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Algodón de Azúcar (YoonSeok) por Futuristic lover

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Capítulo 2

 

 

 

 

—¡Corten!

 

Cuando Sujong, la regidora, dio la señal, Hoseok terminó de grabar. Evitó mirar a los actores y desapareció del plató con la excusa de que le estaban llamando al teléfono. No cruzó mirada con Suga pues se encontraba limpiando los restos de semen que había dejado el otro en su rostro.

Una vez fuera del estudio, Hoseok comenzó a dar vueltas por el pasillo desesperado y a punto de perder los nervios, cabizbajo y con ambas manos en la cabeza intentó tranquilizarse al tiempo que tomaba asiento en uno de los largos y fríos peldaños de las escaleras que daba a la planta baja.

¿Qué estoy haciendo?

Hoseok se hallaba en un estado mental dado que todo le parecía confuso y surreal. Colocó los brazos sobre sus rodillas encogidas, bajó la cabeza y procuró apaciguar la conmoción que corría por sus sentidos una vez más. ¿Por qué el pelirosa estaba ahí? Si era una película porno, ¿por qué nadie le avisó con antelación? ¿Temían a que él saliera corriendo cuando descubriera el género de los cortos y por eso no dijeron nada? ¿Qué clase de profesionales eran?

La imagen de Suga no escapaba de su mente, de cómo él relamía la erección de su compañero, la manera en cómo chupaba la punta del miembro y volvía a engullir una vez más provocando una sacudida placentera que viajaba por toda su espina dorsal. Suga trabajó los testículos con las manos, dándoles un suave y deleitoso masaje estimulando a un Hoseok avergonzado puesto que él también había vivido una situación parecida, sobre todo con el actor porno. Difícilmente podía recordar algo de la noche en la cual mantuvo relaciones sexuales, la laguna permanecía todavía en su memoria atascada y por desgracia, sólo rememoraba la manera en que Suga se arrodillaba ante él y le chupaba la longitud de su miembro. Agitó su cabeza llevando sus pensamientos muy lejos de ahí, aún continuaba sentado, intranquilo y nervioso. Debería hablar con Victoria y pedirle una explicación sobre lo ocurrido, y del porqué omitió información esencial para él en la entrevista. Algo tan fácil como decirle que se trataba de una producción erótica, explicarle con pelos y señales lo que tendría que grabar exactamente. Sí, eso era lo que haría. Necesitaba hablar con ella.

Partió hacia el despacho de Victoria decidido y con algo de coraje, sin embargo, al levantarse y dirigirse a su destino, tropezó con alguien.

—Perdón...

Hoseok al girarse inconscientemente y observar a la persona con quien había tropezado, descubrió aquellos ojos sombríos que tanto le habían puesto nervioso en la grabación. Suga permanecía mirándole serio e indiferente. Hoseok se acercó a él, y con su dedo índice golpeó el pecho apartándole unos centímetros. El más bajo no tuvo reacción ante el acto de Hoseok.

 

—Mierda. ¿Por qué no me dijiste que éste era tu trabajo?

—¿Acaso tengo la obligación de contarte todo sobre mi por el simple hecho de haber follado contigo?

Hoseok, harto, lo volvió a empujar con el dedo en el pecho.

—No, no nos hemos acostado esa noche, ¿está bien?

—Ni siquiera estabas en tus cabales para decir lo que pasó y no pasó.

Dicho eso, Suga se dio media vuelta y continuó caminando por el pasillo. Rápidamente, Hoseok lo sujetó de la muñeca y lo arrastró a él de vuelta confundiendo al chico que terminó sobre el pecho de Hoseok inesperadamente, se apartó nada más notar lo cerca que estaba de los definidos labios del extraño.

—Entonces, ¿lo hicimos? ¿Nosotros? —inquirió Hoseok que obtuvo una mirada asesina como respuesta por parte de Suga.

El rostro del moreno era todo un poema. No quería creerse aquello, no pretendía aceptar la realidad que el pelirosa le ofrecía con su rostro indiferente, palabras que parecían demostrar la veracidad del asunto junto a su aura cargada de arrogancia y desconsideración. Prefería aceptar otra realidad trastornada producto de su imaginación desequilibrada con el temor a que Suga estuviera en lo cierto.

—¿Cómo ocurrió? ¿Cómo acabamos en mi cama después de conocernos en la salida del local? Quería encontrarme contigo una vez más para tener una respuesta a esta pregunta. Desde ese día, llevo pensando en lo ocurrido, en sí ocurrió algo. Yo nunca hubiera hecho eso con un hombre, quiero saber por qué lo hice contigo. Estoy bastante confuso. Necesito que me expliques cómo... —Hoseok bajó la cabeza, estaba a punto de perder los nervios.

Toda esta situación le estaba consumiendo y necesitaba una respuesta ya. El otro le observó un rato, en silencio, y de repente, apartó de un manotazo la mano de Hoseok sobre su muñeca.

—Eres muy ruidoso.

 

Y se fue.

Hoseok persistió en su sitio, con la mente en blanco, desconcertado y avergonzado de sí mismo. No hizo, ni dijo nada para detener al otro que se dirigía a otra habitación. ¿Tan difícil era relatar el proceso de cómo llegaron a hacer tal cosa? ¿Algo que Hoseok estaba seguro que nunca cometería con un hombre? ¿Acaso le drogó y no se lo quería comentar? ¿Por qué un actor porno tomó la decisión de acostarse con un chico corriente como él?

Acabó apoyándose sobre la pared, cerró los ojos y pensó que no era buena idea estar más ahí. Iba renunciar, sí, en su primer día de trabajo. ¿Motivo? La existencia de un estúpido pelirosa.

 

————————————————

 

 

—¡Buen trabajo, Hoseok!

Victoria empezó a aplaudir repentinamente, la brillante sonrisa con la que le recibió nada más entrar a su despacho, le dejó perplejo.

—¿Cómo?

Su jefa se acercó al moreno y le dio unas suaves palmadas en su hombro, para que después, cerrara la puerta del despacho y volver a su mesa siendo acompañado por el menor. Colocó sus manos en ambos brazos del chico y le zarandeó cariñosamente.

—Lo has hecho muy bien. Has captado los planos y esencia que deseábamos en la secuencia. Ha sido buena elección aceptarte para estar en nuestra planta.

Cada halago que recibía por su trabajo que había ejercido anteriormente, alimentaba su orgullo y ego. Por desgracia, dicha felicidad se consumió al recordar que no estaba ahí para recibir tales palabras.

—Eh. Victoria, perdona, pero... —se frotó la frente intentando encontrar las palabras adecuadas. —No sabía que todo esto se trataba de una producción para, ya sabes, eso...y.…yo...

—¿Hoseok?

—Eso....de…. —llevó su mirada al suelo avergonzado. —¿Por qué no me dijiste que tenía que grabar…eso?

—¿No sabías que esto era una producción erótica? En el anuncio que publicamos en internet lo dejamos muy claro.

—¿Anun....cio?

Su compañero de la facultad fue quien le entregó el papel donde exponía exactamente el correo a dónde tenía que enviar su currículum. ¿Había omitido información? ¿Había copiado mal el anuncio original? ¿Le había tomado el pelo? ¿Un tipo de broma estúpida?

—Oh. ¡Joder! —Hoseok con una mano en la sien y preocupado, tomó asiento —Mierda.

—¿Has venido hasta aquí sin saber para lo que te iban a contratar? —preguntó Victoria.

—Victoria, perdona. Hubo un malentendido, yo...

El ambiente incómodo fue interrumpido por el sonido del móvil de Victoria. Como si de una llamada urgente se tratara no tardó mucho en contestar. Tomó unos segundos para colgar y volver a mirar a un confuso y pesaroso Hoseok. Tragó saliva.

—Sujong y el equipo ya están preparados para grabar la última secuencia de hoy.

—...

—No sé cuál es tu opinión de trabajar aquí, tampoco me interesa. Si no quieres seguir con esto dímelo ahora. Mi equipo no debe perder más tiempo.

—Es sólo que no consideraba ejercer en esto en un futuro y...

—Mira Hoseok. Lo voy a decir claramente. Te has metido en la cueva del lobo sin saber tu destino. Has sido irresponsable, lo sé, pero no te voy a negar el talento que rebosa en ti. Lo admito, eres muy profesional. Apenas mi compañero te corregía lo que hacías. Solemos tener empleados novatos que van de sabelotodo y no son nada. ¿Sabes qué hacemos con ellos? Exacto, los despedimos. Tú, en cambio, lo estás haciendo fantásticamente bien aun siendo tu primer día. Ser cámara no es fácil, pero parece que tienes el don y eso era lo que buscábamos. Así que, ¿te quedas o lo dejas?

 

 

————————————————

 

 

—¡Acción!

 

 

Tras la señal de la regidora, Hoseok comenzó a captar cada detalle con la cámara, raramente Minwoo, el compañero de los cascos, le ordenaba las acciones que debía optar en la grabación, pues el moreno parecía que ejercía muy bien su trabajo. Otra vez, tomaba cada plano importante que le mandaban, el resto era su decisión. Como la decisión que tomó hace unos minutos en el despacho de Victoria. Probablemente en el futuro se iba a arrepentir, pero no todos los días te aceptaban en un trabajo que alimentaban su ego, le pagaban justamente, y le trataban muy bien. Además, deseaba saber qué pasó esa noche y si era cierto que el pelirosa, que había llegado al set con otro cambio de ropa, le había manipulado para que esa noche se acostara con él.

A regañadientes, empezó a hacer otro tipo de encuadre que le dictaban. Hizo zoom al rostro del actor que seguía acostado en la cama, éste citó algunas frases del guión, y Hoseok abrió el zoom para captar a Suga que llegaba con una bata negra y roja cuya textura era de una seda elegante y aparentemente suave, le sentaba jodidamente bien. Hoseok intentó calmar esos nervios que comenzaba a percibirse en él.

 

A continuación, citaron unas cuantas frases más del guión mientras que el coprotagonista le quitaba delicadamente la bata de seda a Suga, empezando a deslizarla por el hombro hasta caer sobre la cama caótica. Suga ladeó ligeramente la cabeza dándole un poco de espacio a su compañero para que repartiera besos por ese cuello tan blanco que se exhibía ante los ojos de Hoseok. Dolía verlo tan sumiso, tranquilo y sobre todo tan concentrado en su trabajo, dolía verlo tan distinto al Suga que conocía, a ese Suga que sólo desprendía arrogancia e indiferencia, este, en cambio, era personalmente más atractivo y jodidamente adictivo.

Hoseok, de repente, vio cómo una sonrisa escapaba de los labios del susodicho. Y recordó cuando éste le sonrió después de plantar sus labios con los propios a la vez que enterraba las yemas de sus dedos en su pecho, y murmuraba algo que no comprendió. Fue un recuerdo, un simple y débil recuerdo que aún permanecía estático en su memoria.

 

Mierda. Estúpido, contrólate Se dijo mentalmente.

 

¿Por qué justo ahora en medio de la grabación empezaba a recordar algo de lo que pasó esa noche? ¿Por qué su mente quería torturarle?

Al instante, en plena grabación y delante de las personas presentes, Suga comenzó a gemir cuando su compañero terminaba de repartir suaves besos por sus pezones ya estimulados. Sus labios entreabiertos, sus ojos semicerrados, que para la cámara eran lo contrario, distraían a un Hoseok ensimismado en la actuación espléndida.

¿Le estaba provocando?

¿Torturando?

Su compañero lo besaba y decía cosas que no entendía Hoseok, ya que su atención estaba en una persona, vio cómo las manos pálidas de Suga desaparecían por debajo de la bata perdiéndose en la zona sombría que resultaba ser su entrepierna, zona delicada pero placentera. Hoseok ahogó un ronco suspiro.

Minwoo ordenó algunos encuadres y Hoseok le hizo caso al instante, llevando su atención a otra parte. La paciencia del moreno estaba llegando a un límite, su cuerpo experimentaba ciertas sensaciones deleitosas y su mente divagaba entre lo que decía la persona de los cascos y lo que tenía ante sus ojos.

Un sumiso Suga.

 

—¿Acaso sabes lo que estás a punto de hacer?

—M...me da igual. Quiero verte cómo me la chupas. Tienes cara de un buen chupapollas.

 

Los recuerdos, que cada vez se hacían más activos, volvían a aparecer en su mente. Cerró los ojos, sus piernas se estremecieron, y su miembro se despertó poco a poco. Cuando los abrió, la imagen que vio por el visor de su cámara lo dejó estupefacto.

Suga aumentó el nivel de sus gemidos al tiempo que, con una mano en su miembro sobre la tela del bóxer, y la otra masajeando el pene de su compañero, iniciaban juntos el camino hacia el mismo clímax.

¿Cómo una persona puede cambiar tanto? Era arisco y antipático con él, pero ante las cámaras era otro tipo de persona. Algo tan surreal y absurdo.

Su mirada era indescriptible, como si estuviera rogando por más, como si le estuviera rogando a él mismo por más. Hoseok se quedó embelesado en aquellos ojos felinos y adictivos. Si no fuera porque su compañero le ordenó más planos, se hubiera quedado observando más tiempo al actor.

Ahora comprendía cómo debían de sentirse los que trabajaban en esta profesión, técnicamente hablando, grabando escenas tan calientes y que en un momento se descontrolaban. No obstante, dudaba que fueran tan novatos como él, estaba seguro que poseían una magnífica y larga experiencia antes. En cambio, para Hoseok, era su primera vez en este campo. No sabía qué hacer, ni cómo sentirse. Estaba seguro que cuando llegara a casa comenzaría a ver algunas películas eróticas para empezar a acostumbrarse.

Pero…

¿Por qué Hoseok se sentía de esa manera cuando veía a dos chicos follar encima de la cama? Para él, lo normal sería excitarse ante una imagen de una chica con atributos notables siendo penetrada por un chico muy atractivo. Él, estaba seguro que era heterosexual y nada de eso le podía hipnotizar si tan heterosexual era. ¿Por qué estaba teniendo una erección viendo a Suga de esa manera si era un hombre? ¿Por qué a la vez que veía al pelirosa, recuerdos de esa noche aparecían en su mente?

Hoseok estaba dudando de lo que sentía realmente, y todo por culpa de una persona que parecía pasárselo tan bien en ese momento. Estaba muy confuso. Sentía tantas cosas sólo por un hombre. Se ponía cachondo por ver aquella imagen ante sus ojos. ¿Esto era posible?

En ese momento, los gemidos roncos de Suga fueron callados por los labios de su compañero, mientras tocaba cada porción de piel que le resultaba exquisita. Suga rodeó el cuello del otro con sus delgados brazos, enrolló una pierna en las caderas ajenas, e incrementó el roce tirándolo hacia su entrepierna. Empezaron un vaivén bastante erótico. Sensual e idílico. Hoseok intentándose controlar, se pellizcó en el brazo para sentir dolor y parar con las sensaciones agradables que percibía.

Los gemidos de Suga, sus ojos distraídos, el sudor de su flequillo que cada gota recorría su rostro, sus labios en una línea, y esa postura que se encontraba, le ponía duro.

 

Mierda

 

—Cierra zoom en el rostro de Suga.

Hizo caso y cerró el encuadre. Hoseok, miro fuera del visor una vez completado la orden. Sujong, quien no miraba la escena, seguía escribiendo y corrigiendo algunas escenas. Como si nada le afectase. ¿Tan acostumbrada estaba ante el panorama?

 

Cerró los ojos, y un Suga sumiso, le lamía los pezones con demasía, sonreía pícaro y volvía su vista para succionarlos, y después volver a lamerlos.

Agitó su cabeza. Incrédulo.

Otro recuerdo pensó.

 

Estaba bastante excitado y no podía soportar más aquello. Pensó que la situación no iba a acabar nunca, que vería al pelirosa ser penetrado por su compañero, cómo llegaba al clímax y junto a él al orgasmo. No sabía quién era el sumiso o el que daba, pero intuyó que Suga era el que recibía pues ese cuerpo delgado y pálido como si fuera un chico frágil, suele ser, siempre o casi siempre, al que le penetraban. Verlo de esa manera ya le encendía aún más. Pero, ¿por qué entonces cuando se despertó esa mañana después de pasar la noche con Suga, sintió una punzada en su culo?

—Hoseok, ¿me escuchas? –Minwoo, a través de los cascos, le llamaba sobresaltado. Hoseok contestó después de dos llamadas de atención. —Haz un plano medio a Suga.

No tardó en hacerle caso esta vez. Creía que iba a enloquecer y que pronto le iban a internar en un manicomio y todo por culpa de ese estúpido actor.

De repente, como si le hubieran leído la mente, el ambiente apasionado se detuvo. Suga había rechazado el beso que iba a darle su amante, y aumentó las distancias entre ellos. Giró su cabeza mirando la mesilla al pie de la cama, mientras su compañero seguía observándole extrañado.

—Abre el encuadre. —susurró Minwoo logrando el objetivo de su mandato. —Muy bien.

Suga se apartó del otro, se sentó y le miró.

—No sabía que fueras tan fácil. –dicho eso, se levantó de la cama y se fue, dejando al alto sobrecogido.

 

—¡Corten!

 

 

————————————————

 

Se colocó la chaqueta, cogió sus cosas y después de terminar de hablar con Victoria y recibir unos cumplidos más, volvió a casa, sin ni siquiera despedirse de su equipo, de Minwoo, de Sujong, de nadie tampoco tenía ganas de hacerlo. Si no fuera por los halagos recibidos, su día hubiera sido un desastre. La aparición del pelirosa en el set de grabación no ayudó, ni mucho menos las fuertes escenas que tuvo que grabar. Era la primera vez que se ponía muy nervioso, y tener una leve erección por culpa de un personaje, era algo nuevo también. En su cabeza divagaban las preguntas del porqué se sintió así cuando veía a Suga tan sumiso, pero a la vez tan activo.

Cuando llegó a casa, se dirigió a la cocina. De la nevera cogió una bebida refrescante y al ir al salón, se tumbó en el sofá. Encendió la tele, sin prestarle atención al programa que en ese momento estaban reproduciendo, tomó un sorbo de su bebida y continuó visualizando la caja tonta. Seguía pensando en lo que había pasado ese día, en Victoria, en Sujong, en Minwoo, en el chico desnudo y...

Cerró los ojos con ese último pensamiento.

 

—¿Acaso estás perdido algodón de azúcar?

—...

—¿Eso es un sí? Jajajaja. —Hoseok se reía tanto que sentía como su estómago le empezaba a doler.

—...

 

El pelirosa seguía caminando sin un rumbo fijo. Después de la pelea que tuvieron nada más salir del local, Hoseok huyó calle abajo llorando de la risa, el desconocido quería matar al moreno y comenzó a perseguirlo para culminar su deseo. Finalmente acabaron perdidos. Hoseok sabía dónde estaba ya que se hallaban cerca de su casa. Sin perder la sonrisa se regodeaba en la imagen del más bajo totalmente perdido buscando alguna guía para tener una escasa idea de donde estaba. Éste no decía nada. No quería que el otro supiera que en verdad estaba perdido. Ya bastante había aguantado las burlas del idiota y su paciencia se agotaba.

—Has sido un gilipollas antes, pero ahora me pareces muy adorable. –dijo Hoseok algo más calmado.

—Vete a la mierda. Lárgate por tu camino. ¿Es que estás perdido?

—Nop. Sé perfectamente dónde estoy. No como tú, Jajajajaja –rio con tantas ganas que el oxígeno del ambiente no le era suficiente, antes de tomar una bocanada de aire fue interrumpido por un contenedor que se encontró en su camino y tropezó cayendo sobre unas bolsas llenas de basura reciclable.

El pelirosa fue testigo de la estupidez del moreno, ladeó la cabeza y se le escapó una sonrisa natural y tierna. Él no solía sonreír por cosas insignificantes, supuso que fue por el efecto del alcohol que le hizo reaccionar así. Veía cómo el moreno intentaba reír y encontrarle un sentido gracioso a su caída para no quedar en ridículo. Hoseok no sentía dolor y tampoco esperaba una respuesta de su cuerpo, sólo quería levantarse y darle un puñetazo a ese chico que sonreía con burla por su mala suerte. Se mareó una vez estando de pie, veía como todo daba vueltas, y se dio cuenta que la imagen de su acompañante se tornaba borrosa. Su estómago empezó a quejarse, intentaba sujetarse de alguna manera a otro contenedor.

—Eres bastante estúpido.

La espalda del pelirosa alejándose cada vez más de la zona donde se encontraba, al tiempo que le dedicaba algunas palabras que no pudo comprender, fue lo último que vio antes de empezar a echar por la boca todo el alcohol consumido anteriormente.

 

 

 

Abrió los ojos.

 

La televisión continuaba encendida en algún programa de televenta, la botella había quedado olvidada en el suelo por lo que el agua que había dentro se había esparcido en la alfombra puesto que no la cerró antes de quedarse dormido. Exacto. Hoseok se había quedado dormido.

Y Suga apareció en sus sueños.

Hoseok, al notar que había soñado con él, se levantó, recapituló lo poco que memorizó del sueño y dudó que aquello fuera algo creado por su subconsciente. ¿Acaso había recordado lo que pasó después de abandonar el local ese día? Parecía que sí. Aunque no era mucho, pudo recordar algo. Lo poco que supo es que no discutieron mucho, deambulaban juntos por la noche, Suga perdido, Hoseok burlándose de él, y después de vomitar toda su alma, volvió la oscuridad.

Quería saber qué ocurrió después, y cómo acabaron al día siguiente juntos. Era la pieza que le faltaba. Necesitaba saberlo. Su vida no dependía de ello, pero resolvería el puzzle que tenía formado en su cabeza y que tanto atolondraba sus pensamientos. Le costaba admitir haber hecho él aquello, estaba bebido después de todo.

Cuando entró a esa empresa, y supo lo que se cocía ahí, inmediatamente quería marcharse, Victoria consiguió que se quedara, no obstante, él no lo había decidido del todo. Necesitaba pensarlo claramente en casa, solo y sin nada que le incomodara como la presencia de Suga. Así que, ahí se encontraba, solo y sin la presencia del otro. De camino de vuelta a casa, pensó que mañana le diría a Victoria que no podía estar más y que lo sentía, pero después del sueño su curiosidad aumentó de sobremanera ya que quería saber qué pasó después y no quería irse de esa empresa no sin antes hacer abrir la boca a Suga.

Quería confirmar que en verdad él no era gay.

 

 

————————————————

 

 

Al día siguiente, Victoria le llamó para que pasara a la oficina a firmar el contrato. Hoseok, sin más dudas acabó aceptando y no tardó en llegar al lugar. Cuando hubo llegado, tocó la puerta de su nueva jefa obteniendo una respuesta positiva del otro lado.

—Hoseok, me agrada que estés por aquí otra vez.

Victoria se levantó del sillón de cuero, se acercó a él mientras que el sonido de los tacones negros y finos protagonizaban el ambiente, tras dedicarle una agradable sonrisa, le tendió la mano y Hoseok le recibió con un buen apretón seguido de una ligera reverencia. Victoria cerró la puerta detrás de él y le indicó que tomara asiento.

—Tengo aquí tu contrato en tiempo récord. Léelo con detenimiento y por favor, no te saltes las cosas, pueden ocurrir malentendidos como el de antes.

Hoseok asintió ruborizado. Había cometido un error por no haber obtenido más información de su compañero, aquel que le habló del anuncio por primera vez. Se había prometido a sí mismo que estaría más al tanto de estas cosas.

Tiempo después y leer todo el contrato, lo firmó. No fue una simple firma en un papel, fue algo más, había firmado el mayor cambio que su vida que inconscientemente no percibió.

—Mañana tendremos un día libre todo el equipo, junto a actores, productores, entre otros. Es el tercer aniversario de la productora y lo celebraremos con todos. Haremos una fiesta importante, pero, sobre todo, será un respiro que quiero darles a mis empleados, eres nuevo y ayer vi lo bueno que puedes llegar a ser, no eres una excepción, por tanto, también estás invitado a nuestra reunión. —Victoria sonrió orgullosa. —Espero que asistas, Hoseok.

Victoria era demasiado guapa, muy hermosa. Su personalidad positiva y alentadora se lo transmitía a él con cada frase que salía de esa boca. Ese momento no fue una singularidad por lo que tampoco pudo negarse. Debía ir sólo por ella. Hoseok ya respetaba a su jefa, además que tenía cierto carácter que le parecía algo encantador de su personalidad. Sin querer, le estaba cogiendo un poco de cariño. Era la única persona con la que podía entablar una conversación un poco más cómoda que con el resto de compañeros. Puesto que llevaba sólo un día trabajando, ninguno de sus compañeros le dirigía más palabras que no fueran un mandato, tampoco le importaba, pero se sorprendía que fuera algo mimado por la jefa de la empresa.

Aceptó encantando.

 

————————————————

 

 

 

No sabía qué ponerse, no podía ir parecido a la última vez que salió de fiesta: Primero, su conjunto fue algo corriente. Segundo, Suga ya le había visto con el conjunto puesto y hasta seguramente fue él mismo quién se lo quitó.

Llamó a Jungkook para pedirle consejo, dándole una escasa excusa de que iba a acudir a una fiesta algo importante sin darle más detalles, éste le dijo que ni muy arreglado ni muy de su estilo. Era una fiesta de empresa, así que optó por unos pantalones pitillo oscuros que no llegaban hasta el talón y quedaban muy por encima del tobillo, una camisa de figuras abstractas de color blanco y negro, zapatos de cuero brillantes y elegantes. El flequillo se lo colocó hacia un lado, se maquilló un poco, sobre todo dando intensidad a la mirada, el eyeliner no faltaba en su maquillaje para este tipo de eventos. Terminó utilizando su perfume favorito, se colocó una chaqueta de cuero algo más moderna de las que tenía.

Victoria había llamado a un empleado para recogerle hasta su casa. Cuando el susodicho llamó a Hoseok preguntando por su identidad y que venía de parte de Victoria, el moreno se precipitó a bajar al portal para no hacer esperar al conductor. Hizo una lista mental por si se olvidaba de algo, pero no. Estaba preparado.

No cruzó palabra con el conductor que no sean frases concisas sobre “colóquese el cinturón, cliente" "En 15 minutos ya estamos", etc. Hoseok se encontraba empanado con el móvil, hablando en el grupo que tenían con Seokjin y Jungkook, nunca observó al conductor, tampoco le importaba su físico, ni su nombre, ni su edad, ni cómo empezó trabajando para Victoria. Nada. Continuó escribiendo a una velocidad inverosímil en la conversación.

 

Kookie: Hyung, ¿pero de verdad que estarás bien?

Yo: Sí, Jungkook. No beberé mucho, chicos. Os lo prometo.

Jin hyung: ¡Hya, Hoseok! ¿Pero qué fiesta es? ¿Te damos tanta vergüenza ajena que ya no nos invitas? Deberíamos decir eso de ti.

Yo: Es que unos amigos de mi clase me invitaron. Nada importante.

Jin hyung: Ya ya, claro.

 

Hoseok no pensaba abrir la boca y contar a sus amigos sobre a donde iría específicamente ni con quienes. No deberían saber, por el momento, de su trabajo como segundo operador de cámara en una productora erótica. No quería involucrarles, ni que le den un ataque al corazón por estar en estas cosas que a Seokjin le parecerían sucias y a Jungkook impresionantes. Maldito niño.

 

—Ya hemos llegado, Jung.

—Oh, vale. Gracias.

 

Hoseok salió del coche sin mirar a su conductor, ni siquiera le impresionó que le llamara por su apellido pues Victoria ya le habría dado alguna información adicional sobre él.

Al encontrarse cerca de la entrada veía la inquietud e ilusión de la gente que también iban al encuentro en la fiesta, vestían elegantes, pero a la vez corrientes con el mismo estilo que él asistía. Se alegró, ya que su instinto, junto con la ayuda de Jungkook, estuvo a su favor. Visualizó a lo lejos el local Cherry Pie. No había tantas luces en la entrada como suelen poseer las discotecas normales, sino que esta vez se hallaban tres guardias de seguridad escoltando la entrada. Hoseok no esperó cola puesto que, supuso que se trataba de una fiesta privada y por tanto atesoraban una larga lista de los trabajadores de la compañía.

—Que disfrute de una agradable noche, Jung Hoseok.

El guardia, después de comprobar su nombre en la lista, le dejó entrar dedicándole una encantadora sonrisa. Asintió de vuelta y entró.

 

El local era inmenso, lleno de personas que pertenecían a la empresa, no sólo técnicos y actores sino también gente de prestigio social. El ambiente parecía no sobresalir de lo irrespetuoso y ruidoso, sin embargo, no era un obstáculo para disfrutar al compás de la música que producía buenas sensaciones. Hoseok reconoció este género de música como la tan popular y llamada, Deep House. Rítmica, no muy electrónica, pero algo más calmada que ésta última. La gente no bailaba, sólo formaban pequeños grupos con copa en mano, hablaban de, lo que seguramente Hoseok notó, asuntos de negocios. Chicas que seducían a algún empresario, chicos aburridos que seguramente serían los técnicos. Se preguntó si el pelirosa del demonio también se encontraba ahí. Hoseok, al levantar la cabeza, se dio cuenta que había un segundo piso con mesas privadas, intuyó que ahí se ubicaban los actores más destacados o empresarios de un rango superior, supuso que entre todas esas personas prestigiadas se encontraba Suga. Evitó pensar más en él, esa noche lo pasaría estupendamente, sin estúpidos enanos tocando los cojones.

 

—¡Buenas noches a todos!

 

Escuchó la voz de Victoria sobre la música siendo apenas ésta audible. Hoseok llevó su atención hacia una plataforma donde yacía su jefa. Sujetaba una copa de champán en una mano y en la otra un micrófono. Lucía fabulosa, bastante atractiva. Un vestido rojo oscuro que resaltaba su figura espléndida. Su pelo oscuro y ondulado era largo y brillante colocado sobre el lado izquierdo de su cuello siendo éste acompañado por un fino y dorado collar, algunas joyas más en sus muñecas y anillos. Su calzado constituía de tacones negros, finos y altos, de infarto. Su jefa sabía cómo impresionar y aprovechar su belleza natural. Aunque no hacía falta tanto maquillaje, porque con lo poco que tenía, como en ese momento, ya era demasiado hermosa.

—Buenas noches mis estimados invitados. Nos encontramos aquí para celebrar nuestro tercer aniversario. Actores, técnicos, socios, esta fiesta es para vosotros. Habéis hecho un trabajo excepcional, y confío que continúe así. Espero que disfrutéis de la velada, de la música y de la compañía. ¡Por un año más! —levantó la copa e hizo un brindis en el aire, todos la siguieron y acabaron brindando juntos.

Cuando Victoria acabó, Hoseok se dirigió a la barra, no conocía a nadie, pero tampoco era motivo para no tener una noche agradable y tranquila. Pidió una jarra de cerveza, buscó algo de dinero en su bolsillo, pero el camarero le comunicó que la casa invitaba. Tenían barra gratis pagado por la empresa.

 —¡Oh! ¿En serio? ¿De verdad?

A Hoseok le brillaban los ojos, su sonrisa de oreja a oreja era imposible de arruinar. No sabía que su empresa ganaba tanto dinero para darse estos caprichos, así que, sin más rodeos, cogió la cerveza tan deseada cuando el barman se lo ofreció. Bebió un corto trago de ésta, observó un poco a su alrededor y pensando en lo que pasó en la discoteca la otra vez se prometió a si mismo que ahorraría a todos pasar un mal momento por él. De esta manera, se sentó y continuó bebiendo.

En unos minutos, ya tenía más de tres cuartos de la cerveza tomada. Bajó la cabeza y se empezó a sentir mareado. Ignoró aquello intentando aparentar estar sobrio. Se lamentó por tomar la cerveza tan rápido, fue bastante estúpido y ni siquiera había empezado la noche.

¿Cuándo empezarás a ser responsable, Hoseok?

 

—Oh, Samantha. Te presentaré a uno de nuestros más recientes empleados. Dame un momento para mostrártelo.

 

Hoseok abrió los ojos de par en par cuando reconoció esa voz, se trataba de Victoria. La morena le tocó la espalda, y Hoseok se dio la vuelta. El efecto del alcohol desapareció inmediatamente cuando vio a su jefa mirándole sonriente. Hoseok no tardó en levantarse y hacer la reverencia como muestra de respeto y saludo.

—Vic....Victoria.

—Me alegro que hayas venido, Hoseok. ¿El chófer te trató bien?

—S...sí.

—Por cierto, te presento a Samantha.

Cuando Victoria señaló a la persona que estaba a su lado y que él no había notado su presencia, se llevó una gran sorpresa.

—¡Oh! —saltó Hoseok señalándole con el dedo índice.

—¡Qué casualidad! –reaccionó la chica de la misma manera.

Victoria se quedó extrañada por lo que acababa de suceder. La sonrisa se Hoseok era deslumbrante, feliz por volver a ver a la pelirroja de la última fiesta que fue, con la que bailó y poco después protagonizó una pelea con su exnovio. Samantha reaccionó dándole un tierno abrazo, Hoseok se quedó en shock e intentó no perder su compostura ya que la atenta mirada de su jefa recaía sobre él.

—Muy bien, muy bien. Veo que ya os conocéis, así que me saltaré las presentaciones y voy a la parte importante. —sonrió cálidamente.

—Nos conocemos bien, Vic.

—Sí –sonrió Hoseok, avergonzado.

—Samantha es mi actriz más destacada y popular. Es muy profesional y bastante activa con el trabajo.

Hoseok se quedó ensimismado con aquella revelación. Samantha, la pelirroja, era actriz porno. ¿Por qué Victoria le presentaba a tal actriz tan demandada?

—Pronto trabajarás con ella, Hoseok. Te encargarás de grabar unas escenas específicas y quería presentártela para que tengas en cuenta con quienes trabajarás en el futuro y no cometas ningún desliz. Tengo grandes expectativas en ti.

—Tranquilo oppa. Vic, parece que habla tan en serio que asusta, pero verás que no será para tanto. –sonrió dándole cierta tranquilidad al moreno.

 

¿Oppa?

¿Era mayor que Samantha?

No debía alarmarse por el apelativo, pues no eran tan desconocidos como parece. Habían compartido antes más que unas simples palabras.

—Samantha, deja de interrumpirme.

—Ayyy, Vic. ¿Por qué eres tan estricta con tus empleados? ¡Enseña un poco esa faceta tan tierna de ti!

Samantha se le echó encima, pasó su brazo por el cuello, se cargó ligeramente en ella y acabó cogiéndole el moflete con la otra mano. Victoria intentaba quitársela de encima, pero no lo conseguía. Hoseok se reía de la tierna situación. Una nueva faceta que descubría de su jefa.

Un socio interrumpió el ambiente, llamó a Victoria para hablar con ella en privado, ésta aprovechó a zafarse del agarre de la pelirroja y con una despedida corta hacia los chicos, se marchó. Samantha y él se quedaron a solas, cruzaron miradas y acabaron sonriendo como tontos. Segundos después, pidió al camarero un cóctel y Hoseok volvió a pedir una cerveza.

 

Un caso perdido.

 

Estuvieron hablando por mucho tiempo, de cómo sus vidas tuvieron el destino de acabar ahí, en una empresa así. Samantha conoció a Victoria cuando ella estaba en preparatoria y la morena terminaba sus estudios en la universidad. El exnovio de Victoria le introdujo algunos conocimientos del mundillo y acabó siendo una empresaria en una pequeña productora del cine porno, hasta que llego ahí. Samantha sólo le apasionó la idea de ser actriz porno, fue su mayor secreto, y al saber que Victoria trabajaba en los negocios, le echó una mano. Primero con sesiones fotográficas para revistas eróticas, tenía ya cierta experiencia siendo modelo en algunas campañas de ropa antes, hasta llegar a protagonizar algún corto. Samantha era muy guapa, inteligente, mimosa, tenía un cuerpo de escándalo y no le fue muy complicado hacerse un hueco entre tantas actrices hermosas y profesionales.

—Wow. Samantha, eres increíble.

—Lo sé. —sonrió tiernamente.

—Cuando te vi la primera vez no sabía que eras actriz. Oh. Y sinceramente siento mucho lo que pasó ese día. —habló Hoseok refiriéndose a la pelea que tuvo de la otra noche con su ex novio.

—Es irrelevante. Ese imbécil fue mi ex, y sigue sin superar la ruptura. Ahora estoy soltera... —miraba su bebida nostálgica. —…y puedo hacer lo que quiera y estar con quien me dé la gana. —le miró sin borrar una sonrisa lasciva.

—S...sí. —asintió nervioso Hoseok al contexto peligroso que empleaba Samantha ante su última frase.

—¡Oh! ¡Esta es mi canción favorita! –Samantha le cogió de la muñeca y le llevó a la pista de baile. No había muchas personas que bailaran, no obstante, ellos serían la excepción.

—¡Vamos a pasárnoslo bien!

 

Samantha guio a Hoseok y no tardó éste en responder moviéndose de la mejor manera. Habían bebido un poco, pero eso no evitó que se lo pasaran bien. Estuvieron dejándose llevar por la música, las manos de Hoseok pasó desde los hombros de Samantha hasta las caderas. El moreno sintió cierto cosquilleo por su cuerpo, sonrió porque pensó que seguía siendo el Hoseok de siempre, nada de líos con tíos ni pensamientos obscenos por Suga. Por fin su mente estaba más aliviada. Le atraía Samantha y no podía estar más orgulloso de ello.

Bailaron por muchos minutos más. Samantha daba vueltas y Hoseok la guiaba, cortaron las distancias como la otra noche. Empezaron a moverse pegados asimilando que deseaban estar más cerca el uno del otro, todo parecía marchar bien, sin embargo, la conexión se cortó de repente causado por el tropiezo de un personaje que echó la bebida accidentalmente en la camisa de Hoseok. El moreno pegó un salto, alarmado, se dio la vuelta y vio a un chico recogiendo su vaso del suelo.

—¡Oh! ¡Mierda, mierda, joder, lo siento! Perdona. —el culpable se levantó y le hizo la reverencia como intención de disculpa

—Joder. —Hoseok se empezó a limpiar el licor de su camisa, estaba empapado. —Da igual. No te preocupes.

—Debería ir con cuidado, perdona. Ven conmigo y te pagaré una bebida como disculpa.

—No no, no te preocupes. Fue un accidente.

—Por favor, déjame compensarte. —el chico castaño le cogió del hombro y tiró de él para llevárselo.

—No, n..

 

—Jimin. No hagas el estúpido.

El nombrado, cuyo nombre respondía a  Jimin, se giró encontrándose con la persona que le habló.

Era Suga.

Hoseok al percatarse de la persona que se encontraba detrás del chico castaño, su rostro se tornó serio. Tarde o temprano iba a encontrarse con el chico, aunque pensaba que no iba a ocurrir tan pronto.

Suga y Hoseok cruzaron miradas, parecía que saltaban chispas, Samantha y Jimin notaron que la situación se transformaba a una más incómoda.

—Yoongi, pero por mi culpa su camisa se manchó e interrumpí la situación con su novia. —Jimin se gira hacia la aludida y sus ojos se abrieron de par en par. —¡Wow! ¿¡Samantha es tu novia!?

—Jimin, ¿no ves que hay que tener cuidado con estos personajes? Tienen cara de vándalos y pueden hacerte daño. —picó Suga captando la atención de un Hoseok enfadado.

—Pero, Yoongi...

—Gracias por las disculpas, espero que tengas cuidado. —habló Hoseok para Jimin ignorando al chico cuyo nombre real era Yoongi, después se dirigió a Samantha y le susurró. —Ahora vuelvo.

Hoseok abandonó el lugar cabreado yéndose al baño directamente. La tela se había pegado a su cuerpo y era bastante incómodo. Ignoró a Jimin, a Suga, pero le dijo a Samantha que esperase por él un momento. Entró al baño, se quitó la camisa, abrió el grifo y empezó a limpiar la zona empapada de licor, le costaría lavarlo ya que había poco jabón, pero debía limpiarla ahora antes de que la mancha se quedara aglutinada. Cuando terminó de lavarla, la llevó al secador. Tardó unos minutos y al ver que estaba seca, se la colocó. Se abrochó los botones de uno en uno paciente y si dejar de mirar sus dedos uniendo cada botón, mientras tanto, pensó que esa noche no se la iban a estropear y más un estúpido pelirosa. Él se merecía pasar un rato agradable con Samantha. Estar con ella y disfrutar lo que no pudieron hacer la otra vez.

Cuando llevó la vista a su reflejo, se estremeció al visualizar a Suga, o mejor dicho Yoongi, indiferente y serio que se encontraba detrás de él. Hoseok rápidamente se colocó todos los botones, algo patoso, encaró al pelirosa que se encontraba tumbado en la pared, con los brazos cruzados, y sin quitarle la mirada al moreno.

¿Desde hace cuánto llevaba aquí?

—¿Qué? ¿Me has seguido acaso?

—¿Por qué perder mi tiempo en seguir a un imbécil?

—Pues explícame qué haces aquí después de entrar yo.

—Deja de ser estúpido y déjame pasar. Quiero mear y estás en medio.

Hoseok, harto, le cogió del hombro y segundos después, lo estampó contra la pared escuchando el fuerte impacto que hizo el cuerpo de Yoongi. No le importó, se lo merecía. Éste, bajó la cabeza mientras sonreía de lado. Hoseok cogió parte del pelo en un puño y le obligó a subir la cabeza hasta que le mirase a los ojos.

—Escúchame, estúpido imbécil. No lo volveré a repetir, has acabado con mi estúpida paciencia. —pegó la cabeza de Yoongi a la pared. —Estoy harto de tus jueguecitos conmigo. Sí, te caigo mal, lo sé desde el primer día que nos conocimos te caigo mal, pero ¿por qué maldita sea sigues dando por culo? Sólo te pedía una estúpida explicación de lo que pasó esa noche, porque sigo sin poder creer que haya sido yo quien ha aceptado todo eso. No soy gay, no me gustas, eres un idiota y te lo tienes bien creído. Con lo fácil que es soltarlo, pero te haces el difícil. —le soltó del pelo y se apuntó la sien con el dedo índice —Deja de aparecer aquí, en mi cabeza. Mi mala suerte fue encontrarte en un buen trabajo.

—¿Buen trabajo? —inquirió Yoongi con voz ronca.

—Sí, lo es.

—Se nota que no te dan tanto por el culo, sino no dirías eso.

—Esa es tu vida. Yo no caigo tan fácilmente.

Golpe bajo.

Yoongi invirtió las posiciones quedando Hoseok recostado en la pared y él de frente. Le cerró el espacio personal al apoyar sus manos en la pared, a cada lado del rostro de Hoseok. Éste, alarmado, intentó quitarse de encima al pelirosa, pero fue caso fallido.

—No eres quién para hablar de cómo han acabado la vida de algunas personas. Eres una basura si sueltas por la boca estupideces sin saber del pasado. —Yoongi le miró fijamente, y Hoseok se estremeció. Su mirada era vacía, fría y sin vida. Cierto sentimiento agridulce fluyó inmediatamente en su cuerpo. —Eres un hipócrita, ¿no? Criticas la vida de actores como yo, pero disfrutas verlo desde fuera, ¿verdad? —Hoseok no quitó la mirada de Yoongi. Desgraciadamente, había dado en el clavo.

—¿Qué? ¿eh? Te pone mirar cómo le chupaba la polla a un tío que me triplicaba la edad, ¿no? —sonrió cuando vio el rostro de Hoseok desencajándose de la impresión. —¿Te pone tanto que te imaginas que te esté haciendo esto, ¿verdad?

Tras dichas palabras, Yoongi llevó una mano a la entrepierna del moreno. Sobre el pantalón le dio suaves masajes, masajes que para Hoseok era bastante extraño, pero para Yoongi era algo usual.

—Eres tan hipócrita que te fascina que haga esto.

Lo empotró contra la pared, abrió el pantalón y bajó el cierre. Introdujo una mano, se acercó a Hoseok que se había quedado frío e intacto, y aproximó sus labios a la oreja derecha del moreno, sus pechos se juntaron, y Yoongi empezó el suave vaivén en el ya excitado miembro del otro.

—Eres tan hipócrita que juzgas mi maldita vida, pero te mola la idea de que gima en tu oído.

Tal como dijo, cumplió sus palabras y empezó a gemir cerca de su lóbulo. Gemidos roncos, desgarradores, placenteros y sensuales. No dejó de tocarle, al contrario, incrementó la velocidad. Hoseok perdió el control de sí mismo, las palabras, los gemidos, los toques, la cercanía, él, le llevó a un viaje de placer que dejó su consciencia apagada. Todo aquello que había producido las fuertes sensaciones por culpa de Yoongi en los días anteriores, se hacían realidad y de repente, recordó un suceso bastante importante de la noche que se acostaron.

Cuando Hoseok se tropezó con los contenedores después de burlarse de Yoongi, éste dio la vuelta, se acercó a él y lo embistió contra la pared, empezó a jugar con él de la misma manera que lo hacía en ese momento. Le tocaba, sus manos se introducían en la chaqueta de Hoseok, le decía palabras obscenas. Yoongi sólo quería vengarse, herir su orgullo, hacerle pasar un mal momento, puesto que sabía que el moreno era heterosexual y aquellas cosas le resultarían bastante asquerosas, pero se equivocó.

Los cortos gemidos de Hoseok, sus ojos cerrados, sus manos estremecidas junto a sus piernas que temblaban de placer. Se dio cuenta que quería más, buscaba más su toque, estuvo a punto de parar, pero ya era tarde. Sin querer él sobrepasó el límite y se dejó llevar de la misma manera.

Jung Hoseok había puesto cachondo sin querer a Suga, el prestigiado actor porno.

Fue así como empezó todo, cómo llevo una cosa a otra y acabaron acostándose juntos. Perdieron el norte juntos, ambos se dejaron llevar por el momento y ninguno pedía explicaciones, sólo querían disfrutar.

 

Yoongi supo que había recordado algo cuando vio la cara, totalmente asustada y pálida de Hoseok.

—¿Qué pasa? ¿Has recordado algo? —Yoongi sonreía y golpeó la pared. —¡Vamos! ¡Dilo! Admite que eres un maldito hipócrita de mierda.

—Y....yo. —Hoseok no pudo recitar ni una frase en condiciones.

A éste le había gustado los toques del chico y no hizo nada para pararle tal como había pasado hace unos minutos. Le gustaba que le acariciara un hombre y aquello hirió el orgullo de Hoseok que seguía intacto y con los ojos fijos sin pestañear en un punto aleatorio.

Yoongi, al ver que no recibía respuesta, se alejó del moreno, le había dado una lección y supo que no se volvería a meter con él de esa manera nunca más.

Y desapareció.

Hoseok en cambio, no sabía si llorar o reír, si seguir con su vida, o justificar sus hechos. Estaba borracho, pero ahora el alcohol había bajado del todo y aún sentía esas sensaciones fuertes por Suga y/o Yoongi. Cuando le tocaba, cuando hablaba a su oído, cuando presionaba en la zona excitada y volvía a masajear el miembro, cuando simplemente sus manos suaves rozaban su piel y realizaba un camino que dejaba erizada la piel del moreno. Aquellas sensaciones las volvió a sentir y no logró justificarlo con la bebida. Realmente quería sentir a Suga, sólo a él.

Cuando recobró la cordura, se metió a un cubículo del baño, bajó la tapa de váter, se quitó los pantalones junto al bóxer, y se empezó a tocar el miembro que ya estaba despierto. Hoseok se recostó sobre el váter y dejando su cabeza bocarriba, cerró los ojos. No tenía justificación alguna de lo que estaba a punto de hacer, pero lo necesitaba con urgencia. Su mano viajaba por la longitud de arriba y abajo, luego dio rodeos a la punta, masajeo los testículos con la otra mano. Suga y no el Yoongi que había descubierto esa noche, apareció en sus pensamientos, luchaba por mantener la cabeza en blanco y sólo tocarse, sin embargo, no pudo evitar pensar en él y en lo que había dicho antes. Hoseok era un hipócrita, se metió con su trabajo cuando en verdad era él el que lo disfrutaba más.

—Aaagh, dios~

Mandó a la mierda su orgullo herido, su dignidad destruida y pensó en su mayor temor.

Suga. Suga y Yoongi. Ambas facetas de él.

 

Flashbacks de esa noche aparecieron iluminando su mente retorcida.

Suga y él llegaron a su casa rápidamente, sin encender las luces y dejando las llaves perdidas en algún rincón oscuro del lugar, se trasladaron a su habitación. Hoseok besaba desesperadamente al pelirosa, mientras éste sonreía entre beso y beso. Le parecía atractiva la idea de ver al moreno tan desesperado en acostarse con él. Recibió los besos tan apasionados de Hoseok, enrolló sus brazos en el cuello del otro y pegó un salto cuando Hoseok le levantó y lo colocó en sus caderas. Suga se quitó la camiseta con algo de dificultad, pero al sentir cómo su espalda había chocado contra la pared, soltó un gemido desgarrador, a lo que inmediatamente Hoseok le silenció con otro beso siendo acompañado con lengua. Tropezaban con algunas cosas que tenía Hoseok por el suelo de la habitación, intentó apartar algunos zapatos y ropa tirada, y al ver la mesa cerca decidió dejar a Suga encima. Con rabia, alejó las cosas que tenía en la mesa dejando caer muchos papeles al suelo, materiales, cascos, etc. No le importaba. Necesitaba jugar con el otro encima de la mesa. Su corazón, alma, cuerpo, necesitaban sentir al chico. Había algo que lo atraía cual imán a él, no pudo describirlo, tampoco los besos que plantaba el más bajo en su cuello lo dejaban pensar en ello. Hoseok atrapó cada muñeca entre sus manos y los llevó por encima de la cabeza de Suga. Se colocó encima y juntó las frentes, sus pechos, y entrepiernas. Sus respiraciones ya se sintonizaban entre sí. Se miraron y Suga no pudo describir con certeza lo que veía delante de sus ojos. La mirada del moreno tenía un brillo atractivo, sensual, pero a la vez inocente. Sus ojos brillaban, si bien le observaba ido supo que deseaba tanto como él ir al siguiente paso. Así que no tardó y se fundieron en uno. Desapareció cualquier prenda de la parte de arriba quedándose sólo con los pantalones puestos. Hoseok besaba eufórico cada zona desnuda que encontraba en su camino, regalaba caricias a su paso, y suspiros deseosos. Antes de levantarlo y llevarlo a la cama, Hoseok lo miró fijamente.

—Sé que me voy a arrepentir de esto más tarde, pero estoy seguro que pasaré la mejor noche contigo, chico desconocido.

—Llámame Yoongi.

—Hoseok.

Hoseok lo levantó y lo dejó sobre el colchón, volvieron a besarse para que después Yoongi lo empujara quedando el otro de pie y poder arrodillarse. Desabrochó los pantalones del moreno, los apartó y empezó a masajear delicadamente el miembro. Llevó la mirada arriba encontrándose con un par de ojos negros, brillantes, que embelesado, miraba cada acción suya.

Yoongi no tuvo reacción.

 

Hoseok, en ese entonces, en aquel solitario y frío cuarto del baño, empezó a recordar todo lo de esa noche, al tiempo que se tocaba y repartía suaves masajes tal como hizo Yoongi aquella vez. Gracias a eso, sus gemidos incrementaron, sus latidos con ellos y sintió desfallecer de placer. La boca pequeña, suave, y deliciosamente delicada que había sentido, le absorbieron la punta. La lengua bailaba, y daba rápidos e increíbles movimientos que le llevaron al máximo deleite.

Suga, mejor dicho, Yoongi, era bastante bueno. Jodidamente bueno. Había follado con la persona que se encontraba detrás de la careta de actor porno. Con Yoongi, sólo con él y era un fascinante descubrimiento, porque era una faceta más sincera.

Cuando sintió el clímax complacer cada poro de su piel, cada parte de su cuerpo, mente, y corazón, dejó que la naturaleza sexual hiciera su trabajo. Se corrió salpicando el suelo y pantalón de semen. Terminó entre suspiros y tomando largas bocanadas de aire. Su mente se encontraba en blanco, su orgullo pisoteado, su dignidad destruida, pero se sintió realmente bien. Se había desahogado y por fin pudo resolver el puzzle de esa noche. Fue sexo consentido, aunque le jodiera aceptó a Yoongi, hacerlo con él, besarle, follar. Él mismo había aceptado todo aquello.

Y lo había cagado con él llamándole un chico fácil, insultando su profesión y faltando el respeto a los actores que habían acabado trabajando en el mundo, incluso a Samantha.

Después de lavarse la cara, arreglarse y acabar decentemente bien, se dispuso volver a la fiesta. Había tardado unos 10 minutos y temía que Samantha se hubiera ido enfadada. Al abrir la puerta del baño y cruzar un largo pasillo, se encontró con el protagonista de sus pensamientos. Suga mantenía una conversación entretenida con el tal Jimin, inconscientemente retrocedió y se escondió cerca de la pareja.

—Yoongi, no te olvides de ir mañana. Te echamos de menos y aunque no te gusten ese tipo de reuniones, debes hacer un esfuerzo. —rogaba el castaño.

—Jimin, eres un pesado.

—Por favor.

—No hago nada en esas reuniones y me molesta hablar con esos estúpidos.

—Esos estúpidos son tus amigos.

—Amigos, dices... Deberías saber que no tengo amigos.

—¿Yo no soy tu amigo? ¿No importo?

Yoongi bajó su cabeza, y al volver a mirarle, acarició el cabello de Jimin, le agitó cariñosamente algunos pelos, después le dedicó una brillante, sincera y algo juguetona sonrisa que dejó a Hoseok, quien silencioso lo veía todo, con un sentimiento agridulce. No se lo dedicaba a él, nunca le dedicó una sonrisa tan natural y bonita como lo hacía en ese momento. Vio por primera vez una faceta cariñosa del chico.

—Jimin, eres un idiota.

—Hyung.

A continuación, Yoongi le abrazó, supo que con ese gesto tan poco de él, se trataba de un hecho tan sincero destruyendo alguna sospecha negativa de su amistad. Jimin terminó correspondiéndole incrementando el abrazo.

 

Por primera vez, Hoseok sintió celos.

Por primera vez, Hoseok sintió celos por otro hombre.

Por primera vez, Hoseok pensó que se estaba volviendo loco de verdad.

 

Reunió las agallas para pasar al lado de la pareja aún abrazada, dio pasos largos y pesados y acabó yéndose por la puerta que daba a la fiesta. Su ceño fruncido confirmaba su molestia de sentirse celoso por una gilipollez. Era difícil de admitir, y necesitaba huir de ese ambiente tan enternecedor. No notó si Yoongi o Jimin se habían percatado de su presencia al pasar, tampoco le importó y volvió a la fiesta.

Samantha apareció a su lado, preocupada, preguntando al moreno de su tardanza. Hoseok no dio tantas explicaciones y cuando estuvieron a punto de volver a bailar, un compañero les interrumpió pidiendo perdón a Samantha porque debía llevársela para arreglar unos asuntos dejando a Hoseok solo nuevamente. La pelirroja pidió perdón y prometió que pronto se verían, intercambiaron números de teléfonos y se despidieron.

Hoseok volvió a la barra, se sentó y pidió un par de botellas de soju. Pensaba disfrutar esa noche, pero su objetivo fracasó y acabó bebiendo otra vez desahogándose a su manera. Volvió su vista a una zona vip y se dio cuenta de la presencia de Yoongi, siendo rodeado por algunas personas, pero sin tener contacto alguno con ellas, también estaba Jimin que sonreía a los acompañantes. Yoongi tomó de un trago su bebida y dedicó una suave sonrisa educada a la persona que le hablaba. Otra vez. ¿Por qué con él era tan distinto? ¿Por qué estaba pensando en tonterías como estas?

Tampoco Hoseok le había tratado de una buena manera.

 

“Esa es tu vida. Yo no caigo tan fácilmente.” le había dicho.

 

El moreno, se llevó a los labios su bebida. Tomó un trago largo, carraspeo por el ligero ardor en la garganta y dejó la jarra en la barra, volvió a pedir otro y eso fue lo último que pudo recordar.

 

————————————————

 

 

Se movió de un lado a otro en la cama girando junto con el edredón que se había enrollado a su cuerpo. Musitaba sonidos extraños, señal de que se estaba despertando poco a poco. A su lado se encontraba la almohada, la cogió y se la colocó entre las piernas para abrazarla y seguir dando vueltas con ella. Cuando dio una vuelta más, el pinchazo que sintió en la cabeza, fue motivo para parar y soltar un grave quejido. Abrió los ojos y se llevó una grata sorpresa.

Toda la habitación estaba hecha un desastre, todo tan desordenado: la ropa tirada, el armario vacío, sus cosas tecnológicas en el suelo, camisetas tendidas en las puertas, etc.

No recordaba dejar su habitación hecha una leonera antes de ir a la fiesta. Cuando se levantó y el edredón cayó al suelo, Hoseok se asustó porque nuevamente se encontraba desnudo.

—¡¿Qué?!

Buscó su ropa entre tanto desorden, no encontró nada, recogió algunas cosas importantes y mientras iba de un lado a otro, intentó recuperar los recuerdos de anoche.

Otra vez lo había hecho.

Otra vez se había emborrachado y acababa en su cama desnudo.

Otra vez él...

De repente, paró en seco, visualizó la puerta del baño y asustado se acercó a ella. Pensó por un momento que estaba acompañado. Por si las moscas, revisó el baño.

No había nadie.

Suspiró y volvió a su cama, bastante absorto en los pocos recuerdos de la noche anterior. Al lado de la cama encontró una nota con una caligrafía nunca antes vista, se echó sobre ella, y al cogerla entre sus manos temblorosas, suspiró.

 

Gracias por la magnífica noche, Hope. Espero que te recuperes de la resaca.

 

Volvió a leer las líneas una y otra vez, intentando comprender cada palabra y buscar una explicación. ¿De quién era esta nota? ¿“Habían pasado una magnifica noche”? ¿Hope? Sólo, y muy a veces, sus amigos le llamaban así. Cuando iba al colegio le pusieron ese mote.

¿Por qué hablaba de una magnifica noche? ¿Es que se habían acostado el autor de la nota y él?

¿Era Yoongi?

Hoseok se cubrió la boca con ambas manos y chilló tan fuerte como pudo permitir sus pulmones.

Otra vez, la había cagado.

Notas finales:

¡Hola a todos! Por fin he publicado el segundo capítulo de esta historia que ha resultado tener su punto extraño pero a la vez entretenido, o eso creo yo.

Gracias a todas las personas que han dado una oportunidad a este fanfic, sobre todo a los que han decidido continuar esta historia junto a mi. Gracias por vuestros comentarios y espero que os haya gustado. No tardaré mucho en publicar el tercer capítulo. <3<3<3<3


Lil B~


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