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Gitano por Midori-Hikari1312

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Notas del fanfic:

*Otras historias*


Beyblade (Ryuga x Kyoya)

-Mi Profesor Favorito.

-Las fases de Kyoya.

-¿San Valentin?

-Extraño.

-Sólo tú (Segunda parte de Extraño)

 

Marvel (Stony)
-Citas.

 

Haikyuu! (KageHina)
-Felices por Siempre.
-Ensayo de confesión.

(Bokuroo)

-¿Sólo un reto?

 

Naruto (NaruSasu)

-Él taxista.

 

 Original

-Impulsivo.

 


En un pequeño pueblo a las afueras de una Inglaterra medieval en el año 1450, donde la más mínima de las tecnologías aún era un misterio para el mundo, y el carruaje a caballo era el mejor medio de transporte aún. Los alegres habitantes de dicho lugar ya se estaban preparando para una de las fechas más esperadas, un festival que todos los años llena al pueblo de una alegría y vida que no podrían evitar sonreír en todo momento. Tanto Juegos, bailes. Donde comían y bebían a su antojo mientras que de fondo escuchaba una increíble música. El sólo hecho de recordar memorias anterior de esos hermosos festivales logran sacarle una sonrisa hasta al más viejo del pueblo.

Sin embargo, este era, un lugar "plagado" de Gitano. Así es como lo veía el embajador de la corte de nombre Benjamín. Un hombre de una edad medianamente avanzada, de unos 40 y 50 años aunque realmente no parecía aparentarlos, el cual guardaba un rencor abundante hacia todo lo relacionado con esos seres tan libres y llenos de sabiduría y costumbres. De un carácter muy estricto, su personalidad no era la mejor de todos, razón por la que casi nadie tenía el derecho de dirigirle la palabra. Prácticamente el gobernante y dictador de ese pueblo de no más de 200 personas.

Pasadas ya las 4 de la tarde, la gente se encontraba ajena ante la llegada de un nuevo visitante a su pueblo, demasiado ocupadas con los preparativos de su festival posiblemente, quién sabe.

-Qué viejos tiempos...- murmuró el recién llegado observando todo a su paso. Con un caminar elegante, haciendo lucir aún más la armadura plateada que llevaba encima, caminaba por las rocosas calles del pequeño pueblucho, acompañado de su fiel caballo de negro pelaje el cual guiaba a su lado mediante una soga- ¿Quién lo diría? Casi una década y este lugar ha cambiado bastante -dijo en hombre mirando a su caballo al hablar, como si este pudiera entenderle o siquiera responderle. De tez blancas, cabello negro y hermosos y llamativos ojos color esmeralda, un hombre atractivo para cualquier a decir verdad. Lucca, Capitán de los Caballero de la corte, invitado por parte del embajador para asistir a la cercana festividad como uno más de los perros guardianes del hombre que se hacía pasar por el rey del pueblo.

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Un tanto perdido, el capitán observaba a cada persona a su alrededor, tratando de buscar a alguien que pudiera ayudarle a encontrar la corte donde ejercería su puesto. La mayoría de las personas eran simples habitantes del pueblo, que parecían más interesadas en una maldita piedra en el suelo que en preocuparse por la mirada constante del azabache. Éste alzó un poco la ceja derecha algo curioso al escuchar un poco de música muy cerca de su paradero, una pequeña parada antes de llegar a su destino final no lo mataría, pensó. Caminó con rapidez siendo guiado por el ritmo de la buena música, encontrándose con un pequeño grupo de gitanos exhibiendo sus talentos casi al centro de una pequeña plaza.

Lucca nunca tuvo un interés muy pronunciado hacia los gitanos, los veía como personas comunes y corrientes, tales como su persona.

Observó con entusiasmo como ese pequeño grupo seguía con su animada muestra, quedando cautivado repentinamente por un par de caderas meneándose al ritmo de la música. Un joven Gitano, de tez tostada y cabello castaño con puntas teñidas de rojo no muy pronunciado, en su hombro derecho descansaba una pequeña cola de caballo, que era la parte más larga de su cabellera. Vistiendo un camisón color crema, sobre éste un pequeño chaleco color rojo, un pantalón negro y un par de botas, además de la típica pañoleta atada a la cintura adornado con algunas cascabeles doradas que tintineaban ante el menor de los movimientos, estás combinando con la abundante joyería que llevaba puesta, y la tela de la pañoleta era de un color salmón translúcido.

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El capitán se quedó encantado con el joven, era delgado y se movía con una soltura digna de un artista. Sus miradas se encontraron repentinamente, hermosos ojos color dorado delineados por una sombra negra, maquillaje, dedujo Lucca. Ante la mirada constante del recién llegado, sin dejar de danzar el castaño le regaló una sonrisa traviesa al de ojos esmeralda, que sonrió de medio lado extrañado al verse a sí mismo aún más atraído por el pequeño.

Segundos después la música se detuvo en seco, los músicos salieron corriendo al oír de parte de otro de sus compañeros Gitanos un "¡Ya vienen!" dejando bastante exaltados a todos. El bailarín no fue tan rápido como los demás, siendo acorralado rápidamente por un total de 3 guardias de la corte junto con sus caballos. El Gitano no pareció para nada angustiado o asustado, más bien estaba con un porte relajado al ver a los guardias.

-¡Otra vez tú!- bufó uno de los de armadura. Su cabello era rubio.

-Buenas tardes, chicos- habló despreocupado el castaño con una pequeña sonrisa - Lindo día, ¿no? ¿Qué los trae por aquí?- preguntó tranquilo. Parecía muy familiarizado con esos tres sujetos.

-¡Me nos vengas con eso, bribón!- gruñó otro de los de capa, sacándole una ligera sonrisa al menor. Su cabello era de un color castaño muy oscuro

-¿De dónde sacaste todas esas joyas, Gitano? Seguro las ha robado- afirmó el último de los guardias, un pelirrojo, mientras se acercaba a él.

-¿Cuán bajo crees que he caído? Por supuesto que no las robé, las gané con mi propio esfuerzo. Eso es un insulto hacia mí y a mi raza- se cruzó de brazos haciendo un pequeño puchero, el caballero estuvo a punto de tocar al Gitano, sin embargo este fue demasiado ágil, esquivandolo, colocándose detrás de él y tumbándolo al suelo con un solo movimiento- No te atrevas a tocarme- gruñó el bailarín. El cambió de actitud fue demasiado repentino, dejando confundidos a todos los expectantes, que sólo eran las otros tres caballeros, contando a Lucca.

-¿¡Cómo te atreves?!- gritó furioso el pelirrojo, mientras que el Gitano sólo susurró un "Ups" con una pequeña sonrisa, nuevamente, un cambio extraño de personalidad.

-¡Miren, un grifo!- gritó el castaños señalando hacia arriba con un cara de "pánico", los caballeros alzaron la vista creyéndose el cuento mientras que le daba tiempo al Gitano de salir corriendo. Este se reía burlándose de los descerebrados que se lo había creído, cochando repentinamente con el único de los guardias que no se lo creyó, Lucca, dejando sorprendido al bailarín, pensado que ese caballero también quería arrestarlo.

Lucca se le quedó viendo unos segundos, era una cabeza más algo que ese chico, sus ojos dorados era aún más hermosos de cerca. Tuvo un repentino deseo de tocar esa piel morena, alzó su mano con lentitud en dirección al gitano, pero tan ágil como la última vez, el gitano esquivó el cuerpo del capitán al escuchar las voces de los otros guardias. Lucca simplemente lo vio irse, y cuando volvió a voltear tenía a unos guardias corriendo para atraparlo. Rápidamente acomodo a su cabello de costado y le dió un fuerte golpe en el lomo en el momento indicado, mandado así a volar a los tres guardias mediante las patas del caballo. Volteó a ver en dirección al Gitano quien lo veía incrédulo, pero nuevamente siguió su camino desapareciendo de la vista del capitán.

-Tú...¡bastardo!- exclamó el guardia de cabello rojizo mirando a Lucca con odio.

-Por favor disculpenlo, aún le falta mucho entrenamiento- se disculpó falsamente acariciandole el lomo de su caballo - Buen chico... - susurró con una ligera sonrisa.

-¿Como te atreves a interponerte en nuestro camino?- gruñó el rubio caminando en dirección al azabache mientras que era seguro por lo otros dos para ponerse frente al Capitán- Te enseñare a respetar...- sacó un cuchillo de una funda atada a su cintura apuntando a Lucca, sin embargo este ni se inmuta, sacando el también un arma, con una gran diferencia de tamaño al ser una espalda, haciendo que los tres se cohiban.

-Debería castigarte por hablale de esa forma a tu superior- gruñó Lucca apuntando al pelirrojo quien soltó de inmediato su cuchillo.

-C-Capitán, perdoné. N-No sabíamos que...Llegaría tan pronto - habló el guardia rubio arrodillándose agachando la cabeza. Lucca guardó su espada al ver que estos ya estabas más tranquilos.

-L-Lo llevaremos enseguida a la corte, Señor- los tres corrieron hacia su respectivo caballo torpemente. Lucca sonrió satisfecho con el resultado subiendose también a su caballo, dió una discreta mirada hacia el tejado de una casa, para ir con los demás guardias alejandose del lugar en pocos segundos.

-Interesante...- soltó el bailarín con una sonrisa traviesa, sentando cómodamente sobre el tejado de la misma casa desde donde observó todo lo ocurrido con el recién llegado, terminando realmente entusiasmado y curioso por saber quién era ese extraño sujeto de ojos esmeralda.

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Notas finales:

Espero les haya gustado el primer capítulo, actualizaré tan pronto yo como pueda uwu

Me ayudaría mucho que comentarán ;)

Nos vemos >wo

Besos <3


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