En mansión de Vongola en Italia se encontraba un hombre mayor sentado en uno de los sillones viendo a su nieto que está ocupando un asiento al frente suyo.
—¿Para qué me mandaste a llamar a abuelo?
— Giotto, primero que nada, quiero decirte que lo lamento.
—¿A que se refiere abuelo?
—descubrimos que Iemitsu y Nana murieron hace 7 años.
—abuelo.... sabe que ellos me dejaron de importar hace mucho cuando decidieron abandonarme.
—Giotto pero...
—Si sólo eso me tenía que decir, con su permiso me retiro.
—tienes un hermano
—¿QUE....
El rubio se dio la vuelta viendo sorprendido al hombre mayor.
—tienes un hermano 4 años menor que tu.
—No me interesa.
Respondió cortante ya que no quería seguir escuchando más sobre ese chico que supuestamente era su hermano.
—Giotto se que odias a tus padre pero el no tiene por qué ganarse tu odio.
—es su hijo, lo más seguro es que sea igual que ellos.
—haaaaa Gio necesito que vayas a Japón y pidas su custodia y lo traigas aquí.
—¿Por qué yo?
—por que tu eres su hermano, su único familiar, sabes que yo no soy tu abuelo de sangre así que no me dejaran hacer ese trámite al menos de que sea algún familiar de sangre.
—está bien abuelo....y ¿Cómo se llama el chico?
—Sawada Tsunayoshi, tiene 16 años y es la viva imagen de Nana.
—"entonces es débil, que molestia" me llevaré a G conmigo.
Dictó y salió de la oficina caminando tranquilamente hasta su habitación, allí pegó un grito fuerte sacando su frustración.
—¡Maldición! ¡¿ Por qué tenía que tener un hermano?!
Toc toc toc
Sonaron algunos golpes en su puerta de la habitación.
—Giotto ¿Puedo pasar?
—entra G...
La puerta se abrió y Por ella entró otro chico de 20 años, pelirrojo.
—¿Que fue lo....
—tengo un hermano.
—¿Que dijiste?
—tengo un maldito hermano de mis padre idiotas.
—Giotto calmate.
—¡¿ Cómo puedo callarme?! Y más si mi abuelo me acaba de decir que YO tengo que ir a traerlo a Japón.
El otro no dijo nada más ya que sabía la historia de su mejor amigo así que lo único que pudo hacer fue colocar una mano en el hombro del rubio brindandole su apoyo.
Esa misma tarde un jet de Vongola despedí rumbo a Nanimori en Japón.
Después de un vuelo de más de trece horas llegaron a su destino, los jóvenes se hospedería en un hotel, al llegar a su destino los llevaron a su suit más lujosa.
Acomodaron sus cosas por ahí y después se fueron a dormir ya que el viaje los dejo exhaustos.
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Ya era otro día y los dos jóvenes Italianos despertaron temprano, hicieron sus rutinas día de, se ducharon, se alistaron, fueron a desayunar y por último subieron a un auto que le pertenecía a Vongola para ir a buscar el lugar donde vi ja la persona que andaban buscando.
Llegaron a una casa de dos pisos, se veía acogedora, pero algo les sorprendió, un castañito entrando a la casa con varios libros, a pesar de que a esas horas debería estar en clases.
Decidieron bajarse del auto y se acercaron a la puerta para tocar el timbre, después de tocarlo escucharon un sonido fuerte que los dejo desconcertados pero la puerta se abrió.
—disculpen la espera, tuve un pequeño inconveniente.
El menor no se había percatado quien le abrió ya que se estaba sacudiendo el pantalón. Subió su mirada viendo sorprendido a dos chicos frente a el pero el rubio con ojos celestes se parecía tanto a el que lo dejo sin habla por la impresión.
—¿Eres Sawada Tsunayoshi, verdad?
Pregunto el pelirrojo sacando de la ensoñación al menor y a su amigo.
—¿Eh? Si ¿Qué se les ofrece?
—¿Podemos pasar? Es un tema complicado.
La intuición de tsuna le dijo que confiara en ellos así que los dejo pasar.
Al entrar los dos mayores se quedaron viendo la casa, estaban acomodada excepto que en la sala se veían libros, cuadernos y algunos bolígrafos en la mesa o en el suelo.
—¿No deberías estar en clases?
Por primera vez habló el rubio viendo los libros. Tsuna se mordió los labios y jugó con sus dedos.
Los italianos al ver que no había respuesta del menor voltearon a verlo.
—¿Les gustaría un poco de té y galletas? Voy por ellas.
—espera…
Giotto agarró el brazo del menor evitando que se fuera de ahí.
—evitaste la pregunta ¿Por qué?
La intuición de Giotto lo había alertado y por eso no dejaría que el castaño se fuera y más al ver que se notaba nervioso.
Escucharon un suspiro salir de los pequeños labios rosas del menor.
—No voy a la escuela, no tengo como pagarla.
Se sorprendieron ante la respuesta y hablo G.
—pero hubieras pedido una beca o algo así.
—la pedí y me la dieron hace algunos años cuando mis padres murieron pero también tenía que trabajar para pagar algunas cosas así que decidí dedicarme a trabajar para poder con mis gastos y estudiar en casa.
—¿Pagar cosas como que?
—luz, agua....
La intuición de Giotto lo volvió a alertar, el chico no le estaba diciendo toda la verdad.
—¿Que nos estas escondiendo?
G volteó a ver a su amigo ya que sabían que la hiperuntuicion estaba haciendo si trabajo.
Voltearon a ver a Tsuna notando como se tensaba y luego poniendo una mirada triste.
—¿Saben como fallecieron mis padres?
Los dos negaron mientras seguían viendo el semblante triste del castaño.
—era una noche de lluvia, íbamos los tres en el auto y de pronto dos autos negros nos empezaron a perseguir, uno de ellos le pegó por detrás al auto haciendo que se desviara del camino.... invadimos el carril contrario topandonos otro auto....
El rubio y el pelirrojo estaban callados pero se notaba la sorpresa en sus rostros y las al saber que el menor iba en ese auto.
—Recuerdo que vi las cosas al revés y después nada.....desperté desorientado en el hospital y ahí me explicaron que mis padres habían muerto y yo había salido de un coma de un mes.....también que tengo un problema en el corazón por el fuerte golpe que recibí en el pecho en el accidente.
Terminaron sentados en los sillones los mayores estupefactos. Ahí fue que Giotto cayó en cuenta de algo.
—espera....tienes problemas en el corazón, en otras palabras, el dinero lo gastabas en medicinas.
El castaño asintió y se sentó en otro de los sillones.
—pero las medicinas para esos casos son muy caros....¿ Cómo hiciste para pagarlos?
—trabaje como mesero, en las construcciones, cuidando perros o niños...
—aún así siguen siendo muy caros los tratamientos.
—nunca me hice un tratamiento y los medicamentos eran genéricos.
—ya estarías muerto si no los tomas y más por tantos años que han pasado.
—siempre he tenido un cuerpo fuerte.
Los dos se quedaron callados pero Giotto hablo
—hay algo más ¿Cierto?
Tsuna sintió un escalofrío al ver la mirada penetrante de esos ojos celestes como el cielo.
Se mordió los labios y quito la mirada.
—¿por que tienes un cuerpo fuerte? Eras muy pequeño como para soportar ese accidente.
—...siempre sufrí de bullying por parte de los niños y de....
—tus padres.
Terminó la oración Giotto al mismo tiempo que se ponía de pie y se sentaba al lado del chico.
—te has preguntado por que me parezco tanto a ti.
—me quedé sorprendido pero no tenía por que preguntarlo....Se que eres mi hermano mayor.
La mirada avellana y cielo se quedaron viendo fijamente hasta que terminaron por darse un fuerte abrazo donde el pequeño no pudo evitar llorar por sentir el calor de alguien.
Los dos habían sufrido a manos de sus supuestos padres que deberían ser sus protectores pero más bien fueron sus agresores que les hacían las vidas imposibles.
Giotto de alguna forma se sintió lleno al sentir ese pequeño cuerpo en sus brazos.
—"Tsunayoshi juro que te protegeré, nadie te hará daño"
Se juro el rubio mientras veía de forma determinaba a su mejor amigo que entendió esa mirada.