por unos segundos le pareció escuchar una voz idéntica a la de Haou pero mucho más alegre. Luego algunos sonidos curiosos. ¿Acaso su alumno ha caído por las escaleras? Si claro, si algo así llegara a pasar se destruye el mundo, es más factible que sea a el a quien le pasara algo así. La puerta se abre y deja ver a un joven idéntico a su pupilo pero de mirada avellana.
-¡Yusei!
Bien, ahora si ha quedado en shock. Necesita algunos segundos para procesar lo que sus ojos ven.
-¿Haou?
Se siente estúpido, es obvio por el color de ojos y actitud jovial que no lo es. Pero fue lo único que su mente le dio por respuesta.
-Oh no, me llamo Judai. Haou es mi hermano gemelo. ¿Quieres pasar?
El mayor no dijo nada, la conmoción se niega a abandonar su cuerpo. Por lo que el contrario decide tomar la iniciativa. Le sujeta de la muñeca y le lleva al interior luego de cerrar la puerta. Cuando el azabache logra volver a la realidad se da cuenta de que esta sentado en la sala y que frente a el hay un plato con...¿camarones fritos? ¿Es acaso la botana? ¿No se supone que estas sean quesos y cortes de carne fría? ¿Qué clase de persona tiene un gusto tan exótico? La respuesta le llega en forma de una radiante sonrisa. Judai también le pone nervioso pero de otra manera.
-Mi hermano tardará en llegar. Tuvo que pasar a comprar algunas cosas para la comida porque yo...lo olvidé ja ja ja ja.
Sin duda tiene una personalidad muy distinta y parece ser un distraído de primera. Pero por alguna razón eso llama la atención del oji azul.
-¿Cómo sabes mi nombre?
-El me ha contado mucho sobre ti.
-¿Enserio? Creí que era el tipo de persona que no dice mucho.
-Claro que no. Hoy me hablo por teléfono y me dijo:"yo paso por las cosas. Mi profesor irá a la casa. Te lo encargo por favor." ¿Ves?
-Supongo.
¿En que clase de mundo eso es mucho? Quizá es uno de esos casos de gemelos. ¿Se entienden sin hablar? ¿Es eso?
-Pero me parece genial que te tomes las molestias de venir hasta la casa para enseñarle.
-Es muy inteligente.
-Eso lo sé. Pero no es algo que haga cualquiera. En verdad te esfuerzas por el.
-Aprovechando que estas aquí. Podría darte lecciones también.
El menor puso una expresión curiosa. Casi como si estuviese asustado.
-Los estudios no son lo mío. Me aburro con facilidad.
-¿Ah si? ¿Y qué haces?
-Me gusta mucho practicar deportes extremos.
<<-Vaya, no pensé que fueran tan diferentes. No me imagino que Haou pueda hacer algo así.>>
El mayor estuvo a punto de decir algo pero en ese momento llegó el gemelo. Judai le sonrió y se puso de pie para ayudar a su familiar con las cosas.
El oji miel saludo a su maestro, pasó a dejar los víveres en la cocina y volvió con el. Pasaron un par de horas revisando algunos ejercicios y luego de ello se pusieron a comer. Durante la ingesta de alimentos Judai no dejaba de hablar animadamente de varias cosas mientras el par le miraba con seriedad pero visiblemente interesado. Luego de ello el azabache volvió a su casa.
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De esa manera pasaron dos meses en los que Yusei continuaba visitando el hogar de los Yuky. Pero pronto notó que su interés se desplazaba de un hermano al otro. Y nada tiene que ver el que se aburriera o frustrara con el de orbes dorados que de por si parece no necesitar su ayuda. Esta casi seguro de que es autodidacta. Pero se niega a admitirlo porque de hacerlo ya no tendría un pretexto para visitar a Judai. ¿Cómo le pasó algo así? El solo recordar la sonrisa del joven y esa alegría que parece desbordar de calidez le hace sonrojar. ¿Cómo es posible que se haya enamorado del hermano de su mejor estudiante? No le lleva muchos años de diferencia pues siendo Yusei un genio tiene veintidós...y Judai dieciséis. De acuerdo quizá le lleva un par de años. Pero al menos ha tenido suerte pues no es su alumno. Ya que de serlo estaría prohibida una relación con el. Pero además esta seguro de que si Haou se entera de lo que siente querrá asesinarlo. Pues ha descubierto y esto gracias a su amado que el oji miel tiene un complejo de sobreprotección hacia el chico de su interés. Pero eso no es lo peor. Judai parece no entender que siente algo por el. Bueno, tampoco es que haya sido muy directo pues aún duda de que sea correcto el pedirle que salga con el. No quiere ser egoísta, podría lastimarlo y una persona tan dulce no debería conocer el dolor. No los visitará más. Ya no quiere pensar en ese chico de amable mirada color chocolate.
O eso pensaba cuando su voluntad se quebró y les visito al día siguiente. Jamás le había ocurrido algo así. ¿Qué tiene que le hace dudar de algo a lo que está más que decidido? Pasan el día como de costumbre, y luego de comer el azabache ayuda a levantar los trastes de la comida rozando por accidente la mano del castaño. Provocando que el se sonrojara al notar la extrema suavidad, el otro ni por enterado.
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Pronto serán las vacaciones de verano. Yusei trata de pensar en una excusa para no interrumpir su estancia en la casa de los Yuky. Después de todo ese período esta pensado para el descanso y no es como que quiera privar a su alumno de su libertad. Pero Haou no es el problemas sino...
-¡Nos vemos Judai!
El oji celeste quedó clavado en el sitio. Justo hoy que es el último día que podrá darle clases a su pupilo se encuentra a unos cinco metros de la casa de este. Y lo que ve le deja impactado. Un joven de cabello azulino y orbes naranja se despedía efusivamente del motivo de sus preocupaciones. ¡Incluso beso su mejilla cuando se iba!! ¡¿Acaso es su novio?! Nunca pasó por su mente y ahora se lamenta. Porque si es así. No piensa interferir pues no es su intención lastimar a Judai si es feliz. Por primera vez en la vida siente ganas de llorar por la frustración que embarga su ser. Trata de animarse pero el dolor es mucho más intenso de lo que imaginó. Ama a ese muchacho mucho más de lo que creía.
-¿Yusei?
Pronto este llega y le habla al notar que esta en shock. Algo malo le ocurre y le preocupa.
-¿Todo bien?
-Si...no...
-¿Eh?
-Ese chico. ¿Es tu novio?
-¿Jehu? Ja ja ja ja no, es mi amigo. Ja ja ja no creo que tener una relación con el sea una buena idea. Tengo la impresión de que podríamos destruir al mundo ja ja ja ja.
-Ya veo-suspiró un poco más aliviado-¿tienes novio?
-No-contesto con simpleza.
Bien, es ahora o nunca. Si no se lo dice podría no tener otra oportunidad hasta que finalizen las vacaciones de verano y eso solo en caso de tenerla.
-Judai yo...
Extendió su mano posándola en la mejilla ajena y tocando suavemente los labios del castaño con su pulgar. Este cerró con fuerza los ojos al tiempo que se sonrojaba. El mayor acercó sus labios con intención de robar un beso cuando sintió un aura maligna que atravesaba su alma. Rompió el contacto dejando en libertad al joven y se giró para contemplar a Haou. Fue la primera vez que apreció algo en esos fríos ojos. ¿Acaso furia? ¿Esta enojado porque estuvo a punto de besar a Judai?
Los tres entraron al sitio en silencio.
Haou se dispuso a preparar la comida en lo que su hermano se retiró a su cuarto para lavarse la cara y ver si podía disminuir el rubor de su rostro. Mientras Yusei fue para entablar conversación con su alumno. Quería dejar bien en claro sus intenciones para con Judai.
-Quiero hablar contigo.
Pero el oji miel no dijo nada. Ni siquiera le miró. Cogió el cuchillo más grande y corto una sandía de tajo. El mayor sintió que un sudor frío recorría su espalda. Pero no tenía intención de ceder. Ha entendido que sin su amado simplemente no puede vivir.
-Estoy enamorado de Judai.
No le dio vueltas al asunto. Lo dijo sin más tal y como lo siente.
Sin saber bien como pasó se vio tirado en el suelo con Haou sobre el y apuntando el cuchillo a su cuello.
-No voy a permitir que le hagas daño, no quiero que juegues con el.
-No lo haré mis sentimientos van muy enserio.
El castaño hizo más presión en el metal sin herirlo en realidad. Yusei no trato de defenderse, no quería herir a un valioso familiar del ser que ama. Pronto y para su sorpresa notó que su atacante se puso de pie.
-Bien. Entonces no hay problema.
-¿Eh?
-Sospecho que el siente lo mismo. No deja de hablar de ti. Si acepta tus sentimientos no tengo problemas. Pero si lo lastimas soy capas de asesinarte.
-Me parece justo.
-Bien, no tengo nada más que decirte. Ve a hablar con el, debe estar confundido.
-Gracias.
Pero una vez más el oji dorado le ignoró. El se dio la media vuelta y se dirigió al cuarto de Judai encontrándose cuando este iba saliendo. El solo ver a Yusei le hizo temblar, sus piernas cedieron y estuvo a punto de caer pero el mayor le tomo de la cintura con suavidad. El rostro del chico de orbes de chocolate estaba ruborizado al máximo. Sus labios se movían nerviosamente. Y miró con sus ojitos llorosos al otro.
-Yusei...¿qué está pasando? No lo entiendo.
-Estoy enamorado. Te amo Judai.
-¿Eh? Yo...creí...que te gustaba Haou.
El oji celeste sintió como si un balde de agua fría le hubiese caído encima.
-¿Por qué creíste eso?
-Pues siempre le visitas. Pasas mucho tiempo con el. Y me haces preguntas de las cosas que le agradan.
-Al principio fue para enseñarle más cosas. Aunque me parece que no necesita mi ayuda. Pero luego fue porque quería acercarme a ti. Te lo dije estoy enamorado.
-¿Entonces porque me lo dices hasta ahora?
-¿De que hablas?
-Te he mostrado todo el tiempo que me gustas. No se porque pero desde que te vi fue así.
-¿Lo has hecho?
-¡Yusei!
-No, enserio no me di cuenta.
-Pero si tuve miles de detalles. Te di de mis amados camarones fritos, pasaba horas platicando contigo, de vez en cuando tocaba tu mano de manera accidental, y muchas cosas más. No puedo creer que no lo notaras.
Y en ese momento todas las piezas encajaron en la mente de Yusei: Las acciones que parecían la amabilidad natural de Judai, la reciente ira de Haou de quien ahora entiende la razón de su amenaza. También el porque aceptó su ayuda para aprender cuando es claro que no la necesita. Y sospecha que este tiene algo que ver en la predisposición del su chico para enamorarse de el. Pues aún recuerda que la primera vez que lo vio dijo su nombre con emoción. Que tonto, debió notarlo en ese momento.
-Siento haber tardado tanto Judai, te amo.
El joven se sonrojó.
-Te amo Yusei.
Y unieron sus labios en un dulce beso que se prolongó por tiempo indefinido. Suave, delicado y delicioso. El sabor que la boca del castaño deja en las papilas gustativas del otro es indescriptible, pero sin duda lo mejor que ha probado en la vida. Separan sus rostros y se miran con ternura. Incluso el azabache se ha sonrojado, da un beso en la frente de Judai y sonríe.
-¿Quieres ser mi novio?
-S-si.
Se abrazaron con fuerza y bajaron al comedor donde Haou ya les esperaba con la comida lista, el par le miró decidido dispuesto a informarle la situación.
-Judai y yo somos novios.
-Ya lo se. Felicidades.
El timbre sonó y el de orbes dorados se levantó a abrir la puerta mientras la pareja le miraba atónita. Sin duda Haou es un ser absoluto que lo sabe todo, nada le toma por sorpresa. Sabía de una relación de la que ni los involucrados estaban al tanto.
-¡¿Jehu?!!
La voz sorprendida de ese joven de mirada fría les tomo por sorpresa.
Solo vieron a un chico de cabello azulino que se lanzó efusivamente al castaño robando un apasionado beso de sus labios. Y entonces si le vieron sonrojar.
-Es el de hace rato ¿verdad?-el azabache.
-Si, se llama Jehu y es el novio de mi hermano. Vino a verlo hace rato pero creo que olvido algo.
-Ya veo.
Esa declaración fue increíble. Para Yusei la palabra Haou y novio muy difícilmente iban en la misma oración, y sin embargo ahí estaba la prueba de que incluso el puede amar. Toma la mano de Judai y da un beso tipo príncipe en ella.
-Te amo mi amor-dijo.
-Yo también te amo.
A veces es difícil entender los sentimientos de otro. Yusei tuvo el corazón de Judai desde el momento en que lo conoció, pero no lo sabía. Contaba con el apoyo de su cuñado y tampoco se dio cuenta. E incluso pensó que Jehu era un posible rival cuando este tiene una relación con Haou. El oji azul pensaba que su amado era un poco distraído con los asuntos del amor. Cuando es claro que quien tiene ese problema es el. Pero no es de todo su culpa. Le falta experiencia porque ese joven alegre de bella sonrisa es y será su primer y único novio, esposo y compañero por el resto de su vida. Porque sin importar a lo que tengan que enfrentarse le dejara ir. Le dará todo su amor, protección y respeto hasta que el destino decida cerrar sus ojos para siempre, pero aún así su alma continuará a su lado. Porque nunca encontrará a ser más especial que su querido Judai.