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Victor Nikiforov [Yuri!!! on Ice] por Lizie CoBlack

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Notas del fanfic:

Posible OoC

Sin Beteo

Omegaverse

Soulmateverse

Victor/Yuuri

Two-shot

Sin más que lo disfruten. 

Notas del capitulo:

¡Hola!

Disclaimer: estos personajes no son míos. El universo 'Yuri! on Ice' pertenece a la productora MAPPA, escrito por Mitsurō Kubo y Sayo Yamamoto, y dirigida también por este último. La imagen pertenece al a. Yo solo me divierto creando fics.

Contextualización: canon-divergente, canon-AU Omega-Soulmate-verse! El soulmateverse, bajo la propuesta, 'nacen o adquieren durante su infancia un tatuaje con el nombre de su alma gemela'. Dinámicas Alfa/Beta/Omega.

Advertencias: Mención de: Acoso escolar, negligencia infantil e insinuación de violación a un personaje secundario; Ligero contenido erótico. (Posible OoC).

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Prólogo

Who you are?

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Su cuerpo duele y arde, sobre todo al rozar con la tela de su ropa. Marie lo retará al verlo y su madre se preocupara nuevamente, y él solo se hará el fuerte y les mostrará esa sonrisa a las que ellas hacen muecas y se aguantará el llanto porque ya está dejando sus lagrimales secos en este momento.

No entiende porque le hacen daño a su cuerpo buscando algo que no tiene. Sin una pizca de letras, ni siquiera un borrón o mancha como a algunos de sus compañeros con retardo, sus padres se lo han explicado y los maestros a sus compañeros también. Así que quiere que paren porque ya no es curiosidad, le hacen raspones, le arañan y dejan grandes marcas rojas que cuando se vuelven moradas punzan y lo lastiman mucho.

Y sus palabras siempre le hieren más, le persiguen.

"Estás feo y gordo".

"Nadie te quiere porque los dejarás pobres de tanto que comes".

"Ni siquiera tus ojos sirven".

"Un estorbo".

"Gordo".

"Cerdo".

"Tiembla cada vez que te mueves".

"Tonto"

"Inútil".

—Por favor, ya no más. Paren. Se los ruego. Yo no les he hecho nada. Déjenme en paz. Por favor, basta. —Súplica hasta que ya no puede más, y su llanto interrumpe sus palabras.

Las risas se hacen más fuertes, se burlan con más insistencia, lo llaman: llorón, tonto, hijito de mami, bebé. Entonces solo se hace tan chiquito como puede y abrazándose se deja hacer hasta que se cansan y se van. Y él queda ahí hasta que puede pararse e irse y si tiene suerte un profesor lo verá y recogerá para llevarlo a la enfermería.

Y él callará cuando le pregunten otra vez por los culpables, como si no supieran quienes son los que le molestan, mientras lo miran con ojos cansados y aburridos de lo mismo todo los días.

Quizás todos ellos tengan razón; nació sin un alma gemela porque sería una molestia para ella y un cerdo como él no la merece.

El frío que lo abraza desde su interior es el único premio que tiene.

.

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Yuuri lo recuerda muy bien, a su madre llorando mientras el doctor que lo había tendido antes negaba repetidamente con la cabeza. Y el fuerte abrazo que le dio al salir de la consulta, si cierra los ojos aún puede sentir la calidez que lo inundó junto al perfume de su mamá aunque su pequeño cuerpo resintió la fuerza. Él solo percibió la protección de su madre y fue feliz.

—Todo estará bien—. Repitió hasta quedarse sin voz. —Siempre nos tendrás a nosotros—. Dijo algo tan obvio que lo extrañó.

Esa misma tarde lo interrumpieron de su juego con el rompecabezas para decirle la segunda verdad más aplastante en su vida.

—Recuerdas que mamá y papá tienen el nombre del otro en su cuerpo—. Asintió distraído puesto que buscaba un pieza entre todo el revoltijo sin resolver, ya sabía la historia de cómo se conocieron y lo esperado de verse por primera vez. Lo bello que fue, uno de sus mejores recuerdos. —Bueno—, su papá tocó su cabeza y al dirigirle la mirada vio, lo que en su momento no supo reconocer, pesar en él, y con la otra apretaba la mano de su madre en apoyo, —a ti te falta un nombre pero no tiene nada de malo— se atrevió a sonreír, —eso solamente significa que tú puedes elegir a quién quieras sin dañar a nadie más.

Únicamente lo aceptó con un ligero sí como respuesta y los ignoró para seguir jugando. Era un niño después de todo.

Lo que sus padres omitieron fue que quién saldría lastimado sería él.

.

.***.


Patinando se desliza por el hielo, Yuko le sigue y puede mirar por el rabillo del ojo a Nishigori observándolos más allá. Pendiente, como ya es habitual, de intrusos con malas intenciones. No lo dirá en voz alta, y tampoco es necesario que lo haga ambos lo saben. Se siente a salvo con los dos a su lado. Yuko como su eterna confidente, la que desde que se conocieron le tiende la mano cuando se haya en problemas. Nishigori su rival que lo impulsa a seguir adelante y superar como puede los obstáculos. Le dejan ser a la vez que extienden un manto para él.

Ya no es el niño de ocho años que se deja sin decir nada de sus compañeros, pero tampoco es lo suficiente grande para competir contra aquellos con más fuerza y mayor complextura que la suya. Es bajo y menudo, su visión es medio funcional y solo tiene trece. La diferencia de dos años, en desarrollo con Nishigori y la madurez en Yuko, se hace una gran brecha para sus capacidades.

Son lo más cercanos al concepto de amigos que todos parecen comprender, ambos betas, pareja, para la espina clavada en su corazón infantil que enamorado está por Yucchan, y aunque quisiera nunca sería competencia por el amor de Yuko. Es pasajero, se dice continuamente cada vez que piensa en ella o la ve. Fuera de eso disfruta mucho estar en Ice Castle Hasetsu, pasando el tiempo repitiendo las coreografías de Victor Nikiforov, su más grande ídolo y figura a seguir del patinaje, junto a Yuko o solo él improvisando.

El oasis en el desierto que es su vida escolar.

Es allí donde puede recargar sus baterías para soportar un día más.

.

.****.


Su madre ha estado emocionada todas la semana desde que recibió una llamada de alguna antigua senior suya. A Yuuri le causa curiosidad desde que le contó lo famosa bailarina de ballet que es. Alguien famoso que ha conocido el mundo, el exterior fuera del infierno que puede llegar a ser Hasetsu. Se dice que si una omega como ella pudo triunfar él también podrá hacerlo.

Es un sueño, muy iluso pero de la esperanza se ha mantenido en los peores momentos y de ella se sostendrá cuanto pueda.

—¡Hiroko, estoy de vuelta!—. El potente grito de una mujer traspasa al interior de la cocina, y los pasos de su madre presurosos dejan un ruido en la madera.

Con lentitud camina a la entrada para ser recibido por la imagen de una mujer en profundo dolor llorando en el hombro de su madre. Ambas se derrumban y los lastimeros sollozos le oprimen el corazón, como si él también estuviera herido. La intimidad del suceso es tanta que el miedo de romperlo lo asusta, sabe que no lo debe estar viendo. Más ahí está, detenido y fuera de su alcance pero, siendo un espectador.

—Por qué a mí, Hiroko, por qué a mí—. Es todo lo que puede escuchar y no es necesario adivinar para saber que es todo lo que está diciendo.

Por distintos motivos, y puede que con menos peso, él se ha hecho la misma pregunta y ninguna respuesta se le ha dado.

Comienza a rasguñar con furia su cuello, un área en especial, la misma zona donde su madre carga la marca de unión con su padre. Y ahoga un quejido porque le han enseñado que para sus padres es una representación de su más grande lazo como pareja. Su madre en silencio, y por los espasmos de su cuerpo que le dice que también llora, trata con calma de detener su frenética manera de dañar su piel, ya roja y con el inicio de sangre en su cuello.

—Me forzó—. Pega una carcajada que se interrumpe ocasionalmente por un sollozo. —Y yo como animal en celo solo pedía más, estaba siendo violada y él solo me hacía rogar por más, mientras utilizaba mi cuerpo y naturaleza a su antojo.

—Oh, Minako...—. Los brazos la envolvieron maternalmente y esta se deja hacer. Sollozando, riendo. En ese momento los ojos de Minako se encuentran con los suyos y el vacío en ellos le hacen caer al piso de la impresión.

Es un tarde, casi como cualquier otra, donde Minako Okukawa, reconocida prima ballerina, marcada a la fuerza, le enseña la cruda realidad de ser un omega.

.

.*****.


La nieve lo cubre todo, blanca, impoluta. El frío de invierno estremece los cuerpos de todos al topar con el aire congelado, y él desde la mañana está acalorado. Sus mejillas rosadas están y si bien quisiera que fueran causa del clima no lo es. Su nariz se siente congestionada, los aromas están por todos lados, le aturden y algunos más fuertes le hacen estornudar. Ninguno le llama especial atención y lo único que cree es estar enfermando. Con sorpresa se halla deseando no haber salido de su casa al instante que cruza las puertas del centro de patinaje.

Algo se revuelve en su interior, como si buscase salir, no sabe qué es y le causa mucha incertidumbre. Despojarse con premura de sus abrigos le da un poco de alivio a ese calor insoportable que siente su cuerpo, el principio de una fuerte gripe le augura si es que ya tiene temperatura. La vista borrosa le impide ver a Yuko, su voz como un eco se cuela a sus oídos. Un mensaje que le cuesta descifrar.

Peligro, las alarmas suenan en su mente, a Yuuri la mala fortuna le sigue a cuestas, como fiel compañera sin una advertencia se presenta.

El gruñido de un alfa le eriza la piel y no de la forma placentera que se esperaría. El comando y la posesión impresos en su tono le causan náuseas y le marean, va a vomitar si su nariz debe soportar el olor agrio de la excitación. Oh-Oh, corea su subconsciente cuando el primer fluido escurre de su canal. Y así los síntomas adquieren un real significado.

Omega en celo.

Es el llamado de su cuerpo a todos los alfas alrededor de él. Sus feromonas cantando por primera vez sin estar listas, explotan en virginal estro. Sus piernas tiemblan amenazan con ya no sostener su peso. Necesita abrirse, despojarse de toda vestimenta y dejar que alguien apague el fuego que lo abraza. Manos que lo toquen dientes que lo muerdan. Morirá si no es llenado hasta el cansancio por una fuerte erección y ser anudado hasta romperse.

Pero no ellos, esos alfas que han empezado una batalla feroz por su culo apetecible no lo merecen. Sus olores juntos le hacen tener arcadas que lastiman su garganta que solo tiene que cerrarse después de tanto gemir de placer y entrega.

La mano delicada y pequeña de Yucchan lo toma del brazo con aprensión, y él se permite porque es una beta, es familiar, el omega en su interior se siente cómodo con ella. Le sonríe un poco, al tiempo que sigue sus pasos dejándola arrastrarlo a un lugar lejos de nauseabundos seres que no le podrán llenar.

"Ven, te necesito, dónde estás" su omega chilla en su interior y en reacción suelta más producción de estrógenos.

—Yuko, la oficina.

El grito lejano de Nishigori irrumpe su llamado de los instintos, la voz de este se escucha adolorida y forzada. Su amiga delante de él llora angustiada y continúa corriendo sin mirar atrás, están a pasos de llegar y la lucha detrás de ellos parece cobrar más fuerzas. Voltea solo un segundo y lo ve, a Takeshi resistiendo los embates como puede a la puerta del corredor, golpeado y con el rostro ensangrentado. Luchando ante el mandato en la Voz del alfa que quiere satisfacerse con su cuerpo y destruir a todo aquello que se lo impida, así sean personas.

—No voy a resistir mucho más, tienes que cerrar la puerta por completo, asegurarla con algún mueble y por nada del mundo la abrirás a menos que escuches a la madre de Yuuri, solo entonces hazlo—. Takeshi Nishigori es solo un adolescente de diecisiete años, un beta luchando contra un alfa en estado de frenesí, y nunca había visto a hombre más firme y valiente que él. —En la gaveta debe haber supresores si hay solución inyectable aplicala sin miedo.

Todo sonido se opaca con el clic de la cerradura, siendo suplantado con el escritorio en arrastre hacia la entrada. Yuuri se derrumba al estar seguro, aunque los bramidos del alfa afuera se oigan y ningún sonido de Nishigori. Yuko hipea moviéndose frenética buscando los supresores.

Y la parte instintiva dentro de él solamente lo hace frotar su erección contra el suelo al tiempo que agita su culo al aire a la espera del miembro que lo empale y su cuerpo monte hasta hartarse, y estar a rebosar de semen que preñado quede y su nudo lo deje flojo. Lo quiere ya y él no viene.

El piquete en su piel le avisa que el supresor está en su organismo al mismo tiempo que su cuerpo cae desplomado por el primer orgasmo.

—Este no soy yo, no lo soy —irreconocible es su balbuceo, neurótico como nunca; —Haz que pare, Yucchan. —Ruega a ella mirándola. Yuko lo observa devuelta con los ojos repletos de pena.

No hay nada que se pueda hacer.

Es un omega.

Esa es su nueva realidad, la peor verdad, y Yuuri la odia.

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.******.


El ardor en su vientre le paraliza, está a la altura de su cadera de lado derecho, un calorcito que le deja un tatuaje. Es sorpresivo, su cuerpo tenso se sostiene con aprehensión de la cerca que rodea la pista. Solamente lo observaba, ahí entregándose en el hielo, absorto sin poder apartar la mirada. Como un sueño, uno que se hace realidad con lo segundos que pasan y el avanzar de la rutina.

Cabellos como seda siguen la rotación del cuerpo. Puede escuchar música espacar en la ejecución de la rutina, una melodía propia de ese cuerpo danzando que está hecha para ser escuchada por él.

Y es tan cliché como cualquier momento mágico de un cuento.

Es un día como cualquier otro, y él buscaba alguna pista disponible para entrenar.

Yuuri Katsuki, diecisiete años, seleccionado de Japón. Descubre frente a esa alejada pista de hielo a su alma gemela.

La vida es una perra que lo conduce al infierno y él no es muy bueno aprendiendo de sus errores.

Notas finales:

Gracias por leer.

Me encantaría que si lo leyeron me dejaran un comentario, de qué estuvo mal o qué necesito mejorar o quizá de lo que les gusto, sean respetuosos eso sí.

Aquí yo con una nueva idea que nació mientras escribía la segunda parte de 'Quédate a mi lado'; y que necesito sacar de mi sistema.

La cosa es que decidí dividirla, porque creo que quedará muy grande, es más, de lo escrito esto no es ni el inicio, no quiero saber cuánto será lo demás… Como se dieron cuenta combiné dos universos, el injusto y machista (?) Omega!verse y el Soulmate!verse, angustioso y maravilloso; lo he leído una sola vez en un fic UshiTen —"Abrazos de aire"— genioloso y hermoso donde utilizan los tatuajes en con formas complementarias para las parejas destinadas, la idea original de juntar estos dos universos va para "Kichan-awesome" (que espero no haya problema en utilizar porque no le avise). Como duda, ¿creen que le debo informar o pedir algún permiso?

Ya tengo la trama en desarrollo (medio escrita) y el final (ya escrito), no creo que pase más de una semana para la continuación (o al menos eso es lo que espero).

Cualquier duda haganmela saber.

Esto puede y debe estar OoC, también una disculpa por ello.

No está beteado, lo hice lo más limpio posible, espero se entienda de no ser así: lo siento.

Bueno, espero que les gustara.

Saludos.

Lizie.

P. D.: He solicitado el permiso de Kichan-awesome para utilizar su idea, luego entonces, la historia, de momento, está sujeta a su decisión.

 


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