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El Rey de los Espectros por Ddai

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Notas del fanfic:

Disclaimer: nada me pertenece, por desgracia,  todo corresponde a DC y a sus respectivos autores intelectuales.

Este fic participa en el Reto # 7: "Dos Meses de Long-fic" del foro "Los héroes del mañana". (Ff net)

El que avisa no es traidor. Se mantendrá en clasificación T, no tiene contenido explícito, por lo cual no hay lemon. 

 

Notas del capitulo:

Son 15 capítulos cortos, por lo que lo subiré de 3 en 3, eso hará un total de 5 publicaciones.

Espero que les guste.

El Rey de los Espectros

I

El Nido

En este mundo, hace poco más de siete décadas, un hombre abrió una grieta entre dimensiones, provocando que el mundo de los fantasmas y los entes sobrenaturales se mezclara con el mundo normal; los “descubridores” de tal evento decidieron nombrar entonces a ambos mundos como “Plano Alfa” a todo lo que fuera diferente del “Plano Beta”, refiriéndose al mundo físico. Se trató del “investigador especial” J'onn J'onzz quien los nombró así y quien trató de explicar lo peligroso que era mantener la fisura abierta, sin embargo no había nada que pudieran hacer para cerrarla.

Pasarían casi veinte  años antes de que alguien se atreviera a intentarlo, con terribles  resultados. La fisura no creció pero en varias partes del mundo abrieron más, mezclando ambos planos de tal forma que las personas comenzaron a nacer diferentes… Aunque eso no fue el peor de los desastres,  tal como J'onn J'onzz había advertido, los niños comenzaron a nacer con “poderes”, comenzaban a ver fantasmas, a hablar con lo que “no existía” y, en los casos más críticos, manifestaban habilidades especiales, como la telequinesis, el control sobre los animales y habilidades parecidas.

El porcentaje de los niños nacidos con tales habilidades era bastante bajo y, aunque fue subiendo al pasar de los años, las cifras seguían siendo menos de uno por cada cincuenta mil personas. Por supuesto nadie mencionaba que ese “uno” que nacía diferente no era aislado, había lugares en dónde se concentraban esos “uno” y a veces nacían hasta quince o veinte niños “especiales” a lo largo de pocos años en una misma ciudad.

Ahora, muchos años después, J'onn J'onzz tenía que viajar al “nido” para coordinar un rescate. Conner Kent, un joven nacido en Kansas, con habilidades  telequinéticas bastante potentes, se había reportado desaparecido hacia una semana. El chico de diecisiete años había sido enviado hacía tres semanas para investigar las fluctuaciones de energía en la grieta principal, ya que si la grieta seguía expandiéndose podría poner en peligro todo el Plano Beta.

Ahora tenía que rescatarlo con cero posibilidades de lograrlo a menos que recurriera a una persona que la mayoría creía que era un mito, una leyenda urbana, Batman.

Y porque su vida siempre estaba rodeada de problemas y pesares resultó que en el momento en el que más lo necesitaba, Batman, estaba desaparecido, hacía más de un año que su contacto, Barbara Gordon, había perdido contacto con él.

Ella había sido una tecnópata de gran alcance hasta el día en el que un fantasma le había robado esa habilidad. Sí, las entidades del plano Alfa, cuando eran muy poderosas, podían llegar a robar las habilidades con las que nacían los niños especiales, logrando sumar más poder para sí mismos. J'onn J'onzz sabía que varios gobiernos habían querido usar ese método para borrar todos los poderes en los niños, pero ese experimento había acabado atrozmente.

Ahora estaba frente al “nido”, conocido en otros tiempos como Gotham, y la única persona que podía ayudarlo era un niño de diecisiete años, vestido con ropas negras y rojas, ropa deportiva que le permitiría correr y desplazarse con facilidad, además de las botas de combate, el niño no parecía ser de gran ayuda en sí, lo púnico que sabía de él era lo que la señorita Gordon le dijo.

Varón, diecisiete años, tecnópata incomparable, luchador sobresaliente, capacitado para combatir fantasmas y entes espectrales, genio táctico, habilidad especial desconocida, nombre clave: RR.

La única razón por la cual lo había aceptado como compañía fue porque era el discípulo de Batman.

—Ya ha pasado una semana, pero es posible que hallemos a Conner con vida— el chico comentó, mirando algo en un panel desplegado  de uno de sus brazos —Él tiene habilidades sorprendentes, pero incluso eso no es suficiente para sobrevivir aquí— él lo sabía muy bien.

—No tenía conocimiento de que Conner Kent y tú eran conocidos— clásico, nunca le decían lo que era importante, pero eran cosas que dejaría pasar por ahora, debían de centrarse en su misión.

—Fuimos parte del mismo equipo el año pasado. Yo no sabía que lo habían mandado aquí, de haberlo sabido no lo hubiese permitido— solo un imbécil o un mal nacido mandaba a alguien a ese lugar sin apoyo, seguro que había sido cosa de Lutor, podía apostarlo. Se arrepentiría cuando todo eso terminara, se aprovechaba porque ya no había nadie que lo detuviera en la toma de ese tipo de decisiones. Perder a Bruce realmente había costado mucho.

Ingresaron a la ciudad, hablando un poco, sólo para mantenerse enfocados, Gotham tenía la “particularidad” de enloquecer a la gente, especialmente a la que no había nacido ahí. J'onn se enteró entonces de que el chico, RR, había nacido en los límites de la ciudad, había crecido en los bordes, como muchos; también había adquirido habilidades conforme fue creciendo, ya que no todas eran naturales en él. Después de ciertos eventos, que cuidadosamente evitó mencionar, sus padres lo dejaron al cuidado de Batman, ya que no podía controlar todas las habilidades que tenía. Así fue como se convirtió en su pupilo.

J'onn sabía que el chico le estaba ocultando algo y no se refería a su pasado, ese muchacho no había ido únicamente a buscar a Conner Kent, tenía otro motivo oculto para estar ahí, pero no podría descubrirlo sin forzar su mente. RR había sido entrenado por Batman, era casi seguro que supiera como mantener a los intrusos telépatas lejos de sus pensamientos.

Sea como sea ya estaban ahí, caminando por una de las calles principales de la ciudad. Ese lugar no era como las personas creían, de verdad había gente viviendo ahí, en malas condiciones la mayoría pero sí había personas viviendo ahí. J’onn  estaba sintiendo muchos sentimientos mezclados, proviniendo tanto de personas como de espectros, lo mejor para él sería mantener sus barreras elevadas y evitar todo contacto innecesario.

La plática murió después de pasar las primeras cuadras, él era capaz de levitar y el chico se trasladaba entre los techos de la ciudad, llegar a las últimas coordenadas de Conner Kent fue cuestión de menos de treinta minutos.

Las coas no pintaban nada bien, se trataba de un viejo callejón, “El callejón del Crimen”…

El lugar en dónde se dice murieron los padres del Heredero de los Wayne.

Había sangre por todo el lugar, vieja y fresca, no había gran cosa que pudieran sacar ahí, era una pista sin seguimiento, o lo sería si J'onn J'onzz no fuera capaz de ver, con su increíble poder, lo que requería.

Antes de que pudiera concentrarse lo suficiente unas shuriken van a su dirección y la de RR, quien saltó para esquivarlas al mismo tiempo que sacó su Bo para defenderse.

—¿Quiénes son y que hacen en mí ciudad?— una voz grave pero claramente infantil se dirigió hacia ellos con gran irritación.

—Debí suponer que estarías aquí— RR dijo mientras fruncía el ceño, él sabía que ese niño no iba a ponerles las cosas fáciles, especialmente con la clase de habilidad que tenía.

—¿Quién es el niño?— J'onn preguntó a RR, era evidente que esos dos se conocían.

—¿A quién le estas llamando niño, anciano?— el niño no parecía mayor de los diez o quizás doce años, bastante malhumorado y en quien se podía sentir un gran poder espectral, quizás era un niño que nació justo en una de las fronteras de las grietas más grandes.

—Es el Heredero de los Asesinos, Robin, el hijo de Batman— RR comentó mientras esquivaba una segunda ola de shuriken, dejando a J'onn bastante asombrado, él no sabía que Batman tenía un hijo.

—No me importa que hacen aquí, Drake, lárgate de mi ciudad— el niño extendió los brazos, estaba emitiendo una gran cantidad de energía, era algo que pocos eran capaces de hacer.

—Vamos a tener que retirarnos— RR comentó, mientras salía del callejón, murmurando entre dientes —Mocoso imprudente, lo que no quería era llamar la atención, vas a despertar a todos los espectros de la ciudad anunciando tu estadía así— J'onn lo venía siguiendo de cerca.

—¿Por qué nos retiramos?— Barbara le había dicho que escuchara a ese chico, porque sabía lo que hacía, justo ahora no parecía ser el caso, estaba huyendo de un niño.

—Porque él es un Encantador de bestias, puede llamar a cualquier animal que esté en un radio de veinte metros a su alrededor, con pocas excepciones. Mucho ruido, prefiero que nos mantengamos en las sombras lo más posible— tal como él decía, habían desde ratas y perros hasta iguanos, e incluso algunas variedades de insectos, yendo a su dirección.

J'onn consideró que era mejor no discutir con su guía, posiblemente iba a aprovechar el alboroto, que el niño había causado, de alguna manera a su favor, después de todo se suponía que era un “táctico” ejemplar, como su maestro.

También se había percatado de que el niño lo llamó Drake, sólo sabía de un Drake en el círculo de cazadores, un hombre joven de quien se decía que cuya habilidad especial era el manejo de la Luz y los relámpagos, los rumores también decían que era capaz de abrir grietas espectrales pequeñas y cerrarlas a voluntad, otros rumores decían que su habilidad especial era encontrar a cualquier persona desde cualquier parte del planeta, unos más que su poder secreto era revivir a los muertos… Si se trataba del mismo Drake entonces tendría que tener mucho cuidado con él.

II

Reuniones I

Dick Grayson no había sido un niño infeliz en su tierna infancia, a pesar de que nació en un lugar peligroso y fue un bebé prematuro. Nacer cuando el circo estaba pasando por Gotham no fue lo que sus padres hubieran querido pero las cosas fueron así. Cuando sus padres murieron él debió de haber vivido una vida normal, pudo haber seguido en el circo y continuar con el legado de sus padres, pero la vida no lo quizo así; sus poderes se manifestaron causando muchos problemas, entonces fue puesto bajo la tutela de Batman, el mejor cazador del mundo, para aprender a controlar esas habilidades y tener un nuevo propósito en la vida: ayudar a otros.

Nada había salido como él quería, realmente, a veces todo lo que deseaba era meterse en un maldito agujero y dormir por siempre, pero él no era un murciélago, era un Robin, la necesidad de volar podía más que sus malos días y siempre salía a emprender un nuevo vuelo.

Dicho eso, él realmente no quería estar ahí, no después de la desaparición de Batman. Cuando eso recién ocurrió él había ido a buscarlo, miró por todas partes, incluso en Arkham, miró hasta por debajo de las piedras y no lo encontró, los pocos rastros que halló llevaban a puntos muertos. Ahora había recibido una nota, una “invitación”, de puño y letra de Alfred, el hombre que lo creció también, su “tercer padre”. Estaba seguro de que no era el único que había recibido la invitación, los demás seguramente se presentarían también, los extrañaba, a todos ellos, pero las cosas no habían salido muy bien con uno de sus “familiares” y verlo ahí, después de varios meses de no hacerlo, lo estaba estresando. Alguien “allá arriba” debía de odiarlo, su vida siempre se complicaba en los peores momentos posibles.

Extrañaba estar en la ciudad, sin importar lo malo que fuera, la neblina hacía parecer que siempre era de noche y el crimen estaba presente por doquier, eso era lo de menos, los espectros estaban andando a diestra y siniestra por las calles, sin duda era evidente que Batman no estaba por ahí.

Cruzó la ciudad por los tejados, como acostumbraba antes, esperando que la oscuridad no lo delatara y que nadie más hubiese llegado aún, su paso por el lugar  hubiera sido perfecto de no ser porque había visto al más joven de sus familiares, Damian, persiguiendo al pupilo más destacado de Bruce.

Fantástico, esos dos nunca iban a poder llevarse bien, aunque él no estaba en posición para quejarse de ello.

—¿No creen que es un poco temprano para estar alborotando el vecindario? Los vecinos van a quejarse— sí, estaba bromeando, como siempre.

Entonces todos los presentes lo miraron.

J'onn J’onzz lo estudió cuidadosamente, vio a un hombre joven, vestido parecido a RR, aunque las ropas de este nuevo personaje eran más entalladas, más al estilo de Batman, con un dibujo en V, en el pecho, de color azul; lo conocía de los archivos y porque pocos años atrás había trabajo con él varias veces, pero nunca en persona, siempre en misiones a distancia. Se le conocía como Nightwing, el Amo del Cielo, un hombre cuya habilidad era solidificar energía, específicamente podía solidificarse un par de alas azules de gran tamaño, su archivo especificaba que tenía la habilidad de “regresar” a los espectros, como si los exorcizara, a través de las grietas dimensionales, una habilidad aprendida de Batman sin lugar a dudas.

—Responsabilidad de Robin por completo, N— RR comentó, saltando para ponerse junto a él —Manhunter y yo hemos venido investigar la desaparición de Conner Kent, él ha salido a atacarnos sin ningún justificante— no es que no estuviera feliz de ver al mayor, lo estaba y mucho, eso simplificaría mucho las cosas, pero no conocía a su “compañero de misión” y prefería dejar fuera los detalles íntimos frente a los extraños.

—No sabía que el sobrino de Clark estaba perdido— eso lo sorprendió, nadie le había avisado, él hubiese ido a buscarlo de lo contrario. Ahora tenía otro motivo por el cual preocuparse.

—Llegó a Gotham hace tres semanas, le perdieron la pista hace una— J'onn aclaró. Con toda honestidad podía decir que estaba agradecido de que Nightwing estuviera ahí en ese momento, de las pocas veces que había trabajado con él  en ninguna había entrado en conflicto, era un hombre sencillo y accesible, bastante adaptable —Espero poder contar con tu ayuda, para buscarlo, también— así también podría tener una mejor perspectiva de RR, ya que ambos varones habían sido entrenados por Batman, era seguro que se conocían.

—Está bien, Conner debe estar bien— esperaba — Y no hay necesidad de ser tan cauteloso, Red Robin, J'onn J'onzz es amigo de B, él no traicionaría a su familia— el chico lo miró no muy convencido, se suponía que usaban una máscara por una razón, no iban a discutirlo ahora mismo —¿No quieres unirte a la búsqueda, Robin? Conner es un buen amigo mío, me gustaría encontrarlo lo más pronto posible— él y el pequeño se llevaban mucho mejor que Red Robin y el pequeño, eso estaba claro.

—¿Y por qué los ayudaría, Grayson? No es mi problema, solo lárguense de la ciudad— él ya tenía muchos problemas tratando de mantener todo en calma, no necesitaba sumarse a su grupo de idiotas para buscar a un estúpido que no sabía cuidarse.

—Porque entre más pronto hallemos a Conner más pronto se irán de la ciudad— el niño pareció meditarlo por unos minutos y luego asintió una sola vez —Gracias, little D— sin duda sería más fácil con él, especialmente con todas sus “mascotas” buscando al sobrino de Clark.

—Mi ayuda no será gratuita Grayson. Drake, quiero que te vayas con tu peón, no los quiero en mi ciudad— dicho eso él desapareció, corrió a las zonas oscuras y nadie hizo por seguirlo.

—Encantador como siempre— murmuró Tim, mirando sus datos en su paleta digital de nuevo— No necesito de la intervención de ninguno, encontraremos a Conner— él siguió avanzando, de vuelta al callejón del crimen. No hacía falta decir que estaba de mal humor, eso era evidente desde varios metros de distancia.

—Un placer volver a verlos chicos, de verdad— Dick murmuró para sí mismo y después miró al mayor —No siempre es fácil convivir con la familia— sonrió, no había otra cosa que pudiera hacer, estaba consciente de que nadie en su sano juicio quería estar cerca cuando los discípulos de Bruce se juntaban en un solo lugar.

—EL niño acaba de decir que Conner Kent es peón de Red Robin— oh, por eso se hacía llamar RR, sin duda se trataba de Timothy Drake entonces.

—No es así, Tim nunca controlaría a nadie sin permiso, además Kon tiene habilidades que superan a las cualquier otra persona, créeme, no podría ser controlado si no quisiera— era un secreto bien guardado, pero de las habilidades de Tim la más peligrosa y la que era más especial era su control sobre las personas, cualquiera que no tuviera una voluntad fuerte podía ser su blanco, otros, como Kon, le permitían usarlos como mejor le pareciera, marionetas vivientes que podía mover con los hilos de su mente, un poder verdaderamente aterrador.

J’onn le creyó, no por ellos sino por Bruce, estaba seguro de que Batman nunca dejaría a una persona tan peligrosa ir a placer si no tuviera fuertes convicciones morales.

Ahora tenía una mejor imagen de las cosas y tenía a tres “aliados”, sus posibilidades en el “Nido” habían mejorado repentinamente, pero algo le decía que eso no era necesariamente bueno.

III

Reuniones II

La noche había avanzado sin muchas novedades, la ciudad no había cambiado nada desde la última vez que estuvo ahí, hacía como tres meses; él había vuelto hacía casi diez días y cuando vio a un “turista” tuvo que ir tras él, no era común ver a los compañeros de Red Robin en el lugar. Red Hood había sorprendido al chico rondando el “palacio Arkham”, se suponía que todos los que tenían habilidades especiales debían de mantenerse lejos, especialmente si no tenían permiso de Batman para estar ahí.

Ah claro, todos podían aprovecharse de la ausencia de su instructor como mejor les conviniera.

Lo que le pareció inquietante fue que Tim sabía que no debían de acercarse ¿Por qué había mandado a ese chico ahí sin ningún tipo de apoyo? Ese tipo de cosas no le gustaban.

Por ello había mandado a Roy y a Kory a atacarlo, tendiéndole una emboscada. Ahora Conner Kent era su “invitado” en la mansión Wayne, antiguo cuartel de Batman.

Claro que a Alfred no le había parecido en lo absoluto los métodos que él estaba utilizando, pero no dijo nada al respecto, era eso o dejar a ese muchachito estar vagando cerca de Arkham. “De los males, el menor, joven Jason” fue todo lo que Alfred murmuró ese día antes de volver a la cocina para preparar un plato más para su invitado.

Ahora tenía que lidiar con él, era un verdadero dolor en el trasero, si el chico moría quizás pensara incluirlo en su propio “ejercito personal”, eso si no lo mandaba de vuelta al mundo espectral, porque el chico era insoportable, y si Tim no lo mataba primero por meterse con su “novio”.

—¡Vas a arrepentirte de esto!— Kon gritó, por lo que debía de ser la millonésima vez, utilizando el poco mobiliario de ese cuarto en contra de su captor. Solo eran dos sillas de metal, cuatro candelabros y tres estantes, llenos de cosas, los que estaba manipulando para que dieran vueltas alrededor de ese tipo. Las otras sillas ya estaban rotas y había muchos vidrios rotos y cosas en general, destrozadas, alrededor de él.

—¿Crees que se cansará pronto?— Roy preguntó, haciendo su mejor esfuerzo para mantener a Jason fuera de peligro, pero el “invitado” tenía mucha fuerza, en los últimos tres días lo había vencido todas las veces y si no fuera por Kory seguro que Jason estaría muerto de nuevo.

—No, es uno de los telequinéticos más poderos del planeta— Jason comentó mientras se agachaba más, estaba en la esquina derecha de la habitación, era menos probable que el chico pudiera golpearlo si se quedaba ahí hasta que se cansara, lo cual no parecía que sucedería pronto.

Puedo freírlo en cuestión de minutos— Kory comentó, bastante molesta por tener que soportar tantos golpes sin responder a ninguno ¿En qué diablos estaba pensando Jason?

Deberíamos dejarlo marcharse— Roy estaba muy agotado ya, llevaban así más de una hora, él no aguantaría ni treinta minutos más.

—No— Jason sabía que estaba en desventaja, de nuevo. Si tan solo supiera que Tim no lo mataría por matar a Conner ya lo hubiera hecho. Bien, las últimas veces lo había sorprendido pero ninguna de sus tácticas anteriores funcionaría, tendría que probar una nueva —Muy bien, chico, tú ganas — se puso de pie mientras que sus dos fantasmas lo miraban asombrados, hacía unos minutos les había dicho que resistieran todo lo que pudieran porque no iban a dejar al “invitado” irse —Si puedes salir por la ventana te dejaré ir— sonrió, él sabía que Conner no podía, no con las protecciones que tenía la mansión, ningún ser espectral podía entrar o salir de ahí si no era con ciertos “medios”.

—Sabes que no puedo hacerlo— él frunció el ceño, había detenido el movimiento de los objetos, pero no los había dejado en el piso aún. Y no, él sabía que no podría irse así como así, ya lo había intentado, él no era exactamente una persona viva aunque tampoco era un fantasma o espectro.

—¿Qué dices de una pelea entonces?— él se tronó los dedos al cerrar sus puños, si era así tenía una probabilidad mucho mayor de ganar, sin importar que ese chico pudiera derribar muros solo con sus puños.

—Cuando te gane me dejarás salir— no estaba pidiendo, estaba ordenando, tenía una misión que cumplir.

—Si ganas…— él sabía que sin duda iba a sorprender a ese niño engreído. Kory y Roy se quedaron mirando entre sí, confundidos, pero no era la primera vez que Jason hacía algo como eso, ellos sencillamente tenían que esperar y mirar el espectáculo.

Conner estaba a punto de conocer al “milagroso padre Todd”.

En las afueras de la ciudad Tim estaba mirando hacia la mansión Wayne a lo lejos, sabía que debió llevar su jet, pero no, como Barbara había dicho que era misión encubierta lo había dejado un poco retirado de la ciudad. Era una ventaja que Manhunter tuviera habilidades telequinéticas naturales, de esa forma los estaba llevando a él y a Dick levitados, habían dejado a Damian alejado por ahora, ya que el niño podía tener suerte y hallar a Kon antes de que ellos pudieran dar con él.

J’onn había visto los “recuerdos” en el callejón del crimen, ahí miró a Conner peleando con un extraño, un hombre joven que andaba con lo que parecía ser dos fantasmas bastante peculiares. Eso, sumado a su descripción, cabello negro con un fleco blanqueado, alto y armado, le dio la pista a Tim de que se trataba de Jason y ahora tendrían que buscarlo para saber en dónde estaba Kon.

El lugar más lógico a ir en ese momento fue la mansión, seguro que Alfred sabría algo de Jason, Red Hood nunca pasaba a Gotham sin ir a ver a Alfi, ninguno de ellos en realidad. Tim notó la tensión de Nightwing cuando se había mencionado al segundo discípulo de  Bruce y se preguntó por qué, hasta dónde él sabía no había ninguna escaramuza pendiente, a menos que Dick “convenientemente” hubiese olvidado mencionarlo.

Ellos no habían tenido problemas con Jason desde hacía más de un año, cuando volvió a Gotham, e incluso en esos momentos no fue gran cosa, la pérdida de memoria de Jason había sido temporal y nadie había salido más herido de lo normal. Se concentraría en eso después, ahora lo más importante era hallar a Kon.

Cuando llegaron fueron atendidos por Alfred, quien los saludó educadamente y les hizo pasar al comedor, era de madrugada ahora pero ya estaba preparando algo para comer, les dijo entonces que tenían a un invitado muy particular y que Jason estaba tratando con él ahora.

Antes de que Tim pudiera preguntar por este invitado alguien llegó a la cocina corriendo, se trataba de Kon, quien se veía bastante pálido.

—¡Esta muerto!— fue lo primero que gritó al entrar a la cocina, él había estado ahí para las comidas, el mayordomo era bastante agradable aunque no lo dejara salir, era el otro tipo, el que acababa de matar accidentalmente, el desagradable.

—¿Kon?— Tim, como los demás se quedaron congelados por segundos al ver al chico aparecer de esa forma.

—¿Tim?— Conner se dirigió a él de inmediato, ignorando a todos los demás.

—¿Quién está muerto?— Tim tuvo que preguntar, el dolor de cabeza estaba punzando en sus sienes, esperaba que no estuviera hablando de Damian, ese niño podría haberlos seguido o algo así, también podría estar hablando de Jason, en cuyo caso no sería tan grave.

—Tranquilízate primero y cuéntanos lo que pasó— Nightwing había entrado en “modo líder”, como los otros solían decir, él sabía que no le gustaría lo que escucharía.

J’onn J’onzz se quedó callado, observando, Conner Kent parecía estar bien, salvo por su palidez. Hallarlo en buenas condiciones era gratificante, no tendrían que darle malas noticias a Clark Kent, eso es lo que estaba pensando hasta que escuchó la historia de Kon.

—Él no me dejó salir, por lo que lo ataqué, después dijo que si lo derrotaba me dejaría libre, entonces… Tim, te juro que no era mi intención, no sabía que… Él solo…— era difícil de decir, él nunca lo hubiera hecho apropósito.

—Está bien, Kon, está bien. Sólo respira y dinos que fue lo que pasó— no lo había visto tan alterado desde aquella vez en la que casi mueren en una misión mientras trataban de devolver a un Espectro de gran poder al plano Alfa, de eso ya había pasado más de un año.

—Lo maté Tim— esa declaración dejó conmocionados a los presentes —Mate a Red Hood— y a él bastante molesto consigo mismo, decepcionado, sabía que Tim jamás lo perdonaría por haber cometido un crimen como ese.

Notas finales:

Nos vemos en la próxima.

En FF net se publica uno diaro por lo que cada tercer día, aproximadamente, estaré subiendo estos.

 


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