Cuando se trataba de las finales de la NBA, Yoongi tenía rutinas que le gustaba cumplir.
Comenzó desde que tenía ocho años y su padre lo levantó a las diez de la mañana porque era hora de ver la final. Era el primer partido entre los Lakers y los 76ers y Yoongi tuvo que escribir los nombres de los tres jugadores que más le gustaron por equipo, sus posiciones y justificar por qué los quería. En el segundo partido, volvió a hacer lo mismo con su papá, salvo que esta vez escribió las jugadas que más le gustaron y quiénes la hicieron para practicarlas. En el tercero, lo que hizo Yoongi fue describir a los jugadores defensivos, aciertos, errores y cómo podrían hacerlo mejor. El cuarto fue mucho más difícil porque Yoongi tuvo que estudiar las mejores jugadas de los equipos y ver cómo se comparaban con la final. Y para el quinto, su padre como premiación no le puso a escribir nada y le preguntó quién creía que iba a ganar el partido y la final, y lo dejó mirar el encuentro tranquilamente.
Obviamente, conforme crecía las rutinas cambiaron. Yoongi ya no era un niño, ya no vivía con sus padres y tampoco pensaba pasarse las tardes practicando las jugadas que le gustaban. Ahora, el primer partido lo veía con la camiseta de los Lakers puesta mientras comía cereal de chocolate; después del segundo partido jugaba NBA Live con el equipo ganador (incluso cuando los Celtics lo hicieron en el 2010); el tercer partido lo veía por Skype con su papá y el cuarto, con su hermano; los partidos seis y siete, en caso de que hubieran, eran una costumbre familiar así que Yoongi intentaba estar en Daegu para la ocasión o, en su defecto, hacer una charla por Skype con su familia.
Pero el quinto partido era el más importante para Yoongi, se enamoró del deporte gracias a esa final y eligió a su equipo en ese partido, no tenía más opción que darle un trato especial a ese partido. Cuando se jugaba el quinto encuentro, en caso de que hubiera, Yoongi se despertaba más temprano que de costumbre y se preparaba Tostadas con agujero, Waffles y tocinetas. Se adueñaba de la sala de televisión y, mientras escuchaba su mejor lista de Hip hop ligada a la NBA, se dedicaba a ver la final solo.
Por eso, para Yoongi fue una gran sorpresa cuando Hoseok decidió unirse a su rutina de ver el quinto partido de la NBA.
Bien, no era que a Hoseok no le gustaran los deportes, por el contrario él y Yoongi eran los más animados cuando se trataba de ver cualquier partido de fútbol; sobretodo cuando estos incluían al Barcelona, Liverpool o algún jugador coreano. Pero la NBA era diferente, ese era el espacio de Yoongi, uno que él tenía para sí solo.
—¿Por qué quieres verlo?
—Es un gran partido. Los Warriors contra los Cavalliers de Lebron James ¿por qué no querría verlo?
—Uhm… ¿porque no sabes nada de baloncesto?
—Claro que sí, sé que este podría ser el último partido de la final
—¿Cómo lo sabes?
—Lo busqué por internet—se encogió de hombros como si no tuviera importancia. Y, si no se tratara de que estaba minimizando el deporte favorito de Yoongi, no la tendría
—¿Y por qué quieres verlo conmigo?
—Porque… sería chévere. Además quiero saber por qué tanta cursilería con esto del quinto partido—Hoseok sonrió traviesamente
—Bien, pero tienes que levantarte temprano y cocinar—Aunque Yoongi hubiese preferido que el de la oferta fuera Jin, tener a Hoseok preparándole comida no sería nada malo–. Si vas a destrozar mi rutina, tienes que pagar por ello.
—¿Comida americana?
–Sí
—Gracias, Yoongi–Hoseok cruzó la distancia entre ellos y lo abrazó. En esos breves instantes, Yoongi tuvo que ignorar el giro que dio su estómago al estar tan cerca de su compañero de grupo.
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Hoseok se despertó más temprano que de costumbre, incluso antes de Jin, y preparó el desayuno tal y como Yoongi lo quería. Lo supo porque, a las diez de la mañana, ya la comida estaba lo suficientemente fría como para dejar de llamarse comestible y tuvieron que llamar a McDonald’s para conseguir el desayuno que Yoongi tanto deseaba. Odiaba McDonald’s, pero si era por continuar su rutina, estaba dispuesto a sacrificarse.
—Lo siento, Yoongi, quería que fuera perfecto
—Ya lo has dicho un millón de veces. Te repito, no estoy enojado contigo
—Pareces enojado conmigo
Yoongi no le dio validez al argumento al no responderle. Nunca se enojaría con Hoseok, ni siquiera aunque destruyera su camiseta de los Lakers firmada por Magic Johnson.
Con la comida de McDonald’s ya servida en platos, porque no iban a arruinar la ilusión solo por unos cuantos errores, y la lista de reproducción armada, la transmisión del partido inició. Andy Grammer interpretó el himno ante los ojos de todos los que veían el quinto partido de la NBA y, minutos después, el balón fue lanzado hacia arriba dando comienzo al partido entre los Cavs y los Warriors.
El encuentro comenzó entretenido, ambos equipos jugaban al mismo nivel y anotaban puntos con precisión. Lebron y Curry jugaban como los grandes que eran y aparecían figuras asombrosas, como los Thompson (Tristan y Klay), e Irvig estaba jugando asombrosamente. Yoongi no podía quejarse de cómo iba el partido y, en cualquier situación normal, no se distraería. Salvo que esto rompí por completo su ru… ¿acaso Hoseok estaba tomando su mano?
Tosió involuntariamente cuando sintió la mano acomodarse encima suyo e intentó no gemir desesperadamente cuando esta se alejó tan rápido como llegó. ¿Será que por eso Hoseok quiso ver el partido con él? ¿Era una cita para el menor? Yoongi decidió ser más valiente y puso su mano encima de la de Hoseok y esperó hasta que él hiciera un movimiento que indicara cualquier cosa.
En el instante en que Hoseok suspiró y dio un apretón a su mano, Yoongi supo que, sin importar quién gane el partido, él ya era un vence…
—Los jabbawockeez se van a presentar–Hoseok chilló animado y rompió su agarre–quise ver esto desde que lo supe
¿Qué? ¿cuándo? Lo último que recordaba Yoongi del partido era a Curry haciendo un tiro de tres puntos que aventajó a Golden State y ahora estaban empatados. ¿en qué momento ocurrió eso?
Yoongi vio la presentación en silencio, los movimientos le parecían asombrosos, y algo que deseaba con toda su alma nunca verse forzado a realizar. Pero Hoseok… Bueno, Hoseok era un bailarín ¿no? En su modo más serio posible estaba inclinado hacia el televisor analizando cada momento del baile y soltando ligeros gemidos cuando hacían algo asombroso.
–¿Estás viendo sus isolaciones?...–Dijo al inicio–míralos haciendo Waving–murmuró en un punto de la presentación–… Y utilizan los tres niveles...–señaló cuando algunos de ellos se agacharon–Dios, son demasiado perfectos…
Yoongi dejó de escuchar cuando Hoseok dijo algo sobre planimetrías circulares y cómo nunca daban la espalda al público. No era que no entendiera nada sobre lo que hablaba el menor, estaba en un grupo Idol y tenía que aprender un poco de baile, pero tampoco quería escucharlo ahora, no cuando lo primero que dijo Hoseok cuando comenzó la canción fue “quise ver esto desde que lo supe”. ¿por eso el menor decidió unirse a su rutina del quinto partido?
Una parte de su mente le decía, que eso no significaba nada y que el simple hecho de querer ver a los jabbawockeez no quería decir que el menor estuviera forzado a tomarle la mano. Pero, la parte más grande de su cerebro, la más temible y la que cargaba con toda la inseguridad que ocultaba ante sus fans y los chicos del grupo, decía a gritos que Hoseok estaba allí por eso y que no quería decir nada tomarse las manos.
“Tú comenzaste a sostenerlo, no él. Seguramente estaba asustado de que lo echaras si no hacía lo que querías” “ya arruinó tu comida, ¿crees que se arriesgaría a equivocarse otra vez?” “Felicitaciones, Yoongi, ahora Hoseok sabe que gustas de él y no querrá estar contigo” “Encontraste una forma de destruir BTS, bravo”.
–Yoongi, ¿estás bien?–Hoseok murmuró preocupado, cuando ya la presentación había terminado. “cuando no tiene nada que lo distraiga de tu estupidez”
—Sí, ahora que terminó tú presentación, ¿podrías irte?
—¿Qué?
—Lo que escuchas, quiero concentrarme en el partido. Y tú aquí arruinas mi concentración. Puede ser el último partido de la final, y el último en más de tres meses, y no quiero perdérmelo.
—Yo también quiero…
—No, no quieres. solo querías ver la presentación de tus chicos, ya lo hicieron y ahora puedes irte
—Pero…
—Es en serio, Hoseok, vete
Hoseok le lanzó una última mirada herida antes de salir de la habitación.
El resto del partido fue un blur para Yoongi. Cleveland ganó 112-97 en Oakland; Lebron jugó bien, ridículamente bien, pero no podría definir qué lo hizo tan especial si alguno de sus familiares le preguntaban; tampoco podría hacer una lista de los tres mejores jugadores del partido, al azar diría que fueron Lebron, Thompson e Irving. Pero hasta allí llegaba su reconocimiento del partido. En su mente solo estaba Hoseok, Hoseok y su mano apretando a Yoongi, Hoseok y sus suspiros mientras veían el partido, y Hoseok y su mirada desolada cuando salió.
“Destruiste tu amistad con él cuando tomaste su mano y, por si no fuera suficiente, la pisoteaste cuando lo echaste”
Yoongi negó bruscamente, debería ignorar más a esa voz, pero gritaba tan fuerte en su cabeza que no podía pensar en una forma para contrarrestarla. O eso creyó hasta que salió de la sala de televisión.
—Yoongi-Hoseok se levantó del suelo y lo miró sorprendido—esperaba que tardaras un poco más en salir. Siempre lo haces
—Sí…–suspiró, generalmente veía las reacciones al partido, los análisis y luego llamaba a su hermano antes de salir–esta vez, lo cambié un poco
—Oh… claro..–Hoseok sonrió débilmente–. ¿viste a Irving?
—¿Qué?
—El partido… tuve que utilizar mi celular, pero pude ver el último tiro de Irving del partido. ¿sabías que él y lebron son la primera dupla en anotar más de cuarenta puntos cada jugador en un partido de final de la NBA?
—¿Qué?
—¿Me equivoqué en algo?
—¿Por qué haces esto?
—Porque-suspiró-estoy enamorado de ti
—¿Qué?
—Mira, antes de que me rechaces tengo que decirte que no me gusta el baloncesto. Es más, lo odio y no entiendo por qué un deporte tiene que parar tanto el reloj. Pero tenía que encontrar una forma de que estuviéramos solos y sin la presión de estar practicando y se me ocurrió que un partido de baloncesto sería una buena opción.
—¿En serio?
—Bueno, se le ocurrió a Tae. Pero yo me dije, “en las finales siempre está solo y en el quinto partido no se pone a analizar el partido. ¿Por qué no en ese momento?”. Y decidí preguntarte si podía ver la final contigo.–respiró profundamente pero hizo un gesto para aclarar a Yoongi que no podía interrumpir–. Aceptaste y yo pensé “es el momento indicado, Hobi”.
—¿Y la presentación?
—Yoongi, te aseguro que no voy a ver un maldito partido de baloncesto solo porque los jabbawockeez van a presentarse durante cinco minutos. Eso es estúpido. Por eso me sorprendí cuando me sacaste–lo miró tristemente–. Habías tomado mi mano durante todo el partido y de un momento a otro me dices que me vaya.
—Hoseok…
—Déjame terminar, estoy apostando todo o nada en este momento, Yoongi.-respiró profundamente-. Te amo. Y no sé si tu lo hagas; pero, aunque no quiera arruinar al grupo, no puedo seguir así.
—Hoseok…
— No cuando tu envías mensajes mixtos como invitarme a comer en un programa, tomar mi mano en los momentos más extraños, exigir que yo estuviera contigo en tus Vapps, y luego echarme en medio de un partido de baloncesto porque no me soportas.
—¿Puedo hablar ahora?
—Habla, Yoongi
—Te amo. Lo hice desde esa vez que te quedaste con Jungkook a ver Scream a pesar que sabias que era una película de terror solo para que no se sintiera solo y lo confirmé en esa navidad en la que volví a Seúl para que tuvieras compañía. Haría cualquier cosa por ti, Hoseok, incluso soportar asquerosos desayunos de Mcdonalds para que veamos un partido juntos
—Entonces, ¿por qué me echaste?
—Porque creí que querías ver al presentación y por eso estabas conmigo
—Puedo verla en Youtube
—Sí y no fui racional en ese momento
—No lo fuiste–Hoseok se rió dulcemente
—Ahora qué
—¿Ahora?-Hoseok dio un paso hacia Yoongi–ahora voy a besarte y tu no vas a hacer nada
—¿Ni siquiera responderte el beso? Porque, creo que esa sería una experiencia poco satisfactoria. Ya sabes por eso de los besos incluyen a dos personas y no a…
—Yoongi, cállate
—Sí, clar…
Hoseok sonreía mientras lo besaba. Yoongi podía sentir los labios de este girándose hacia arriba y, al contrario de lo que imaginó, no le fastidiaba que estuviera sonriendo. Era perfecto y tan Hoseok que Yoongi no podía desearlo de otra forma. Se separaron lentamente Hoseok soltó una carcajada.
—Todavía no puedo creer que esto sea cierto
—Luego del beso, qué tenías planeado
—Invitarte a almorzar
—¿Y después?
—Volver a besarte
—Entonces, por ahora, saltémonos la invitación
Hoseok sonrió ampliamente y lo besó. Esta vez con hambre y sin sonrisa. Yoongi levantó sus brazos y los puso alrededor de él y juntó aun más sus cuerpos.
—Te amo—Hoseok dijo cuando se separaron
—¿Quieres ver séptimo partido conmigo?
—¿Tengo que esperar hasta el sétimo?—Hoseok frunció el ceño
—Sí
—Y cómo sabré que…
—Habrá un séptimo partido. No te preocupes.
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Yoongi no se equivocó. Hoseok estuvo a su lado mientras Cleveland celebraba su primer campeonato desde 1964 (“¿cincuenta y dos años, Yoongi? eso es demasiado” Hoseok gimió sorprendido cuando el comentarista lo dijo). Y su familia, por Skype, observó todo el intercambio entre ambos. Su hermano estaba más concentrado en el partido que en el nuevo novio de Yoongi; su padre de vez en cuando les sonreía dulcemente antes de volver al encuentro; pero lo más importante era el brillo en los ojos de su madre cuando los veía, estaba orgullosa porque Yoongi nunca había llevado a alguien a ver el séptimo partido con ellos; ni siquiera al dulce y hermoso Song Jaemin con quien salió durante un año.
Después de la entrega del trofeo y una discusión sobre si Cleveland mereció ganar (Yoongi era firme en su posición de que Golden State fue mejor durante toda la temporada y su hermano decía que lo que importaba era como jugabas la final, por eso eran siete partidos), la familia de Yoongi se despidió con sonrisas conocedoras en las caras de todos; incluso su hermano dijo algo sobre “una presencia nueva para los partidos”
—¿Esa es tu forma de presentar a tus padres?
—Es una tradición importante para nosotros
—Pudiste advertirme antes de recibirme con una llamada por Skype a tu familia
—Para qué, si ellos ya te conocen
—Pero no como el novio de su hijo menor–Hoseok sonrió traviesamente–¿qué tal piensan que te estoy corrompiendo y mal acostumbrando? ¿qué tal tu hermano quiere darme la charla para amenazarme?
—Cállate
Yoongi besó a su novio dulcemente. Su hermano tenía razón, ahora tendría a alguien que lo acompañara para todas las finales.